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Introducción a la Criminología
Introducción a la Criminología
Introducción a la Criminología
Libro electrónico592 páginas9 horas

Introducción a la Criminología

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La presente obra plantea un estudio del fenómeno criminal, desde el enfoque de las tres materias principales: Criminología, Política Criminal y Derecho Penal, permitiendo resolver dos problemáticas que enfrentan los grupos sociales: ¿Quién es el criminal? y ¿Qué relación existe entre los individuos y la normatividad penal?

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 sept 2017
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    Introducción a la Criminología - Pilar Sacoto de Merlyn

    Pilar Sacoto de Merlyn

    INTRODUCCIÓN A LA CRIMINOLOGÍA

    SEGUNDA EDICIÓN

    CORREGIDA Y AUMENTADA

    Lecciones elaboradas para estudiantes y profesionales de Derecho, de Psicología, miembros de la Policía Judicial y en general para todos los que se ocupan del fenómeno criminal

    CORPORACIÓN DE ESTUDIOS Y PUBLICACIONES

    Quito, 2016.

    INTRODUCCIÓN A LA CRIMINOLOGÍA

    Primera edición: Quito, Octubre 1989

    Segunda edición: Quito, Septiembre 2016

    Pilar Sacoto de Merlyn

    Quito, Ecuador 2016

    Corporación de Estudios y Publicaciones (Departamento Jurídico Editorial y Departamento de Diagramación), en colaboración con la Universidad de Los Hemisferios

    © 2016 Corporación de Estudios y Publicaciones (CEP)

    Derechos de autor: 049452: 22-08-2016

    ISBN 978-9942-06-347-2

    Este ebook tiene licencias únicamente para su uso personal. No puede ser objeto de reventa o préstamo a terceros. Si usted quiere compartir este libro con otra persona, por favor compre una copia adicional por cada individuo. Si usted está leyendo este libro sin haber pagado por él, o si no fue pagado para que usted lo usufructúe, entonces por favor regréselo a Smashwords.com o a su distribuidor favorito y pague su propia copia. Gracias por respetar el esforzado trabajo de este autor.

    Ebook published by Universidad de Los Hemisferios and Corporación de Estudios y Publicaciones (CEP) at Smashwords

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    ÍNDICE

    PRÓLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN 

    PRÓLOGO DE LA SEGUNDA EDICIÓN

    PRIMERA LECCIÓN: LA VIOLENCIA VISTA A TRAVÉS DEL DERECHO PENAL Y LA CRIMINOLOGÍA

    1.a. Introducción

    Concepto y tipos de violencia

    Violencia social

    Usos de la violencia

    Violencia criminológica-penal

    ¿Qué clase de violencia es delito o crimen?

    1.b. Los derechos humanos: considerados como atributos naturales de todos los individuos o como privilegios históricos de una comunidad

    Los derechos humanos y su relación necesaria con el derecho, con la ley

    La problemática de los derechos humanos en los sistemas penales latinoamericanos, dada por la pluralidad de discursos

    Los derechos humanos contemplados en el derecho penal ecuatoriano

    Repercusión de los derechos humanos en criminología

    SEGUNDA LECCIÓN: APROXIMACIONES ENTRE EL DERECHO PENAL Y LA CRIMINOLOGÍA

    2.a. Concepto de ley penal y derecho penal

    El delito para el derecho penal y quiénes son los delincuentes o criminales para el derecho penal

    2.b. Concepto de criminología

    El crimen en criminología

    El criminal en criminología

    2.c. Diferencias de la criminología con el derecho penal

    TERCERA LECCIÓN: LA PROBLEMÁTICA DEL CRIMEN EN LA FILOSOFÍA Y EN LA HISTORIA

    3.a. Introducción

    3.b. En Grecia (La escuela de Mileto. Sócrates, Hipócrates, Platón, Aristóteles)

    3.c. Edad Media: explicaciones de San Agustín y Santo Tomás de Aquino

    3.d. Otras explicaciones sobre el crimen en la edad media

    Tomás Moro y la Utopía

    3.e. El problema del crimen para los monarcas y para los revolucionarios franceses

    CUARTA LECCIÓN: PREOCUPACIÓN POR EL HOMBRE CRIMINAL

    4.a. El hombre criminal y la obra de César Beccaria

    Textos de la obra de Beccaria

    Los derechos innatos ligados al concepto de hombre de Juan Jacobo Rousseau

    La denuncia de John Howard sobre la situación de los ajusticiados

    Jeremy Bentham y el utilitarismo

    4.b. Movimiento científico que precede al positivismo italiano, con: Charles Darwin, François Joseph Gall

    4.c. Estudios de psicología: Philippe Pinel, Bénédict Agustín Morel y Valentín Magnan

    Teorías sobre la degeneración: Morel y Magnan

    Textos de Morel

    4.d. La concepción del loco Moral: Jean Etienne Dominique Esquirol y James Cowles Prichard

