Reencarnación y la ley del Karma un Estudio de la Doctrina del Renacimiento, de la Causa y del Efecto Espirituales

Por Fred Sittar

Hola, bienvenidos a otro clásico de la literatura oculta.

 

Este libro es más una obra de ocultismo con elementos de historia y religión, escrito por el famoso William Walker Atkinson, y traducido por mí, Fred.

 

¿Has pensado alguna vez quién eres? ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Y por qué naciste en tu familia y no en la de tus vecinos? 

 

¿Has pensado alguna vez en la relación de tus padres con tu existencia en este planeta? ¿Por qué naciste pobre o rico y no de otra manera?

 

¿Tienes recuerdos desconocidos? ¿Tienes flashbaks de un pasado que no recuerdas? 

 

Si la respuesta es Sí, no estás solo. Muchas personas han tenido experiencias como esa, e incluso algunas de ellas han comprobado para su satisfacción que esos recuerdos efectivamente eran correctos.

 

Lee ahora este libro y comprende tus orígenes y lo que hay más allá de la muerte del cuerpo.

 

A continuación se presenta un resumen del libro:

 

¿Qué es la reencarnación?—La transmigración de las almas—El algo que persiste después de la muerte—La idea egipcia del alma—las enseñanzas internas de Egipto—las diversas enseñanzas griegas sobre el alma y su vida futura—Las Enseñanzas Internas de los Sacerdotes Judíos—Los Rabinos Judíos y Sus Doctrinas Secretas—una hermandad misteriosa—India, la madre de la reencarnación, pasada y presente—La reencarnación en el mundo occidental moderno—Las Enseñanzas de los "Pocos Elegidos" en sus sociedades secretas—¿es la Tierra un infierno?—¿Cuánto tiempo entre encarnaciones?—Necesidad de digestión y asimilación mental y espiritual—Almas ligadas a la tierra—Almas avanzadas y su período de descanso—¿Dónde mora el alma entre encarnaciones?—Qué sucede en la muerte—El gran mundo astral y Sus planos y subplanos—Adónde va el alma después de la muerte y qué hace allí—El renacimiento y sus leyes—¿Cuál es el estado final del alma?—El mensaje de los Iluminados—Cada uno es su propio juez y ejecutor de su propio destino—Pruebas reales—Tales pruebas son posibles y han ocurrido a muchos de la raza—El recuerdo de los detalles de la existencia pasada común a la raza—La prueba de la existencia del alma—Qué significa el karma—Las diversas clases de karma—La doctrina mística avanzada—El fin es el bien absoluto—No hay más diablo que el miedo y la falta de fe, etc, etc.

• Idioma: Español
• Editorial: Fred Sittar
• Fecha de lanzamiento: 13 mar 2023
• ISBN: 9798215085561

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Salud y Prosperidad,

Fred Sittar—editor y traductor.

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El Verdadero Poder Oculto Nos da Fuerza y Sabiduría.

Tabla de contenido

Capítulo I.

Las Primeras Razas

¿Qué es la reencarnación?—La transmigración de las almas—El algo que persiste después de la muerte—El alma no es una nueva creación, sino un viajero en un largo viaje.

Capitulo II.

Los Egipcios, Caldeos, Druidas, etc.

La idea egipcia del alma—cuarenta siglos de historia oculta—las enseñanzas internas de Egipto—Las antiguas enseñanzas y doctrinas chinas—Los antiguos druidas y sus enseñanzas.

Capítulo III.

los Romanos y Griegos

Las razones del atraso de Roma en el conocimiento espiritual—Por qué los griegos fueron avanzados—Pitágoras; Orfeo; Platón—las diversas enseñanzas griegas sobre el alma y su vida futura—las maravillosas enseñanzas y filosofía de Platón.

Capítulo IV.

Los Judíos, los Esenios y los Primeros Cristianos

Las Enseñanzas Internas de los Sacerdotes Judíos—Los Rabinos Judíos y Sus Doctrinas Secretas—La Cábala, el Zahar, Nichema; ronach; y Nephesh—una hermandad misteriosa—la doctrina interior cristiana—los misterios de Jesús.

