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La Luna Que Él Rechazó: La mestiza del Rey Alfa
La Luna Que Él Rechazó: La mestiza del Rey Alfa
La Luna Que Él Rechazó: La mestiza del Rey Alfa
Libro electrónico341 páginas5 horas

La Luna Que Él Rechazó: La mestiza del Rey Alfa

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Información de este libro electrónico

Yo, una loba Omega, fui humillada y despreciada por toda la manada.
Aquel día, todos los lobos encontraron a su pareja, yo también. Mi pareja era Liam, el futuro Alfa de la manada Wood Morada. Cuando supo que yo era su pareja, inmediatamente me rechazó porque yo era una Omega inútil que no merecía estar a su lado. Luego reclamó a la hija de Beta, la más bella de de la manada, y se besó con ella delante de mí.
No sabía por qué tenía que sufrir tanto, ¡qué había hecho mal! Justo entonces, la diosa de la luna me dio esperanza. Descubrí mi identidad oculta: un sanador.
"Yo, Fiona, de la manada Wood Morada, te rechazo, Liam Matthews, como mi compañero".
"¿Cómo te atreves? Omega inútil."
"Porque soy un curandero, y el Rey Alfa está tras de mí."

IdiomaEspañol
EditorialPublishdrive
Fecha de lanzamiento6 may 2023
La Luna Que Él Rechazó: La mestiza del Rey Alfa

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Comentarios para La Luna Que Él Rechazó

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4.5/5

34 clasificaciones6 comentarios

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  • Calificación: 2 de 5 estrellas
    2/5

    Apr 21, 2025

    Siento que falto ,no entendí el final hay término todo
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5

    Dec 31, 2024

    Esta muy bien el libro y la segunda parte tambien lo unico a ella la podian hacer algo mas fuerte porque a veces es demasiado debil.
  • Calificación: 1 de 5 estrellas
    1/5

    Oct 13, 2024

    No está completa . Me decepcionó por qué no tiene final
  • Calificación: 1 de 5 estrellas
    1/5

    Sep 24, 2024

    Está incompleto. Una perdida de tiempo!!
    Voy a darme de baja!!
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5

    Aug 4, 2024

    Hermosa historia ya quiero la segunda parte, dinamica y atrapante
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5

    Jul 17, 2024

    Muy bueno, me gustó mucho, ya hay segunda parte? Gracias

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La Luna Que Él Rechazó - PopNovel

ÍNDICE

Capítulo 1 El rechazo

Capítulo 2 Un repugnante espectáculo

Capítulo 3 Ya nada importaba

Capítulo 4 Intento fallido

Capítulo 5 Reina de la basura

Capítulo 6 Juramento de venganza

Capítulo 7 La loba posesiva

Capítulo 8 Punta de vista de Liam

Capítulo 9 ¿Qué eres?

Capítulo 10 Pareja

Capítulo 11 Reina de la noche a la mañana

Capítulo 12 Matrimonio por contrato

Capítulo 13 Estás despedida

Capítulo 14 Durmiendo en la misma habitación

Capítulo 15 Inclínate ante la reina

Capítulo 16 El príncipe ilegítimo

Capítulo 17 La propuesta de la reina

Capítulo 18 El primer sueño

Capítulo 19 La trampa de la reina

Capítulo 20 La reina del Rey Alfa

Capítulo 21 El karma de la reina

Capítulo 22 Envenenada

Capítulo 23 Seducción pura

Capítulo 24 Punto de vista de Liam

Capítulo 25 El secreto de Abigail

Capítulo 26 Un sueño recurrente

Capítulo 27 Reencuentro con el psicópata

Capítulo 28 Una loba de nieve

Capítulo 29 Chantaje

Capítulo 30 Agregar una cláusula al acuerdo

Capítulo 31 Un raro encuentro, parte 1

Capítulo 32 Un raro encuentro, parte 2

Capítulo 33 La confesión

Capítulo 34 Un intruso

Capítulo 35 Un intruso (parte 2)

Capítulo 36 Un fin que dio lugar a un inicio

Capítulo 37 Él era mi presa

Capítulo 38 Mestiza loba-bruja

Capítulo 39 Maga espiritual

Capítulo 40 El invitado de la señora

Capítulo 41 El encuentro

Capítulo 42 Es mío

Capítulo 43 Un enfrentamiento con el enemigo

Capítulo 44 El mago de las sombras

Capítulo 45 Un hombre doble cara

Capítulo 46 Destituida

Capítulo 47 La verdad sobre Gloria

Capítulo 48 Margaret Baffin

Capítulo 1 El rechazo

Hay un refrán que dice: «Si la vida te da limones, haz limonada». Sin embargo, ¿qué ocurre cuando están podridos? ¿Qué se podría hacer? La persona más optimista encontraría la manera de sacarle provecho a los limones rancios, pero ese no era mi caso. Estaba harta de que jugaran sucio conmigo.

