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Memorias de un viajero onírico
Memorias de un viajero onírico
Memorias de un viajero onírico
Libro electrónico167 páginas3 horas

Memorias de un viajero onírico

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Información de este libro electrónico

La constante activación de mi conciencia ha llevado a una progresión que es reflejada en el libro.
Cada relato es verídico, desde el comienzo hasta el día de hoy, representa mi vida a un nivel que pasa toda lógica y coherencia de lo que es vivir en este mundo real, de lo que es vivir en diferentes planos de existencia, las experiencias relatadas comprenden mi vida desde la primera salida de mi cuerpo sutil, pasando por los rescates de seres desencarnados, ayuda en otras realidades alternas, la lucha constante con este ser de procedencia negativa que viene a interferir en mi trabajo en esta realidad.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 ago 2019
ISBN9788417799571
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    Interesantes vivencias que pueden ser más comunes de lo que pensamos, para muchas personas. Recomendado!

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Memorias de un viajero onírico - Elena Pérez Varas

final

Prologo.

De un día para otro he despertado pensando en escribir un libro, un libro, como un legado, así lo he sentido, este libro narra las experiencias que he tenido a lo largo de esta vida y que puede resultar asombrosas para algunos, una apertura de conciencia para otros y por último muchos se sientan identificados con algunas experiencias que relato y darse cuenta que no están locos. El creer en ellas o no creer, queda a libre disposición de cada uno, no pretendo convencer a nadie, pero sí que cuestionen el lugar donde vive y cuando me refiero a eso, es pensar, analizar y mirar alrededor y sentir si algo está mal o más bien es la manera en que quiero vivir o será que mi mundo lo construiría de otra manera.

Estas narraciones cuentas con una estructura, lo baso en tres periodos mí de mi vida, la infancia/adolescencia, juventud y la adultez, cada una de ella tiene una progresión en donde voy desarrollando capacidades /habilidades, que me ha llevado hasta el día de hoy.

Para llegar a este punto, tuve que pasar por distintos estados de conciencia y cada etapa no tuvo exenta de peligros y engaños, conocí en mi camino a muchas personas, ya sea como un aporte o lo contrario, pero si hay algo que he tenido es la fortaleza de seguir, me levanto una y otra vez, saber que hay más allá de estas cuatro paredes llamado mundo es lo que quiero saber, muchos de nosotros han sentido que no es de este mundo, también que algo no calza, es un punto de partida.

Periodo de la infancia y adolescencia.

Cuando era muy pequeña, pensaba que por qué tenía manos y para que me servían, me las miraba por bastante tiempo y no le encontraba la razón de tenerlas, también que porque no podía mirar en 360 grados y que solo si me daba la vuelta podía ver lo que había detrás de mí, para mí eso tampoco no tenía sentido, porque sabía que antes podía ver todo y de todos lados, de todos los ángulos, porque sabía eso no lo entendía, pero no me cuestione.

Era de noche y siento que me empiezo a elevar abro mis ojos y veo que me estoy elevando en el aire, mi cuerpo se sentía suave, no veo nada más, casi no me podía mover, tampoco podía ver más arriba mío, gire mi cabeza hacia abajo con algo de dificultad y veo que me alejaba cada vez más del suelo, todo se volvió muy pequeño, cuando vuelvo a girar mí cabeza veo una luz clara de color blanca, y una parte de esa luz entro por mi vientre, no recuerdo nada más. Estaba en mi casa viendo un libro un atlas miraba los continentes y empiezo a leer sobre ellos, en eso voy leyendo cada nombre de cada continente, pero faltaba uno, faltaba Lemuria, voy donde mi mama, ella cocinaba le digo que estoy leyendo sobre los continentes, pero le pregunto porque el continente de Lemuria no está, mi mama me queda mira con extrañeza, me dice ese continente no existe, no pregunte nada más.

Para mi estudiar era importante tenía muy buenas notas por lo tanto le dedicaba bastante tiempo, estaba estudiando en la pieza de mi hermano que tenía una litera, me gustaba subirme en la parte de arriba de la litera entonces, al frente mío tenía una ventana, esta tenía un aparte de vidrio y otra de madera, al abrirla quedaba la parte de madera detrás del vidrio esto pasaba porque antiguamente terminaba hasta ahí la casa y mi padre construyo algunas piezas para mis hermanos, ya que la casa era pequeña y nosotros éramos seis hermanos, entonces yo estaba en esa pieza y era inquieta, al memorizar algunas cosas me tomaba de los pies subía y bajaba las manos me daba vuelta de un lado y otro, me miraba en el reflejo etc… en eso estoy concentrada estudiando y tratando que no se me olvidara nada, estoy mirando mi reflejo me río, levanto la mano para saludarme y mi reflejo levanto la otra mano, salí corriendo de la pieza, eso me asusto mucho, después cuando pasaba por la pieza de mi hermano no miraba, no pude contar esto a nadie, por no me iban a creer.

