La Muerte de la Muerte

Por Adolfo Sagastume

Con la Muerte se Mata a la Muerte por toda la Eternidad. Si descubrimos la raíz de la Muerte podemos convertirnos en Héroes que Matan a la Muerte. Este es el Misterio de David contra al Gigante Goliat, Hércules venciendo en sus Doce Trabajos Misteriosos. Este es el Secreto de Judas Ixcariote. Quien lo posee conquistará el Universo.
Cuando avanzamos en el proceso del autoconocimiento, tomamos consciencia de nuestro estado real, la miseria en la que nos encontramos, la miseria en la que nos ha convertido el ego. Rechazar la muerte psicológica es aceptar el imperio del ego. Si no vamos por el camino de la muerte mística, el nacimiento del fuego y del agua y el sacrifico por la humanidad, vamos por mal camino, estamos perdiendo el tiempo. Aprovechar todas las circunstancias para conseguir nuestra resurrección interior es legítimo. Despertar es un asunto de vida y de muerte. Por eso tenemos que matar al ego, la muerte, que la muerte mística.

• Idioma: Español
• Editorial: Adolfo Sagastume
• Fecha de lanzamiento: 10 feb 2013
• ISBN: 9781301516261

Adolfo Sagastume

Construyendo Universos LiterariosCiudadano LatinoamericanoCiudadano de la República de LiberlandCiudadano de Asgardia The Space Kingdom

Vista previa del libro

Tabla de Contenidos

Introducción

Miedo a la Muerte

La Muerte del Ego

¿A Dónde Va el Ego Cuando Morimos?

La Muerte Segunda

El Nacimiento Segundo

La Muerte de los Parientes

Suicidios que Matan

Muerte Colectiva

Eutanasia

Matemos a los Muertos

El Culto a la Santa Muerte

Conclusión

Introducción

La muerte está segura de alcanzarte y te da toda la vida de ventaja.

Si naciste, morirás. Todo lo que nace es relativo y muere.

Si eres humano, eres mortal.

Al final de tu camino hay un puente ígneo que te espera. Cuando llegue la hora quemará tu cuerpo y dejarás de ser. Desaparecerás. Dejarás de ser.

Ahora eres. Mañana ya no serás. En el futuro lejano seguramente ya no estarás en ninguna parte. Ni buscándote a ti mismo te encontrarás. La única oportunidad de encontrarte es ahora, porque te tienes cerca a ti mismo. Cuando ya no te tengas, no hay ninguna oportunidad.

Algunos pasarán a la historia, pero la mayoría, que son millones, no serán recordados ni llorados por los de su generación.

Te guste o no, eres efímero. Eres pasajero. Eres polvo que arrastra el viento. No sabes a dónde serás llevado. No sabes tu destino. No sabes tu futuro. No sabes nada. Y, sin embargo, te crees el dueño del mundo.

El calvario del hombre comienza con saberse vivo y comprender que tiene que morir. El planeta es ancho, espacioso y extenso. Pero para los muertos solo se reserva el espacio mínimo: metro y medio por dos. Nada más.

Sin embargo, somos seres inteligentes y podemos retirarnos de este mundo con estilo, con gusto, con risa, con estoicismo o con victoria… o si prefieres, con burla.

Si nos damos tiempo o si no, eso no le incumbe a nadie. Tampoco a tu vecino. Tu peor enemigo solapado. El que les pide a diario a sus dioses de piedra que te metan a dos metros bajo tierra.

El mayor, el más fuerte deseo de venganza contra un enemigo es su propia muerte. Ya sea que se le quite la vida o que se le desee. Al contrario, el que ama bendice. Te desea una larga y hermosa vida.

El ser humano vive al ritmo del deseo. Su deseo surge del ego. El ego del odio genera muerte del enemigo y de sí mismo.

El odio genera muerte. Todos los egos generan muerte. Ellos son la causa, el medio y el procedimiento de la muerte. Sin egos no hay muerte. Los egos son la muerte. Ellos son el veneno de la manzana. El ego es la semilla transgénica de la carne. El ego nace con la misma energía con la que se generó nuestro cuerpo físico. Es semen degenerado. El ego es larva distorsionada de semen. Esa larva destruye lo único hermoso que hay en la creación, en el universo: la vida.

El ego es el fin desastroso de la vida.

El ego es la muerte.

Si la humanidad estuviera libre del ego, viviría para siempre sobre la superficie de la tierra.

El ego mata al cuerpo físico, lo asesina.

Toda distorsión energética tiene su raíz en la distorsión del ego.

La energía retorcida y venenosa del ego es la condición evitable de la muerte.

El V. M. Samael Aun Weor, Avatara de Acuario nos dice al respecto: Con la muerte se mata a la muerte por toda la eternidad.

Con la muerte del ego matamos a la muerte. La muerte es la acción con la que el ego mata los cuerpos físicos.

Hay muchas herramientas para matar egos. La más efectiva es matarlos de hambre. Si los egos se alimentan de emociones negativas y de fornicación, dejando de fornicar y equilibrando nuestras emociones nos liberamos del ego. Sin embargo, hay tecnología para matar al ego. Afortunadamente otros ya lo hicieron y nos han mostrado el camino.

El ego muere cuando dejamos de alimentarlo. El ego muere por inanición y fuego. Sin embargo, matar egos, requiere mucha voluntad, mucha decisión y perseverancia.

En este libro aprenderemos a matar al ego. Acabaremos con la causa de nuestra muerte. Nos burlaremos del causante de nuestras desgracias.

El mejor epitafio es aquel que resume nuestro más grande sarcasmo de la vida. Sin embargo, sabemos que hay gente que se toma la vida muy en serio. En este caso, el mejor epitafio será el que refleje la imagen más seria y formal de lo que creemos y queremos ser.

Soy consciente que ningún santo, estatua, virgen, dios de madera, yeso, piedra y vidrio podrá evitar tu muerte.

Te hinques al santo que te hinques, morirás.

No es besándole los pies a los santos esculturales como evitarás la muerte. Cuando besas a tus santos solamente te estás escondiendo de la vida. Hagas lo que hagas, digas las misas que digas y si te pusieras de cabeza para evitarlo, siempre morirás.

Así que mejor prepara tu muerte con tiempo y deja hecha tu lápida con un epitafio que valga la pena.

Y para que te mueras y te quedes bien muerto, te ayudaré a morir. Para que no tengas ninguna posibilidad de sobrevivir. De esta vida no te escapas. De esta vida solo saldrás muerto.

Es necesario que comencemos por el principio.

Avancemos correctamente hacia el final.

Despacito. Recuerda que se trata de tu propia muerte.

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Miedo a la Muerte

Primero tenemos que hablar del miedo a la muerte. El miedo a la imagen de la