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Destrozada: Romance De Un Multimillonario (La Serie Completa)
Destrozada: Romance De Un Multimillonario (La Serie Completa)
Destrozada: Romance De Un Multimillonario (La Serie Completa)
Libro electrónico347 páginas6 horas

Destrozada: Romance De Un Multimillonario (La Serie Completa)

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Información de este libro electrónico

Dos días antes de su lujosa boda en Upper Eastside, la artista Lila Tierney es apuñalada y dada por muerta por un asaltante desconocido. 


Despertando en el hospital ella se siente devastada al descubrir que su prometido Richard ha sido arrestado por organizar su asesinato.

Dieciocho meses después, tr

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 sept 2021
ISBN9781639700875
Destrozada: Romance De Un Multimillonario (La Serie Completa)

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    Destrozada - Kimberly Johanson

    Destrózada

    Destrózada

    Romance de un Multimillonario (La Serie Completa)

    Kimberly Johanson

    Índice

    1. Ahora... Upper East Side, Manhattan

    2. Ahora…

    3. Tres años antes…East Village, Manhattan

    4. Ahora…Hospital Lenox Hill, Manhattan

    5. Entonces… Hospital Lenox Hill, Manhattan

    6. Entonces…Lonchería de Friedman en la 9na, Ciudad de New York

    7. Ahora… Hospital Lenox Hill, Manhattan

    8. Entonces…Restaurante, East Village, Manhattan

    9. Ahora…

    10. Ahora…Hospital Lenox Hill

    11. Ahora…Hospital Lenox Hill

    12. Entonces… Bar de Mickey, Manhattan

    13. Ahora…Hospital Lenox Hill

    14. Ahora…Hospital Lenox Hill

    15. Ahora…Hospital Lenox Hill

    16. Ahora…Hospital Lenox Hill

    17. Entonces…Villa Greenwich, Manhattan

    18. Entonces…Bosque, Mansión Carnegie, Westchester

    19. Ahora…Hospital Lenox Hill

    20. Entonces…Upper East Side, Manhattan

    21. Ahora…Upper East Side, Manhattan

    22. Entonces…Upper East Side, Manhattan

    23. Ahora…Isla Riker, Ciudad de New York

    24. Apóyate en mí

    25. Westchester

    26. Ciudad de New York

    27. Seattle

    28. Manhattan

    29. Isla San Juan, estado de Washington

    30. Manhattan

    31. Isla San Juan, estado de Washington

    32. Manhattan

    33. Isla San Juan, estado de Washington

    34. Manhattan

    35. Isla San Juan

    36. Manhattan

    37. Isla San Juan, estado de Washington

    38. Manhattan

    39. Manhattan

    40. Estado de Washington

    41. Manhattan

    42. Isla San Juan, estado de Washington

    43. Seattle

    44. Seattle

    45. Seattle

    46. Manhattan

    47. Seattle

    48. Manhattan

    49. Seattle

    50. Manhattan

    51. Isla San Juan

    52. Seattle

    53. Isla San Juan

    54. Upper East Side, Manhattan

    55. Manhattan

    56. Manhattan

    57. Islas Hawaianas

    58. Manhattan

    59. Seattle

    60. Manhattan

    61. Seattle

    62. Manhattan

    63. Seattle

    64. Epilogo

    ©Copyright 2021 por Kimberly Johanson

    Todos los derechos Reservados

    De ninguna manera es legal reproducir, duplicar ni transmitir ninguna parte de este documento en cualquier medio electrónico o en formato impreso. Queda prohibida la grabación de esta publicación y no está permitido ningún tipo de almacenamiento de información de este documento, salvo con autorización por escrito del editor. Todos los derechos son reservados.

    Los respectivos autores son dueños de todos los derechos de autor que no sean propiedad del editor.