    Textos de Esquirol

    Textos de Prichard

    QUINTA LECCIÓN: NACIMIENTO DE LA CRIMINOLOGÍA

    5.a. El positivismo italiano: Introducción

    César Lombroso. Sus estudios

    Textos de César Lombroso

    Enrico Ferri y su obra

    Rafael Garófalo y sus aportes

    5.b. Conclusiones sobre los Positivistas

    Congresos Criminológicos

    SEXTA LECCIÓN: TENDENCIAS EN CRIMINOLOGÍA

    Tendencia Biológica

    6.a. Endocrinología criminal

    Biotipología criminal

    Genética y herencia criminal

    Caracterología criminal

    La teoría biocriminogenética

    Tendencia Sociológica

    6.b. Algunas manifestaciones

    Teoría cartográfica (Quetelet y Guerry)

    Alexandre Lacassagne, Gabriel Tardé y Emile Durkheim en Francia

    Entre los más destacados en Norteamérica: Sutherland, Sellin, Reckless, Merton y Becker

    Breves comentarios sobre el crimen en los llamados países socialistas: Rusia (C. Marx) y Yugoeslavia

    Tendencia Psicológica

    6.c. Breve comentario sobre el estructuralismo (Wundt); y

    La reflexología (Pavlov y Bechterev)

    El psicoanálisis de Sigmund Freud

    Textos de Freud

    Alfred Adler y el Deseo de Poder

    Carl Gustav Jung y el Inconsciente Colectivo

    Watson y el conductismo

    6.d. Conceptos de normalidad y anormalidad

    La normalidad en criminología

    Ligero esbozo de la psicopatología criminal

    SÉPTIMA LECCIÓN: SINTESIS DE LAS DOS GRANDES CORRIENTES EN CRIMINOLOGÍA

    7.a. El paso al acto y la reacción social

    7.b. Criminología clínica: Jean Pinatel y su Definición

    Períodos de la criminología clínica

    Criminología clínica contemporánea

    Étienne De Greeff y la criminología clínica

    Crisis y critica de la criminología tradicional

    7.c. Criminología crítica

    Antecedentes de esta corriente

    Características de la criminología crítica

    Objeciones a la criminología crítica

    Integración de éstas dos corrientes criminológicas

    OCTAVA LECCIÓN: LA VICTIMOLOGÍA

    8.a. Preocupación por la victimología en criminología

    8.b. Breve revisión de la victimología, a través de Mendelsohn y Von Hentig

    Otros autores

    8.c. Las víctimas para el derecho. Las víctimas en el contexto social. Concepto de victimología.- Concepto de víctimas

    Las víctimas en el contexto social

    Concepto de victimología

    Concepto de víctimas

    Situación en el código penal en el Ecuador

    NOVENA LECCIÓN: CRIMINOLOGÍA COMO CIENCIA

    9.a. Consideraciones Generales

    Objeto, método y metas de la criminología

    Objeto de la criminología

    Método en criminología

    Metas de la criminología

    9.b. Lugar que le concedió Jiménez de Asúa a la criminología en la clasificación de las ciencias penales

    Horizonte real del derecho penal y la criminología en el campo de las ciencias penales

    Lugar que le corresponde según Raúl Zaffaroni a la criminología en un nuevo modelo integral de ciencias penales

    DÉCIMA LECCIÓN: POLÍTICA CRIMINAL

    10.a. Introducción: Sobre la pertinencia de la lección

    La política criminal dentro de la política general de un estado

    Definiciones y concepciones de política criminal

    ¿Es una nueva disciplina la política criminal?

    10.b. Compendio de la evolución de la política criminal: Del derecho penal a las prácticas de política criminal

    De las políticas criminales a la política criminal

    Resumen de las corrientes ideológicas subyacentes

    10.c. Estructura propia de la política criminal

    Invariables

    Los comportamientos de la separación de las normas

    Las respuestas del cuerpo social

    Relaciones fundamentales, derivadas y complementarias

    BIBLIOGRAFÍA

    Dedicatoria

    A la memoria de mis padres

    A los estudiantes de Derecho de la Universidad Católica de Cuenca (extensión Azogues)

    A mis hijos y a mi esposo

    PRÓLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN

    cuando se considera la fragilidad y la relatividad del concepto de Crimen, se comprende que no se requiere sino una ligera desadaptación para que un individuo franquee esa barrera

    Dr. Allendy (París, 1938)

    En efecto el hombre no es profundamente bueno, justo, honesto, agradable, sociable, en una palabra. Al contrario, demuestra un cierto gusto por la violencia, como comprobamos en la historia de los pueblos: el circo romano, las corridas de toros, la caza apasionada, los combates de boxeo, han sido la diversión popular ferviente, sin preocuparnos por las guerras y otro tipo de manifestaciones que podemos considerar como violencia pura. Como dice Jung, Las disposiciones moralmente vigorosas son relativamente raras de ver, de manera que si los crímenes se acumulan, la indignación se deja eclipsar y el mal se convierte en moda del día.