En ese tiempo de mi infancia, veía ciertas cosas y me asustaba mucho, pero no lo hablaba con nadie, para mi cada amanecer era otro respiro, mi madre me dijo que a veces me encontraba durmiendo en el patio de la casa y ella me tomaba y me llevaba acostar a mí cama. En ese tiempo me gustaba jugar mucho en el patio de la casa teníamos varios árboles, yo me subía igual que un mono y me sentada casi en la punta del árbol y miraba el mar, con mi hermana, me gustaba hacer lodo en el patio y me revolcaba como un chanchito, también me gustaba hacer tortas de barro me entretenía mucho, mi infancia fue con contrastes, pero esa parte de mi es la que rescato.

Cuando cumplí los 13 años, ese año cambio todo para mí, marca el inicio de una series eventos extraños como extraordinarios, uno de esos días en la noche me veo a mi misma durmiendo plácidamente en mi cama, no entendía del porque me podía ver en mi cama, me miraba con tanto detenimiento, pero no sentía tanto miedo como debería haber sido, pero si un asombro inmenso, me quede contemplando un rato y después de alguna manera solo quería volver a mi cuerpo y así fue volví a mi cuerpo. Al otro día al recordar todo ese suceso porque lo pude recordar con cada detalle, me preguntaba que era todo eso y porque me pasaba, no pude acudir a nadie, en ese tiempo todo era o Dios o el Diablo y claro lo mío a simple viste apuntaba al diablo, algo dentro de mí me decía que no era nada malo.

En las noches empezó un ciclo de salidas fuera de mi cuerpo si bien no encontré mayor información sobre esto, pero sentía que esto no era malo, cuando me fui a dormir sentía como una vibración recorría todo mi cuerpo como un gran motor, también sentía que me faltaba algo de aire, pero era cosas de segundos o menos de eso, sentía como mi cuerpo se desprendía y salía flotaba era muy ligero hasta acogedor, si bien no hablaba, sino que solo por mi mente era muy agradable, recorrí mi habitación de hecho fui más allá cuando pasaba mis manos a través de la pared era muy entretenido lo hice como 20 veces y salí a ver a mis padres como dormían, después de una manera muy natural volví a mi cuerpo, como lo hacía no lo sé y tampoco me cuestionaba de porque se me hacía tan normal todo aquello.

Mi habitación era pequeña había una cama de una plaza un escritorio y mi ropa la colgaba y que no era mucha, tenía una ventada que daba al patio de la casa, agrego que desde siempre he tenido una vida onírica muy activa tenia de 3 a 4 sueños por noche todos los días.Ya tenía 16 años Empecé soñar con un hombre como de 40 años, no podía ver su rostro bien, pero era alto de pelo oscuro y siempre vestía elegante, como con abrigo, si bien no le daba mucha importancia a ese sueño, esa noche en especial me hablo y yo tenía toda la certeza que era el mismo que había soñado, ya que sin verlo, solo escuchaba su voz, algo que no comprendo, pero lo sentía de alguna manera familiar, no me cuestione de cómo podía escucharlo y menos quien era o lo que era, me saludo me dijo hola le conteste con un saludo eso fue todo. Al otro día me iba al colegio realizaba mis tareas, tenía bunas notas, lo normal, ayudaba en la casa y me juntaba con mis amigas.

Me preparo para dormir, no paso mucho tiempo cuando siento alguien a mi lado, era tan clara la presencia, me saluda y era ese hombre, le dije hola, pero me molestaba que se hubiera acostado a mi lado y lo otro no me podía mover ni un milímetro y eso más que asustarme me molestó, era como una fuerza que no me dejaba, él se reía le causaba gracia lo que sucedía, su risa era burlesca, le dije mentalmente que quería, porque no podía articular palabra, no me responde, después de un rato me soltó y se fue, me preocupe, mire mi biblia creo mucho en Dios, luego me volví a dormir y al otro día recordaba todo lo sucedido, pero no me cuestionaba mucho.Durante el día me acordaba de lo sucedido pero no entendía mucho o nada, me juntaba con mis amigas pero era difícil de hablar de ello, mejor dicho no lo hacía.

Llega la noche me duermo y lo veo en el sueño a este hombre sonriente, lo veo como lejos de mí, pero sabía que era él, en eso siento que me toman el cabello, me lo tira no fuerte pero lo suficiente para que me dé cuenta, como que estoy despierta y durmiendo al mismo tiempo, pero algo más paso, dormía boca abajo cuando se siento un peso enorme en mi espalda, como si algo estuviera arriba mío, era imposible moverme, siento otra vez su risa, me quede callada, por alguna razón no sentía mucho miedo pero si molestia por lo que hacía, hasta que se fue de un rato para otro, ahí le hablo pero mentalmente le dije que no me gustaba que hiciera eso era molesto, pero no escuche ninguna respuesta de él.