¿Qué dem*nios es esto?, Liam Matthews gruñó con sus ojos brillando de cólera. Esto no puede estar pasando. ¡¿Qué clase de broma tan insolente es esta?!, sus gritos hicieron que toda la atención se enfocara en nosotros. ¡¿Qué fue lo que hiciste, m*ldita desgraciada?!, se volteó a mí con ira, y no pude evitar su mirada.

¿Qué sucede?, la gente a nuestro alrededor susurraba mientras el hijo del alfa me m*ldecía, hasta parecía que me iba a devorar con su mirada llena de malicia.

Cariño, ¿qué pasa?, la rubia a su lado le preguntó con un puchero, tratando de llamar su atención de nuevo.

¡Quítate de encima!, se sacudió los hombros para zafarse de su agarre antes de dar contundentes pasos hacia mí.

Mis piernas temblaron al tratar de huir, y mi cuerpo se congeló, reaccionaba de esta manera cada vez que percibía peligro. Me había convertido en una conejita indefensa que se refugiaba en un caparazón ingeniosamente tallado y perfeccionado a lo largo de todos estos años, al mismo que entré para protegerme ante la primera señal de amenaza.

Es imposible que seas mi pareja, escupió esas palabras en mi cara, salpicándome de saliva por todas partes. No eres digna de estar conmigo, pronunció en un tono tan bajo que era como si temiera que alguien más lo escuchara. De hecho, hasta a mí me costó oírlo. Se avergonzaba de mí, y lo entendía, pues yo misma me consideraba una persona patética.

Era lamentable que a mis veinte años no tuviera una loba, y era aún más indignante el hecho de que me dejara humillar por toda esta gente sin que me defendiera.

No soy capaz de aceptarte, Liam rugió directo a mi rostro, su aliento apestaba a alcohol.

Comprendo, repliqué en lo que me encogía de hombros para ocultar la angustia que me carcomía por dentro.

Mi peor pesadilla se reproducía justo frente a mis ojos. Por mucho tiempo había soñado con encontrar a mi pareja, aunque sabía que sin una loba, las probabilidades de que me rechazara eran muy altas. Como las parejas predestinadas son almas gemelas, no suelen rechazarse. Por esta razón, guardaba un poco de esperanza, sin embargo, mi vida estaba llena de contradicciones.

Sé que no soy suficiente para ti, y lo entiendo, le murmuré a Liam, todavía sintiendo su respiración golpear contra mi cara. Sorprendido por mi serenidad, él se tambaleó hacia atrás.

«¿Qué? ¿Esperabas que me arrodillara y te rogara para que me aceptaras? Pues no, también tengo un poco de orgullo. Puede que sea una omega huérfana y sin loba, pero aún conservo algo de dignidad, sin importar lo poco que me queda», pensé.

¡¿Cómo…?!, Liam tartamudeó, y en cuestión de segundos, su rostro enrojecido se volvió pálido. ¿No vas a…?, su aliento a alcohol irritó mis fosas nasales.

¿Qué pasa, corazón?, Angela dio unos pasos hacia delante y se aferró al brazo de Liam.

Él me contempló con molestia antes de tomar a Angela por la cintura, acercándola a su pecho y estrellando sus labios contra los de ella. Aunque la chica jadeó de sorpresa, lo atrajo más a su propio cuerpo y enredó los dedos en su cabello. A pesar de los silbidos y abucheos de los espectadores, Liam mantuvo sus ojos fijos en mí mientras besaba a la doncella.

Sin importar cuánto aparentara estar bien por fuera, me moría por dentro, era como si alguien me estuviera apuñalando y desgarrando el corazón. Mis latidos se ralentizaron y se me dificultaba respirar. A través de mi vista borrosa, vi que los ojos de Liam brillaron segundos antes de que se cerraran para enfocarse en aquel beso, a lo que yo, quien era su pareja, solo me quedé observando.

