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Jugando con fuego
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Libro electrónico199 páginas3 horas

Jugando con fuego

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Dayana descubre la infidelidad de su pareja, Cansada de que todos los hombres le paguen igual en un momento de frustración, enojo e ira se termina involucrando con el padre de su novio, ese encuentro solo sería el comienzo del camino por un peligroso sendero en donde podía salir enamorada o herida de nuevo.

IdiomaEspañol
EditorialPublishdrive
Fecha de lanzamiento8 may 2023
Jugando con fuego

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    Jugando con fuego - PopNovel

    Chapter 1  Pelea Nocturna

    Las luces de muchos colores del lugar son suficientes para desorientarte y aturdirte, se mueven de un lado a otro sin posarse en el mismo sitio tan siquiera por un segundo, la música es tan fuerte y ensordecedora que para hablarle a la persona que está a escasos centímetros de ti necesitas gritarle con una fuerza considerable, si no estás mezclado en el ambiente fácilmente terminarás con un dolor de cabeza.

    Los clubes nocturnos eran así despues de todo, en una mesa del lugar se encuentra Dayana, esta sentada con los brazos cruzados, sumamente aburrida y con algo de sueño, observa con desinterés a su novio Edgar.

    Al contrario de ella el esta de lo más divertido bailando con otra mujer en la pista de baile, una mano de el esta posada sobre la diminuta cintura de la mujer, mientras en la otra mano sostiene su bedida, ambos frotan sus cuerpos al ritmo de la música en un intento de baile.

    A Dayana parece no importarle ni afectarle, esta esperando que Edgar termine su bebida para irse a casa a descansar, ella sin duda no estaría ahí de no ser por su novio le insistió bastante en que lo acompañara, aunque al final de cuentas siempre terminaban dejándola sola.

    Ella era su trofeo le gustaba que lo acompañara a todas partes, no porque disfrutara de su compañía o la quisiera mucho, si no por el simple echo de presumir ante los demás que ella estaba con el y no con los otros que también la querían a su lado.

    Pero Dayana no era ajena a lo que pasaba, ella también estaba con el para que los demás no la molestaran, Edgar tenía una posición respetada en la universidad, así que ella prefería aguantar a un idiota que tener a miles molestandola día con día. Al final de cuentas ambos tenían sus propios intereses para estar juntos.

    — ¿¡Te gustaría bailar?!

    Un joven alto y apuesto de tez morena se acerco a Dayana para invitarla a bailar, ya tenía rato observándola mientras ella estaba distraída y aparentemente aburrida mirando hacia la pista.

    No tenía el aspecto a las demás chicas del lugar, había tacones, faldas cortas, escotes pronunciados y vestidos completamente ajustados por todos lados, pero Dayana llevaba un vestido ajustado hasta la cintura, la parte baja era amplia y un poco esponjosa, estaba algo corto pero no era del todo perceptible, era de manga larga y no tenía escote así que su apariencia le pareció tierna y adorable.

    Dayana lo volteo a ver con las cejas algo fruncidas, el chico al contemplar su rostro fue ajeno a la mirada fría de la hermosa mujer, tenía los ojos de un color verde intenso, que brillaban bajo las luces del lugar como los de un gato, por más que recorría su rostro le era incapaz encontrar algún defecto o imperfección.

    Se quedó cautivado al instante por ella, Dayana se contuvo para no reír en la cara del chico quien tenia un rostro con la mirada perdida como si estuviera viajando entre las nubes, a ella le pareció muy tonto.

    — No gracias, vengo con mi novio...

    De una manera cortante y seca ella le respondió para después voltear a ver hacía el otro lado, tenía la esperanza que en cuanto el chico sintiera su frialdad se marchara.

    Apesar que el chico quedó desilusionado ante la actitud de la bella mujer, en cuánto ella le volteo la cara le llegó el fresco aroma de su cabello oscuro que se miraba sedoso y brillante, eso lo motivó nuevamente.

