Hermanastro Millonario: Abriendo Puertas

Por Madelin Brook

Adam sabía que siempre desaría a Janet, pero temía que jamás la podría tener. A sus treinta ya casi se había rendido. O así era hasta que ella se presentó en su puerta pidiendo ayuda hasta poder recuperar su vida.

Huyendo de una mala relación ella busca comfort en los brazos de su hermanastro y su estilo de vida millonario comienza a fascinarle. Él tiene los ojos puestos en ella y Janet se da cuenta. No está segura de porqué su corazón late tan fuerte pero Adam va a tomar ventaja de la situación para encender su pasión. 

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 13 sept 2017
• ISBN: 9781507191033

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CAPÍTULO 1

Janet apenas podía creer que estaba haciendo esto. Quería quejarse, pero sabía que necesitaba preguntarle. No es como que él no tenga suficientes habitaciones y dinero. Probablemente ni se daría cuenta de que estoy en su mansión, se dijo a sí misma, pero eso no la reconfortaba. Todavía había una pequeña parte de ella que estaba celosa por lo exitoso que Adam se había vuelto.

Yo soy quien trabajó duro de niña, pensó, pero luego intentó deshacerse de esa idea, sabiendo que no le haría bien. Observó el enorme portón y no pudo evitar dudar mientras tocaba el timbre para que la dejaran entrar. La campana sonó y ella esperó.

-Diga su nombre - gritó una voz extraña que ciertamente no era la de su hermanastro.

-Janet Summers - dijo ella - hermana de Adam...- agregó débilmente.

-Un momento por favor - contestó la voz y Janet se acomodó en su asiento, esperando que la dejaran entrar.

Nunca pensó que hablar con él cara a cara iba a ser tan difícil, pero sentía que no había manera de hablarle por teléfono. Después de una larga pausa el portón empezó a abrirse y ella dirigió su golpeado BMW hacia la casa, la cual le recordaba una vez más las diferencias de sus situaciones. Se estacionó en el mejor lugar posible antes de ir a tocar la puerta. Una hermosa joven de cabello rubio y brillantes ojos azules la abrió. El uniforme de la sirvienta era extraño y no pudo evitar preguntarse si Adam seguía siendo el mismo pervertido de siempre.

-Señorita Summers, por favor pase - dijo ella alegremente, haciéndose a un lado para abrirle el paso - el señor Summers estará aquí pronto- dijo la chica y luego Janet se quedó en una habitación de espera que se parecía mucho a una recepción.

La propiedad estaba en el lago y cada punto de la casa parecía tener una hermosa vista. Intentó que eso no le quitara el aliento mientras se sentaba en uno de los sillones cerca de la antigua chimenea, esperando a que su hermanastro por fin hiciera acto de presencia. Me pregunto si me hará esperar a propósito, pensó amargamente, intentando bloquear esas ideas también. No tuvo que preguntárselo por mucho tiempo