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La Curación del Billonario: La Trilogía del Billonario
La Curación del Billonario: La Trilogía del Billonario
La Curación del Billonario: La Trilogía del Billonario
Libro electrónico46 páginas44 minutos

La Curación del Billonario: La Trilogía del Billonario

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Las cosas comenzaron a ponerse intensas a medida que la Dra. Iserman asignaba algunos ejercicios a Mia para superar sus problemas de autoestima. Garret se ha portado muy solidario hacia Mia al adorar su amor y su cuerpo. ¿Mia será capaz de aprender a amarse a sí misma con la ayuda de Garret?

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento11 sept 2019
ISBN9781547544967
La Curación del Billonario: La Trilogía del Billonario

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    La Curación del Billonario - K. Matthew

    Garret me recogió en el trabajo para llevarme a otra sesión con la Dra. Iserman, su psicóloga. La excitación de verlo no se alejaba de Charlise, la becaria que trabajaba en la oficina, y yo estaba más que segura que ella trataría de robármelo, si le daba la más mínima oportunidad. Me encontraba determinada a nunca dejar solo a ese par.

    La señora Eddison, mi jefa, aún me guardaba rencor por no haber logrado hacer que Garret fuese un cliente.  Intenté razonar con ella para hacerla entender lo beneficioso que resultaba que la gente viera cómo él dejaba nuestra oficina. Daba la impresión de que él se encontraba trabajando con nuestra firma PR.

    ¿Podemos?, preguntó Garret mientras unía su brazo con el mío. El mejor momento de mi día llegaba cuando el trabajo había terminado y podía cruzar la puerta con él a mi lado. ¿Cómo estuvo el trabajo?, preguntó al tiempo que llegábamos al estacionamiento.

    Horrible. Cada día que estoy ahí, temo que pueda ser el último, contesté de manera desanimada, tomándome unos minutos para admirar la forma en que el sol hacía que su cabello rubio brillase.

    Sabes que puedes dejar tu empleo, ¿verdad?

    Podría. Y luego me declararía en bancarrota y tendría problemas financieros.

    Él me miró como si fuese a recordarme que podría hacerse cargo de mí, si llegase a necesitarlo. Aun así, no me atreví a asumir algo como eso. Los problemas que tuvo con las mujeres en el pasado siempre estuvieron relacionados al dinero.

    Y, ¿cómo estuvo tu día?, pregunté con el fin de cambiar rápidamente de tema.

    Aburrido. Pasé la mayor parte del día en tediosas reuniones de comité.

    Bueno, estoy segura que está sesión no será mucho más divertida tampoco, comenté.

    Para ser honesta, temía el hecho de visitar a la Dra. Iserman cuando teníamos terapia de grupo. Tal vez me encontraba temerosa de que Garret, de repente, decidiera pensar que yo no le gustaba lo suficiente para estar conmigo o que no confiaba en mí. No estaba del todo segura al respecto, pero, el reunirme con ellos me hacía sentir incomoda.

    Es mejor que una reunión de comité, créeme, dijo a la vez que una pequeña sonrisa escapó de sus labios, gesto que supe corresponder igual.

    La Dra. Iserman se encontró con nosotros en la mansión de Garret. Como de costumbre, ella lucía muy serena y profesional, con su largo cabello castaño sostenido en un moño y sus lentes de marco cuadrado que la hacían lucir aún más inteligente. Nos saludó de manera calurosa e intercambió algunas palabras con Garret antes de que todos tomásemos nuestros lugares en la sala.

    Entonces, ¿cómo marcha la relación?, preguntó la Dra. Iserman.

    Está bien, contesté al tiempo que me encogía de hombros. Empezar a responder las preguntas de la doctora siempre resultaba la parte más difícil de las sesiones ya que nunca sabía que decir.

    ¿Cómo está todo con los problemas de confianza?, preguntó.

    Bueno, ella aún no me ha apuñalado por la espalda, así que se puede decir que marcha bien hasta ahora, bromeó Garret. Sin embargo, no consideré nada gracioso el chiste.

    Yo no haría una cosa así, repliqué

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