    — Si tienes novio... ¿Donde está el? ¿¡Cómo se atreve a dejar a una mujer tan hermosa como tú sola?!

    Dayana suspiro pesadamente y puso los ojos en blanco, no respondió nada simplemente ignoro al chico, pero no muy lejos de ellos Edgar después de mucho rato recordó que había llevado a su novia con el y la había dejado sola en la mesa que reservó.

    Tardo un poco en enfocar su visión, ya estaba algo tomado, así que en cuanto miro a su bella novia y un chico a su lado muy cerca se recompuso enseguida; de una manera algo brusca alejó a la chica que estaba bailandole frente a el y se fue abriendo paso entre la multitud para llegar a ellos.

    Dayana no quería mantener una conversación con ese chico, así que optó por ignorarlo con la esperanza que este se fuera pero el chico seguía ahí, ya había tomado la decisión se correrlo de una manera sutil cuando de repente a espaldas del chico llegó Edgar y le dio un fuerte puñetazo en la cara; lo hizo caer justo en las piernas de Dayana, ella levantó los brazos y antes de que pudiera empujarlo para quitárselo de encima Edgar lo levantó de la parte tracera de su camisa y lo golpeó de nuevo.

    Ya habían llamado bastante la atención, así que Dayana se puso rápidamente de pie para llevarse a su novio y evitar una escena, pero el chico se levantó rápidamente y tlaqueo a Edgar, empezaron a pelearse como animales salvajes dando vueltas por el suelo.

    Rápidamente los guardias de seguridad empezaron a abrirse paso entre la multitud de borrachos que disfrutaban de la pelea entretenida. En cuanto llegaron a ellos y lograron separarlos Edgar golpeó a uno de los guardias de seguridad, ante eso su compañero pidió apoyo y ya estaban más guardias en camino.

    — Esto no es posible...

    Dayana se quejó en voz baja mientras masajeaba su frente, Edgar era un constante dolor de cabeza para ella, aveces pensaba que era mejor lidiar con los acosadores de la universidad diario que con el, pero era su manera de esconder sus sentimientos ya que en el fondo estaba con el porque le había tomado cariño después de tantos meses de salir juntos.

    De repente llegaron más guardias al centro de la pelea, tomaron a Edgar de brazos y piernas para secarlo a como diera lugar ya que el otro chico estaba desmayado en el suelo mientras Edgar seguía golpeándolo como un animal enloquecido.

    Dayana miró como los guardias se dirigían a la salida con el en brazos, así que tomó su pequeño bolso plateado para salir de el lugar también.

    Chapter 2  ¿¡Me esta gustando mi novio?!

    Las luces y sonidos de las sirenas llenaban toda la calle, ya se le hacía mucha belleza a Dayana que simplemente le dieran una patada en el tracero a Edgar para sacarlo como las veces anteriores.

    Un oficial tenía sometido a Edgar mientras lo revisaban, ella tenía unas enormes ganas de ir a bofeterlo una y otra vez por su comportamiento impulsivo e idiota.

    — ¡Sueltenme! ¡Ese tipo empezó!

    Edgar arrastraba un poco las palabras mientras gritaba como un completo loco, el exceso de alcohol en el era evidente en su voz. En cuánto terminaron de revisarlo el oficial le puso las esposas, cuando lo levantó para meterlo a la patrulla el miro a Dayana, ella tenía sus brazos cruzados sobre su pecho mientras lo miraba molesta, pero el ya estaba acostumbrado a eso.

    — ¡No te preocupes por mi hermosa! ¡Mi padre me sacará de aquí como por arte de magia! ¡Tu ve a descansar nos vemos mañana en clases!

    Edgar le dedicó una sonrisa pícara a Dayana antes de ser metido en la patrulla, el cabello rubio y lacio de el estaba completamente revuelto, sus ojos azules estaban un poco rojizos de las orillas pero aún así se miraba muy atractivo.