    Vellum flower icon Creado con Vellum

    Destrózame

    Romance de un Multimillonario (Destrozada 1)

    Destrozada #1: Destrózame…

    Dos días antes de su lujosa boda en el Upper East Sde, la artista Lila Tierney es apuñalada y dejada por muerta por un asaltante desconocido. Al despertarse en el hospital, ella se siente devastada al descubrir que su prometido, Richard, ha sido arrestado por intentar asesinarla. Mirando hacia atrás sobre su relación sensual y tumultuosa, Lila busca pistas sobre por qué Richard podría querer su muerte, pero no puede conciliar su amor con lo que ha sucedido. Mientras Richard languidece en la cárcel a la espera de juicio, una agotadora y extenuante recuperación mantiene a Lila en su punto más bajo hasta que conoce al guapo doctor Noah Applebaum. A pesar de su lealtad a Richard, Lila no puede resistirse a los sentimientos que él despierta en ella. Todo cambia sin embargo, cuando una tragedia golpea el Carnegie y Lila tiene que reevaluar su vida. Pero cada vez más paranoica y cuando los secretos son revelados, ella debe tratar de mantener su cordura, así como salvar su vida...

    Capítulo 1

    Ahora... Upper East Side, Manhattan

    Lila salió del vestido, sonriendo mientras la asistente recogía el tejido y se ponía de pie, con los ojos interrogantes. Lila asintió. ‘Es perfecto, gracias. Siento que hayas tenido que hacer esas alteraciones, pero la madre de Richard es mucho más delgada que yo.’

    La ayudante, Tess, con quién se había hecho buena amiga en estos meses desde que se conocieron, entornó los ojos. ‘Oh, ni lo digas. Yo mataría por tus curvas.’

    Lila se ruborizó y le dio las gracias mientras Tess daba la vuelta para irse. Lila miró en el largo espejo su reflejo. Esto realmente estaba sucediendo. Lila Tierney, artista, huérfana, nativa de Seattle, Washington se emparentaba con una de las familias más antiguas y ricas de Nueva York. Ella que había pasado muchas noches durmiendo en su coche porque no podía pagar el alquiler o alcanzar que la comida le durará una semana. Robando manzanas de los árboles del vecino con su mejor amigo Charlie cuando eran chicos en el hogar de niños.


    Diez y ocho meses desde la propuesta de Richard y ella no podía creer el torbellino que había sucedido en su vida. Ahora estaba allí, en la boutique de novias más exclusiva de Seattle, una que era sólo por invitación, probando vestidos para su boda. Afortunadamente, Delphine, la naturalmente elegante madre de Richard, había ofrecido su propio vestido de novia, y aunque Lila había estado escéptica, era perfecto, simple, ligero, cómodo pero clásico.


    Lila sacudió la cabeza. Por Dios, ¿qué demonios le había ocurrido a ella? Ella no era del tipo tradicional, ni siquiera para el matrimonio, pero la alegría que había visto en los ojos de Richard cuando ella había aceptado casarse con él... la felicidad de él la alegró. Y su familia -lejos de los esnobs de Upper East Side que ella había esperado- era acogedora, cálida, especialmente Delphine, que había tomado a la tímida Lila bajo su cobijo y la había hecho sentir parte de su familia. Delphine, madre de cinco, no tenía favoritismo con sus hijos, pero sí con sus parejas; Lila era su amiga, su compañera y Lila apreciaba mucho a la mujer mayor.

    Su teléfono celular sonó. Un texto de su mejor amigo, Charlie. ¿Cómo te va?

    Ella lo llamó de vuelta, su pecho se reconfortó cuando escuchó su voz profunda y amorosa. ‘El vestido de Delphine... es perfecto, no excesivamente, pero es justo... yo.’

    ‘Me alegra escuchar que no te has ido demasiado al Upper East Side.’

    Ella sonrió por el teléfono a su viejo amigo. ‘Oye, West Coast, la mejor costa, siempre.’

    ‘Me alegra oírlo. Mira, yo podría ir para encontrarnos, llevarte a almorzar. Podría estar allí en cinco minutos.’

    Ella le dio la dirección. ‘Estoy hambrienta, así que date prisa.’

    ‘¿Cuándo no tienes hambre, gordita?

    Ella sopló una trompetilla por el teléfono y colgó, sonriendo para sí misma.

