Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La Evolución De La Luz: Una Historia De Despertar Espiritual Y Sanación.
La Evolución De La Luz: Una Historia De Despertar Espiritual Y Sanación.
La Evolución De La Luz: Una Historia De Despertar Espiritual Y Sanación.
Libro electrónico156 páginas2 horas

La Evolución De La Luz: Una Historia De Despertar Espiritual Y Sanación.

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

La Evolucin de la Luz es un libro sobre espiritualidad, presentado con el lenguaje ms coloquial de modo que cualquier tipo de lector, ya sea que tenga informacin previa o no sobre el tema, lo entienda perfectamente y logre identificarse con la autora.
La Evolucin de la Luz est escrito en primera persona, logrando una profunda conexin con la autora. Al leer este libro, el lector siente como si estuviera platicando con una buena amiga.
Vanessa revela secretos inquietantes de su niez haciendo que el lector tome su poder y reconozca el Plan Divino. Cualquiera que haya pasado por momentos difciles se identifica con ella, dndole sentido a su vida y sus experiencias.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento29 abr 2011
ISBN9781617648779
La Evolución De La Luz: Una Historia De Despertar Espiritual Y Sanación.

Relacionado con La Evolución De La Luz

Libros electrónicos relacionados

Autosuperación para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para La Evolución De La Luz

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La Evolución De La Luz - Vanessa Aguilera B.

    Copyright © 2011 por Vanessa Aguilera B.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso: 2011926518

    ISBN:                 Tapa Dura                                   978-1-6176-4876-2

                               Tapa Blanda                                978-1-6176-4878-6

                               Libro Electrónico                        978-1-6176-4877-9

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Este Libro fue impreso en los Estados Unidos de América.

    Para ordenar copias adicionales de este libro, contactar:

    Palibrio

    1-877-407-5847

    www.Palibrio.com

    ordenes@palibrio.com

    336533

    Contents

    Prólogo

    Introducción

    1ª Parte

    Empecemos Desde El Principio

    Adolescencia

    El Camino Al Despertar

    La Trancisión

    Mis Grandes Maestras

    De Maestros Y Charlatanes

    2ª Parte

    Historias De Sanación

    Santiago

    Sofía

    Paloma

    Adrián

    Ricardo

    Federico

    Casos De Fibromialgia

    Casos De Lipectomías

    Casos De Miomas En La Matriz

    3ª Parte

    La Evolución De La Luz

    Primer Chakra

    Segundo Chakra

    Tercer Chakra

    Cuarto Chakra

    Quinto Chakra

    Sexto Chakra

    Séptimo Chakra

    Línea De Hara

    Despertar Dones

    El Proceso De La Sanación

    La Palabra

    Cambios Energéticos

    La Revelación

    Epílogo

    PRÓLOGO

    Entré a aquel lugar, era una casa que, de no haber confirmado la dirección varias veces, hubiera jurado que era una casa abandonada hacía un siglo. Pasé por la puerta a la que le rechinaron las bisagras y la madera crujió como si no hubiera sido abierta en años. En el pequeño cuartito donde me esperaba el canal había una mesa de plástico, con dos sillas. Me senté y aspiré el olor a incienso, había una vela en la mesa, un péndulo y una plaquita con las letras del abecedario en un círculo.

    Sin más me anunció: Vamos a empezar.

    Cerró los ojos para conectarse con sus guías y de la manera más impresionante, cuando abrió los ojos noté que le habían cambiado de color, así me di cuenta que ya no era él quien hablaba. Comenzó la canalización diciéndome:

    - Bienvenida Maestra. Si, tú eres la maestra, te estábamos esperando y ya estás aquí.

    Me relató casi toda mi historia como si me hubiera estado espiando durante toda mi vida, incluso aquellas vivencias que yo me había guardado para mí y nunca había compartido con nadie.

    Al final de la sesión hubo un espacio para hacer preguntas, así que saqué desde el fondo de mi alma las dudas existenciales que me aquejaban en el momento.

    - Mis guías me han estado pidiendo que escriba un libro, pero es todo lo que me dicen, me puedes decir ¿Cuál es el tema del libro?

    - Despertar, hija, qué más—me contestó.

    Ya me imaginaba yo que algo así era lo que tenía que hacer, pero por alguna razón necesitaba que alguien externo me lo dijera.