    Sin embargo, de esta atmósfera cargada de crimen, si así pudiéramos expresarnos, permanecemos estupefactos ante tal o cual acto de nuestros semejantes que signifique una falla de sus tendencias o instintos sociales y que lo calificamos de crimen, y ésta actitud nuestra de hombres frente a los otros de conductas antisociales, es preocupación universal desde el primer día de la humanidad.

    Así, desde siempre el hombre busca defenderse del crimen que no deja de amenazarle y que le amenazará siempre, poniendo en peligro sus Instituciones y a sí mismo; frente a esto, el conglomerado siente la imperiosa necesidad de rechazar de su seno a los criminales y, al hacerlo, rechaza a otros hombres, ¿por qué?. Como dirá Carrara[1], al género humano el asociarse le es una necesidad natural indispensable, para su conservación y para la perfectibilidad para la que está destinado y justamente por esto, para mantener esta asociación le ha sido necesaria la conciencia del Derecho, que según el mismo Carrara le es congénita al hombre y a esa conciencia le es congénita la idea de que cuando un individuo viola el derecho de su semejante, como consecuencia de tal acción se le debe infligir un castigo[2], por lo tanto es lógico que se busque separarlo de alguna manera del conglomerado.

    Planteada de esta manera la problemática del fenómeno criminal, nos coloca frente a dos grandes consideraciones. La primera y fundamental ¿quién es el criminal?, que implica el inmediato conocimiento del hombre. Y la segunda, las relaciones entre los individuos y su normatividad para la libre realización personal, sin lesionar el derecho de los otros, esto implica el conocimiento del Derecho Penal.

    La primera consideración nos sitúa en el campo de las ciencias humanas y la segunda, dentro de las ciencias jurídicas.

    La síntesis de estas consideraciones la encontramos nosotros en esta ciencia nueva llamada Criminología, fundada como consecuencia lógica de la enorme preocupación por el crimen, su autor, su suerte y la repercusión de sus actos.

    Con el presente trabajo, trato de poner en contacto a los estudiantes de Derecho con la Criminología. Su contenido determina el valor del conocimiento del hombre y la importancia de las relaciones entre seres humanos, dentro de la organización social.

    La temática nos lleva en efecto al conocimiento del hombre, exponiendo los arduos trabajos al respecto y mostrando el peligro de afirmaciones y experiencias que tratan de esclarecer la ruta del mismo, llena de errores a veces, dentro de la conducta.

    Por la razón arriba indicada, pensé mucho en la elaboración del curso y pensé sobre todo en los jóvenes estudiantes. Busqué aquello que podría interesarles inmediatamente, sin apartarme del pensamiento de que me dirigía a espíritus completamente desprovistos de conocimientos criminológicos.

    Pero el espíritu humano es siempre el mismo. Cuando es joven es más difícil y más fácil a la vez penetrar. Por esto, con el objeto de aprehender en su justa medida las ideas que se vierten en este curso, quiero aclarar que vamos en busca de que la Ley y la pena sean buenas, porque queremos que sean fecundas. Sí, queridos alumnos, tengan presente que Dios no nos ha destinado ni a castigar, ni a retribuir a la vida, pues Él bendijo la vida, y el castigo no debe ser un refugio donde nos sea permitido enviar a aquellos a quienes no podemos hacer felices. Además en el plano estrictamente humano, tengan presente que no debemos referirnos ni a lo malo ni a lo bueno de la pena, sino a la justicia.

    Personalmente no creo en los juicios valorativos de la pena, ni en la Justicia comprada por un renunciamiento.

    Por eso estoy convencida de que, luego de recorrer las líneas de este texto, un alumno un poco atento estará suficientemente informado y podrá adentrarse en el conocimiento de problemas más complicados en este apasionante campo del Fenómeno Criminal. Con esta esperanza les recomiendo una serie de lecturas, revisadas por el profesor, las cuales, invitándoles a la reflexión personal pueden prolongarse en una investigación cuyos resultados podrían ser un aporte invalorable al mejoramiento de esta Cátedra.

    Se preguntarán quizá, si a través de estudios conducidos en esta forma, nos encontraremos en posesión de todo aquello que se contempla bajo el nombre de Criminología. No me corresponde responder. La envergadura de trabajo semejante me amenaza ferozmente, y por eso prefiero presentar estos capítulos en forma de lecciones simples con el fin de introducirles al conocimiento de esta ciencia.

    No me permito esconder mi pretensión de que este pequeño trabajo presentado a consideración de mis estudiantes de Derecho, pueda cambiar profundamente su espíritu al juzgar a sus semejantes. Deseo despertar su prudencia y repetirles hasta la fatiga que un análisis exhaustivo del hombre delincuente, no solamente permitirá a la Justicia llamarse tal, sino permitirá a todos y cada uno de los comprometidos con el aparato judicial, sentirse verdaderos hombres.

