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Neurociencia y Criminología
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Neurociencia y Criminología

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Neurociencia y criminología
Neurocriminología y neurovictimología son dos conceptos clave que forman parte de los conocimientos que todo experto en ciencias penales debe poseer, ya que los avances neurocientíficos nos muestran que los procesos de victimización tienen importantes repercusiones en el funcionamiento del cerebro, y que ello puede vuln
IdiomaEspañol
EditorialINACIPE
Fecha de lanzamiento19 dic 2023
ISBN9786075601588
Neurociencia y Criminología
Autor

Eric García-López

Eric García-López Doctorado en Psicopatología Forense (Summa Cum Laude por unanimidad) y periodo académico del Doctorado en Neurociencia por la Universidad Complutense de Madrid. Post doctorado en Evolución y Cognición Humana en la Unidad Asociada al Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos de la Universitat de les Illes Balears. Ha sido profesor titular en la Facultad de Medicina de la unam, investigador invitado gracias al fondo europeo María Zambrano para la atracción de talento internacional, en la Facultad de Ciencias Jurídicas de Toledo en la Universidad de Castilla-La Mancha, dentro de la línea de trabajo sobre Neurociencia y Derecho Penal. Asimismo, ha sido investigador visitante del Instituto Max Planck de Derecho Penal y Criminología (Friburgo, Alemania) y editor invitado de Frontiers in Human Neuroscience. Actualmente es investigador titular C en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (donde coordinó la creación de la maestría y el doctorado en Psicopatología Forense), miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), miembro del Mental Health, Law and Policy Institute de la Universidad Simon Fraser en Canadá y editor asociado de Frontiers in Legal and Forensic Psychology. Es profesor invitado de CIFAL-Argentina-UNITAR (United Nations Institute for Training and Research) y miembro de la Fundación de Neurociencia Aplicada al Derecho (FNAD), donde dirige la línea de investigación sobre Neuroderechos y Psicopatología Forense. Aura Itzel Ruiz Guarneros Actualmente cursa el Doctorado en Neuroderecho y Psicopatología Forense en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE). Cuenta con estudios de Maestría en Criminología y Política Criminal por la misma institución. Realizó una estancia académica de investigación en el Área de Derecho Penal de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo, España (UCLM). Se desempeña como investigadora-asistente del INACIPE. Es jefa del Departamento de Criminología en Servicio de Investigación Forense (SEINFO). Profesora invitada de CIFAL-Argentina-UNITAR (United Nations Institute for Training and Research). Es miembro honorario de la Fundación para el avance de las neurociencias aplicadas al derecho, la ley y la justicia (FNAD).

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    Neurociencia y Criminología - Eric García-López

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    No obstante, usted es libre de utilizar el lector de Epub de su preferencia.

    Eric García-López

    Eric García-López

    Doctorado en Psicopatología Forense (Summa Cum Laude por unanimidad) y periodo académico del Doctorado en Neurociencia por la Universidad Complutense de Madrid. Post doctorado en Evolución y Cognición Humana en la Unidad Asociada al Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos de la Universitat de les Illes Balears. Ha sido profesor titular en la Facultad de Medicina de la

    unam

    , investigador invitado gracias al fondo europeo María Zambrano para la atracción de talento internacional, en la Facultad de Ciencias Jurídicas de Toledo en la Universidad de Castilla-La Mancha, dentro de la línea de trabajo sobre Neurociencia y Derecho Penal. Asimismo, ha sido investigador visitante del Instituto Max Planck de Derecho Penal y Criminología (Friburgo, Alemania) y editor invitado de Frontiers in Human Neuroscience. Actualmente es investigador titular C en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (donde coordinó la creación de la maestría y el doctorado en Psicopatología Forense), miembro del Sistema Nacional de Investigadores (

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    ), miembro del Mental Health, Law and Policy Institute de la Universidad Simon Fraser en Canadá y editor asociado de Frontiers in Legal and Forensic Psychology. Es profesor invitado de

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    -Argentina-

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    (United Nations Institute for Training and Research) y miembro de la Fundación de Neurociencia Aplicada al Derecho (

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    ), donde dirige la línea de investigación sobre Neuroderechos y Psicopatología Forense.

