El duelo es el proceso de integración de una o más pérdidas.
El término ‘proceso’ significa que hay un cierto tipo de trabajo ejercido durante un tiempo.
El trabajo es el esfuerzo que hacemos para integrar una o más pérdidas.
¿Qué significa integrar una pérdida? Incluirla, fusionarla, hacer que encaje en nuestra experiencia de vida, en nuestra narrativa, la historia que nos contamos en cada momento sobre nosotros mismos.
Entendemos entonces que el duelo es un proceso natural de actualización al momento presente.
Es el mecanismo natural a través del cual actualizamos nuestra vida proyectada, imaginada, soñada (la narrativa) con lo que percibimos como verdad en el presente.
De allí que en realidad, podríamos afirmar que estamos en duelo cada día de nuestra vida.
Porque cada día nos enfrentamos a pequeños cambios de narrativa. Y alguna vez nos toca lidiar con grandes cambios, los que nos hacen sufrir más.
No hay vida sin duelo, ya que no hay vida sin cambios, sin pérdidas.
Es importante también aclarar que las pérdidas son tales cuando se consideran cómo pérdidas.
No hay pérdidas objetivas.