Cuando pienso en la unión con Dios, veo que en mi vida ha habido situaciones que me han llevado a experimentarla de una manera especial. Está claro que, al menos para mí, muchos de los momentos en que más ha crecido han sido aquellos donde he vivido situaciones conflictivas o de dolor, y también donde yo tocaba de algún modo ese dolor en la humanidad a mi alrededor.
He crecido rodeado de la presencia de Dios gracias a mis padres, al Movimiento de los Focolares y seguramente también a la sociedad en la que he vivido. Por otra parte, es sabido cuán fuerte es en Andalucía la devoción a