Jamás un golpe me había dolido tanto. Ninguna bofetada, patada o palabra me había causado tanto dolor.

Me giré con brusquedad sobre mis talones, mi pecho se sentía tan pesado que me costaba ver la escena que se hallaba frente a mí, y justo antes de que terminara de voltearme, una fuerte voz me detuvo.

¡Encontré a mi pareja!, Liam gritó en el pasillo, y el silencio me envolvió. Entonces, me giré aturdida para contemplarlo.

«Me pregunto qué estará tramando ahora», pensé.

¡Felicidades, Angela!, exclamó una chica que estaba cerca de ellos. ¡Tal y como lo dijiste, vas a ser la luna!, y dicho esto, la multitud vitoreó y felicitó a la mujer. Ni siquiera se tomaron la molestia de preguntar quién era su pareja, ya que, de todos modos, no les quedaba dudas después de ese ardiente beso.

La confusión se apoderó de Angela cuando vio a Liam, pues este no apartaba la mirada de mí y traía una mueca en sus labios mientras observaba mi reacción. Una vez que los ojos de la mujer me encontraron, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, y su rostro se ensombreció. Enseguida, una punzada estremecedora atravesó mi pecho.

Así es, soy la luna de Liam, dijo con frialdad, alzó la barbilla y sonrió con desdén.

¡Liam, hijo mío!, el alfa se acercó corriendo al salón, justo en la mejor parte de la fiesta de bienvenida para su hijo.

Instantes atrás, los mayores habían decidido salirse del salón para que los más jóvenes disfrutaran la celebración, no obstante, el alfa y su luna volvieron para felicitar a su hijo por haber encontrado a su pareja. La luna corrió hacia Angela para abrazarla, empujándome en el proceso. Yo solo me reí con ironía, y fue una risa que nadie escuchó.

Deberían felicitarme a mí, y no a Angela, pues yo era la verdadera pareja de Liam. Sin embargo, no podía anunciar tal cosa, él mismo dijo que yo no era digna de estar a su lado, y tenía razón. Acababa de regresar de la academia en donde pasó los últimos cinco años estudiando para hacerse cargo de su manada, así que una chica como yo no daba la talla. En cambio, Angela era más ideal para ese puesto; era la hija del beta, una doncella hermosa y agradable, tenía un cuerpo espectacular, y lo más importante, poseía a una loba beta. ¿Quién era yo comparada con ella? Simplemente nada.

Las lágrimas caían por mis mejillas a medida que atravesaba el pasillo. Intenté convencerme de que eso era lo mejor; aunque Liam me aceptara, su familia no lo haría y jamás me respetaría. Sabía que me quedaba grande el título de luna, y aun así, no podía dejar de llorar.

¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué mis limones sabían a rancio? ¿Con cuántos rechazos más tendría que lidiar en mi vida? Tanto mi padre, mi madre como mi manada me rechazaron, y ahora mi pareja también lo hizo. A mi parecer, yo no era suficiente. ¿Cuándo dejaré de ser una inútil? ¿Qué tengo que hacer para que me acepten?

Dado que era una de las ayudantes de la fiesta, no se me permitía retirarme como lo hice, no obstante, mis piernas se movían solas hacia mi habitación. Las lágrimas cayeron con más fuerza y rapidez en lo que subía las escaleras, y una vez que cerré la puerta detrás de mí, grité.

Era demasiado abrumador, las emociones me ahogaban y me dolía la cabeza. Se me estrujó el corazón y se me irritó la garganta cuando grité con más potencia.

¡¿Por qué a mí?! ¡¿Qué hice para merecerme esto?! ¡¿Por qué tengo que sufrir tanto?!, le grité a la nada, arañando mi pecho. Me dolía tanto el corazón que era como si me hubiesen apuñalado. ¿Qué fue lo que hice mal?, chillé de nuevo. No lo entendía, una carga tan pesada era demasiado para una persona tan simple como yo.

¿Dónde estaba la diosa? ¿Por qué me abandonó? ¿Por qué mi creadora siempre me ponía frente a desafíos tan dolorosos? ¿Cómo era posible que una deidad fuera tan cruel?

Te odio… E-Eres tan d-despiadada…, blasfemias empezaron a salir de mi boca, y se atascaron en mi garganta. Se supone que me amas, ¿no? ¿Acaso no me creaste? Entonces, ¿por qué…?.

Hasta la diosa me rechazó.