    Aura Itzel Ruiz Guarneros

    Aura Itzel Ruiz Guarneros

    Actualmente cursa el Doctorado en Neuroderecho y Psicopatología Forense en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (

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    ). Cuenta con estudios de Maestría en Criminología y Política Criminal por la misma institución. Realizó una estancia académica de investigación en el Área de Derecho Penal de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo, España (

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    ). Se desempeña como investigadora-asistente del

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    . Es jefa del Departamento de Criminología en Servicio de Investigación Forense (

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    ). Profesora invitada de

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    (United Nations Institute for Training and Research). Es miembro honorario de la Fundación para el avance de las neurociencias aplicadas al derecho, la ley y la justicia (

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    ).

    COLECCIÓN INVESTIGACIÓN

    DIRECTORIO

    Alejandro Gertz Manero

    Fiscal General de la República

    y Presidente de la H. Junta de Gobierno del

    inacipe

    Gabriela Alejandra Rosales Hernández

    Secretaria General de Extensión

    Leticia Piña Ferman

    Subdirectora de Publicaciones

    Portadilla

    Neurociencia y criminología

    © Eric García-López

    © Aura Itzel Ruiz Guarneros

    © Instituto Nacional de Ciencias Penales (

    inacipe

    )

    Instituto Nacional de Ciencias Penales

    Magisterio Nacional núm. 113, Col. Tlalpan,

    Alcaldía Tlalpan, C.P. 14000, Ciudad de México

    Primera edición, 2023

    ISBN libro electrónico: 978-607-560-158-8

    Aviso legal

    inacipe

    Se prohíbe la reproducción parcial o total, sin importar el medio, de cualquier capítulo o información de esta obra, sin previa y expresa autorización del Instituto Nacional de Ciencias Penales, titular de todos los derechos.

    Esta obra es producto del esfuerzo de investigadores, profesores y especialistas en la materia, cuyos textos están dirigidos a estudiantes, expertos y público en general. Considere que fotocopiarla es una falta de respeto a los participantes en la misma y una violación a sus derechos.

    Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la postura del Instituto Nacional de Ciencias Penales.

    Agradecimientos

    Para mis hijos

    Lluc y Marc

    por su enorme nobleza natural y esos ojos de infancia que tanto bien nos hacen.

    Para mis padres

    por todo cuanto han hecho y hacen por nosotros.

    Para Aina, mi esposa, por todo.

    Al Instituto Nacional de Ciencias Penales se le ha llamado, con acierto, saramagiana balsa de piedra.¹ Lo es por muchas razones, bien documentadas a lo largo de sus casi 50 años de existencia y vida.

    En esas cuatro décadas y media de huellas y camino, este Instituto Nacional ha logrado aportar el prestigio que merecen nuestras ciencias penales: desde la victimología hasta el sistema de justicia para adolescentes o el penitenciarismo, pasando naturalmente por el derecho procesal penal o la criminalística; desde el derecho penal electoral, el derecho penal en sí mismo o el derecho penal económico hasta el estudio de la violencia en sus múltiples y terribles manifestaciones. El

    inacipe

    ha sabido brindar luminosas guías de trabajo aplicado, basadas en la autoexigencia, dedicación, generosidad y el talento, entre otras muchas virtudes de sus investigadores, que son también —y muy brillantes— profesores universitarios.

    Desde luego, en esa estructura se encuentran también los aportes indispensables de la criminología, donde destacan indiscutiblemente los nombres de los profesores Alfonso Quiroz Cuarón y Luis Rodríguez Manzanera, sin obviar por supuesto el de Martín Barrón (Q. E. P. D.) y otros que han dado y dan tanto como pueden —que es mucho— al desarrollo de estas nobilísimas disciplinas.

    A esa pléyade de científicos penalistas tengo la suerte de acompañar en el claustro de investigadores de nuestro instituto nacional y aprender de sus gestas y avances, de su carácter y formación tanto académica como profesional, pero sobre todo humana, desde las disciplinas² que buscan contribuir —como hacen ellos y ellas—³ al bien común, la paz social, la seguridad jurídica y la justicia.

