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Colate por Nicolás
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Libro electrónico180 páginas3 horas

Colate por Nicolás

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Información de este libro electrónico

Nicolás Vallejo-Nágera, miembro de una de las sagas familiares más respetadas y uno de los personajes más queridos del país, reflexiona en estas apasionantes páginas sobre los detalles más desconocidos de su vida, mostrándonos su gran capacidad para reinventarse y resurgir de sus propias cenizas.
Una existencia plagada de aventuras y hechos impactantes. Narrada con todo lujo de detalles, en ella aparecen conocidísimos miembros de la sociedad y la cultura que dejan constancia del glamour de una época dorada.
Además, el autor nos enseña sin filtros aspectos de su trayectoria vital jamás contados. Su etapa más destroyer, su faceta como amante y enamorado, sus fracasos y sus éxitos junto con pasajes nunca revelados que forman parte de oscuros episodios de sus vivencias.
Pero por encima de todo es un relato lleno de pequeños instantes donde descubrimos también al Colate más entrañable y al padre que encuentra en los momentos que comparte con su hijo y en las cosas más sencillas el verdadero sentido de la vida.
Un libro motivador que enganchará al lector desde sus primeras líneas y un documento sincero, cautivador e inédito.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 may 2022
ISBN9788491397670
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    Me atrapo y lo leí rapidísimo. Me gustó y disfruté mucho su narrativa. Pude imaginar cada lugar, cada sabor y cada sentimiento. Cambio definitivamente el concepto que tenía de él, que a decir verdad, nunca fue malo pero hoy es mucho mejor. Lo admiraba antes, lo admiro más hoy.

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Colate por Nicolás - Nicolás Vallejo-Nágera

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.

Diríjase a CEDRO si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.

www.conlicencia.com - Tels.: 91 702 19 70 / 93 272 04 47

Editado por HarperCollins Ibérica, S. A.

Núñez de Balboa, 56

28001 Madrid

Colate por Nicolás. La historia que nunca creí que contaría

© 2022, Nicolás Vallejo-Nágera

© 2022, para esta edición HarperCollins Ibérica, S. A.

Todos los derechos están reservados, incluidos los de reproducción total o parcial en cualquier formato o soporte.

Redacción: Patricia Navarro

Diseño de cubierta: Rudesindo de la Fuente – DiseñoGráfico

Imagen de cubierta: Kike San Martín Photography Inc.

ISBN: 978-84-9139-767-0

Conversión a ebook: MT Color & Diseño, S.L.

Índice

Créditos

Prólogo

INTRODUCCIÓN

1 LOS AÑOS DORADOS: EL NIÑO PIJO QUE SE CRIO EN LOS PUEBLOS

2 UNA FAMILIA DE LOCOS Y LOQUEROS

3 LA EDUCACIÓN, EL VERDADERO LEGADO DE MI MADRE

4 EL PRÍNCIPE DE LA NOCHE

5 PRIMER AMOR, Y JURO QUE NO SE OLVIDA

6 LA AVENTURA LABORAL

7 OPERACIÓN TRIUNFO

8 INTENTO FALLIDO DEL AMOR

9 PAULINA, UN FLECHAZO DE MADRID A MÓNACO

10 EL PROYECTO DE MI VIDA. Y MI RUINA

11 EL GRAN EVENTO, LA BODA

12 TRABAJO O AMOR. ¿ELEGIMOS?

13 NICOLÁS, EL INESPERADO CAMBIO DE VIDA

14 EL DIVORCIO INTERMINABLE

15 EL REGRESO TELEVISIVO

16 A LA DESESPERADA: AYAHUASCA

17 DE SUPERVIVIENTE DE LA VIDA, A SUPERVIVIENTE EN UNA ISLA

18 PANDEMIA: ¿EN ESPAÑA O EN MIAMI?

19 ¿QUIÉN ESTÁ CUANDO NO HAY NADA?

20 LOS CINCUENTA

Para Nico, por ti y para ti.

Gracias a mi particular familia, y a Paco y Peru por mejorarla.

Gracias a todos los que me acompañáis en el camino, estéis o no en estas letras.

