Criminología Y Análisis Del Delito

Por Dr. Edmundo Denis Rodríguez

La Criminología es una disciplina, perteneciente a las ciencias forenses, que ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos 30 años; el conocimiento de los factores que orillan a que un individuo cometa un acto criminal, es un tema de suma actualidad, que ha permitido el diseño de campañas eficaces en el tema de la prevención, la detección y la sanción de los delitos.
En este libro hacemos, de manera inicial, un análisis de las teorías actuales que explican la conducta delictiva, pasando por la esfera psicológica, neurofisiológica, genética y sociocultural; sin embargo, como cada delito representa un comportamiento y una motivación distintos, en la segunda parte del libro analizamos las características criminológicas individuales que lo definen.
Esperamos que este material sea de utilidad para todos aquellos que quieren profundizar en el estudio de los motivos por los que cualquier persona podría participar en un hecho potencialmente delictivo, con el fin de detectar factores de riesgo, realizar medidas de detección adecuada y establecer programas eficaces de prevención, sanción y rehabilitación del hecho criminal.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 11 sept 2022
• ISBN: 9781506548586

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Copyright © 2022 por Dr. Edmundo Denis Rodríguez.

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Fecha de revisión: 28/10/2022

Palibrio

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ÍNDICE

Prólo go

Capítulo 1

Los elementos básicos de la Criminología

Josué Martín Sánchez Barradas, Guadalupe Melo Santiesteban, Nancy Patricia Ríos Maya, Edmundo Denis Rodríguez

Capítulo 2

Los fundamentos psicológicos del análisis criminológico

Nancy Patricia Ríos Maya, Magali Huerta Reyes, José Noel García Andrade

Capítulo 3

Neurociencia conductual y criminología: las bases biológicas del comportamiento antisocial

Noé López Amador

Capítulo 4

Genética de la Conducta criminal

Nayali A. López Balderas, Pablo A. Hernández Romano, Raúl Infanzón Ruiz

Capítulo 5

Bases socioculturales de la tendencia criminal

Leticia Tiburcio Morteo, Guadalupe Rosalía Capetillo Hernández, Evelyn Torres Capetillo, Martha Mireille De Groot Díaz

Capítulo 6

Análisis Criminológico Especializado del Homicidio

Ariana Morales García

Capítulo 7

Análisis Criminológico Especializado de la Violación Sexual

Clara Elizabeth Contreras Hernández, Raúl Omar Mendoza Teba

Capítulo 8

Análisis Criminológico Especializado de los Delitos de Cuello Blanco

Ileana Dominic Jácome Valdez

Capítulo 9

Análisis Criminológico Especializado del Ciberdelito

Óscar Jair Hurtado Velazquez, Patricia Beatriz Denis Rodríguez, Javier Huesca Méndez

Capítulo 10

Análisis Criminológico Especializado de los Delitos contra la Propiedad

Néstor Aluna Maceda Pacheco

Capítulo 11

Análisis Criminológico Especializado del Narcotráfico

Héctor Hernández Reyes, José Siliceo Benítez, María Fernanda Aguirre Del Barrio

Capítulo 12

Análisis Criminológico Especializado del Suicidio

Gabriela García Carrión, Javier Iván Baltazar Ramos, Jaime Rivera, Edmundo Denis Rodríguez

Capítulo 13

Análisis Criminológico Especializado de la Extorsión y el Secuestro

Juan Carlos Rebolledo García, Carlos Esteban Hernández Martínez, Carlos Alberto Jiménez Baltazar

In memoriam

Néstor Aluna Maceda Pacheco

PRÓLOGO

En años recientes, la Criminología como ciencia forense ha tenido un crecimiento exponencial; es de sumo interés para la población el conocer todos aquellos procesos que originan que un individuo pueda desarrollar una tendencia criminal.

Durante muchos años se consideró que la tendencia a cometer hechos ilícitos tenía sus bases en factores de tipo sociocultural; y aunque dichas premisas siguen siendo vigentes en su mayoría, actualmente se cuenta con evidencias que hacen pensar que se trata de un fenómeno multifactorial, en el que participan mecanismos bioquímicos, neurofisiológicos, genéticos, psicológicos e incluso anatómicos.