    Evidentemente —y aunque yo me esforzara tanto como lo hacen los profesores-investigadores de nuestra institución—, mis aportaciones no se comparan, ni en calidad ni en cantidad, con las que ellas y ellos realizan en sus respectivas líneas de trabajo. Sin embargo, esto me alienta mucho a seguir intentándolo, porque veo en mis colegas de claustro que es posible y que vale la pena no rendirse, pese a los vendavales que padecemos.

    En síntesis, estos agradecimientos le pertenecen al gran centro público de investigación que es el Instituto Nacional de Ciencias Penales y con él a sus autoridades correspondientes. En especial a su antiguo director general, Gerardo Laveaga, y su actual encargada de despacho, Gabriela Rosales. Con ellos y el entonces secretario general académico, Rafael Ruiz Mena, creamos la especialidad en Psicología Forense, la maestría en Psicopatología Forense y Sistema de Justicia y el correspondiente doctorado en Psicopatología Forense, que fue el primero en Iberoamérica en incluir una línea de investigación sobre neuroderechos humanos. Así, nuestra gratitud va igualmente para el director de investigación, Jorge Carreón, y los encargados de las direcciones de posgrado, capacitación, jurídica, educación continua, administración, educación a distancia, publicaciones y biblioteca.

    Este agradecimiento al

    inacipe

    estaría incompleto si no incluyéramos a toda la estructura administrativa que lo conforma. Gracias a cada una de las personas que hacen posible la grandeza de esta valiosa institución nacional de las ciencias penales y forenses.

    A la par, me gustaría destacar mi gratitud para la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha (

    uclm

    ), donde he podido incorporarme —gracias a una convocatoria del Ministerio de Universidades de España dentro del programa Next Generation de la Unión Europea, dedicado a la atracción de talento internacional— a la línea de investigación sobre derecho penal y neurociencia, que dirige brillantemente el profesor Eduardo Demetrio Crespo, catedrático de indiscutible referencia en esta y otras líneas de trabajo fundamentales para el derecho penal. En esta misma línea, agradezco al decano de nuestra facultad, José Alberto Sanz Díaz-Palacios.

    Me integré a la Facultad de Ciencias Jurídicas de Toledo en enero de 2022 y durante este periodo he podido emprender de un sinnúmero de actividades académicas que realizamos en equipo, entre las que destaca el Congreso Internacional de Derecho Penal y Comportamiento Humano, Desafíos desde la neurociencia y la inteligencia artificial, evento que fue inaugurado magníficamente por el rector de la

    uclm

    , Dr. José Julián Garde López-Brea,⁴ y donde tuvimos la presencia de reconocidos colegas de Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, Italia, México y Suiza.⁵ Además, contamos con el profesor Rafael Yuste, quien nos acompañó desde la Universidad de Columbia y pronunció la conferencia inaugural de nuestro congreso, en la que nos alertó sobre los desafíos que plantean las neurotecnologías y la inteligencia artificial. A la vez y para la clausura de este evento, contamos con la videoconferencia del profesor Gerardo Laveaga, quien aportó perspectivas provocadoras para el derecho penal, y estima que en el futuro la toma de decisiones judiciales ya no será competencia exclusiva de los abogados, sino que habrá de tenerse en cuenta la orientación de neurobiólogos y farmacólogos.

    El equipo al que me integré en la Facultad de Ciencias Jurídicas de Toledo se encuentra estructurado de tal manera que las líneas de investigación confluyen de manera casi natural y así han comenzado a comunicarse muy eficazmente juristas y neurocientíficos, psiquiatras y neuropsicólogos, filósofos del derecho y procesalistas.

    Para hacer que este diálogo multidisciplinario sea aún más productivo, se encuentran dos jóvenes recién doctorados cuya dedicación al proyecto es encomiable. Tanto Mónica de la Cuerda Martín como Faustino García de la Torre son notablemente responsables, acuciosos y dispuestos a la orientación de su maestro, que es también el mío, y que se une a los profesores Diego Valadés, José Luis Graña Gómez, Sergio García Ramírez, Hilda Marchiori, Mariana Ortiz Castañares, Sara Fernández Guinea… De manera especial me gustaría agradecer a Faustino, pues ejerce de gentil anfitrión para todos los investigadores que tenemos la suerte de visitarle en las tierras de Don Quijote.