    Tenía otra duda importante, desde hacía ya tiempo había abierto mis canales, y para esas fechas yo escuchaba varias voces de guías y maestros que me acompañaban, muchas veces sus mensajes eran contradictorios. Lo que uno me decía, otro me lo negaba y me decía otra cosa. Esto por obvias razones, ¡me estaba volviendo loca!

    Así que pregunté:

    - ¿A quién debo escuchar?

    Y me contestó lo que más miedo me daba:

    - A ti, ya es hora de que te escuches a ti, eres un alma muy vieja y un ser muy especial, y tú lo sabes, siempre lo has sabido. ¡Tú eres la maestra!

    INTRODUCCIÓN

    Cuando me explicaron el fundamento energético de la luz fue para mí muy clarificador. Entender que para que un fotón (el fragmento más pequeño de luz que existe) genere luz, necesita carga positiva y carga negativa. (Y yo que me había peleado toda mi vida con mis propias cargas negativas…) Entendí que éstas eran necesarias para que junto con las cargas positivas generaran luz, desde la congruencia y el equilibrio de la neutralidad.

    Explico: Somos luz. Todo, y todos estamos hechos de luz. No importa si se trata de un ser humano, una planta o una mesa, todos somos luz y como dije antes, para que haya luz debe de estar en equilibrio entre positivo y negativo. Así que todo lo que existe, encierra en sí mismo el potencial de todo lo positivo y de todo lo negativo para poder existir.

    Si esto lo llevo al ser humano, quiere decir que todos somos capaces de ser tan buenos o tan malos como queramos, porque llevamos en el interior la misma carga de positivismo que de negatividad, y el reto está en mantener el equilibrio entre los opuestos, entendiendo que si me voy hacia lo positivo, estoy igual de desequilibrada que si me voy hacia lo negativo.

    Pero, ¿es posible en una vida humana lograr este equilibrio? ¿Es posible permanecer en la neutralidad teniendo como parte tan esencial al ego? Vivir sin juicio… siendo neutros, apacibles… sinceramente, ¡me suena a cuento de hadas!

    1ª PARTE

    EMPECEMOS DESDE EL PRINCIPIO

    Hablar de mi infancia, de pronto se torna complicado. Creo que desde el inicio mi vida ha demostrado una dualidad presente y latente, desde la manera en que nací.

    Recuerdo haber estado plácida, en paz, llena de amor y luz en el vientre de mi madre (lo recuerdo, de verdad), y de pronto, tres semanas antes de la fecha indicada surge un sentido de prisa y nazco disparada a este mundo, y sin saberlo queda impresa en mí esta noción de estar adelantada con prisa.

    Fui creciendo en un ambiente cálido, con una hermana cuatro años mayor, una madre trabajadora y un padre muy intenso.

    La mayor parte de mi primera infancia la pasé con Juanita, mi nana querida. Ella era amiga de mi mamá, vivía en la misma colonia que nosotros y era quien me cuidaba en las mañanas cuando mamá estaba trabajando.

    Desde la relación con Juanita y su familia se notó esa chispa de carisma que me caracterizó toda la vida. Dice Juanita que su esposo, cuando vivía, solo tenía ojos para mí, alguna vez me comentó, ya siendo yo adulta, que él me quería de una manera que ni a sus propias hijas, me decía que yo era la luz de sus ojos. Me encantaría tener más recuerdos de esa época…

    Así fui creciendo, entré al Kinder y desarrollé la facilidad para hacer amigos. Cabe mencionar desde este punto que la palabra vergüenza nunca ha sido parte de mi léxico.

    Recuerdo poco, pero la sensación es muy linda, de plenitud. Recuerdo el gran amor por mi hermana desde muy chica, recuerdo que la veía grande y quería ser como ella. Recuerdo las bromas de mi papá y su buen humor (cuando estaba de buen humor, porque también recuerdo su mal humor), recuerdo la sensación de seguridad cuando estaba con mi mamá. Parecía ser una vida muy normal hasta que el destino me actualizó lo que ahora puedo ver como mi contrato sagrado.

    A mis escasos cuatro años me enfrento con mi gran antagonista, este personaje que se encargó de hacerme la vida miserable por los siguientes cinco años. Un hombre mayor que yo, que abusó de mí sexualmente. Bajo amenaza de que si yo hablaba, mataría a mis padres, decidí no hablar del tema con nadie, y callé por años y años en donde la escena se repetía y se repetía.

