Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Un mapa para tu alma
Un mapa para tu alma
Un mapa para tu alma
Libro electrónico206 páginas2 horas

Un mapa para tu alma

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Este es el cuento que nos deberían haber leído a todos. Caminamos por la vida llenos de muchas dudas y de muy pocas certezas, ¡qué bien nos vendría tener un mapa para aquellos momentos en los que nos sentimos perdidos!

Un manual de vida que nos enseñe a gestionar nuestras emociones, a reconocer lo que es una relación sana de pareja, la importancia de encontrar nuestro don, aprender a perdonar, a vencer los miedos, sobre el propósito más profundo de nuestro paso por aquí… En este libro se te entrega ese mapa que anhelabas, para que puedas hallar respuestas a las preguntas de tu alma.

«I M P R E S I O N A N T E, esa es la palabra que tras leer y "sentir" este libro se me ha quedado grabada en el Alma. Está hecho de locura, magia, consciencia, verdad y amor, ingredientes de los que para mí está confeccionada la propia Vida. Leerlo te envuelve, te engancha y te resuena en lo más profundo de tu Ser».

Alonso Pulido.
Formador, escritor y speaker internacional.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 ene 2024
ISBN9788411819909
Un mapa para tu alma

Lee más de Juan De Mora

Relacionado con Un mapa para tu alma

Libros electrónicos relacionados

Ficción general para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Un mapa para tu alma

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Un mapa para tu alma - Juan de Mora

    1500.jpg

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Juan de Mora

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

    Diseño de cubierta: Rubén García

    Supervisión de corrección: Celia Jiménez

    Nota del autor: las imágenes de este cuento pertenecen a mi baraja de Tarot El camino de la vida que fui inspirado por lo divino a crear para dar un sentido más profundo a esta herramienta sagrada.

    Las ilustraciones de dicho Tarot fueron diseñadas por Juan de Mora y dibujadas por Lucía Núñez.

    Puedes adquirir la baraja en mi página web www.juandemora.com

    ISBN: 978-84-1181-990-9

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    Prólogo

    I M P R E S I O N A N T E, esa es la palabra que tras leer y «sentir» este libro se me ha quedado grabada en el Alma. Se puede decir más alto, pero no más claro. Leerlo es sentir a su autor en toda su esencia. Cada palabra, frase y párrafo están maridados con la dulzura, consciencia y ternura, que puedes disfrutar si tienes la suerte de conocer a Juan de Mora.

    Como Hijo y Padre que soy, este sería el libro que me gustaría que me hubiese escrito mi padre o que me encantaría haber escrito a mis hijos. Está hecho de locura, magia, consciencia, verdad y amor, ingredientes de los que para mí está confeccionada la propia Vida. Leerlo te envuelve, te engancha, te resuena en lo más profundo de tu Alma. Parece que se está dirigiendo a ti directamente, es como un susurro agradable cargado de sabiduría que te hace sentir más cómodo cuanto más lo lees. Te recuerda el héroe que hay en ti, es como si cada línea diera sentido a todo lo vivido, lo que estás viviendo y lo que te queda por vivir, es como un pegamento que une las piezas del puzle de tu propósito.

    Si estás leyendo estas líneas es porque lo tienes o vas a tenerlo en tus manos… ¡Felicidades! Siento que la energía que tiene este libro solo va a escoger a personas que estén preparadas para sentir lo que en su interior comparte. Así que enhorabuena, porque te ha escogido a ti, eso indica que tienes un bagaje, que has vivido ya muchas experiencias y que te has cargado de capacidad para digerir y disfrutar de este mapa de vida. Sé que lo que va a hacer es recordarte cosas que ya sabes en tu interior, pero que la «vocecita/ego» se encarga de que olvides para tu mínimo beneficio. Ojalá la vida nos ponga por delante muchos libros como este, muchos Juan de Mora en nuestras vidas, que cumplan su propósito de vida de recordarnos, una y otra vez, la consciencia de quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos, despertando así más y más almas a través de la palabra.

    La forma creativa y magistral de utilizar el tarot para transmitir un mensaje consciente y necesario a los que más queremos en este mundo, nuestros hijos, me ha parecido fascinante. Me ha hecho ver lo ignorantes que somos cuando juzgamos lo desconocido. Para mí ha sido un aprendizaje que me reconfirma que no debo ser «estúpido» en referencia a anticipar, dar por hecho o creer que ya sé de qué van cosas de las que no tengo ni p… idea. Este es uno de los muchos aprendizajes que me he llevado disfrutando de este regalo en forma de libro.