    Ya que hablamos de Don Quijote, vale la pena concluir esta parte de los agradecimientos con la mención al profesor Luis Arroyo Zapatero, rector emérito de la

    uclm

    , director del Instituto de Derecho Penal Europeo e Internacional (

    idpei

    ) y catedrático de la noble universidad manchega, en cuya Facultad de Derecho se llevó a cabo un seminario internacional sobre Inteligencia Artificial (

    ia

    ) y Sistema Penal, donde estudiamos la necesidad de aportar esfuerzos y fortalezas al desarrollo de los llamados neuroderechos humanos. Muchas gracias, pues, al

    idpei

    y a todos sus integrantes por la generosa hospitalidad de sus aulas para con nosotros.

    Dedico los últimos párrafos de estas páginas al Sistema Nacional de Investigadores (

    sni

    ) y al

    conacyt

    , sin cuyo apoyo me habría sido acaso imposible realizar tanto el doctorado, como las estancias de investigación postdoctoral en el extranjero.

    Fui becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología desde mediados del año 2000, cuando me encontraba realizando la tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid, y después cuando acudí a la primera estancia postdoctoral. En esos periodos, tuve la ocasión de visitar el Instituto Max Planck de Derecho Penal, la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca, el Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge, el Centro de Estudios sobre la Violencia de la Universidad de Barcelona y la Unidad de Psicopatología Forense de la Universidad de Santiago de Compostela, entre otras instituciones donde traté de aprender tanto como me fue posible y así diseñé los planes de estudio en psicopatología forense (siempre con base en la neurociencia), habida cuenta de lo observado en esas estancias de trabajo dentro y fuera de México. Tanto el

    sni

    como el

    conacyt

    son parte fundamental de nuestro trabajo y por ello siempre tenemos en mente que nuestros esfuerzos deben servir al bienestar social. En nuestro caso, buscamos aportar al desarrollo de la neurociencia en su relación con el derecho penal y, así, al sistema de justicia, que no es sino otro nombre para nuestros anhelos sociales más preciados: paz, seguridad, justicia, bien común.

    Eric García-López

    ¹ En De los delitos y las penas entre México y España. Luis Arroyo Zapatero. México: Miguel Ángel Porrúa, 2018.

    ² Mi área de estudio es la neuropsicología y la psicopatología forense, la perspectiva de comunicar al derecho con la neurociencia y así tratar de aportar, quizá, rutas posibles para configurar los llamados neuroderechos humanos.

    ³ En orden alfabético y tomando solo al actual claustro de investigadores titulares: Sofía Cobo Téllez, Bernardino Esparza Martínez, Eliseo Lázaro Ruiz; María de la Luz Lima Malvido, Ricardo Gluyas Millán, Alberto Nava Garcés, Daniel Cunjama López y Blanca Olvera Lezama.

    Junto a ellos, mi gratitud y reconocimiento a los jóvenes investigadores asistentes: Karina Flores Cruz, Alan García Huitron , Frida López Márquez, Norma Nájera Domínguez, Juliette Nuñez Ruiz, Blanca Reyes Camacho, Aura Itzel Ruiz Guarneros y Giovanni Rueda Rueda. De manera especial, deseo expresar mi gratitud a nuestra colega Aura Itzel Ruiz Guarneros, que ha trabajado conmigo desde hace ya al menos un lustro y lo ha hecho siempre de manera responsable y acuciosa. La he visto crecer profundizando en sus estudios, primero de maestría y ahora de doctorado, con una línea de investigación novedosa, que estoy seguro sabrá establecer por completo en los años venideros, por su dedicación e inteligencia. Finalmente, pero no en último lugar, a nuestros investigadores eméritos: Rafael Moreno González, Moisés Moreno Hernández, Rolando Tamayo y Salmorán, Fernando Tenorio Tagle y Luis Rodríguez Manzanera.