    El corazón de Dayana se aceleró un poco pero se recompuso casi al instante, saco su celular para pedir un auto que la llevara a casa pero en cuanto estaba poniendo la dirección, pensó en Edgar y lo que le dijo antes de que se lo llevaran.

    El padre de Edgar era un hombre ocupado, que ella apesar de tener 10 meses saliendo con el jamás lo había visto, en ocasiones que visito su casa y el señor se encontraba ahí estaba tan ocupado trabajando en su estudio que jamás salío.

    ¿Y si su padre está tan ocupado que no puede ir por el?

    Dayana pensó... sin quererlo estaba preocupada por Edgar de que pasara mucho tiempo detenido, torció los labios un poco y miro al cielo nocturno mientras cerraba con fuerza los ojos.

    Al final se decidió en ir por el y pagar la fianza para sacarlo, así que cambió la dirección para ir por Edgar a la delegación.

    .....

    De camino al lugar se puso a pensar en Edgar, en como últimamente se estaba preocupando más por el, en como estaba teniéndo cada vez más paciencia con el y eso ya era decir mucho...

    Penso en las veces que habían ido a comer, salidas al parque, al cine, los detalles que el tenía con ella y las frases bonitas que el le decía. Al pensar en todo eso el corazón de Dayana empezó a latir con un poco más de fuerza y empezó a sentir un extraño calor en su interior.

    Ella era consiente de las intenciones iniciales de Edgar en la relación así como ella tenía las suyas, pero pensó que quizás con el tiempo que llevaban juntos las cosas estaban cambiando, así que empezó a dudar y a considerar la posibilidad de tomar más enserio su relación.

    Al llegar a la delegación se apresuró a llegar a la recepción para preguntar por el, apesar de tener una actitud fría y serena, por dentro curiosamente era un manojo de nervios.

    — Buenas noches... disculpe busco a Edgar Escalante, lo trajeron aquí hace como media hora, me gustaría pagar su fianza.

    — Un momento por favor....

    La chica empezó a teclear con habilidad sobre el computador que estaba frente a ella, en cuestión de segundos encontró la información de la solicitante.

    — La fianza de Edgar Escalante ya fue pagada, su padre está dentro en estos momentos con el.

    — ¡Oh! De acuerdo gracias...

    Dayana le sonrio a la joven y se alejó para recargarse en una pared, no esperaba que el padre de Edgar fuera tan rápido, al parecer lo había subestimado.

    Empezó a debatirse entre esperar a verlos salir para mirar a Edgar, pensó que como buena novia debía esperar por el afuera, pero lo más seguro es que el padre de Edgar no iba a estar nada contento con el así que quizás lo mejor era marcharse.

    Unas puertas de metal se abrieron y de ellas salió un hombre alto con pantalon negro y camisa de vestir blanca, tenía unos ojos azul oscuro, cabello castaño claro y la piel ligeramente morena.

    La recepcionista no pudo evitar suspirar al verlo, y así como admiro su tonificada espalda al entrar al área de celdas, lo observo cautivada mientras lo miraba marcharse.

    El paseo su mirada por el lugar y esta se detuvo en una joven de cabello ondulado oscuro y vestido blanco que estaba recargada en una pared, ella estaba jugueteando con su labio inferior dándole golpecitos ligeros con el dedo índice.

    A el le pareció algo familiar eso, así que se detuvo a una distancia prudente de ella cuando ya la había pasado y observo su rostro, ella parecía estar sumida en sus pensamientos.

    Mirándola detalladamente se dio cuanta de quién era, ya la había mirado varias veces por los monitores de las cámaras de seguridad de su casa, seguro de si, se acercó a ella.

    En cuanto pareció oscurecerse de pronto por la sombra de alguien al frente, ella levantó la mirada para toparse con el rostro de un hombre serio y frío pero muy apuesto.