Las noches empezaron a ser cada vez más extrañas, este hombre venía cada vez más seguido, esa noche paso algo muy peculiar, me duermo, siento que floto, pero sentía que era mi cuerpo el físico y me preguntaba mentalmente como podía suceder, que pasaba, no sentía miedo, sentía que algo pasaba por debajo de mi cuerpo me rozaban eran como suave, como mota de algodón, ya que no podía abrir mis ojos, luego descendí a mi cama otra vez y abrí mis ojos pero no había nada.

En el día recordaba esto en el colegio una compañera que era muy creyente en Dios me pregunta porque estaba tan pensativa y le conté, no sé porque, quizás me dio confianza, se asustó me dice debes tener cuidado son cosas del Diablo, la mire y le di las gracias, aunque ya había desechado eso.

Era de noche, me fui a mi habitación, estaba de espalda en mi cama porque debía estudiar y repasaba la lectura, cuando veo en el techo de mi pieza un bulto negro pequeño y deforme moviéndose de un lado a otro, subía y bajaba en forma lenta, no estaba dormida, si bien no sentía miedo, pero si dije que esto ya no era normal para nada, ya tenía algunos diálogos con él, me preguntaba cómo me iba en la escuela cosas así, yo le contaba, pero cuando veo ese bulto estaba segura que era él, lo sentí muy claro dentro de mí, en ese momento al mirar no me cuestione porque era bulto, no me cuestione porque no tenía forma humana, no me cuestione nada, pero después de un rato me despabile y me dije esto ya se me fue de las manos, fue un tremendo remezón y algo tenía que hacer.

Las noche empezaron a ponerme más agitadas jamás las olvidare, frente a eso, rezaba todas las noches como siempre lo hacía, pero sentía un cierto temor, no me dejaba moverme el peso en la espalda, su risa burlesca, sentía un cierto control sobre mí, pero ya no le contestaba y me decía si estaba enojada con él, sentía como dormía a mi lado, eso ya me empezó a dar problemas, mientras mi entorno creía que todo era normal, yo estaba sin poder pedir ayuda a nadie, no podía porque lo que sucedía, sabía que las personas les daría mucho miedo.

En el día pensaba a ratos en eso de que podía hacer, pero también quería olvidarme de la situación, en algún momento creía que esto solo se iba a terminar.

Esa noche en si se puso digamos muy fuerte para mí, me dormí y siento que me abren las piernas y desperté pero no podía abrir mis ojos, estaba paralizada, sentía que él era, sentía su respiración, fue tremendo para mí, por más que trataba de moverme no podía, por alguna razón me soltó se fue, estaba muy agitada, el bulto estaba moviéndose por la pared, estaba más grande, me sentía cansada, solo me dormí hasta el otro día.

Mis amigas no sabían nada de lo que me sucedía, intente pero la cara de miedo, no pude seguir contando, en eso conocí a alguien el cual empezamos a tener una relación más cercana, una relación sentimental, nos encontrábamos en las fiestas y cosas así, como todo joven, me sentía contenta a pesar de todo lo que me sucedía, cuando llego esa noche a mi casa, hago lo de siempre rezo y me acuesto a dormir y siento a él que me habla, hola me dice, no le contesto, me dice que ese joven ya tenía una relación, me enoje y le dije que me estaba mintiendo y él me dijo que no mentía, se rio pero tan burlesco como lo hacía siempre, luego me dormí hasta el otro día.

Ese día pensé lo que me había dicho él, trataba de no hacerlo pero era imposible, no quería preguntar a esta persona si era verdad o no, pero algo me sobrepaso y lo increpe le dije que él tenía otra relación, lo que él me contesta que sí, sentí una pena una rabia tantas cosas que todo llego hasta ahí con esta persona, pero sentía una ira contra esta visita de piedra, llegue a la casa, me fui a mi pieza muy molesta y también algo triste por la situación, y me acuesto en la cama, me quedo un rato pensando, hasta que él me dice, viste que era verdad, yo no miento, le grite cállate no quiero escucharte y él se quedó callado un rato de repente empiezo a escuchar una canción romántica en mi pieza, yo no tenía equipo de música, como si le hubieran dado todo el volumen, como podía suceder eso, me abrigo completamente con la frazada hasta la cabeza y ya no la escuchaba, me destapo y otra vez esa canción, eso lo hice como tres veces, no entendía y la escuchaba mi corazón se apretaba por ese esa persona, él me dice si lo quieres debes decir tu nombre completo y lo tendrás para siempre contigo, no entendía porque como me decía tal cosa, mis ojos no podía creer lo que veía, un libro negro con letras doradas, que giraba al contrario del reloj, con una daga al lado, era una locura y él me dice solo debes decir tu nombre completo, yo sabía si lo decía quedaría inscrita en ese libro, pero como yo sabía eso, ni idea, le grito no lo hare, me tapo y ya no me destapo más y me duermo.

Al día siguiente pensaba mucho en lo que estaba sucediendo y que ese mundo bizarro cada vez se

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