    Mis mejores votos a los estudiantes y los mejores estímulos por tener el valor de leer estas notas.

    PRÓLOGO DE LA SEGUNDA EDICIÓN

    Sólo hay una manera de ser maestro: ser discípulo de sí mismo

    José Camón Aznar

    En esta segunda edición, quiero plasmar mis experiencias de la enseñanza de la Criminología a estudiantes y a profesionales en nuestro País.

    Muy a pesar de que para algunos estudiosos, el carácter de ciencia de la Criminología aún está en discusión, podría afirmar que en nuestro medio, su enseñanza y aprendizaje ha permitido durante estos años abrir el campo de visión y de comprensión sobre el criminal y el crimen, no sólo de los abogados sino en general de los profesionales comprometidos con el estudio del fenómeno criminal.

    Para aquellos que no creen en la posibilidad de enseñar Criminología, comienzo manifestándoles, que en efecto, cuando se me solicitó comenzar una Cátedra de Criminología en la Universidad Católica en la Facultad de Jurisprudencia, se me puso frente a una grave responsabilidad. Yo soy criminóloga graduada en la Universidad de Lovaina, pero hacer un programa para en una sola Cátedra y en seis meses enseñar Criminología, era un reto muy grande. Comencé por rememorar todos los conocimientos adquiridos durante mis estudios de Criminología y llegué a varias conclusiones:

    Primera: cuando los científicos como Lombroso, Ferri y Garófalo, que están a la base de los estudios criminológicos, se preocuparon del comportamiento del hombre (sobre todo los dos últimos citados), fue en referencia a aquellos que con sus actos destruyen la vida, la integridad, el honor, o las pertenencias de otros hombres, produciendo alteración dentro de los grupos en los que conviven. Estos estudiosos buscaron desde sus diferentes perspectivas, la explicación del origen de esa fuerza innata en el hombre; luego del uso de esa fuerza, que se da en llamar violencia y que en un momento dado produce destrucción.

    Entonces asumí que se debía explicar a los estudiantes, en la medida de lo posible, qué es la violencia, sus usos y el uso de la fuerza destructiva que colisiona el crecimiento normal del grupo social; e inmediatamente después, la reacción del mismo en beneficio de su defensa y el cómo ha llegado a encausar una parte de la violencia destructiva a través del Derecho, y concretamente del Derecho Penal. Dentro de esta perspectiva, no debía faltar el estudio de los derechos humanos para poder establecer el límite de un Derecho castigador, porque es sabido que muchos de los derechos humanos son conculcados por el Estado en aras del desarrollo social.

    Segunda: Los destinatarios a los que debíamos explicar lo que se debe entender por Criminología, eran estudiantes de Derecho; entonces teníamos que establecer las relaciones entre estas dos ramas del saber, Derecho y Criminología, pues las dos se ocupan del crimen y del criminal y consecuentemente, cómo las organizaciones sociales y fundamentalmente el Estado (generadores de Políticas), pueden proporcionar una Política Criminal, para procurar a estas ciencias el mejor camino para ocuparse en forma eficiente del fenómeno criminal.

    Tercera: Y por fin una tercera conclusión fue, para que obtengan un conocimiento si no amplio, cuando menos seguro de la Criminología, hay que introducirlos en los estudios filosóficos, antropológicos, psicológicos y sociológicos realizados para la comprensión del crimen y de los criminales. Por esta razón, amén de explicar los trabajos y el movimiento científico en el que se desenvuelven los estudiosos a los que se les considera fundadores de la Criminología, no podían descuidarse los más sobresalientes trabajos que se habían dado alrededor del fenómeno criminal.

    Conclusiones que me condujeron a un camino de síntesis en forma de lecciones, pues era la única manera de tratar de introducir, en pocos meses, a los estudiantes en el conocimiento de la Criminología, cuyo carácter de Ciencia estaba en el apogeo de la discusión.

    En esta forma, se procedió en la docencia en criminología y a la primera edición del libro de Introducción a la Criminología. Los resultados obtenidos en estos años han sido: En un primer momento, de una gran curiosidad por comprender mejor lo que comporta el crimen por parte de los estudiantes de Derecho, y sobre la personalidad criminal por otros sectores (siempre comprometidos con el fenómeno criminal). Luego en un segundo momento, algunos estudiantes y otros profesionales, buscaron la forma de profundizar sus conocimientos en Criminología en el extranjero, y tenemos ahora algunos criminólogos de profesión y otros que se encuentran en formación.

    Al concluir la jornada, al cabo de los tantos años de impartir esta materia, comprendí aquella célebre frase de Catón amargas son las raíces del estudio, pero los frutos son dulces. Sí, los comienzos de adoctrinamiento fueron rigurosos, el camino recorrido lleno de escollos, pero la meta nos ha sido, al parecer, acordada.