El entendimiento de las teorías que actualmente intentan explicar la conducta criminal, nos permite conocer todos aquellos factores que promueven la existencia del delito en lo general y de los hechos delictivos en lo particular. Se ha observado que las motivaciones de un homicida no necesariamente serán las mismas que las de un delincuente sexual o un ciberterrorista; el origen del suicido como hecho legalmente criminal no será similar a los de los delitos sexuales ni tampoco los delitos contra la propiedad o los crímenes de cuello blanco. Y en un país asolado por el narcotráfico, los factores que lo fundamentan son esencialmente distintos a los demás delitos ya comentados.

En este libro pretendemos abordar, en un primer apartado, las teorías criminológicas más aceptadas en la actualidad, con un cúmulo de evidencias que las sustentan; en una segunda parte realizaremos un análisis criminológico especializado de cada uno de los delitos que se presentan con mayor frecuencia en México y en muchos países del mundo.

Esperamos que este material sea de fácil comprensión y se encuentre el alcance de todos aquellos que persiguen y aprecian los conocimientos de una apasionante disciplina forense, la Criminología, así como de los rasgos distintivos que nos permiten conocer mejor las motivaciones de aquellos que se dedican a delitos específicos. Que disfrute el presente material

Dr. Edmundo Denis Rodríguez

CAPÍTULO 1

Los elementos básicos

de la Criminología

Josué Martín Sánchez Barradas

Licenciado en Psicología, egresado de la Universidad Veracruzana; Licenciado en Música, egresado de la Universidad de Sonora; Maestría en Psicoterapia Gestalt, egresado del CESIGUE (Centro de Estudios e Investigación Gestálticos); Psicólogo de la línea telefónica de apoyo psicológico, DIF Veracruz; Psicoterapeuta en práctica privada y Docente Universitario. Autor de artículos en revistas arbitradas e indexadas, Coautor de un libro y autor de diversos capítulos de libro.

Guadalupe Melo Santiesteban

Licenciatura en Medicina, Especialidad en Anatomía Patológica, Maestría en Medicina Forense y Doctorado en Ciencias Forenses y en Educación; Investigadora de tiempo completo del Instituto de Medicina Forense, Universidad Veracruzana, exdirectora del Instituto de Medicina Forense, Universidad Veracruzana.

Nancy Patricia Ríos Maya

Licenciatura en Psicología, Maestría en Psicología Clínica; Diplomatura en Psicología Clínica, Intervención en Crisis, Tanatología, Terapia de Pareja, Abordaje cognitivo Conductual y Manejo de padecimientos afectivos; experiencia clínica privada Clínica Psicoderma Veracruz.

Edmundo Denis Rodríguez

Licenciatura en Medicina; Especialidad en Dermatología; Maestría en Medicina Forense; Doctorado en Ciencias Forenses; Investigador de tiempo completo, Instituto de Medicina Forense, Universidad Veracruzana; Editor de la Revista Mexicana de Medicina Forense, UV

INTRODUCCIÓN

En años recientes, la Criminología ha experimentado una rápida evolución; con el surgimiento de nuevas tecnologías en el uso de computadoras, redes y el internet en general, han surgido nuevas modalidades de criminalidad que no se hubiesen contemplado hace 15 años.

Es evidente que el crimen ya no solo tiene implicaciones locales o regionales, sino que ha alcanzado un enfoque frecuentemente internacional. Eso representa un verdadero reto para las instituciones encargadas de la prevención, vigilancia, detección y sanción de la conducta criminal; es evidente que eso ha hecho que la sociedad en general se interese en aspectos criminológicos, estableciéndola como una disciplina académica que hace uso del método científico para estudiar la naturaleza, extensión, causa y formas de control de la conducta criminal (Hagan, 1999).

Para los que estudiamos a la Criminología, nos queda claro que se trata de una rama multidisciplinaria de las ciencias forenses; los criminólogos puros son frecuentemente apoyados por personas pertenecientes a otras ramas de las ciencias humanas, como la Sociología, la Justicia Criminal, las Ciencias Políticas, la Psicología, la Economía y muchas otras ciencias naturales.

Durante muchos años se creía que los fundamentos de la Criminología eran solamente socioculturales, pero es claro que eso ha cambiado muchísimo. En la primera parte de este libro analizaremos el papel de diversas ramas de las ciencias naturales en la explicación de la conducta criminal, aunque nuestro principal objetivo será el análisis criminológico especializado de los delitos más frecuentes en México y en la mayor parte de América Latina.

En el presente capítulo, a manera de introducción, analizaremos algunos conceptos fundamentales que definen a la Criminología como una ciencia forense; estos conceptos son fundamentales para poder comprender el análisis criminológico que realizaremos a lo largo del libro.