    Gracias Juan por esta joya, gracias a ti que lees esto, por ser merecedor de haber llegado a este libro. Gracias por ser de mi/nuestro equipo, ese grupo de personas despiertas que va a conseguir darle «la vuelta a la tortilla» y hacer de este mundo un lugar mejor. Gracias a Dios por ofrecernos herramientas, conocimientos y mapas como este, para saber de qué va este «juego de vida» al que accedimos ganando esa carrera entre 300 millones de espermatozoides y en la que cada uno de nosotros quedamos los primeros, para cumplir nuestro propósito de Vida, que no es más que eso que se nos da bien, nos apasiona y con lo que le hacemos bien al mundo.

    Pasa la página y comienza la aventura, vas a disfrutar como un niño, abre tu corazón y tu mente para saborear cada una de las reflexiones que nos regala esta obra de arte y no olvides ser feliz y ser tú, pero sobre todo ser tú.

    Alonso Pulido Martín.

    Empresario, formador y escritor. Creador y director de Ahumor; Amor y Humor en la Educación y Empresa, autor de los libros Amor y Humor en la Educación y La Remontada: Una Vacuna de MotivAcción para tu Vida/Empresa y 365 Reflexiones con Ahumor y coautor del libro El Mundo de los Emprendedores y Risoterapia Global. Speaker internacional, miembro de la Red Mundial de Conferencistas, fundador y presidente de la Red Mundial de Risoterapeutas, docente internacional de Europa Campus, director de la formación en Liderazgo Emocional Inteligente y mentor Ahumor.

    La lluvia no daba tregua en aquella noche inhóspita en Sevilla y su sonido repicaba en los ventanales del salón. Al calor de la chimenea y, como cada noche, recibía información espiritual de mis guías a través de los arcanos del tarot. Llegó un momento donde sentí que el tiempo no existía y comenzaron a llegar a mi mente vivencias de toda mi vida, como si pudiese volver a revivirlas en este preciso instante… comencé por el momento de mi nacimiento en el que mi madre, exhausta, se quedó dormida y no pude sentir su calor. Llegar a este mundo desconocido y ser introducido en una fría cuna de plástico no fue el recibimiento que esperaba. La soledad fue el primer sentimiento que experimenté en mi pequeño cuerpo terrenal, una sensación de que había abandonado un lugar donde me sentía mucho mejor, y no, no era el útero materno. Yo echaba de menos a Dios. Es cierto que en la barriga de mamá se estaba más calentito y abrigado, pero sus miedos me atravesaban las entrañas como si fuesen míos propios y bien que sentí esa energía aterradora durante muchos momentos de mi existencia. Y es que fue una madre muy joven y la maternidad la sobrepasaba, realmente la vida no era tarea fácil para una chiquilla que debería estar con sus amigas de fiesta y no cuidando a un bebé. Para colmo su compañero, mi padre, no era precisamente un lugar seguro donde aferrarse sino más bien el caos que provoca un hombre herido desde su más tierna infancia. ¿Cómo culparlos si ellos también estaban aprendiendo? Con el tiempo aprendí que las personas que son heridas si no se curan a sí mismas trasladan ese dolor a otras personas. Así que fui creciendo como un niño travieso y curioso que estaba más pendiente de las estrellas que de lo que sucedía aquí en la tierra. Sinceramente, no me parecía este un lugar agradable para existir. En los demás niños descubrí que existía el juego y me encantaba, pero también la crueldad del rechazo y de la envidia que ya desde muy temprana edad es inherente al ser humano. Mis ojos vieron cosas que nunca debería ver un niño, porque el dolor que se causan dos personas daña su inocencia y más si eso lo vive en su hogar. También hubo momentos bonitos, porque cuando miras el mundo con la visión de que todo está por descubrir el alma se enciende. Llegué a mi adolescencia y empecé a verme en los otros, mejor dicho, en las chicas. Me encantaba el amor, el flirteo y la sensación de gustarle a alguien que no fuese yo mismo. Entonces llegó mi primer beso y sentí que, como ahora, se detuvo el tiempo. Un escalofrío me recorrió el cuerpo desde los pies hasta el último pelo de la cabeza y tuve la sensación de que el resto del mundo en ese momento había dejado de importarme. Allí estaba yo, labio contra labio, experimentando la unión. No estaba mal eso del amor. Hasta que te haces un poco mayor y descubres que las relaciones implican aprendizajes varios y que no es oro todo lo que reluce. Que empiezan con escalofríos y puede que llegue un día donde lo que te apetece es tirarle a la otra persona un trasto a la cabeza, desde el cariño, por supuesto. Quede claro que nunca le tiré nada a nadie, aunque pudiera apetecerme. Casi sin darme cuenta me había vuelto un adulto con todas las connotaciones que ello conllevaba. Ay, qué inocente cuando estaba deseando llegar a los dieciocho años para ser libre, conducir y hacer lo que quisiera. Lo que uno no ve, es que a esa edad dejas de ser un niño y ya tus problemas no se resuelven contándole a tu madre que se han metido contigo en la calle. La vida pasaba entre momentos de diversión y momentos de tensión. Y así hasta que cumples con lo que te han enseñado que está bien visto a nivel social, es decir, te casas, te hipotecas y formas una familia. Y, ojo, adoro el haber formado una familia, no es comparable con ningún tipo de amor la devoción que uno siente por sus hijos y por la persona que te acompaña. Nacieron mis hijos y fueron, sin duda, los dos mejores momentos de mi vida, ver que esas criaturas me habían elegido para ser su papá llenó de amor mi corazón. Pero con el tiempo la responsabilidad, la presión, la seriedad, me llevaron a un punto donde levantarme cada día por la mañana se había vuelto una triste rutina que continuaba hasta la noche. Casa, coche, trabajo, coche, casa, dormir. Eso causó una herida en mi corazón. ¿Tanto camino recorrido para esto? ¿Era esto la vida o había algo más? ¿Qué estoy buscando? Y ahí recordé que cuando nací sentía que echaba de menos algo. Así que me propuse buscarlo y me encontré de nuevo con Dios. No se había ido, simplemente yo estaba tan distraído que había ignorado su presencia en mi vida. Todo lo que parecía gris de repente tomó color y me hizo ver que la vida es una aventura extraordinaria. Un regalo y un privilegio que nos ha sido concedido para que crezcamos y experimentemos. Para que reconozcamos nuestra alma. Con ese gozo en mi corazón me atreví a seguir los pasos que desde lo más profundo de mi ser anhelaba, a seguir los sueños que quería cumplir y a valorar los tesoros que cada día me habían sido prestados para mi felicidad. Me dediqué en cuerpo y alma a…