    Por esta razón, a pesar de los muchos años transcurridos desde la primera edición de este libro pedagógico, en los que se han dado muchas críticas por parte de algunos, incluso de ex estudiantes, por la falta de una reedición; con una simple explicación de que las ínsitas exigencias de la academia, sumadas a las de la vida diaria, no nos han dejado el tiempo necesario para seleccionar, de las experiencias, lo que las interrogantes siempre crecientes de los estudiantes, permitieron ver con claridad que era lo más importante; y además que debía evaluar, si había necesidad de incrementar varios temas dentro de las lecciones iniciales o si solamente se debía evidenciar algunos aspectos, decidí hacer una nueva edición titulada Criminología en el Ecuador, con nuestras propias vivencias.

    Mas, al comenzar la misma, las dudas sobre su contenido detuvieron mi elación; en efecto, no podía tener en consideración lo que a medida de las múltiples preocupaciones de los estudiantes, se había investigado sobre el fenómeno criminal en nuestro medio (principalmente en lo que se refiere a las presentaciones de las dos tendencias en Criminología: la del Paso al Acto y la de la Reacción Social) porque concluimos, que el fenómeno criminal en nuestro país (en pleno desenvolvimiento) es sumamente cambiante y que las pocas investigaciones realizadas por nosotros, no eran lo suficientemente demostrativas; consecuentemente, esto debía ser tarea de los entes gubernamentales directamente relacionados con el fenómeno criminal.

    Reflexioné sobre mis esfuerzos realizados y resolví que lo que me competía, se enmarcaba dentro de la Criminología Académica, y luego de ésta y otras consideraciones, sentí la necesidad y el deber de reeditar este libro de texto pedagógico, que ha sido incluso reproducido sin mi autorización pero sin mi oposición, porque siempre pensé, que si sirve para que los estudiantes de otras Universidades comiencen a entender lo que es el fenómeno criminal, valía la pena que se lo reprodujera.

    Si en adelante, como hasta hoy, este pequeño texto ha servido de conductor para estudiantes y profesionales comprometidos con el fenómeno criminal, amerita este esfuerzo de revisarle y completarle, al final de mi carrera de Profesora.

    Específico que las respuestas dadas a las interrogantes de los estudiantes, me han servido para enriquecer esta nueva edición, que no pretende de manera alguna convertirse en un libro de Criminología, menos aún especializado, simplemente es una guía pedagógica para comprender qué es lo que busca la Criminología y cómo nos permite comprender ciertos comportamientos que se consideran alterados por los grupos sociales amén de dar luces sobre el momento de la intervención del Derecho Penal.

    Dentro de las inquietudes de los estudiantes, como es lógico, estaba el comprender cómo el conocimiento de los comportamientos rechazados por el grupo, generando daños y provocando víctimas, pueden servir de base para una política criminal adecuada por parte del Estado; para dar respuestas, nos vimos obligados a introducir una lección extra sobre Política Criminal, que se incluye en este libro, pese a que se impartió como Cátedra aparte, con un programa específico en la Facultad de Jurisprudencia de la PUCE.

    No está por demás, recordar que la trilogía: Criminología, Política Criminal y Derecho Penal, constituyen por el momento la respuesta adecuada al fenómeno criminal. Con esta nueva edición de Introducción a la Criminología, tratamos de no privar, al respecto, a los interesados en este prontuario.

    Mientras preparo esta reedición, he revisado en Internet, los resultados de las estadísticas criminales en el Ecuador que vienen de diferentes fuentes. Creo que sería muy interesante hacer una sistematización de estos datos, que completados con el estudio de las causas sociales que lo producen, serviría de base para la organización de una Política Criminal bien encaminada, lo que nos llevaría incluso a proponer nuestra propia dogmática jurídica-penal.

    [1]

    Carrara

    , Francisco. Programa de Derecho Criminal. Editorial Temis. Tercera edición. 1973. Bogotá. p.15.

    [2] Obra citada

    PRIMERA LECCIÓN

    LA VIOLENCIA VISTA A TRAVÉS DEL DERECHO PENAL Y LA CRIMINOLOGÍA

    1.a. Introducción.

    Concepto y tipos de violencia.

    Violencia Social.

    Usos de la violencia.

    Violencia criminológica-penal.

    Qué clase de violencia es delito o crimen?

    1.b. Los derechos humanos: considerados como atributos naturales de todos los individuos, o como privilegios históricos de una comunidad.

    Los derechos humanos y su relación necesaria con el derecho, con la ley.

    La problemática de los derechos humanos en los sistemas penales latinoamericanos, dada por la pluralidad de discursos.

    Los derechos humanos contemplados en el derecho penal ecuatoriano.

    Repercusión de los derechos humanos en criminología.

    1.a. Introducción

    La preocupación de los hombres y mujeres que estamos en contacto con el Derecho, muy justa por cierto, es la de exigir precisión del contenido y uso, que del término violencia se hace en Derecho Penal y en Criminología.