DEFINICIÓN DEL ENFOQUE DE LA CRIMINOLOGÍA

La Criminología representa un enfoque científico que intenta estudiar el comportamiento criminal; sin embargo, quisiéramos retomar la definición clásica de Criminología, elaborada por Edwin Sutherland y Donald Cressey, hace ya varias décadas: la Criminología es el conjunto de conocimientos que fundamentan que el crimen es un fenómeno social, incluyendo el proceso de elaboración de leyes y las sanciones originadas por su violación (Sutherland, 1960); esta definición incluye varios de los elementos que resultan de interés para los criminólogos actuales.

Por un lado, establecen que el crimen es un fenómeno social; como veremos en los próximos capítulos, existen numerosas evidencias que fundamentan la existencia de características individuales (genéticas, bioquímicas, neurobiológicas) que hacen que un individuo tenga una mayor tendencia a la conducta criminal; sin embargo, en la Criminología actual se acepta que, aún en esos casos, el papel de la sociedad como modeladora de la conducta criminal, es innegable (Rafter, 2015).

Otro concepto emanado de dicha definición es el proceso de creación de leyes. Es evidente que el crimen va de la mano con la política criminal y, aunado a ello, el crimen puede ser modificado o prevenido con el establecimiento de normas y reglas adecuadas para una buena convivencia. Todos los estudios criminológicos tienen como finalidad, en última cuenta, el establecimiento de leyes que prevengan y sancionen a la conducta criminal.

EL ABORDAJE ESPECIALIZADO DE LA

CONDUCTA CRIMINAL

En fecha reciente se ha propuesto un nuevo abordaje en la Criminología, denominado Tipología Criminal. Los criminólogos que utilizan este enfoque se especializan en patrones y tipos criminales específicios. Hacen abordajes específicos de los crímenes violentos, de los delitos contra la propiedad, de los crímenes contra el orden público y, por supuesto, del crimen organizado. Se han publicado numerosos estudios que buscan ampliar la información existente sobre este enfoque; uno de ellos fue el trabajo publicado por Marvin Wolfgang, denominado Patterns in Criminal Homicide, el cual representa el primer intento para comprender que el análisis criminológico depende, en mucho, del delito que se trate (Durkheim, 1982); las situaciones que subyacen a que un individuo cometa un delito sexual pudieran ser muy distintas a las de aquellos que se dedican al ciberdelito, por mencionar un ejemplo. Otro caso similar es lo que permitió el surgimiento y clasificación de los delitos de cuello blanco, término sugerido por Sutherland para etiquetar a las actividades criminales con interés puramente económico.

Parte del análisis tipológico se enfoca en el criminal propiamente dicho, lo cual sugiere que pudiera haber diferentes tipos de criminales, enfocados a distintos tipos de crimen, como los criminales profesionales, los delincuentes psicóticos y muchos más. Sin embargo, también puede enfocarse en el crimen como tal, por lo que podemos clasificar el análisis dependiendo si se trata de delitos contra la propiedad, delitos sexuales, secuestro, etc (Park, 1995).

La investigación actual acerca de los tipos criminales resulta de fundamental importancia dado que permite que los criminólogos comprendan los motivos por los que una persona pudiera cometer un acto criminal específico; esta información les proporciona los elementos y herramientas para el diseño de estrategias que reduzcan la conducta criminal

LOS ENFOQUES EN LA CRIMINOLOGÍA ACTUAL

Los criminólogos actuales suelen seleccionar alguno de los enfoques y escuelas que intentan explicar y proponer modelos de conducta criminal; cada uno de estos enfoques posee fundamentos teóricos y prácticos que fundamentan los motivos por los que surge la conducta criminal, tanto a nivel individual como grupal o social (Smolej, 2016); este enfoque múltiple no solo se presenta en la Criminología, sino que sucede en muchas otras áreas de las ciencias sociales y naturales en los que existen conceptos que aún no han sido bien explicados, como en la Biología, la Psicología, la Sociología, la Historia, la Economía y las Ciencias Naturales en general.

Tomando en cuenta este enfoque multidisciplinario, aspectos tan básicos como la explicación del origen de la conducta criminal, son motivo actual de mucha controversia entre los criminólogos. La elección de un enfoque determinado depende, en buena parte, de la definición del crimen mejor aceptada por el criminólogo (Cohen, 2017). Por eso, en este capítulo haremos un abordaje sencillo de los tres conceptos más comunes, utilizados por los criminólogos para definir un delito.