    Se vistió apresuradamente, tomó su cepillo para el pelo y lo arrastró a través de su enmarañado y oscuro cabello hasta los hombros. Su sencillo vestido de algodón era de color rosa y hacía brillar su dorada piel, sus grandes ojos violetas amplios y brillantes. Sonrió ante su reflejo. Últimamente, su cara siempre parecía enrojecida y emocionada, y Lila decidió que le convenía.

    Terminó de arreglarse, cogió su bolso y apartó la cortina del vestidor. Se puso en marcha cuando vio a un hombre, con una máscara de esquí que cubría su rostro, de pie justo afuera del cubículo, mientras le pasaba una mano por la boca y la empujaba contra la pared del vestuario, ella lo vio. Su cuchillo. Sin dudarlo, su agresor llevó la hoja a su vientre una y otra vez.

    Dolor. Dolor inimaginable.


    Incluso si hubiera podido, Lila no tuvo tiempo de gritar.

    Capítulo 2

    Ahora…

    Parpadeo.

    Dolor. Alguien gritando. Podía oler sangre.

    Parpadeo.

    Alguien hablando con ella. ¿Lila? Cariño, ¿puedes oírme? Charlie. Ayúdame.

    Parpadeo.

    Está perdiendo demasiada sangre; Tenemos que llevarla al teatro ahora. Urgente, urgente.

    Parpadeo.

    ¿Quién haría esto?

    Parpadeo. ‘Te estamos anestesiando ahora, Lila, solo relájate.’

    ¿Quién hizo esto?

    Parpadeo.

    ¿Quién podría?

    ¿Quién?

    Ojos cerrándose ahora, oscuridad.

    ¿Quién?

    …¿Y por qué?

    Capítulo 3

    Tres años antes…East Village, Manhattan

    Lila secó la barra mientras Mikey, el dueño del bar, cerraba las puertas. Era un sábado por la noche -de hecho, era domingo ahora, Lila sin embargo, mirando el reloj. Tres a.m. y ella tenía una última tarea que hacer y luego su cama la estaba llamando. Mikey le sonrió agradecido.

    ‘En serio, Lila, si no te hubieras ofrecido a quedarte y ayudarme a limpiar, yo estaría aquí hasta el martes. Qué noche.'

    ‘Bueno, si me ofrecieras una cerveza a mitad de precio...’

    ‘¿Espera… qué?’

    Ella le sonrió. ‘Estoy bromeando. Amigo, tengo razones maquiavélicas... Charlie y yo estábamos pensando en ir a Seattle por una semana. Mira el viejo suelo pisoteado. ¿Alguna posibilidad de que obtenga una semana libre pronto?

    Mikey consideró. ‘Mientras arreglemos que alguien te cubra, no veo por qué no. Incluso pagaré una semana de vacaciones por adelantado.’

    Lila lo miró con sus grandes ojos violetas. ‘¿En serio?’

    Mikey sonrió mientras apilaba sillas en las mesas. ‘Por supuesto, ¿crees que soy un tirano?’

    ‘No; Creo que eres el mejor, gracias.’

    'De nada. Así que dime de nuevo... ¿por qué es que tú y Charlie no son algo? Aparte de ser él el bicho más espantoso de este lado del Hudson.’

    Lila entornó los ojos. Desde que ella había empezado aquí hacía un año, haciendo malabares entre el trabajo del bar y sus estudios en la Escuela de Artes Visuales, se había enamorado de Nueva York y la actividad constante de la misma. Su mejor amigo Charlie, el muchacho con el que ella había crecido de manera más cercana en el hogar de niños, ahora sargento detective policial, se había trasladado con ella desde Seattle, para su sorpresa y gratitud. Habían compartido un apartamento durante unas semanas antes de que Lila decidiera que quería ver si ella podía salir sola adelante. Charlie había sido comprensivo, incluso la había ayudado a mudarse, y se alegró de que su amistad fuera tan fuerte como siempre.

    Charlie, unos años mayor que ella a los treinta y cuatro años, era difícil para cualquiera que no lo conociera tan bien como Lila. Un hombre serio e intenso, sin embargo, no le faltaba la atención femenina con su mirada sombría, casi peligrosa. Su última novia había terminado con él cuando se dio cuenta de que él nunca iba a proponérsele y desde entonces él era el rey del sexo ocasional de una noche. La mayoría de las noches, sin embargo, él pasaba el rato con Lila, feliz de ver TV mientras ella estudiaba; incluso cocinaba para ella.