    Ocuparse de una de las preocupaciones existenciales siempre actual la violencia, no es tarea fácil; ya anotaba el Profesor Manuel López Rey que, Los términos agresión, agresividad, violencia y crueldad, aparecen frecuentemente juntos y confundidos[1]. Sin embargo, con el objeto de obtener una mejor comprensión dentro de nuestro estudio nos esforzaremos en cubrir algunos aspectos sobre la violencia*.

    Para el efecto, en un primer momento, recordaremos que las páginas de la historia de la humanidad están llenas de manifestaciones violentas, por lo tanto, negar racionalmente la violencia resulta inútil, pues la negación no la suprime. Entonces, debemos reconocer y afrontar el hecho de que la violencia nos es familiar y que cotidianamente entramos en contacto con ella, directa o indirectamente; ¿cómo negar la opresión, los golpes, la tortura, la muerte, la criminalidad, el terrorismo, las guerras?

    Así que, si admitimos que la violencia reina sin control entre los animales, concluiremos que las actitudes más humanas no hacen sino tapar y disimular, más o menos eficazmente una violencia original (agresión) que al transformarse, no deja de permanecer al origen de muchas reacciones afectivas y emotivas.

    Después, en un segundo momento, es necesario asentir que la violencia contemporánea ha cambiado en su forma de manifestarse, como también en la escala en que se hace presente, por la simple razón de que la violencia, como otras manifestaciones del ser humano, es producto de la sociedad, sin que esto signifique de manera alguna que las sociedades actuales sean más violentas.

    Aún más, podemos afirmar, sumándonos al criterio de Jacqueline de Romilly que la violencia, en nuestro mundo moderno, dista mucho de limitarse a las guerras: reina en los Estados, en las ciudades y en la vida cotidiana de todo el mundo. ...; pero resulta, que también en esto, nuestra época parece haber aportado su innovación al conferir a la violencia un nuevo desarrollo.[2]. Continúa diciendo la autora que, en efecto la violencia parece haberse convertido en patrimonio de los jóvenes o muy jóvenes y que si bien, esto pudo haberse dado en el pasado, su generalización parece ser característica de la época.

    Nosotros concluimos, que la existencia de la violencia es innegable, pero ¿cómo llegar a comprender la violencia?. Quizá sea necesario definirla, o quizá sea necesario establecer un conjunto de rasgos característicos para agruparla en tipos y así llegar a entender lo que se ha dado en llamar clases de violencia, o simplemente referirnos a sus formas de presentación y los usos que se hacen de ella.

    Examinemos a continuación estas posibilidades, con miras a conseguir el camino más certero de la comprensión de la violencia dentro de nuestra preocupación inicial, el contenido y uso de este término en Derecho Penal y en Criminología.

    Concepto y tipos de Violencia

    Si buscamos en la etimología del término violencia en Latín (y en Griego es igual) -(violentia = violencia, carácter violento o feroz-salvaje-; muodes = musculado, provisto de fuerza; bia (biae) que significa fuerza vital)-, encontramos que en el centro de la noción de violencia, está la idea de una fuerza, de un poder natural, cuyo ejercicio contra algo o alguien, le da ese carácter violento. Aquí obtenemos la base para aceptar la existencia de algunos tipos de la misma.

    Así Alfred Rifkin[3], señala tres tipos: 1) Aquella producida por la cólera (instintiva), 2) un tipo, en el que el aspecto significativo es el acto violento más que el sujeto del ataque; lo que nos puede llevar a aceptar, que en forma general la violencia puede entenderse como, La utilización de la fuerza para alterar el modo natural del actuar o comportarse, esto implica ya, una fuerza física o moral; y, 3) un tipo en el que el aspecto significativo es la destrucción del objeto y la violencia un instrumento requerido para alcanzar la meta.

    De lo mencionado, surge una posible explicación al hecho de que si bien es muy fácil emplear el término ‘violencia’, es muy difícil al contrario precisar lo que se entiende por el mismo. Sin embargo, alrededor de lo expuesto, la capacidad de reflexión científica del hombre ha posibilitado la elaboración de múltiples conceptos de violencia.

    Por esto, existen unos que intuyen la violencia con referencia a los impulsos innatos específicamente individuales, hay aquellos que la consideran como esta fuerza natural utilizada contra otros que hace el carácter violento (son juzgamientos de valor), y por fin, los que al constatar la presencia de la violencia, esta es definida y comprendida en función de los valores que constituyen lo sagrado del grupo de referencia[4]; por consiguiente, algunos hacen de la presencia de la violencia a través de los siglos, una ley en el cambio de la Historia.

    Conforme a lo aseverado, podemos aceptar que la violencia es la base de la discordia entre los hombres y, que como las causas de la discordia son múltiples: la competencia, el desafío, la gloria (Thomas Hobbes –Leviatán-), Ganarse un clima de seguridad por la defensa y en fin ser alguien, la violencia vista así, se convierte en el motor de las transformaciones sociales (en un instrumento para alcanzar una meta).