Prólogo

Mujeriego, informal, truhan, vividor, señorito, serio, inteligente, encantador… Infinidad pueden ser las acepciones que a la mayoría le vienen a la mente cuando escuchan el nombre de Colate, pero lo que muchos no sabéis es quién es ni cómo es realmente Nicolás Vallejo-Nágera.

Decía mi madre que de los míos hablaré, pero nunca oiré. Esto lo digo porque Nicolás es una de esas personas que al nacer en una cuna de oro y tener una educación privilegiada ha tenido la oportunidad de moverse en los círculos de la denominada jet set.

Pronto comenzó a ser un habitual de la prensa rosa y antes de casarse compartió su vida con mujeres de una altísima talla y valía en todos los sentidos. Si preguntas a cualquiera de ellas, te van a decir que, ante todo y sobre todo, es un caballero.

Esta exposición a los medios del corazón de muchos países del mundo, que ha sido constante a raíz de la boda y sobre todo tras su divorcio y juicio, ha dado lugar a que cualquiera, aun sin conocerlo, pueda hacer un juicio de valor sobre lo que es su vida, su trabajo o sus relaciones, y tener una idea preconcebida nada cercana a la realidad.

Yo, que tengo una buena relación de amistad con él, puedo deciros que es un tipo excelente, además de un padre ejemplar entregado en cuerpo y alma al bienestar de su hijo, nuestro un poco también y querido Nico, por el que siente auténtica devoción.

Solo tienes que llamarle para que antes de colgar el teléfono esté contigo, ayudándote en lo que sea necesario. Si preguntas a cualquiera de las personas cercanas a Colate, te dirá que es muy buena gente, y no solamente ellas, todos quienes lo han conocido al cabo del tiempo me han terminado diciendo que no entienden por qué tiene esa mala imagen con lo majo que es.

Cuando me pidió que le hiciera el prólogo para este libro, me quedé bloqueado, pues no sabía bien qué exponer de una persona como él, pero la verdad es que nada más sentarme frente al ordenador se me aclaró todo. Podría contar mil anécdotas vividas junto a él, pero es su libro y no soy quién para exponerlas aquí.

Sin conocerle, le podrás odiar o querer con la misma intensidad, pero una vez que disfrutas de su magia y de su grandeza como ser humano le querrás siempre. Sentaos, relajaos y disfrutad con las aventuras de mi amigo Nicolás Vallejo-Nágera, Colate. ¡Os apasionarán!

Si queréis un amigo bueno, a Nicolás os recomiendo.

¡Un abrazo muy fuerte, compañero!

ANTONIO RODRÍGUEZ TOÑEJO,

amigo personal de Colate.

Piloto, periodista y conferenciante.

INTRODUCCIÓN

La última vez que vi cara a cara a mi padre fue para decirle que no lo invitaba a mi boda. No estábamos en nuestro mejor momento. De hecho, hacía veinte años que no lo estábamos. Pero también creía que nos quedaba tiempo. Uno tiende a pensar que siempre lo hay. Metido en rutina y con el privilegio de que las cosas van bien, mañana siempre amanece. Hasta que un día, de pronto, todo cambia. Mi último correo fue de aliento. Se lo escribí mientras volaba de un país a otro poco después de la boda con Paulina. Necesitaba decirle que quería que las cosas se arreglaran, que estaba ilusionado por formar una familia con mi mujer y que deseaba que fuera un abuelo presente. Lo había visto tan bien el último día, con tan buen aspecto… No sé… Tenía mucha ilusión porque cambiara nuestra relación, que se había enquistado hacía mucho.

No pudo ser. Mi padre murió el 31 de diciembre de ese mismo año. Me enteré por un mensaje. Un maldito SMS de los de antes que me mandó mi hermano, de los que ya también están caducos. A veces las cosas son incomprensibles, pero son así.

No tengo muchos recuerdos de mi padre en los últimos años. Una mujer nos separó. La suya, para ser exactos. Pero cuando me miro, veo cosas de él. Son los caprichos de la genética que viajan con uno y antes o después la vida te hace caer en ello. Con el paso del tiempo y cuando el destino te pone contra las cuerdas te das cuenta de golpe.

