Peligrosa Tentación

Por Madelin Brook

Derek tenía sus ojos solamente en una persona, pero estaba prohibido...

Derek no era un surfista convencional. Era alguien con deseos sombríos, y ojos para una sola persona, y su cacería estaba a punto de aumentar con gran estímulo. Su cabello rojo desenfrenado y mirada de ojos verdes eran suficiente para volver loco a cualquier hombre. Anna era inocente, un ángel en rojo, y sin embargo se encontraría con el mismo diablo cuando la tentación tocó a su puerta.

Cuando sus padres se van, es hora de que Derek vaya tras su interés amoroso, Anna.

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 1 oct 2017
• ISBN: 9781507192627

Vista previa del libro

Capítulo 1

Derek contemplaba su reflejo en el espejo. Su cabello rubio y despeinado, la mirada de sus ojos azules y una sonrisa que había conquistado el corazón de muchas chicas. Se sabía irresistible, y aún así, debía de ejercer resistencia. Él sabía que aún no había liberado todo su poder de conquista, mas creía que debía ser menos sutil para lograr que Anna, su nueva hermanastra, cayera en su red.

Claro que sabía que estaba mal. Sabía que era mal visto y a la vez, era exactamente la razón por la cual lo deseaba. Esa sensación de tabú hacía que le recorriera un escalofrío a lo largo de su espina dorsal y directo a su pene, haciéndole saltar de emoción cuando se encontraba con esa mirada verde.

Ella movía su cabello mientras caminaba, meciendo sus caderas de manera seductora como salida de las llamas del infierno y era mucho más atractiva que cualquier otra chica que él había visto. Por eso seguramente ella sería suya. Había tanto que ella no comprendía y podía verse en sus grandes ojos verdes de mirada de venado aluzado. Tenía una sonrisa que curveaba su cara y le hacía ver como un ángel vestida de rojo a pesar de que su cuerpo salía directamente de un sueño húmedo.

Comenzó a secar y cepillar su cabello, tomando la toalla de su cadera. Sabía que sus padres saldrían de viaje, y ése era el momento perfecto. Se irían en menos de una hora, y planeaba que este día fuera uno de sus mejores. Agua rodaba a lo largo de su cuello, bajando por su pecho, sobre su abdomen marcado, y más allá. La línea de vello que bajaba de su abdomen era de un rubio cenizo, obscuro que no se podía eludir. El sabía que su padre no aprobaba que anduviera por la casa sin camisa, tuviera dieciocho años o no.

Así que se aseguró de ponerse una playera sin mangas que abrazara bien cada músculo y tomó unos pantalones cortos que quedaban bajos en su cadera.

Revisó su gran sonrisa en el espejo una vez más, meciendo su cabeza ante la vista. Su cabello comenzaba a rizarse para enmarcar su cara y su mandíbula definida. Sus ojos eran tan penetrantes y vibrantes como nunca, y con sus sandalias puestas, sabía que tenía el aspecto perfecto de un rompecorazones.

Sus padres estaban a punto