    ⁴ El Rector de la

    uclm

    es además académico de número de la Real Academia de Doctores de España (

    rade

    ) y secretario ejecutivo de la Comisión Sectorial de Investigación de la

    crue

    (

    crue

    -

    i

    +

    d

    +i). La

    crue

    es una asociación formada por 76 universidades españolas y su objetivo es ser el puente de comunicación entre la universidad y la sociedad. Para mí el profesor Julián Garde es un ejemplo de lo que ha de ser un rector universitario del renacimiento, dedicado a crear soluciones con intenso y productivo trabajo cotidiano.

    ⁵ Integrado por investigadores dedicados a la neurociencia, el derecho penal y los neuroderechos, el congreso logró reunir una perspectiva realmente interdisciplinaria. Los ponentes invitados y las temáticas que abordaron pueden ser consultados en el siguiente enlace electrónico: https://eventos.uclm.es/83400/speakers/congreso-internacional-de-derecho-penal-y-comportamiento-humano-desafios-desde-la-neurociencia-y-la.html

    Agradecimientos

    No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas

    imponer a la libertad de mi mente.

    Virginia Woolf

    Existen momentos en la vida en que merece la pena detenerse unos instantes para hacer un silencio, serenar el pensamiento y agradecer. He tenido la suerte de estar rodeada de gente extraordinaria, sin la cual no habría sido capaz de llevar a cabo este proyecto.

    En primer lugar, quiero reconocer la gestión del Instituto Nacional de Ciencias Penales (

    inacipe

    ), que se ha constituido como un centro de enseñanza e investigación con una estructura de calidad. Una institución consolidada como una de las mejores en América Latina y que me ha brindado grandes oportunidades en el ámbito profesional y académico.

    En segundo lugar, deseo agradecer al Dr. Luis Rodríguez Manzanera por ofrecerme la oportunidad de iniciarme en el mundo de la investigación; al Dr. Rigoberto Ortiz Treviño, sin su entrega no hubiera podido llegar a donde estoy; a la Dra. Luz Anyela Morales Quintero por despertar el interés en el área de la neurocriminología, al Dr. Alberto Enrique Nava Garcés por su apoyo incondicional, por confiar en mí y por ofrecerme su amistad y, por último, al Dr. Eric García-López a quien hago llegar mi más sincero agradecimiento, por permitirme ser partícipe de sus proyecto, por haberme guiado con su experiencia y sabiduría para direccionar mis conocimientos.

    De manera muy especial deseo agradecer a mis padres María Guadalupe y José Luis, los amo mucho, ustedes representan todo mi mundo y mi polo a tierra. Todo lo que he alcanzado es gracias a ustedes, soy muy afortunada por tenerlos en mi vida.

    Por último, a todas aquellas personas que creen que la educación puede cambiar el mundo y trabajan por ello día a día. Por ello creemos que los avances en neurociencia sugieren nuevos caminos para la ley: sendas con un sistema de justicia más beneficioso, flexible, humanitario, y con una visión más completa y profunda sobre la biología del comportamiento.

    Aura Itzel Ruiz Guarneros

    Capítulo I

    Neurociencia y criminología

    ¿Para qué neurociencia y criminología?

    Pretendemos saber quiénes somos, por qué hacemos lo que hacemos y, entre otras muchas dudas, para qué estamos aquí. A la par, respondemos constantemente a las demandas del entorno, sin ninguna sofisticación y solo por la necesidad de vivir (dormir, comer… las funciones primarias o básicas que se realizan sin mayor trámite consciente). Así tenemos, por un lado, una serie de fascinantes procesos cognitivos y, por el otro, un cúmulo de respuestas automatizadas y precisas, desarrollados ambos a lo largo de un extenso mapa evolutivo.

    El ser humano dispone entonces de un andamiaje (cerebral, conductual, cognitivo y emocional a la par) que le permite interactuar con el ambiente e, incluso, transformarlo. Es capaz, como podemos comprobar en las grandes obras de arte o ingeniería, de crear una belleza inmarcesible a través de esa interacción entre la conducta, el pensamiento, la imaginación, las pasiones, el trabajo y una genialidad que parece inherente a lo que somos como especie.