    Se puede, en igual forma, asentir que hay diferentes clases de violencia: Individual (de un hombre contra otro); colectiva (de un grupo contra un individuo o contra otro grupo), del Estado (cuando no puede dar respuestas mínimas de realización para las que se compromete para con los grupos sociales; es decir que el sistema no tiene capacidad para atender con criterio de justicia las necesidades del grupo); estructural (cuando las condiciones de vida socio históricas dificultan las formas de vida, que son consideradas como injustas, violentas, por los grupos mayoritarios de la sociedad), y todo esto, a partir de los diferentes conceptos de violencia que se asuman.

    Violencia Social

    Finalmente, acordamos conforme a lo investigado, que no hay un saber universal sobre la violencia y aceptamos que cada grupo social presenta diferentes formas de violencia según sus propias exigencias y el afán de encontrar un equilibrio; un ejemplo que sustenta lo dicho, y que se refiere a nuestros antecedentes grecolatinos, lo tenemos claramente establecido en el libro citado supra La Grecia Antigua contra la violencia, en el que podemos apreciar, que cuando la sociedad es teocrática, la violencia es producida por los Dioses, la que poco a poco va evolucionando de conformidad con el desarrollo de la autoconsciencia del hombre sobre el problema de su existencia y con los criterios de organización social que aparecen, al tiempo que nace el ideal de rechazo a la violencia.

    Podemos afirmar entonces, que la violencia social es la producida y soportada por los seres humanos dentro de una organización social; y, de forma objetiva diremos que cuando el hombre se relaciona con otros seres vivos, en busca de equilibrio, si bien trasciende al aislamiento, crea relaciones tanto consensuales como conflictuales, lo que produce grupos de oposición que producen violencia, la que sólo será controlable cuando se someten todos a una organización o poder establecido; en la actualidad, esta organización social es sin duda, la llamada Estado.

    Empero, el Estado también instaura diferentes expresiones de violencia, las que pueden concretarse en hechos visibles, cuantificables, pero que igualmente pueden mantenerse latentes, acumulándose en tal forma que pueden estallar en situaciones de gran inestabilidad. Entonces, la violencia está en la base, y forma parte de las sociedades.

    Por lo tanto, no debe sorprendernos, que en el siglo XX y lo que va del siglo XXI (épocas de la información visual diaria de la violencia) algunos autores hablen de varias formas de presentación de la misma, así por ejemplo: de violencia socio política, que no hace referencia sino a las desigualdades que se dan por la incapacidad del Estado de cubrir las necesidades comunes, o de producir bienes que son absolutamente necesarios para la vida. En forma similar, se habla de una violencia tercermundista, en donde se ve claramente que el crecimiento desmesurado de las poblaciones, hace imposible que se cumplan con los objetivos de respeto a los seres humanos (poder desigual y oportunidades de vida distintas), convirtiéndose los Estados en los más grandes productores de violencia.

    Johan Galtung[5] en su obra sobre la Paz, dice que la violencia está presente cuando los seres humanos se ven influidos de tal manera que sus realizaciones efectivas, somáticas y mentales, están por debajo de sus realizaciones potenciales. Es decir que la diferencia entre lo que potencialmente requiere la realización de un ser humano o grupo frente a lo que efectivamente se le proporcione para esta realización por parte de la organización social, es violencia social.

    La violencia social así entendida, tiene múltiples causas que son a su vez esencialmente sociales: situaciones políticas, económicas, culturales, religiosas, raciales. Estas causas son igualmente ingredientes de la conformación histórica de las sociedades.

    Todas estas, y otras causas, dan lugar a otras formas de expresiones violentas, como la económica, cultural, religiosa, racial, y aún la estructural (defecto socialmente modelado explicado por Spinoza, en su ‘Ética´ y retomado por Eric Fromm en su obra ética y Psicoanálisis)[6], las que se insertan dentro de las formas de violencia social.

    No debemos olvidar que esta violencia producida por los Estados, puede ser a veces canalizada por la propia organización social, pero otras veces, en una segunda instancia, provoca respuestas violentas que en ocasiones son necesarias y en otras deben ser rechazadas, por lo que debemos aceptar y convenir que la violencia puede ser apreciada o repudiada, en virtud del uso que se haga de ella; es decir, puede ser considerada como constructiva en unos casos y como destructiva en otros (violencia residual insuperable), para cuyo control, los Estados se ven obligados de buscar otros caminos que los ofrecidos por la propia organización social[7].