Capítulo V.

Los Hindúes

India, la madre de la reencarnación, pasada y presente—las enseñanzas arias, la historia de las creencias entre los hindúes, la filosofía hindú fundamental.

Capítulo VI.

El Occidente Moderno

La reencarnación en el mundo occidental moderno—El renacimiento del interés y su causa—Sociedad Teosófica—Madame Blavatsky—La Escuela Occidental de Filosofía Yogi—Sus Enseñanzas Fundamentales—Los Espiritistas y Su Doctrina—Las Enseñanzas de los Pocos Elegidos en sus sociedades secretas—¿es la Tierra un infierno?—los reencarnacionistas cristianos y sus creencias.

Capítulo VII.

Entre y más Allá de las Encarnaciones

¿Cuánto tiempo entre encarnaciones?—Necesidad de digestión y asimilación mental y espiritual—Las enseñanzas avanzadas—Almas ligadas a la tierra—Almas avanzadas y su período de descanso—¿Dónde mora el alma entre encarnaciones?—Qué sucede en la muerte—El gran mundo astral y Sus planos y subplanos—Adónde va el alma después de la muerte y qué hace allí—El renacimiento y sus leyes—¿Cuál es el estado final del alma?—El mensaje de los Iluminados.

Capítulo VIII.

La justicia de la Reencarnación

Las teorías contrastantes del alma y su vida futura—La doctrina de la reencarnación la única teoría filosófica que reconcilia los hechos con la teoría—La ley del karma automático—Cada uno es su propio juez y ejecutor de su propio destino—Las opiniones de los Grandes pensadores del mundo.

Capítulo IX.

El Argumento a Favor de la Reencarnación

Leyes naturales universales—Si el alma es inmortal, siempre debe haber sido así—Una cosa mortal no puede volverse inmortal más de lo que Nada puede convertirse en Algo—La vida futura implica una vida pasada—Experiencias variadas necesarias para la educación del alma—El avance necesario para El disfrute de los estados superiores del ser del alma—la verdadera enseñanza.

Capítulo X.

Las Pruebas de la Reencarnación

Pruebas reales de la experiencia consciente personal exigidas por la ciencia—Tales pruebas son posibles y han ocurrido a muchos de la raza—El recuerdo de los detalles de la existencia pasada común a la raza—Casos interesantes presentados con buena autoridad—Mensajes del pasado.

Capítulo XI.

Argumentos Contra la Reencarnación

¿Por qué algunos se oponen a la reencarnación?—Las respuestas a las objeciones—La prueba de la existencia del alma—¿Es la reencarnación anticristiana y derivada de fuentes paganas y primitivas?

Capítulo XII.

La ley del karma

Qué significa el karma—¿El karma castiga o es sólo el funcionamiento de una ley natural?—Las diversas clases de karma—La doctrina mística avanzada—El fin es el bien absoluto—No hay más diablo que el miedo y la falta de fe.

Reencarnación

Y

La ley del Karma

Capítulo I.

Las Razas Primitivas

Por Reencarnación entendemos la encarnación repetida, o encarnación en carne, del alma o parte inmaterial de la naturaleza del hombre. El término Metempsicosis se emplea frecuentemente en el mismo sentido, siendo la definición de este último término: La transferencia del alma, como esencia inmortal, a la muerte del cuerpo, a otro cuerpo vivo.

El término Transmigración de Almas se emplea a veces en el sentido de la transferencia de un cuerpo a otro. Pero el término Transmigración se utiliza a menudo en relación con la creencia de ciertas razas subdesarrolladas que sostenían que el alma de los hombres pasaba a veces a los cuerpos de los animales inferiores, como castigo por sus pecados cometidos durante la vida humana. Pero esta creencia es desacreditada por los adeptos de la Reencarnación o de la Metempsicosis, y no tiene ninguna relación con su filosofía o sus creencias, ya que las ideas han surgido de una fuente completamente diferente y no tienen nada en común.

