Rectángulo de amor bizarro: Hooligans ilustrados
Por Joan Sans
()
Información de este libro electrónico
¿De verdad era así? ¿Estaba realmente disfrutando «mucho» de aquello? Me encontraba allí de pie, de madrugada, solo y a la vez rodeado de amigos, viendo en directo a un grupo que es parte inalienable de mi vida y, en paralelo, asistiendo a una especie de postración digna, a una lucha contra los elementos. Comprobando lo dura que es la realidad y lo esencial que es echar mano del amor para relativizarla. Durante el camino de vuelta al hotel, tras el concierto, pensé que me sucede algo parecido con el Mallorca y recordé lo que percibo muchas veces en la grada de Son Moix.
Sube a bordo de Joan Sans y comparte con él su pasión por su club de fútbol.
SOBRE EL AUTOR
Joan Sans - Viaja siempre en el furgón de cola desde que nació (Palma, diciembre de 1977). Es decididamente indeciso. Quiso ser periodista y se licenció en Publicidad y RR. PP., pero acabó enamorándose del papel en Diari de Balears (D. E. P.), donde su mayor logro fue conseguir un autógrafo en lugar de una exclusiva. Toca la batería en el coche y sigue comprando cedés. Perdido en Pollença, en el norte de Mallorca, desde 2014 por Marga y desmontado a diario por Paula, Olivia y Marc, cuida un pequeño huerto sin pretensiones que milagrosamente sigue dando frutos. «No sabía que fueras tan mallorquinista», le dijeron una vez; «yo tampoco», respondió. Disfrutó muchísimo en Segunda B, adonde no querría volver, y defiende que lo más importante en el fútbol es la vida. Este es su primer y último libro.
Relacionado con Rectángulo de amor bizarro
Libros electrónicos relacionados
¿Marciano yo? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos guardianes del castillo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi versión mejorada 5.5 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas historias del tío Pepe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa heredera de los cinco soles Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHacia el corazón de Europa: Memorias diplomáticas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl arte de pagar las deudas sin gastar ni un céntimo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesY me sangran las manos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCiertas personas de cuatro patas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Superchería Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesColate por Nicolás Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cisnes de cuello negro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMarea Morta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAl volante de un santo: Mis años en coche junto a san Josemaría Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Escamas de mujer en un mar de silencios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNitrato de Chile Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl casamiento de Laucha Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFuego 20 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAl paso alegre de la paz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl gato canoso: Cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMadres y camioneros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDon Segundo Sombra Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mis suspiros llevan tu nombre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos del exilio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Antes de Adán Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCochero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYo quiero mi estrella Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAutobiografía Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La casa en el Palmar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesComo los pájaros aman el aire Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Biografías culturales, étnicas y regionales para usted
Reír es la única salida: El mejor libro de humor de Buenafuente 2020 Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Vida de María Sabina: La sabia de los hongos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pablo Neruda y Matilde Urrutia. La eterna amante del capitan Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lautaro, joven libertador de Arauco Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Mamá, no estoy muerta: La increíble historia de Mariela, secuestrada al nacer Calificación: 5 de 5 estrellas5/5GANDHI: Mis experiencias con la verdad - Autobiografia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesManual de Poliamor, Anarquía Relacional, Swingers y Agamia: Teoría y Práctica de las Relaciones Sociales, Sexuales y Afectivas Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Gabriel García Márquez. No moriré del todo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFausto: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La fuga de Siberia en un trineo de renos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tiro de larga distancia: Triunfos y luchas de un activista negro en la NBA Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sí, Señor Calificación: 5 de 5 estrellas5/550 Obras Maestras Que Debes Leer Antes De Morir: Vol. 3 (Golden Deer Classics) Calificación: 2 de 5 estrellas2/550 Obras Maestras Que Debes Leer Antes De Morir: Vol. 3 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Me moriré en París Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Mujeres que tocan el corazón de Dios: Orar en femenino Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Moctezuma: Apogeo y caída del imperio azteca Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los hijos de Huitzilopochtli Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Desvalorización La Sexta Herida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Diario de una temporada en el quinto piso: Episodios de política económica en los años de Alfonsín Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Yo quiero mi estrella Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesErasmo de Rotterdam Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Burro Genio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Memorias de un monje budista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSiete hábitos y secretos japoneses para triunfar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Rosa Parks: Mi historia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Judíos errantes Calificación: 4 de 5 estrellas4/5¿Querés hablar de racismo? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa búsqueda de un sueño (A Dream Called Home Spanish edition): Una autobiografía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Rectángulo de amor bizarro
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Rectángulo de amor bizarro - Joan Sans
joan sans viaja siempre en el furgón de cola desde que nació (Palma, diciembre de 1977). Es decididamente indeciso. Quiso ser periodista y se licenció en Publicidad y rr. pp., pero acabó enamorándose del papel en Diari de Balears (d. e. p.), donde su mayor logro fue conseguir un autógrafo en lugar de una exclusiva. Toca la batería en el coche y sigue comprando cedés. Perdido en Pollença, en el norte de Mallorca, desde 2014 por Marga y desmontado a diario por Paula, Olivia y Marc, cuida un pequeño huerto sin pretensiones que milagrosamente sigue dando frutos. «No sabía que fueras tan mallorquinista», le dijeron una vez; «yo tampoco», respondió. Disfrutó muchísimo en Segunda B, adonde no querría volver, y defiende que lo más importante en el fútbol es la vida. Este es su primer y último libro.