    Usos de la Violencia

    A este nivel de explicación, nos concretamos en el estudio de la violencia que es específica de la especie humana, la que se da en respuesta a sus necesidades existenciales: "violencia en sociedad", que es la producida y soportada por los seres humanos dentro de una organización social y que tiene una serie de connotaciones especiales; pues es la que se origina en cada persona frente a su grupo y en cada grupo en función de la socialización y dentro de una normativa social comúnmente aceptada cuestionada o rechazada. Pues estamos convencidos de que depende del uso que se haga de la violencia, dentro del grupo social, para que ésta sea constructiva o destructiva.

    Lo sostenido en líneas anteriores ha sido reconocido aún por los más ardientes condenadores de la violencia, por ejemplo Georges Gusdorf, quien dice: Hay situaciones extremas, que por el honor del género humano, la insurrección viene a ser un deber sagrado. Es así como se señala la posibilidad de una buena violencia al lado de la mala[8].

    ¿Como podemos diferenciar la una de la otra?. Para el efecto, recurriremos a lo que la Historia nos enseña, por ejemplo: Que la libertad, o dicho de otra forma, que la voluntad y decisión del hombre, están sobre el cumplimiento de un rígido esquema de causalidad social, lo que puede producir violencia (levantamientos, revueltas), aquí nos encontramos frente a una utilización constructiva de la violencia.

    De otro lado, es evidente que se camina sin contar con lo que hacemos ahora y en forma determinada hacia estructuras sociales más avanzadas; por tanto mientras se prevé, canalice y solucione la violencia por los mecanismos propios con los que cuenta la organización social y que se expresan como violencia consentida a los Estados, porque se absorbe supera y aún se progresa a partir de ella, no hay violencia social destructiva (negativa).

    No podemos dejar de anotar que existe también una violencia omnipresente en el mundo actual, las guerras (las que hacen estragos sin trabas), están presentes con sus violencias, (se lucha por el poder, por la gloria, por el dinero) pues en efecto en ellas se cuenta en números significativos, muertos, heridos e implican cada vez más a los civiles. No podríamos considerar a esta violencia, sino como destructiva; sin embargo esta valorización, depende del punto de vista de los involucrados.

    Las guerras civiles: matanza de los ciudadanos entre sí, la peor violencia en el orden político, la calificaríamos como la violencia más destructiva del orden social, al igual que el terrorismo, como fuerza destructiva de los grupos sociales y que hoy desgraciadamente, es utilizado dentro de los comportamientos políticos; todo esto, sin lugar a dudas es preocupación del grupo social, como lo es también, el índice de suicidios a veces masivos, autolesiones que convulsionan particularmente al mundo moderno.

    Empero lo que constituye el núcleo del estudio por nosotros emprendido, es la relación entre violencia y crimen o delito; para contextualizar la violencia de la que se encargan tanto la Criminología como el Derecho Penal.

    Violencia Criminológica-Penal

    El Psicólogo Helmuth Ostermeyer, en actitud crítica, sostiene que:

    "La sociedad crea Estados que hacen agresivos a los hombres y esa agresividad se descarga en la misma sociedad, la que les facilita canales mediante la competencia laboral, trato displicente a parientes y subordinados, deporte, espectáculos, o se disuelve mediante somníferos y tranquilizantes, o se disuelva en la fantasía (novelas, films policíacos, noticias judiciales, etc.). Otra parte se reprime y produce tóxico–dependencias, enfermedades, neurosis.

    El resto de respuesta violenta se traduce en conductas criminales, que a veces no se conocen y no producen reacción social y a veces se conocen, identifican al autor y termina con la imposición de la pena, en la que se consume el resto de la agresión que la sociedad no ha logrado disolver."

    (Extracto resumido del Profesor Zaffaroni, por la autora).

    Como lo expresa el Profesor López Rey el objeto de mayor preocupación, aun antes del nacimiento de la Criminología, ha sido la relación entre violencia y crimen; nosotros precisaremos que es la relación entre crimen y violencia como fuerza destructiva, la que hoy constituye un problema criminológico en expresión del Profesor Rodriguez Manzanera [9].

    Para poder comprender el por qué de lo afirmado -la preocupación ante la violencia como fuerza destructiva-, utilizaremos otros parámetros.

    Sin ser arbitrarios y teniendo en consideración los nuevos conceptos de psicología y sociología criminal, de los que nos ocuparemos más adelante, partiremos del hecho que dentro del comportamiento humano en general, juegan un papel importante los modelos. Aquí, para reforzar este criterio, sólo quiero citar un pasaje escrito en 1747 y publicado en 1826 con respecto de las Américas[10], que es relativo a los modelos:

    "El desprecio con que la justicia es tratada en aquellos payses se origina en gran parte de la extraviada conducta de los que gobiernan, porque si el publico observa en ellos un genio ambicioso, y amigo de enriquecerse con perjuicio de todos, unas costumbres viciosas en el que la debía corregir á los demás, y una conducta pervertida y abandonada al imperio de sus pasiones y de la parcialidad, ¿qué mucho será que los particulares hagan poco ó ningun aprecio de su autoridad, y que miren la justicia como cosa irrisible y puramente ideal sin

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