    Sin embargo, este ser humano al que nos referimos también es capaz de utilizar esta misma imaginación y creatividad para hacer daño, a veces de manera atroz y despiadada. Hay una serie de crímenes brutales a lo largo de la historia que son terribles en cuanto al daño causado, que parecen irracionales y que, sin embargo, en muchas ocasiones estuvieron precedidos por complicados procesos cognitivos de planificación para llegar a cometerlos.

    ¿Cómo es posible que el mismo ser resulte capaz de maravillarnos con las creaciones geniales que nos permiten avanzar como especie y a la vez de aterrarnos con crímenes que creeríamos imposibles que otro ser humano, ese que vemos frente al espejo, pudiera cometer?

    Estas inquietudes no son nuevas. A lo largo de la historia, nos hemos preguntado por qué un individuo (o un grupo de ellos) hace lo que hace. En lo que toca a este libro, algunas de esas preguntas incluyen: ¿por qué mata? ¿Cómo es que una persona resulta capaz de despedazar a otra? ¿Es la violencia una alteración de la conducta agresiva —huir, repeler, desconectar— o forma parte de nuestra estructura más intrínseca?

    Las respuestas se han buscado en distintas disciplinas, también en aquellas relacionadas con la biología. Por ejemplo, el profesor Luigi Galvani, catedrático de Anatomía en la Universidad de Bolonia, realizó el famoso carnaval anatómico:

    … en el que el cuerpo de un criminal era diseccionado en 16 fases delante de un público a la vez extasiado y horrorizado. Galvani estaba interesado en el llamado fluido eléctrico, un jugo que se generaría en el cerebro, fluiría a través de los nervios y dotaría a los músculos de su fuerza. (Alonso, 2022: 107)

    El caso de Galvani no es el único, como se verá en el capítulo dedicado a los antecedentes históricos, entre el estudio del comportamiento relacionado con el delito y sus bases neurobiológicas.

    En este libro, pretendemos responder por qué deberíamos integrar los conocimientos de la neurociencia en la estructura de la criminología, tal como proponemos que se haga en los planes de estudio de las facultades de derecho (García-López, Muñoz y Andorno, 2021). Aún más, deseamos que quienes lean esta obra puedan responder para qué deberíamos establecer puentes de comunicación entre estas disciplinas.

    Desde luego, no es para esgrimir argumentos trasnochados que pudieran dar lugar a procesos discriminatorios, afirmaciones reduccionistas o visiones de un futuro a lo Naranja mecánica. Por el contrario: la idea central de esta obra está relacionada con aportar los fundamentos de la neurobiología en su relación con la conducta humana para la prevención del delito, antes que para la predicción del mismo (¿realmente es posible predecir el delito?).

    Neurocriminología y neurovictimología

    En esta obra describiremos los pasos que ha venido dando la llamada neurocriminología y a la vez propondremos un punto de partida para nombrar un nuevo campo de estudio, que aproveche los avances de la neurociencia y los aplique en la victimología.

    A esta propuesta le hemos llamado neurovictimología y el lector encontrará allí las razones iniciales y necesarias que justifican los motivos de esta propuesta original. ¿Es posible afirmar que existe información suficiente como para proponer la creación de un nuevo vocablo? ¿Es correcto hablar de neurovictimología? ¿Se ha planteado ya en alguna otra publicación este nuevo vocablo?

    La respuesta a la última pregunta es muy sencilla y objetiva: no. Esta obra es la primera que propone el surgimiento de una línea de trabajo dedicada a la neurovictimología. Hasta diciembre de 2022, en ninguna de las bases de datos bibliográficas consultadas se encontró evidencia de algún texto dedicado a esta expresión, ni en español (neurovictimología) ni en inglés (neurovictimology).

    Conviene hacer mención de que la obra que el lector tiene en sus manos corresponde a uno de los productos editoriales comprometidos con el Instituto Nacional de Ciencias Penales y el Sistema Nacional de Investigadores y que, una vez superado el proceso de arbitraje en nuestra lengua, se realizará una síntesis del capítulo dedicado a la neurovictimología para traducirlo al inglés y presentarlo para su evaluación en una revista de alto impacto en dicho idioma. A la par, para fortalecer la

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