El puente
Si se mira con mínima atención, la curva del contagio parece un puente. No es un retorno. Tampoco una torre. El puente, cualquier puente, señala un paso de un lado hacia otro que combina la verticalidad con cierta horizontal, lo sólido de su estructura –roca, acero– con el fluir bajo él –un río, un acantilado–. Si la entrada simbólica a nuestro siglo fue el derrumbe de dos torres dedicadas a hacer dinero del dinero, las reales fueron el inicio del fin del modelo neoliberal en 2008, cuando millones se quedaron sin casas, y la pandemia viral de estos días. Pero, ¿qué dos lugares enlaza este puente?
El filósofo Jacques Rancière escribió hace unos años (, 1996) sobre la diferencia entre la voz humana, el grito y el llanto, por ejemplo, y la palabra, que
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