    De repente, escuché pasos en el pasillo de mi hogar. Eso me trajo de vuelta al presente y a los preciosos arquetipos que tenía por delante. Había estado tan ensimismado en mi repaso vital, que no me había dado cuenta de que Daniel, parado frente a mí, me observaba en silencio.

    ―Papá, ¿qué estás haciendo? ―Daniel tenía once años, pero desde muy pequeño ya era un niño diferente. Sensible. Conectado. Especial. Te miraba fijamente y parecía que te estaba viendo por dentro.

    ―Estoy usando el tarot.

    ―Ah, un día vi a un hombre usándolo por la tele. Le decía a la gente lo que le iba a pasar… no me gusta mucho eso, papá.

    Ante su respuesta, fruncí el ceño. Sentía el tarot como una herramienta sagrada que me había ayudado mucho en mi vida. La visión limitada del vidente que te predice el futuro me provocaba cierta tristeza.

    ―Toma, Daniel, coge esta carta ―Le di el arcano de «la Papisa»―. ¿Qué te inspira?

    La miró un largo rato antes de dar su respuesta, como si se estuviese recreando en ella. Después, entornó un poco los ojos y respondió rotundo:

    ―Sabiduría.

    ―Hijo mío, esa virtud está en ti y la carta solo ha hecho reflejarla. Como un espejo está mostrando la belleza de tu subconsciente.

    ―Gracias, papá, pero sigo sin entender para qué usas estas cartas tan extrañas.

    ―Está bien, Daniel. Hace mucho que no te cuento un cuento, valga la redundancia. ¿Te apetece?

    Daniel se acurrucó junto a mí, tomé mi baraja y pedí a mis guías espirituales que me acompañaran en el difícil trayecto de explicar a un «maestro» de once añitos lo que su alma ya sabía.

    ―Bien, escúchame atentamente porque cada parte de este camino es muy especial. Te iré mostrando cada uno de los arcanos mayores del tarot, que son parte de este cuento, al que llamaré El Camino de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1