    Ella frunció las cejas un poco, el hombre quedó sorprendido ante la belleza de esa joven, ella lo miraba indiferente y a la defensiva, se recompuso de inmediato y el hablo.

    — Eres la novia de Edgar ¿No es asi?

    — ¿Y usteded es...?

    El estaba más que listo para recibir una respuesta aprovatoria, ya que estaba totalmente seguro que esa chica era la que había visto en su casa, pero en vez de un simple si, recibió como respuesta otra pregunta con un tono amenazador de parte de ella.

    — Yo soy su padre Alexander, lamento no habermos presentado antes...

    El hombre tendió su mano para saludarla, ella se quedó perdida por unos instantes mirando a los ojos al hombre, mientras levantaba una ceja...

    ¿¡El es el padre de Edgar?!... No puedo creerlo, se mira tan joven

    Alexander torció sus labios ligeramente, estaba acostumbrado a las miradas de asombro y admiración de las mujeres, más sin embargo Dayana lo observaba con asombro pero un ligero toque de molestia.

    Chapter 3  Situación incómoda

    Dayana estrechó la mano del hombre al poco tiempo que fue consiente que ya había pasado tiempo de más mirándolo algo extraño, el ambiente entre ellos empezó a sentirse pesado e incómodo así que ella habló sin pensarlo.

    — ¿Donde esta Edgar?

    Aunque no lo noto, la pregunta le salió con un toque de preocupación, cosa que curiosamente incomodo un poco a Alexander, éste se aclaró la garganta y volteo a otro lado.

    — Se quedará dos horas más aquí encerrado como castigo de mi parte por su comportamiento indebido, espero no te moleste

    — No... para nada.

    Ahora Dayana habló de una manera tan distante e insensible que Alexander volteo a verla confundido, en un principio parecía preocupada por su hijo, pero ahora parecía que no le interesaba.

    — Me imagino que querías verlo, si quieres vamos a casa, puedes esperarlo ahí si gustas

    — No debería, es demaciado tarde ya

    — Te puedes quedar en la habitación de invitados, así se pueden ir juntos mañana a clases.

    El estaba tratando de ver hasta donde llegaba la preocupación y el interés que ella tenía por Edgar ya que se quería quitar la duda que sus anteriores comportamientos le habían causado.

    Dayana no era tonta así que supo que Alexander estaba midiendo de cierta manera su relación con Edgar, ella se abría negado inventando mil y un excusas pero ya que hace no mucho pensó en la posibilidad de tomar más encerio su relación con Edgar esto podía ser un buen inicio, creando una impresión positiva de ellos ante Alexander el padre de su novio.

    — Claro me encantaría, si no es mucha molestia claro.

    — Para nada... vamos...

    Alexander se hizo a un lado extendiendo el brazo para que Dayana empezara a caminar para después posicionarse a su lado, el era bastante alto a su lado, era aun más notorio ya que ella llevaba unos zapatos planos.

    Al llegar al auto, un hermoso Mercedez negro Alexander le abrió la puerta del copiloto como un gesto caballeroso de su parte, pero Dayana abrió la puerta tracera y lo miro.

    — Iré en la parte tracera si no le importa.

    Sin esperarse a su respuesta, se metió y cerró la puerta, Alexander se quedó observando su mano sosteniendo la puerta del copiloto por unos segundos, era la primera mujer que despreciaba su caballerosidad, cerró la puerta y rodeó el auto para ir a casa.

    El camino fue silencioso, ambos no dijeron palabra alguna, Alexander estaba sumido en sus pensamientos mientras Dayana igual.

    Ella se preguntaba si había sido buena idea aceptar ir a casa de Edgar, al final de cuentas ya tenía algo de sueño y sería algo grosero de su parte irse a dormir y no esperar despierta la llegada de Edgar.

    Ya casi eran la 1 a.m.

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