El primero de estos abordajes establece que la conducta criminal es un fenómeno que resulta claro y comprensible para la sociedad como un todo; es decir, todos los que conformamos una sociedad sabemos muy bien, sin que nadie nos lo enseñe, cuales son aquellas cosas que deben y que no deben hacerse en una convivencia diaria; por tanto, sabemos bien cuales son las conductas que pueden ser consideradas como criminales (Wilson, 2015). De acuerdo con este abordaje, las leyes de una sociedad reflejan los valores, creencias y opiniones de la mayor parte de la sociedad en la que se crean.

En general, se trata de un consenso, pues implica un acuerdo establecido por la mayoría de la sociedad, en torno a cuales conductas serán consideradas adecuadas y cuáles no. La conducta criminal es definida como la violación de la ley criminal, por lo que un acto solo es considerado criminal si viola una regla ya establecida; es claro que la definición de leyes dependerá, entonces, de lo que dicha sociedad establezca como ilegal, lo cual puede variar entre regiones y países.

Este abordaje parte de una premisa conocida como Daño Social, en la que se establece que una conducta será sancionada en forma directamente proporcional al daño que genere en la sociedad a la que delincuente pertenece. Es claro que si una conducta causa daño en la sociedad, deben establecerse normas que la regulen o la impidan, según sea la gravedad del caso. El concepto de daño social es el que establece si una conducta será considerada ilegal o criminal, entendiéndola como aquella que se separa de las normas establecidas por la sociedad en su mayoría (Baskin-Sommers, 2016).

Este enfoque posee cierta controversia; es evidente que ciertos delitos, como la violación sexual, el homicidio y el robo son dañinos por naturaleza y, por lo tanto, se tienen que establecer normas claras que los impidan; sin embargo, hay otros delitos en los que el daño se presenta únicamente en sectores específicos de la sociedad o sólo en aquellos que participan en el delito como tal; ejemplos de ello son la prostitución y el narcotráfico. El enfoque del consenso establece que la sociedad está obligada a establecer normas en cualquier tipo de delito, para proteger a la sociedad como un todo, incluyendo a personas que cometen el delito por decisión propia (elección racional).

El segundo de estos abordajes establece que la sociedad está constituida por un conjunto de subgrupos que se encuentran en constante conflicto (propietarios, trabajadores, profesionistas, estudiantes, etc); asume que cada uno de estos grupos ejerce su influencia social para el diseño de normas, reglamentos y leyes que fortalezcan su posición social y económica (Teplin, 2015). Por consiguiente, las leyes criminales son vistas como un medio de establecer lo que se debe y lo que no se debe hacer, de acuerdo con sus perspectivas y preferencias.

Un ejemplo de lo anterior es la existencia de penas relativamente severas para crímenes típicamente realizados por personas de bajos recursos (delitos contra la propiedad, por ejemplo) y el contraste con penas de menor severidad para delitos de cuello blanco, perpetrados habitualmente por personas de clases económicas altas; si asumimos que los delitos de cuello blanco pueden representar un daño social mucho mayor que los robos menores, entonces estaríamos ante un ejemplo de la forma en la que ciertos grupos sociales definen a las leyes criminales para su propio beneficio.

De acuerdo con este segundo abordaje, el crimen representa un concepto político diseñado para proteger el poder y la posición de ciertos grupos sociales, incluso en el caso de delitos graves, como el homicidio y la violación sexual (Boruch, 2010); este enfoque solo incluye, como crímenes reales y sancionables, los siguientes: violación de los derechos humanos, condiciones laborales inadecuadas, maltrato infantil, contaminación ambiental, brutalidad policíaca, homicidio, violaciones de la dignidad humana y otros más.

El tercero de estos abordajes tiene su origen en el enfoque interaccionista social; propone que un individuo actúa de acuerdo con su propia interpretación de la realidad, lo que le permite darle un significado específico a las cosas; por otro lado, el individuo observa la forma en la que los demás actúan, la define como buena o mal y, finalmente reevalúa e interpreta su propia conducta de acuerdo a lo aprendido de otros (Petrosino, 2010).

Por consiguiente, si nos basamos en lo antes mencionado, no existe una realidad totalmente objetiva. Los individuos y las instituciones son etiquetados de acuerdo a los valores de quien realiza el análisis, los cuales son individuales y colectivos.