RECTÁNGULO
DE AMOR BIZARRO
Joan Sans
primera edición:
febrero de 2021
© Joan Sans Mansilla, 2021
© Libros del K.O., S.L.L., 2021
C/Infanta Mercedes 92, despacho 511
28020 Madrid
hola@librosdelko.com
www.librosdelko.com
isbn: 978-84-17678-59-3
código ibic: DNJ, WSJA
diseño de portada:
Artur Galocha y Lino Escurís
diseño de colección:
Rivolta
maquetación:
A. S.
corrección:
María Campos
A papá, por empezar esto y largarte a tu manera.
A mamá, porque nunca te irás.
A Marga, por ser, estar y padecer.
A Carletto, por verlo y hacerlo posible.
Al Piso, por cambiarlo absolutamente todo.
El hijo del panadero
De crío quería ser panadero y se lo hacía saber con orgullo a la gente. Para mí, era el mejor trabajo del mundo porque mi abuelo había sido panadero y yo admiraba a mi abuelo pese a no haberle conocido. Aquel hombre se despertaba cada día a las cuatro de la mañana, bajaba un tramo de empinadas escaleras hasta el obrador, situado en la planta baja de su vivienda, en la calle Mayor de Calviá, y se ponía a hacer pan cuando el resto del mundo dormía. Lo hizo durante cincuenta años. Al finalizar su trabajo, con las primeras luces del día, se dirigía a las afueras del pueblo, donde el cultivo de cereal y el cuidado de varias docenas de almendros y frutales en dos parcelitas que había adquirido con sus primeros dineros le proporcionaban un ingreso extra. Regresaba rendido a casa al caer la tarde, cenaba y se acostaba. Y a las cuatro de la mañana, otra vez en pie. Una auténtica bestia. Me contaba mi padre, su hijo, que durante la Guerra Civil, con la miseria extendiéndose por todas partes, había ayudado a algunos vecinos del pueblo que tenían necesidad. Una vez, a cambio de un saco de pan, llegaron a ofrecerle una vasta extensión de arena en la costa, lo que actualmente es Magaluf, que entonces era una zona virgen e inexplorada, y él no quiso saber nada porque allí era imposible sembrar ni cultivar. Abrazado a una ignorancia completamente natural a finales de los años treinta, cuando el turismo aún no había hecho acto de presencia en Mallorca, mi abuelo se limitó a ejercer de buen vecino y regaló lo que tanto le costaba hacer. Al fin y al cabo, comer es una necesidad básica. De haber aceptado el trueque, tal vez habría acabado convirtiéndose con el tiempo en hotelero o constructor, y quizá habría iniciado un camino hacia la prosperidad a bordo del tren que, con los años, ha llevado a la isla a ser uno de los principales destinos turísticos de Europa y al turismo, para bien o para mal, a convertirse en el primer motor económico de esta comunidad. Pero Juan Sans Clar solo fue un simple artesano, un buen panadero que los domingos, su día «libre», elaboraba como algo especial unas ensaimadas y unos biscuits antológicos, según las malas lenguas. Era como una especie de superhéroe para mí, vaya, y por ello no entendía que mi padre no hubiera querido ser como él, seguir sus pasos, y haber aprendido aquel oficio. Mi padre dirigió su vida hacia otros derroteros en cuanto le fue posible y seguramente lo hiciera gracias a mi abuelo, que ahorró lo suficiente para enviarlo a estudiar fuera, y, además, es probable que no quisiera para su hijo las penurias horarias y sacrificios por las que él pasó toda su vida y que a mí, al parecer, tanto me fascinaban. Yo no concebía que hubiera roto con eso y le sacaba el tema en cuanto podía.
En aquella época, los pocos momentos de intimidad con mi progenitor, que estaba todo el día arriba y abajo en coche por trabajo, los vivía los domingos jugando a fútbol. No tendría yo más de siete u ocho años y a veces conseguía arrastrarlo hasta un estrecho pasadizo situado detrás de casa de mi abuela, donde chutábamos una pelota pesada de plástico que había por ahí, él en un extremo y yo en el otro. Íbamos cada semana al pueblo a visitar a su madre porque era mayor y vivía sola en una vieja casona, y a él le tocaba currar como un mulo en el jardín o en la casa. Este linaje parecía pasarse el día de descanso por el forro. En fin, que lo que para mí era algo extraordinario, un momento a solas con mi padre, tal vez para él no fuera más que una obligación paternal, un cumplir expediente. Con gusto, seguro que sí, pero también con prisas: algo rápido, breve y limpio. Un rato para que el chaval se desfogara. No jugamos muchas veces ni jugábamos demasiado y, sin embargo,