Jamás supe lo que era el amor, nunca pedí que me amaran y tampoco mendigué cariño. Todo lo que quería en mi vida era que me trataran como una persona con sentimientos. Deseaba que la gente se percatara de mi dolor, ya que pensaba que así me tratarían como un ser que siente, y no como un objeto que podían utilizar a su antojo. ¿Era mucho pedir?

Se suponía que la diosa me daría una pareja amorosa, creí que esa persona sería la única en todo el planeta que me amaría con todos mis defectos, ¿pero por qué tuvo que darme a un hombre como Liam? ¿Por qué siempre me lastiman y me humillan?

¡Te odio!. Esta vez, no supe hacia quién estaba dirigida esa frase, si a la diosa que me abandonó, o a Liam, quien no solo me rechazó al darse cuenta de que éramos pareja, sino que también proclamó a otra mujer como su luna en mi presencia. Te odio…, me trabé de nuevo y jadeé. De pronto, la oscuridad se apoderó de mi vista por unos segundos, y sentí como si un cuchillo afilado me atravesara el corazón.

Capítulo 2 Un repugnante espectáculo

¿Qué me pasa?, entré en pánico y mis rodillas temblaron. Mi cuerpo se tensó, e hice una mueca ante el sabor amargo que me recorrió la lengua. ¿Qué es esto?, tragué saliva, mi garganta estaba irritada y seca.

Abrí mi boca una vez que el dolor se intensificó y agarré la puerta en lo que me tambaleaba al salir de mi habitación, impulsada por una fuerza invisible. No comprendía lo que sucedía, solo me dejaba orientar por mi instinto mientras algo aullaba y chillaba de agonía en mi interior.

Mis piernas me guiaron, pasé por las escaleras y llegué al exterior de la residencia. En ningún momento dejé de sentir punzadas agudas e implacables dentro de mí. Como si una fuerza externa me empujara, giré a la izquierda y me dirigí a la parte trasera de la casa.

Entonces, me detuve en seco ante lo que hallaron mis ojos.

Aah…, Angela g*mió. Más rápido… A-ah, ¡justo así!, se levantó la falda, y mi pareja la sujetó por la cintura a la vez que tenía sus propios pantalones a la altura de los tobillos.

En negación, me sacudí la cabeza despacio. Por más que me odiara, no había necesidad de dañarme a tal grado. Era algo repugnante e indignante de ver, tanto así que tragaba saliva con pesadez. Impactada por la atrocidad de la escena, retrocedí en un intento de huir. No obstante, una ramita crujió bajo mis pies, causando que Liam alzara la vista.

La frente le brillaba por el sudor y resoplaba con sus labios entreabiertos en lo que pen*traba con ímpetu a la mujer que estaba nublada de placer. A pesar de que ella no se percató de mi presencia, él sí lo hizo. Su mirada exc*tada brilló, y una sonrisa se dibujó en su rostro antes de que yo me volteara.

Era claro que esa exhibición tan cruel y repulsiva fue a propósito. Su intención era tener relaciones s*xuales en ese lugar para que yo los encontrara. Cuando atisbé el odio en su mirada, una oleada de temor se deslizó por mi columna vertebral.

Mis piernas se congelaron, obligándome a observar a mi pareja tener s*xo con otra mujer. Lo hacía para lastimarme, retorcer mis entrañas y aplastar mi corazón. Me moría por dentro, me retorcía de dolor al tiempo que presenciaba cómo él profanaba nuestro vínculo. ¿En serio ese era el hombre que la diosa me asignó como mi otra mitad?

A pesar de todo mi sufrimiento, también me sentía vacía. Me quedé inmóvil, y mi visión se nubló, borrando la vista que tenía enfrente, a la vez que mis pulmones se contraían y dificultaba mi respiración.

Aah… Liam, v-voy a…. La chica gim*teó, pero me zumbaban tanto los oídos que ya no escuchaba.

Ya no era capaz de verlos, oírlos ni moverme. Mi cuerpo se petrificó mientras el despecho me perforaba el corazón.

¿Pero qué rayos?, a través de mi visión difusa, vi saltar a la más pequeña de las dos figuras. ¿Por qué esta loca nos está mirando?, escuché que Angela chilló. ¡Vete de aquí!. De pronto, sentí que algo chocó con mi piel, era ella tirándome arena, y yo no me inmuté.