Este enfoque interaccionista puede ser aplicado al entendimiento de la conducta criminal; la naturaleza de las leyes criminales y la definición de lo que es considerado como ilegal depende de la percepción y de la interacción de los integrantes de la sociedad; en este sentido y a manera de ejemplo, una sociedad puede considerar al alcohol como legal pero a la marihuana como ilegal, a pesar de que ambas sustancias tienen efectos neurotóxicos bien establecidos (Akers, 2009).

La determinación de la culpabilidad de un individuo puede estar sujeta a la interpretación de un juez. Por ejemplo, si sucede la muerte de una persona durante una pelea, el hecho puede ser considerado como homicidio, defensa propia o incluso como un mero accidente. Del mismo modo, la determinación de la culpabilidad o inocencia de un individuo también es un factor subjetivo, dado que dos individuos que cometieron el mismo acto criminal, pueden ser sancionados de diferente manera tomando en cuenta la percepción de la comunidad en donde se desenvuelven.

CAMPO DE ESTUDIO DE LA CRIMINOLOGÍA

Uno de los aspectos que deben considerarse en todos los estudiantes de Criminología es el posible surgimiento de consecuencias sociales y políticas derivadas de su implementación en la sociedad. Es común que los criminólogos puedan pasar por alto la responsabilidad social que esta disciplina representa, tomando en cuenta que sus acciones pueden originar una importante repercusión en términos de impartición de justicia.

Todos los gobiernos, cuando se trata de elaborar políticas de prevención y detección del crimen, toman en cuenta la opinión del gremio criminológico. Parece poco importante, pero la vida de millones de personas pudiera estar influenciada por la perspectiva criminológica. La determinación de lo que será considerado como punible o sancionable, determinará si un individuo pueda pasar años de su vida recluidos en un centro de reinserción social.

Un ejemplo de lo anterior es la diversa perspectiva que se tiene acerca del adecuado control del crimen entre los expertos en Criminología; algunos teóricos sostienen que el servicio social y las medidas de reinserción y rehabilitación son suficientes para reducir la tasa criminal, pero otros consideran que es mucho mejor el establecimiento de penas severas y el internamiento de los individuos por periodos prolongados (Batistella, 2019). Es evidente que los expertos en Criminología se pueden situar en una posición de poder, en la que sus observaciones pueden determinar la forma en la que se sancionan los delitos en la sociedad a la que pertenecen.

En condiciones normales, cuando se decide realizar investigación en el terreno criminológico, los estudiosos del tema escogen un área en particular, basándose en diversos factores como su propio interés académico, las necesidades sociales, la disponibilidad de información confiable, etcétera.

Sin embargo, en años recientes se ha incrementado el interés de la población general en el tema criminológico; ello ha originado, de manera directa, que las instituciones públicas promuevan la realización de estudios acerca de temas criminológicos que consideren pertinentes; en muchos casos, no existe una información precisa sobre el tema y deben proponerse conceptos nuevos; en otros casos, no existe una verdadera necesidad social, pero el tema puede ser considerado mediático.

Lo antes mencionado es un aspecto de sumo interés, dado que es posible que las investigaciones en Criminología puedan ser influenciadas por intereses lejanos al fin social de la investigación; por ejemplo, muchos de los investigadores en Criminología trabajan en instituciones públicas en nuestro país, las cuales en muchos casos son las encargadas del proceso de impartición de justicia; si un criminólogo realiza un estudio en el que sus resultados cuestionan las prácticas rutinarias realizadas por dicha institución, cabe la posibilidad de que sus resultados no sean tomados en cuenta; es un hecho que la investigación criminológica atenderá aspectos que no lesionen las políticas de impartición de justicia de las instituciones en el gobierno.

Aunque en México son pocas las organizaciones privadas que apoyan la investigación criminológica, su participación como patrocinadores de la investigación pudiera no ser del todo adecuada, dado que los resultados de la misma pueden no ser del todo objetivos; un ejemplo que se da en otros países es la determinación de la legalidad de la portación de armas por cualquier ciudadano, como una forma de defensa contra el crimen; en Estados Unidos han habido investigaciones acerca de la percepción de este hecho por la población en general, pero el inconveniente de esto es que dichas investigaciones fueron patrocinados por empresas encargadas de la fabricación de armas, lo que hace que los resultados no necesariamente sean objetivos.

Otro aspecto a considerar en la investigación criminológica es el sujeto de estudio; es común que los criminólogos se enfoquen en el estudio de ciertos grupos poblaciones que pudieran ser