Hay muchas formas de creencia —muchos grados de doctrina— con respecto a la Reencarnación, como veremos a medida que avancemos, pero hay un principio fundamental y básico que subyace a todos los diversos matices de opinión y divisiones de las escuelas. Podemos expresar esta creencia fundamental como la doctrina de que existe en el hombre un Algo inmaterial (llamado alma, espíritu, yo interior, o muchos otros nombres) que no perece a la muerte o desintegración del cuerpo, sino que persiste como una entidad, y después de un intervalo más o menos largo de reposo se reencarna, o renace, en un nuevo cuerpo —la de un bebé aún en el vientre de su madre— desde el cual procede a vivir una nueva vida en el cuerpo, más o menos inconsciente de sus existencias pasadas, pero conteniendo en sí mismo la esencia o resultados de sus vidas pasadas, experiencias que van a formar su nuevo carácter o personalidad.

Se suele sostener que el renacimiento está regido por la ley de la atracción, bajo uno u otro nombre, y que esta ley opera de acuerdo con estricta justicia, en el sentido de atraer el alma reencarnante a un cuerpo, y condiciona, de acuerdo con las tendencias de la vida pasada, que los padres atraigan también hacia ellos un alma ligada a ellos por algunos lazos en el pasado, siendo la ley universal uniforme y equitativa para todos los interesados en el asunto. Esta es una exposición general de la doctrina, tal como la sostienen generalmente los más inteligentes de sus adeptos.

E. D. Walker, un conocido escritor inglés sobre el tema, da la siguiente hermosa idea de las enseñanzas generales:

"La reencarnación enseña que el alma entra en esta vida, no como una creación nueva, sino después de un largo curso de existencias anteriores en esta tierra y en otras partes, en las que adquirió sus actuales peculiaridades hereditarias, y que está en camino de futuras transformaciones que el alma está ahora modelando. Además, afirma también que la infancia trae a la tierra, no un pergamino en blanco para el comienzo de un registro terrenal, ni una mera cohesión de fuerzas atómicas en una breve personalidad, que pronto se disolverá de nuevo en los elementos, sino que está inscrita con historias ancestrales, algunas como la escena actual, la mayoría de ellas diferentes y que se remontan al pasado más remoto. Estas inscripciones son, por lo general, indescifrables, salvo en la medida en que se revelan en su influencia moldeadora sobre la nueva vida —pero al igual que las imágenes fotográficas invisibles, cuando se revelan adecuadamente en el laboratorio de la conciencia, aparecerán con claridad.

"La fase actual de la vida también se almacenará en las camaras secretas de la memoria, para sus efectos inconscientes sobre las vidas siguientes. Todas las cualidades que poseemos ahora, en cuerpo, mente y alma, son el resultado de nuestro aprovechamiento de las antiguas oportunidades. De hecho, somos 'herederos de todas las épocas' y los únicos responsables de nuestras herencias, porque estas condiciones se acumulan a partir de causas distantes engendradas por nuestros antiguos 'yos', y el futuro fluye por la ley divina de causa y efecto a partir del impulso acumulado de nuestros ímpetus pasados. No hay favoritismo en el universo, sino que todos tienen las mismas facilidades eternas para crecer.

Los que ahora están elevados en la estación mundana pueden estar hundidos en un entorno humilde en el futuro. Sólo los rasgos interiores del alma son compañeros permanentes. El rico perezoso puede ser el mendigo de la otra vida; y el trabajador laborioso del presente está sembrando las semillas de la grandeza futura. El sufrimiento soportado valientemente ahora producirá un tesoro de paciencia y fortaleza en otra vida; las penurias darán lugar a la fortaleza; la abnegación debe desarrollar la voluntad; los gustos cultivados en esta existencia de alguna manera darán sus frutos en el futuro; y las energías adquiridas se impondrán siempre que puedan por la Ley de la Parsimonia en que se basan los principios de la física. Viceversa, los hábitos inconscientes, los impulsos incontrolables, las tendencias peculiares, los pasatiempos favoritos y las amistades que conmueven el alma del presente descienden de actividades y sucesos anteriores de un pasado olvidado.