Sin importar cuánto deseaba correr, no podía. A pesar de mis fervientes rezos para que mi respiración y existencia cesaran, nada sucedió. Permanecí estática ante las personas que provocaban mi dolor.

¡Oye, te estoy hablando!. Los navajazos en mi pecho se detuvieron, dejando atrás mi corazón roto en pedazos. ¿Me estás ignorando o qué?. Tan pronto como mi vista se despejó, vislumbré destellos de dolor, pues Angela jaló mi cabello al tiempo que me gritaba y me pisaba el pie: ¿Cómo te atreves a ignorar a la luna?.

Angela…, Liam la llamó de forma serena. Discúlpame, debo hablar con ella, su tono demandante hizo que la chica me soltara.

¿E-eh? ¿Qué vas a hacer con ella? No me digas que…, protestó con una voz temblorosa.

¿Quién te crees para pedirme explicaciones?, la ira se asomó por su tono apacible. Largo de aquí, el hombre gruñó, y ella se alejó, dejándome sola con el depredador. Yo seguía inmóvil en lo que él daba pasos hacia mí.

Vaya, eres más fea cuando lloras, Liam susurró enfrente de mi cara, y sus dedos se enredaron en un mechón de mi cabellera.

Él era Liam Matthews.

La última vez que lo vi, él tenía dieciséis años. A pesar de que estábamos en el mismo territorio, nunca llegamos a interactuar dado a lo diferentes que eran nuestros estilos de vida. En ese entonces, él no era más que un adolescente al cual los adultos consideraban que era demasiado irresponsable para hacerse cargo de la manada, por lo que lo enviaron a la academia. Justo regresó esa noche debido a una fiesta sorpresa, sin embargo, me parece que fue a mí a quien sorprendieron.

Liam Matthews era mi pareja.

Recházame, dije con los dientes apretados. El dolor en mi corazón se intensificó, y sus labios se torcieron en una aterradora sonrisa que me estremeció.

Y según tú, ¿por qué debería hacerlo?, preguntó con una risa.

Porque no me quieres, le recordé. Después de todo, me dijo que no era digna de estar con él, así que lo correcto era romper con el vínculo. Haz que el rechazo sea oficial.

Así no sería divertido, giró sus falanges en mi cabellera mientras me miraba de forma extraña. No puedo hacerlo, Fiona… Al menos, no sin antes provocarte sufrimiento, murmuró.

¿Por qué me haces esto?. Las lágrimas se asomaron por mis ojos de nuevo, y luego le grité: ¡¿Por qué no me rechazas si no me quieres?!. De repente, percibí una bofetada tan fuerte que me volteó la cabeza hacia un lado.

No le levantes la voz a tu superior, su voz me cosquilleó la oreja. ¿Cómo te atreves?, su actitud se tornó agresiva, y su mirada ensombreció. Mis piernas por fin se libraron del congelamiento, así que aproveché para retroceder, pero no pude huir de él.

¡¿Cómo es que un pedazo de mi*rda como tú es mi pareja?! ¿Sabes quién soy? ¿Quién te crees para arruinar mis planes?, bramó y se fue aproximando más a mí a la vez que yo me seguía alejando.

N-no es como si yo te hubiese elegido, chillé exasperada. No lo comprendía, ¿por qué me culpaba si yo no pedí que fuera mi pareja?

¿Qué quieres decir? ¿Acaso existe otro hombre al que habrías elegido si hubieses tenido la oportunidad?, gruñó con su semblante más hostil que antes. ¿Cómo te atreves a actuar con superioridad cuando eres una inútil? ¿Con qué descaro vienes a aceptar mi rechazo tan fácil? ¿No tienes miedo o qué?.

¡¿Pero qué dices?! ¡Sé que no me quieres! Ya acepté el hecho de que no merezco estar a tu lado, ¿por qué estás tan enojado? ¿Pretendías que te rogara? ¿Te sentirías mejor si me arrodillo frente a ti y te agarro los tobillos mientras te imploro que no me rechaces? ¡¿Cambiarían las cosas si me vieras humillada?!, bufé y continué retrocediendo.

, replicó inexpresivo. ¡Debiste suplicarme, arrodillarte ante mí y rogarme para que estuviera con un pedazo de basura como tú! ¡Si lo hubieses hecho, no estaría sintiendo esto!, gritó en lo que se golpeaba el pecho. Una chica como tú no puede ser mi pareja, ¡lo estropeaste todo!.