    Lila adoraba a Charlie, lo había hecho desde que eran jóvenes y vivían en el hogar de niños en Seattle. Él había cumplido catorce años; ella era una pequeña niña cuando él la tomó bajo su cuidado. Cuando ella tenía diecinueve años, lo ayudó a celebrar su trigésimo cumpleaños bebiendo (ilegalmente) demasiado tequila –fue la primera y única vez que su relación se había vuelto sexual. Lila perdió su virginidad con Charlie esa noche, y aunque fue una noche maravillosa y sensual, nunca lo habían repetido. Demasiada historia y Lila tenía miedo de amargar su amistad.

    Así que, ahora, mientras ella sonreía a su jefe, negó con la cabeza. ‘Amigo zona 101. Y él no es aterrador, sólo es reservado. Es cierto’ se rio para sí misma, ‘él es el rey de la Cara de Perro en Descanso. Pero, Mikey, si lo conocieras... él es la persona más amable y cálida de todas.’

    Mikey se quedó boquiabierto. ‘Tomaré tu palabra.’

    Hubo un golpe en la puerta que los sorprendió a ambos. Mikey miró por la ventana y se rio entre dientes. ‘Hablando del demonio…’

    Charlie asintió mientras Mikey le abría la puerta. ‘Gracias hombre -su rostro se suavizó al ver a Lila. ‘Oye, Snooks. Por ser un turno nocturno, pensé que podía venir y llevarte a casa.’

    ‘A ella le vendría bien’ murmuró Mikey, con aceptación y Lila, se ruborizó ante él y luego fue a abrazar a Charlie. ‘Eres un salvavidas.’

    Afuera, el compañero de Charlie, Riley Kinsayle, un alegre detective rubio le sonrió. 'Hola preciosa. ¿Aún soltera?’. Riley, que tenía un enorme enamoramiento por Lila, nunca dejaba que la oportunidad de coquetear con ella pasara. Él era la antítesis absoluta de Charlie -abierto, gregario, terriblemente apuesto, con su barba rubia desordenada y una amplia sonrisa. Si él no hubiera sido el compañero de Charlie entonces, se dijo Lila a sí misma, yo habría absolutamente salido con Riley, pero era que tú no sales con los amigos de tus amigos. Ocasionalmente, sola en la noche, Riley se metía en sus fantasías –y a veces, ella sonreía para sí misma, Riley y su hermano gemelo, Woods –quién definitivamente era bello pero una verdadera obra también.

    Ella desechó ese pensamiento ahora mientras subía en la parte posterior del coche. Riley se dio la vuelta. ‘Oye, ¿quieres subir aquí? ¿En mi regazo?’

    Ella rio y le besó la mejilla. ‘¿En otro momento?'

    ‘Seguro que será mejor en otro momento.’

    Charlie se metió en el asiento del conductor y sonrió a ambos. ¿Ves? No es aterrador, pensó Lila con cariño.

    ‘¿Quieres que arreste a este tipo por acoso?’ le dijo a Lila, su voz en un tono profundo y ligeramente plano.

    Ella sonrió. 'De ninguna manera. Si se detiene, entonces puedes arrestarlo por no ser acosador.’

    Riley se echó a reír y chocó las manos con ella mientras Charlie soltaba un gruñido. ‘Eso no es posible, ¿sabes?’

    Sacó el coche a una calle tranquila de Nueva York y giró el coche hacia el puente de Brooklyn. Charlaron casualmente hasta que de repente Charlie golpeó los frenos y salió del coche, con el arma afuera. Riley abrió la puerta del coche. ‘Quédate aquí, hermosa.’

    Lila sentada, alarmada. Charlie y Riley corrieron a un callejón donde ella podía ver a un grupo de hombres reunidos alrededor de alguien en el piso. Ella vio como los dos detectives se acercaron, entonces el grupo se apresuró a disolverse, Charlie empezó a perseguirlos mientras Riley ayudaba a quienquiera que estuviera a sus pies. Cuando Riley acercó la figura, vio que era un hombre joven, cubierto de sangre, apenas capaz de ponerse de pie. Lila abrió la puerta y salió.