Para ser sinceros, tengo escasos recuerdos de la familia junta. Lo que viene siendo padre y madre en convivencia. Ocurrió que al poco de yo nacer se separaron. Creo, aunque nunca se ha hablado abiertamente en casa, que fui uno de esos muchísimos intentos de arreglar una relación de pareja que salió mal. A pesar de ello, sé que no vivíamos juntos, pero también que mi padre venía a casa con normalidad. Se vivían las cosas con libertad. Desde la paz, que ya es mucho. Los años se han encargado de demostrarme que es casi un milagro.

Nací en la calle Fuentemilanos, en Madrid, y nos mudamos pronto al barrio de Chamberí. Estoy orgulloso de ser chamberilero, como nos pasa a muchos, y guardo un buen recuerdo de ese primer hogar. Cuando voy a visitar a un amigo que todavía vive allí me vuelve a la memoria.

1

LOS AÑOS DORADOS: EL NIÑO PIJO QUE SE CRIO EN LOS PUEBLOS

Pensar en mi infancia es, sin duda, viajar a dos pueblos que me marcaron. Pedraza y La Granja, por parte de madre y de padre. Si lo pienso, de niño me dejó más huella La Granja por lo mucho que me divertí allí. Fue como si todo ocurriera de manera prematura, pero también espontánea. De esa época sigo manteniendo a alguno de mis amigos, y cuando voy a España quedo con ellos, como es el caso de Íñigo Colmenares. Todavía nos vemos y lo disfruto. Me gusta seguir teniendo ese contacto con la infancia, con todo aquello que fuimos, aunque las vidas nos hayan llevado por caminos distintos.

Allí, en La Granja, de hecho, y como no podía ser de otra manera, tuve mi primer amor, E. H. Todavía cuando la veo, cuarenta años después, le sigo tirando los trastos, es casi como una tradición con tintes de broma. O no. Quién sabe. Así es la vida. Una vida indudablemente dedicada al amor. Al amor romántico.

Siempre me viene a la cabeza esa visión de estar en la playa con una mujer, de quererse, desearse… He buscado el amor y de tanto anhelarlo se ha convertido en una obsesión enfermiza. Desde pequeño he tenido mucha relación con las mujeres, ha sido un verdadero imán y, bastante pronto para la España de la época, se convirtieron en relaciones personales.

A La Granja o a Pedraza era donde íbamos los fines de semana. Allí sucedieron cosas maravillosas, ocurría la vida por anticipado. Tuve moto superpronto, por ejemplo, pero para los que tuvimos la suerte de vivir el ambiente de un pueblo, no tengo duda de que esa etapa fue un privilegio, hasta tal punto que pongo especial empeño en que mi hijo también sepa cómo es esa vida. En Madrid era todo distinto. Otros tiempos, que luego también exprimí como si no hubiera un mañana.

A La Granja solía ir con mi padre, pero tengo algún recuerdo allí de mi madre. Es curioso con lo que se queda la mente. Sé que una vez se estropeó la cadena del baño, y como mi madre es tan creativa e imaginativa, y se le da tan bien trabajar con las cosas naturales, hizo un invento con un palo e infinitos años después todavía sigue aquello en mi memoria.

Eran esos fines de semana en los que el tiempo pasa despacio y a la vez, vuela. En los que puedes descubrir miles de cosas y hacer una vida que en Madrid estaba más encorsetada. Era sentir la libertad casi absoluta cuando estaba comenzando. La diversión por la diversión. Qué placer solo recordar.

Una familia… ¿Desestructurada?

Mi familia, como muchas de las que se separan pronto y continúan sus vidas, es un poco liosa. Centremos: hermanos de padre y madre somos tres. Antonio es el mayor. Le llamamos el desconocido. Es antropólogo, el intelectual de la familia sin duda. Ha leído millones de libros, es el más inteligente. Era guapísimo de chaval y hacía cosas muy curiosas, como irse a vivir a África con una tribu. Tuvo hijos con una amiga de la familia que se encontró en Nueva York y ahora vive con mi madre.

