«Hay que cambiar el ‘tener valores’ por ‘tener conciencia’»
Alarmados, somos observadores de lo que la naturaleza hace sin nuestro permiso. ¿Cuál debe ser el rumbo para los humanos, que nos creemos los reyes del mundo y estamos aquí por azar? Al igual que existimos, ¿podríamos no existir y tampoco pasaría nada?
El arqueólogo Eudald Carbonell tiene una perspectiva amplísima del recorrido de nuestra especie (ver recuadro). Con él miramos el pasado y el presente para saber hacia qué mañana conviene apuntar.
El otro día, mientras reciclaba cristal pensaba: mira, representa que ya he hecho lo que toca por el mundo, y ya puedo irme a casa con la conciencia satisfecha. Lo encontraba ridículo.
Sí, porque la clave no es qué debes hacer con los residuos, sino cómo deberíamos vivir por no generarlos. Pero existe esa visión kumbayana de la vida, en que gran parte de la racionalidad se elimina y se utilizan las sensaciones cortas en vez de la reflexión en profundidad de los problemas. Y es por eso que no se solucionan.
Vivimos en una especie de tutorial que te manda unos protocolos para tener la conciencia tranquila. Pero fíjate: en los años 70 España era el país que más reciclaba del mundo: las casas guardaban las botellas, se compraba a granel, había pocos plásticos, venía el chatarrero y se lo llevaba todo. Era un comportamiento asociado a una forma de vivir, cuando todavía no existía el modelo consumista que hemos visto crecer en los últimos cincuenta años.
A veces vemos las noticias: «se han ahogado a veinte personas en el mar», «hay un gran aguacero» oh, que mal. Nos hemos convertido en opinadores extremadamente pasivos.
Sí, necesitamos una conciencia de especie que sea crítica