¿Y qué fue lo que hice mal?, pregunté. Mi energía se apaciguaba al tiempo que mi dolor me ahogaba, ya no lograba gritar, a duras penas podía hablar. Esto es obra de la diosa, no mía. El cielo sabía que nunca habría elegido a un hombre como Liam.

Nació siendo arrogante, su cara bonita y su estatus lo cegaron a temprana edad, por lo que nunca aprendió a valorar a los demás. Según él, todos existían para servirle. Sin importar que fuese el sucesor de una pequeña manada, y que eso no lo haría más que un diminuto alevín en medio de otros alfas, Liam Matthews se comportaba como un dios en Wood Morada, el único lugar en donde la gente lo trataba con respeto.

Si no existieras, no tendría la desdicha de ser tu pareja, gruñó.

Ajá, cúlpame por haber nacido. Si yo no estuviera en este mundo, Liam no estaría emparejado conmigo. Quizás así la diosa le habría asignado a Angela, la luna perfecta para un hombre como él. Sin embargo, la realidad era que yo existía.

«¿Por qué sigues viva, Fiona? Todos te quieren muerta, así que, ¿cuál es la razón de tu existencia?», me pregunté a mí misma.

Si no lo haces, yo te rechazaré, dije con una pesadez en mi corazón, y tomando una gran bocanada de aire, me armé de valor para continuar: Yo, Fiona, de la manada Wood Morada, rechazo a Liam Matthews como mi pareja. Me encorvé a la vez que las punzadas en mi pecho no cesaban, las lágrimas nublaron mi visión por enésima vez en esa noche, y una risa retumbó mis oídos.

No acepto tu rechazo. Él era el alfa, el más poderoso de los dos. Por muy injusto que resultara, era imposible que rompiera nuestro vínculo sin su permiso. Antes de que te deje ir, te voy a destrozar por completo, sus ojos brillaron de desprecio. Tal vez así entenderé cómo osas a actuar con tanta superioridad en mi presencia, espetó en mi cara.

A primera hora de la mañana siguiente, me llegó un mensaje del alfa y de la luna de Wood Morada.

Capítulo 3 Ya nada importaba

No pegué un ojo en toda la noche, lloré hasta que se me agotaron las lágrimas, y aun así, no logré conciliar el sueño. La angustia me carcomía, y unas punzadas atravesaban mi corazón en ocasiones. Al final, solo me dispuse a admirar el cielo nocturno a través de la ventana, preguntándome en qué momento terminaría esa tortura, y con la esperanza de tomar un descanso de todas las complicaciones de mi vida.

¡Fiona! Más te vale que no estés durmiendo, alguien tocó mi puerta con insistencia. Procedí a bajar de la cama, y de pronto, la puerta se abrió de golpe, azotando contra la pared. ¿No me escuchaste o qué?, Tessa exclamó, señalándome con un dedo.

Justo estaba por abrir la puerta, murmuré, frotándome los ojos al tiempo que mis latidos se aceleraban.

Tessa era la líder del grupo omega en el que yo estaba, y pese a formar parte de tal círculo, seguía siendo la oveja negra. Wood Morada contaba con un total de setenta y cuatro lobos dirigidos por el alfa Matthews y la luna Evelynn. Si bien éramos una manada pequeña, estábamos agrupados en subunidades de betas y omegas que estaban encabezados por sus respectivos líderes. Tessa era la cabecilla del subgrupo de omegas, el más pequeño de la manada principal, ya que era la beta más débil de Wood Morada. El equipo estaba conformado por omegas y… yo. Ella me odiaba.

¿Quién te crees para contestarme así?, hizo una mueca de desprecio y cerró la puerta detrás de ella.

L-lo siento, bajé la cabeza y me ardió la garganta.

Estaba harta de inclinarme ante esta gente todo el tiempo, provocaba que mi interior se retorciera y que mi piel se tensara, pero no tenía elección. En la manada Wood Morada, yo era el eslabón más débil, lo más bajo de lo bajo, así que debía ceder ante los demás, o de lo contrario, me golpearían y me privarían de alimentos durante días.

Eso es, más te vale que lo lamentes. Bromeó apretando sus puños a los costados, era evidente que tenía ganas de golpearme, no obstante, para mi sorpresa, se contuvo. En cambio, sus labios se curvaron y me observó de pies a cabeza antes de dar un soplido de frustración. "El alfa

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