    Desde la primera vez que esto sucedió, mi mente me protegió creando una realidad alterna en la que me la vivía yo sumergida: un mundo mágico de hadas, duendes, ángeles y dimensiones desconocidas mismas que visitaba a todas horas, sin importar que estuviera despierta o dormida. La protección perfecta para no sentir el dolor y evadir el drama de mi vida. ¡La verdad es que lo hacía mucho más soportable! Y es aquí donde la dualidad toca mi vida nuevamente. Aún cuando estaba viviendo la peor etapa de mi vida, era más feliz que nunca en mi mundo de fantasía.

    En medio de este embrollo, cuando yo tenía cinco años llega a mi vida el regalo más grande y hermoso del mundo: nace mi hermano, que se convierte para mí en el ícono perfecto de la inocencia. Su nacimiento me recuerda que existe la pureza y el amor sin condiciones, me recuerda que aún con los dramas que vivamos, el simple hecho de estar vivos es una oportunidad de oro.

    Considerando mi naturaleza dual, mi hermano se convierte en la luz de mis ojos, alguien con quien compartir mi mundo de fantasía (¡que cuentos más hermosos salían de mis viajes a estas dimensiones remotas!), alguien en quien pensar, que no fuera yo misma. Pero como era de esperarse, tanto amor degeneró en responsabilidad, y de pronto me convertí en una mamá chiquita que cuidaba, guiaba, aconsejaba y entretenía al nuevo integrante de la familia que desde muy pequeño aprendió a verme como su mayor apoyo y fuente de sabiduría.

    Recuerdo como siendo una niña de cinco años soñaba en las noches mil y un tragedias en donde mis papás y hermana mayor morían y me quedaba yo a cargo de mi hermanito bebé, él y yo, solos contra el mundo. Recuerdo también que la sensación que estos sueños me producía era de poder, de grandeza, en ningún momento sentí que no podía con el paquete.

    Así pasó el tiempo entre dos mundos diametralmente opuestos, hay veces que me cuesta distinguir cuál parte era la real, y cuál era producto de mi imaginación. Hasta la fecha mis padres cuentan que yo tenía unas historias inverosímiles, que las contaba como si fuera realidad, creo que hasta yo misma me confundía entre lo que era real y no.

    Mientras tanto, mi vida social transcurría sin sombra alguna, era una niña milagrosamente segura de mí misma, llena de amigos y siendo, casi siempre, el centro de atención. Algo había de esta niña fantasiosa que hacía de la fantasía una historia totalmente creíble, así fue como desarrollé mi capacidad de mentir y poner pretextos con maestría. Siempre me zafaba de los problemas con una historia que mareaba a cualquiera, y tenía la especial capacidad de hacer que otros pidieran disculpas cuando la responsable había sido yo.

    Terminando el kinder, decidieron adelantarme un año, pues tal parecía que era una niña muy lista y a la edad de cinco años sacaba libros de la biblioteca y los leía, alimentando así mi mundo de fantasía. Empecé la primaria a los seis años, cuando el resto de mis compañeros tenían siete. Nuevamente la prisa y el estar adelantada junto con la consigna que me había puesto a mí misma de sobresalir, hicieron de los siguientes años, un remolino de emociones, actividades y logros.

    Aún cuando parecía que vivía en Saturno, me las arreglé para estar en el cuadro de honor académico siempre, el arroz negro de esta historia era cuando llegaban las boletas de conducta a casa. ¡Siempre reprobada! Los comentarios eran siempre: no hizo tareas, platica mucho en clase, no pone atención, mastica chicle en clase y un sin fin de cosas que hacían de mi vida algo muy divertido.

    En la escuela a la que iba fomentaban mucho el deporte, así que yo, siguiendo los pasos de mi hermana, hacía pruebas para pertenecer a los equipos deportivos de la escuela. Mi hermana sobresalía en todos los deportes, era campeona de atletismo y ganaba medalla de oro en todas las competencias, incluso a nivel nacional. Era mi heroína, yo quería ser como ella.

    Pero definitivamente mis dones eran diferentes a los de ella, yo era un desastre para los deportes. Así que me fui por el área de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1