Minority Report (2002), de Steven Spielberg, es un thriller futurista que plantea la posibilidad de crear una sociedad libre de homicidios encarcelando a los criminales… antes de que cometan el delito. Para ello, la policía recurre a una tecnología que canaliza los datos transmitidos, mediante Percepción Extra Sensorial, de tres mutantes sensitivos. Hoy, muchos de los elementos que aparecen en la inquietante distopia de Minority Report se han convertido en una realidad: a través del procesamiento de “activos de información”–más conocido como Big Data–, es posible predecir cuáles serán los delitos que se cometarán en un área determinada y en un plazo concreto. Pero, ¿quién se anticipó a describir este sistema de “Criminología 2.0” a través de la ficción?
UN PROFETA LLAMADO PHILIP K. DICK
Minority Report (2002) se inspira en el relato homónimo del genio de la ciencia ficción Philip K. Dick (1928-1982), más conocido entre el gran público por la adaptación cinematográfica de Blade Runner (1982)–originalmente titulada ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968)–. Con una extensión de 17.000 palabras (lo que lo convierte en una “novela corta”), Philip K. Dick apenas había cumplido los veinticuatro años cuando, un 22 de diciembre de 1954, envió el manuscrito de El informe de la minoría (The Minority Report), para ser publicado en la revista Fantastic Universe en enero de 1956.
“MINORITY REPORT se inspira en el relato homónimo del genio de la ciencia ficción Philip K. Dick, más conocido entre el público por la adaptación cinematrográfica de ‘Blade Runner’.
Curiosamente, en la misma editorial de ese número, firmada por el escritor del género y editor asociado (1901-1994), se menciona brevemente la figura de (1895-1980), padre de la moderna Parapsicología y sus investigaciones en el ámbito de la supuesta. En un futuro distópico ambientado en Nueva York, Precrime (Precrimen) es una agencia gubernamental que ha reemplazado el antiguo “sistema punitivo posdelictivo” por otro mucho más eficaz: la “predetección profiláctica de delincuentes”. Este sistema que se anticipa a la comisión de homicidios y detiene a los futuros asesinos entre una y dos semanas antes de que estos lleguen a cometer su crimen: “Como todos sabemos, el castigo nunca fue muy disuasorio, y no brindaba consuelo a una víctima que ya estaba muerta”. De esta manera, y desde la implantación de Precrime, el índice de criminalidad se ha reducido drásticamente hasta apenas alcanzar un 0,2%.