    ‘Jesús... aquí, Riley, ponlo en el asiento de atrás, y yo me ocuparé de él. Ve a ayudar a Charlie.’

    Riley, con cara sombría, asintió, aunque claramente no estaba feliz de dejarla sola con el herido. Lo colocó en el asiento trasero del coche y Lila se acercó a él, se quitó el chaleco y lo usó para limpiar algo de la sangre de los ojos del hombre. Estaba obviamente aturdido, con sangre derramada por heridas en su cara y mandíbula. Él hizo una mueca cuando le tocó suavemente la cara.

    ‘Creo que te has roto el pómulo -dijo con suavidad-, no es que yo sea una experta. Te llevaré al hospital, lo prometo, en cuanto vuelvan los chicos.’

    Le limpió la sangre lo mejor que pudo sin lastimarlo. Al cabo de un rato, vio que la miraba y le sonrió.

    ‘Eres realmente hermosa’ dijo con voz agrietada, y ella rio entre dientes.

    ‘Y te haremos chequear la conmoción cerebral’ bromeó, aunque la conmoción cerebral era una posibilidad muy real en este caso.

    Él sonrió. Era guapo, incluso con el rostro desordenado, el cabello corto ondulado y oscuro, tenía profundos ojos marrones chocolate, tan llenos de dolor en ese momento que ella no pudo evitar sonreír de nuevo y su corazón comenzó a golpear sólo una fracción más rápido. ‘¿Cómo te llamas, ángel?’ Su voz, todavía rota, era rica y cálida.

    ‘Lila -dijo-, Lila Tierney. ¿Y quién eres tú?’

    El hombre levantó la mano y le acarició suavemente la mejilla. ‘Lila... Estoy muy, muy encantado de conocerte... Soy Richard...’

    Capítulo 4

    Ahora…Hospital Lenox Hill, Manhattan

    ‘¿Lila? Lila, querida, me gustaría que despertaras ahora... está bien, abre los ojos.’

    La mujer tenía una voz tranquilizadora, y Lila quería hacer lo que ella pedía, pero tenía miedo. ¿Qué vería ella? ¿Estaba muerta o viva?

    Dolor. Oh dios, ahí estaba, la agonía y abrasadora agonía que había sentido la primera vez cuando ese cuchillo había cortado sin piedad su carne. Al instante, estaba de vuelta en el vestidor, sonriendo mientras retiraba la cortina, luego el choque, el aliento que se arrancaba de su cuerpo cuando fue apuñalada. Su atacante, ¿su asesino? -gruñendo mientras él la atacaba, viciosos y crueles golpes. Él. Un hombre. Dios ayúdame…

    ‘Lila, está bien, es la doctora Honey, abre los ojos si puedes.’

    Un doctor, no un ángel. Lila abrió los ojos, hurgando entre la luz, despertando a un nuevo horror. Un tubo por su garganta y desconocidos a su alrededor.

    No. No todos extraños. El rostro de Charlie era aún más grave que de costumbre, destrozado por la preocupación y el dolor, y estaba de pie al final de su cama. Levantó la mano y lo alcanzó. Charlie miró a la doctora quién le sonrió alentadoramente.

    ‘Por favor, toma su mano. Esto es realmente un buen progreso... ella ha estado en coma durante un mes; Esto significa que ella te reconoce.’

    Un mes. Oh Jesús, no... Una lágrima rodó por su cara y Charlie se movió rápidamente entonces, tomando su mano e inclinándose para besar su mejilla, besando la lágrima. Eso fue un gesto tierno, cariñoso para hacer... pero se sintió tan mal. Por mucho que ella adorara a Charlie, debía ser Richard aquí, sosteniendo su mano, besando sus lágrimas. Ella agarró la mano de Charlie, abriéndose hacia la palma de su mano. La doctora se movía en su visión periférica.

    ‘Lila, por favor, no te esfuerces demasiado.’ Pero ella la ignoró y, con el dedo, trazó letras en la palma de Charlie.’