Un año después nació Samantha, con la que yo me llevo tres. Siempre he tenido una relación con ella megacercana. En los últimos tiempos, cuando se me ha complicado mucho la vida, he probado todo tipo de terapias para sobrevivir y en una de ellas, en la que me hicieron un estudio a través de los chacras, me dijeron que ella era mi media naranja. Aluciné con el resultado. Y me cuadra. Es la persona con la que mejor me he llevado y tenemos una relación muy especial, aunque nos veamos menos de lo que me gustaría.

Hemos compartido etapas diferentes de nuestras vidas. Estuvimos juntos en Londres, en una de esas épocas locas, y después he ido a verla donde haya estado, como cuando vivió en Nueva York. Los tres hermanos hemos vivido bastante tiempo fuera de España con la idea de tener una educación un poco diferente, pero quizá Samantha y yo después viajamos más. Siempre he creído que le iría muy bien.

Hace veinticinco años le hice su primer piloto de televisión de cocina. Es curioso, porque ella, en realidad, estudió paisajismo, y hubo una etapa en la que trabajaba con el mejor paisajista. Estaba guapa, tenía un novio guapo que preparaba las oposiciones para juez… La vida perfecta. Todo era maravilloso, pero algo no iba tan bien y acabó por contar que en verdad lo que quería era cocinar. Pegó un cambio radical. Ahora lo que tiene es poco tiempo: con cuatro hijos, un negocio con mucha gente trabajando, el programa de televisión o la publicidad que hace. Desde hace años se ha hecho muy popular en España al ser jurado del programa de Televisión Española MasterChef, que, además, tiene un montón de ediciones entre infantil, celebrity, abuelos… Es una máquina de trabajar, pero cuando puede, me cuida mucho. Tiene una manera curiosa de estar en todo.

Con ella he generado una relación especial. Podría decir que en mi centro familiar está mi madre, que es lo que más respeto, por supuesto, pero mi hermana me tira mucho, ella demuestra el cariño y, aunque no nos veamos, estamos muy presentes.

Mi madre tuvo otra hija después de separarse, ya con su segundo marido, que se llama Mafalda. He vivido mucho tiempo con ella, creo que el que más de los hermanos. Lo curioso es que fui el primero en irme de casa porque las cosas comenzaron a rodarme bastante bien. Al poco Samantha y Antonio también lo hicieron, fue entonces cuando, con el nido casi vacío, tuve una conversación con mi madre y regresé a casa con mis padres. Y les llamo mis padres aunque eran mi madre y su marido, porque de alguna manera así lo consideraba y porque ese alejamiento con mi padre de verdad me marcó mucho.

En esa época conviví mucho con Mafalda. Creo que se crio en un verdadero cuento de hadas, todavía me acuerdo de cómo eran sus habitaciones. Una princesa. Pero también le dieron valores y una buena educación. Lo peor es que perdió a su padre cuando aún era joven, y los últimos años fueron difíciles por la enfermedad. La conclusión de esto es que somos cuatro hermanos.

A mi madre siempre la he visto como una mujer admirable por su capacidad de trabajo, por cómo hace las cosas y ese ánimo para compaginar trabajo y familia. Hoy en día mi admiración hacia ella es brutal, es la mejor en lo suyo y nos ha dado una educación estupenda. Si tengo que ponerle un pero, es que es poco cariñosa, va en su manera de ser. No por otra cosa.

Eligió a un hombre maravilloso y al que adoraba. He vivido con Paco Muñoz desde los ocho años más o menos, o quizá antes, en Pedraza. Nosotros teníamos casa allí, pero después de casarse íbamos a una suya. Para mí ha sido un padre, a pesar de que nunca quiso ocupar un puesto que no le correspondía, pero sí hubo gran afectividad y cariño. Era un tipo al que admiraba y quería muchísimo. Sin duda, una de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Era uno de los mejores decoradores y eso me permitió vivir en verdaderos palacios a los que, además, cada dos años les cambiaba la decoración. Esas casas eran como de película. Él decía que mi madre le daba color a su vida.

Ella empezó a dedicarse también a la decoración. Mira que voy a sitios y he estado en lugares diferentes, pero puedo asegurar que no hay una casa en el mundo donde se pongan las mesas más bonitas para comer que en la de mi madre. Es tremenda. Es todo, la puesta en escena y

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