La doctrina de la Reencarnación —Metempsicosis o Renacimiento— siempre ha sido sostenida como una verdad por una gran parte de la raza humana. Siguiendo la ley invariable de los cambios cíclicos —la oscilación del péndulo del pensamiento— a veces ha desaparecido aparentemente en algunas partes del mundo, sólo para ser sucedida por un nuevo nacimiento e interés entre los descendientes del mismo pueblo. Es una luz imposible de extinguir, y aunque su vacilante llama parezca apagarse por un momento, el cambio de los vientos mentales le permite de nuevo reavivarse desde la chispa oculta, y vuelve a nacer con nueva vida y vigor. El renovado interés por el tema en el mundo occidental, del que todos los observadores agudos han tomado nota, no es más que otro ejemplo de la operación de la Ley Cíclica. Parece que los ocultistas tienen razón cuando predicen que antes del amanecer de otro siglo, el mundo occidental habrá abrazado una vez más las doctrinas del Renacimiento —la vieja verdad desechada, una vez tan querida por la raza, volverá a gozar del favor popular, y de nuevo se moverá hacia la posición de la enseñanza ortodoxa, tal vez para ser de nuevo cristalizada en razón de su ortodoxia y de nuevo para perder el favor y desvanecerse, a medida que el péndulo oscila hacia atrás, hacia el otro extremo del pensamiento.

Pero la enseñanza de la Reencarnación nunca ha desaparecido por completo de la raza —en algunas partes del mundo la lámpara se ha mantenido encendida brillantemente. En ningún momento de la historia humana ha habido un período en el que la mayoría de la raza no haya aceptado la doctrina del Renacimiento, en alguna de sus diversas formas. Así fue hace mil años, dos mil quinientos, y así es hoy. En este siglo XXI, casi dos tercios de la raza, si no todos, se aferran firmemente a esta enseñanza, y las multitudes de hindúes y otros pueblos orientales se aferran tenazmente a ella. E, incluso fuera de estos pueblos, se encuentran vestigios de la doctrina entre otras razas de Oriente y Occidente. Así pues, la Reencarnación no es una verdad olvidada o una doctrina descartada, sino una doctrina plenamente viva y vigorosa, destinada a desempeñar un papel muy importante en la historia del pensamiento occidental durante el siglo XXI.

Es interesante rastrear la historia de la doctrina entre los pueblos antiguos, remontándonos a los oscuros recovecos del pasado. Es difícil atribuir a una época en particular, o a una raza en particular, el mérito de haber originado la Reencarnación. A pesar de las opiniones decididas y las diferentes teorías de los diversos escritores sobre este tema, que darían a Egipto, la India o la Atlántida perdida, como el lugar de nacimiento de la doctrina, creemos que tales ideas no son más que intentos de atribuir una creencia intuitiva universal a alguna parte favorecida de la raza. No creemos que la doctrina de la Reencarnación se haya originado en ninguna parte, como una doctrina nueva y distinta. Creemos que surgió cuando y dondequiera que el hombre llegó a una etapa de desarrollo intelectual suficiente para permitirle formarse una concepción mental de un Algo que vivía después de la Muerte. No importa de qué fuente proceda la creencia en los fantasmas, hay que admitir que se encuentra entre todos los pueblos, y es aparentemente una idea universal. Y, junto con ella, en los pueblos primitivos, encontramos que hay, y siempre ha habido, una idea, más o menos vaga e indistinta, de que de alguna manera, en algún momento, este fantasma de la persona vuelve a la existencia terrenal y toma sobre sí un nuevo cuerpo de carne. Aquí, pues, es donde comienza la idea de la Reencarnación: en todas partes, en una cierta etapa del desarrollo mental humano, corre paralela a la idea del fantasma, y parece ligada a esa concepción en casi todos los casos. Cuando el hombre evoluciona un poco más, comienza a razonar que si el fantasma es inmortal, y sobrevive a la muerte del cuerpo, y regresa para tomar sobre sí un nuevo