    ¿Por qué aquí?

    Los ojos de Charlie estaban obsesionados. ‘Te apuñalaron, cariño.’ Así que ella estaba recordando correctamente. Dios.

    ¿Por qué?

    Aturdida, vio que sus ojos se llenaban de agua, y apartó la mirada. ‘No lo sabemos, Lila. Aún no.’

    ¿Cuánto tiempo?

    ‘Un mes, nena.’

    ¿Dónde está Richard?

    Ella lo vio mirar a la doctora y vacilar. La doctora sacudió un poco la cabeza. Charlie le dirigió una sonrisa a Lila, forzada. ‘Llegará más tarde, cariño.’

    Lila, agotada, dejó caer su mano. La doctora intervino entonces, revisando sus reflejos, haciendo brillar una luz en sus ojos. ‘¿Tienes dolor, Lila?’

    Trató de asentir y la doctora, una mujer afroamericana con una cara amable y calmante, le sonrió. ‘De acuerdo, te traeré morfina. Trata de no hacer demasiado, hemos tenido que operar un montón de veces así que tus heridas están todavía crudas. Sigues tratando de dejarnos, Lila, cariño, pero cada vez cambias de opinión y vuelves. Esa es mi chica.’

    Ella pasó una cálida mano sobre la frente de Lila. ‘Estás un poco caliente, así que intentaremos bajar la temperatura antes de sacar el tubo, ¿de acuerdo?’

    Lila suspiró. Se sentía atada, la pesada venda en su vientre y, extrañamente, en su pecho también -ella no recordaba haber sido apuñalada en el pecho, pero tal vez había sido después de que ella se desmayó. El pensamiento la hizo querer vomitar. ¿Quién podía odiarla tanto?

    Sintió que la fatiga la inundaba y cerró los ojos otra vez. Mientras se hundía de nuevo en el sueño, oyó otra voz, familiar, cálida. Delphine.

    ‘¿Cómo está ella?’

    ‘Todavía es demasiado pronto para decirlo’ escuchó Lila a la doctora decirle a su suegra, a su amiga. ‘Ella despertó y reconoció al señor Sherman, así que eso es positivo.’

    Hubo una pausa.

    ‘¿Ella sabe? ¿Le dijeron?’ Lila se sorprendió por el dolor en la voz de Delphine, y luego Charlie se aclaró la garganta.

    ‘No, pensamos que era prudente no molestarla. Se lo diremos cuando esté más fuerte.’

    ¿Decirme qué? ¿Qué diablos está pasando? ¿Quién me apuñaló?

    ¿Y dónde diablos está Richard...?

    Capítulo 5

    Entonces… Hospital Lenox Hill, Manhattan

    Lila se paró en el ascensor y vaciló. Había estado decidida a ir a visitar a Richard en el hospital después de que Charlie le dijera que lo mantenían con una herida en la cabeza, pero ahora, mientras esperaba, se sentía muda, incómoda. Probablemente ni siquiera me reconocerá, se dijo a sí misma, y ​​lo haré sentirse incómodo. No le había dicho a Charlie su plan de visitar al herido, y ahora no sabía por qué. Ella sólo sentía... algo. Una conexión. No podía sacarlo de su cabeza. Es cierto que esa noche, después de que Richard le hubiese dicho su nombre, se había desplomado en sus brazos, inconsciente por lo que cuando Charlie y Riley regresaron al coche con las manos vacías, les rogó que fueran al hospital en ese momento y no esperaran por los paramédicos. En el hospital, Richard había sido llevado rápidamente al laberinto de la Emergencia y Charlie la había llevado a su casa, todavía cubierta con la sangre de Richard. El repentino silencio en su diminuto apartamento parecía claustrofóbico, y ella había estado demasiado involucrada como para dormirse. Charlie se había disculpado porque tenía que dejar un informe sobre el incidente, por lo que Lila había decidido simplemente limpiar todo su apartamento en un intento por agotarse hasta entrar en sueño. Por suerte, el domingo era su día libre de todos los compromisos de trabajo y estudio, así que cuando llegaron las nueve, se duchó, cayó en la cama y durmió hasta las tres cuando Charlie llamó a su puerta con comida china.


