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Hermanastros: Amor prohibido
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Hermanastros: Amor prohibido
Libro electrónico44 páginas29 minutos

Hermanastros: Amor prohibido

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Suzi no podía dejar de fantasear con su hermanastro Rick. Él era completamente perfecto desde su cabello rubio desordenado hasta sus jeans ajustados. Algo sobre él hacía que Suzi quisiese tener una relación con él... La posibilidad de que la atrapasen en una relación tabú, con su hermanastro, solo hacía más emocionante la idea de involucrarse con el futuro abogado.

Que Rick hiciese sus fantasías realidad le dará un placer que nunca imaginó.

Lo que sus padres no supiesen no los lastimaría. 

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento28 oct 2017
ISBN9781507196526
Hermanastros: Amor prohibido

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    Hermanastros - Madelin Brook

    Capítulo 1

    Esperaba ansiosa a que mis padres se fuesen, sentados en el sofá de microfibra. Habían estado planeando este viaje por su aniversario por más de seis meses: tendría la casa para mí por una semana. Mi hermanastro, Rick, estudiaba derecho en la costa este y yo había decidido quedarme en cuanto supe que la casa estaría vacía.

    Borré rápidamente la sonrisa maliciosa de mi cara cuando escuché pasos bajar por las escaleras.

    —Diviértanse en su viaje a Japón —dije, abrazando a mis padres.

    —Seguro que lo haremos —aseguró mi madre— aquí está la lista de los números de emergencia, incluyendo el nombre y número de nuestro hotel. Bajo ninguna circunstancia puedes hacer una fiesta mientras no estamos.

    —Mamá, no soy una niña; tengo veintiuno. Sé cómo llamar a quién sea si hay una emergencia: estaré bien. Ahora váyanse o van a perder su vuelo —respondí mientras los seguía al garaje.

    Me quedé mirando mientras la camioneta plateada salía del garaje. Agité la mano y sonreí mientras decía adiós a mis padres.

    En ocho horas, este lugar sería la casa de la fiesta. ¡No podía esperar! Estaba ansiosa por divertirme un poco. Había terminado con mi novio de la preparatoria, Steve, hacía un mes ya. Aunque tenía que admitir que extrañaba el sexo salvaje que teníamos, él quería casarse y establecerse, pero yo quería ser libre y divertirme.

    Había elegido el conjunto perfecto: una blusa de cuello v que alcanzaba justo hasta encima de mi ombligo y exponía tal vez demasiado de mis pechos firmes y perfectamente bronceados. Combiné la blusa con una mini falda de tablones con elástico que se ajustaba justo encima de mis caderas. Apenas cubría mis nalgas, pero no era como que yo me quejase. Las sandalias de plataforma completaban el conjunto perfectamente: parecía más una stripper que una veinteañera de fiesta. Solo no estaba segura era de si iba a ponerme una tanga o nada en absoluto: quería que todos supiesen que estaba lista y ansiosa por tener sexo.

    Todo estaba arreglado, ya había invitado a la gente y la fiesta estaba en marcha: solo tenía que esperar.

    Como no hay tal cosa como un bronceado demasiado perfecto, decidí ir a la piscina a broncearme para pasar el rato. El bronceado es una de

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