    Las puertas del ascensor se abrieron, y antes de que ella pudiera cambiar de opinión, ella entró en él. Al diablo, quería ver si él estaba bien. Sí, cierto, entonces ¿nada que ver con sus hermosos ojos marrones, entonces? ‘Cállate’ murmuró para sí misma, ignorando la mirada divertida que le daba una enfermera.

    Encontró el piso en el que él se encontraba con facilidad y volvió a dudar. En la estación de enfermeras, podía ver a una elegante mujer mayor de pelo blanco, alta, hablando con un médico. Ella se acercó a ellos, tratando de oír si mencionaban a alguien. Lotería.

    ‘¿Así que las habilidades de Richard permanecen como estaban?’ La mujer de pelo blanco, con gafas en la nariz, estaba marcando ítems en un bloc de notas. Lila vio al doctor reprimir una sonrisa.

    ‘Señora. Carnegie, como ya le dije, Richard tiene una leve conmoción cerebral y cortes y magulladuras. Tuvo mucha suerte, dada la gravedad de las lesiones que pudo haber recibido. Ahora, sé que él se ve maltratado, y tomará algún tiempo para que la hinchazón baje, pero según las pruebas que he realizado, no hay daño cerebral. Las costillas de su hijo están comprensiblemente maltratadas, pero le repito, se curaran bien.’

    La mujer - la señora Carnegie - la madre de Richard - agradeció al médico que escapó con una mirada de alivio. Él asintió con la cabeza a Lila al pasar a su lado. Lila respiró profundamente y se acercó a la mujer. ‘¿Disculpe?’

    La señora Carnegie la miró por encima de las gafas; Severa al principio, sonriendo después. ‘¿Si querida?’

    Lila se dio cuenta de que sus propias manos sudaban y las limpiaba con los vaqueros. ‘No pude evitar escucharla, ¿usted es la madre de Richard?’

    La otra mujer sonrió. ‘Sí, soy Delphine Carnegie... ¿puedo ayudarte?’

    ‘Eh... Lila se atragantó con su lengua. ‘Mi nombre es Lila Tierney y yo...’

    ‘¿Lila? ¿Eres Lila?’ De repente, la cara de la mujer cambió, sus ojos se abrieron. ‘¡Oh querida mía!’

    Ella lanzó sus brazos alrededor de una asombrada Lila y estalló en lágrimas. Lila la abrazó torpemente y luego, al calmarse los sollozos de Delphine, ella tomó el rostro de Lila entre sus manos y besó ambas mejillas. ‘Gracias, querida, por cuidar tan bien a mi hijo. Él dice que tú le salvaste la vida.’

    Lila retrocedió. ‘No, no, no fui yo, fueron los dos policías que estaban conmigo, uno es mi amigo, yo no estaba bajo arresto, ellos espantaron a los atacantes. Yo sólo... Yo sólo...’

    Delphine se limpió los ojos con un pañuelo de encaje y luego metió el brazo bajo el de Lila. ‘Disparates. Te encargaste de él, en el auto. Me contó todo... ahora, cuando lo vi por última vez estaba durmiendo, pero vamos a ver si está despierto ahora.’

    Dirigía a Lila inexorablemente hacia una habitación privada y Lila no tuvo tiempo de pensar antes de que Delphine abriera la puerta.

    Richard Carnegie estaba leyendo, pero cuando él la miró y la vio, una amplia sonrisa divisó su rostro, lo que le hizo estremecerse cuando el movimiento movió algunos puntos de sutura. Sin embargo, su sonrisa hizo que calentar al estómago de Lila.

    ‘Aquí está ella’ dijo Delphine, sonriendo a ambos. ‘Mira quién está aquí para verte.’

    ‘Lila... guau, es tan bueno verte, gracias por venir.’

    Delphine colocó a Lila en la silla junto a su cama. ‘Iré a ver dónde está tu padre’ dijo ella con una sonrisa y cerró la puerta tras de sí. Lila se sonrojó súbitamente mientras Richard le sonreía.

    ‘Sólo quería ver cómo estabas’, dijo, odiando que su voz temblara. El

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