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Indulgencias prohibidas (Triángulo Amoroso)
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Indulgencias prohibidas (Triángulo Amoroso)
Libro electrónico144 páginas2 horas

Indulgencias prohibidas (Triángulo Amoroso)

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Información de este libro electrónico

¿Que puede ser más candente que un guapo bombero tratando de ganar tu corazón?. ¡Dos bomberos! 
Antes de irse para la universidad, Ivy Sullivan aprovechó la oportunidad y abrió su corazón a su amigo íntimo rompecorazones del pueblo, Ethan Rogue. Su rechazo fue certero y devastador. Él no tenía que decirle la razón de su rechazo; era una chica gordita, una chica divertida con quien pasar el tiempo, pero no una novia materialmente hablando. 
Un rechazo. Pérdida de peso.- ¿puede que ahora sea la mujer sexy que siempre soñó ser? 
Pero el rechazo de Ethan le dio a Ivy la motivación de reinventarse y ella regresa a su pueblo natal con un objetivo en la mente. Vengarse. Está determinada a mostrarle a Ethan y a su mejor amigo Trey, conocidos por romper el corazón de cada mujer con la que salían, lo que se siente al ser tratado con insignificancia. 
Sólo hay un problema… Ivy no es la única que ha cambiado.
Ahora los dos bomberos, Ethan y Trey han cambiado. Ya no son los atletas arrogantes que solían ser, sino hombres sexys y cariñosos quienes genuinamente están buscando a una mujer con quien compartir sus vidas. Y ambos han puesto sus miradas en Ivy. Aunque la antigua Ivy hubiera pasado días atormentándose sobre que muchacho guapo quería, ya no era el caso, Ivy sabe que... 
¡Les quiere a los dos!
 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 feb 2016
ISBN9781524275310
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    Indulgencias prohibidas (Triángulo Amoroso) - Terry Towers

    Por

    Terry Towers

    ––––––––

    Descripción

    ¿Que puede ser más candente que un guapo bombero tratando de ganar tu corazón?. ¡Dos bomberos!

    Antes de irse para la universidad, Ivy Sullivan aprovechó la oportunidad y abrió su corazón a su amigo íntimo rompecorazones del pueblo, Ethan Rogue. Su rechazo fue certero y devastador. Él no tenía que decirle la razón de su rechazo; era una chica gordita, una chica divertida con quien pasar el tiempo, pero no una novia materialmente hablando.

    Un rechazo. Pérdida de peso.- ¿puede que ahora sea la mujer sexy que siempre soñó ser?

    Pero el rechazo de Ethan le dio a Ivy la motivación de reinventarse y ella regresa a su pueblo natal con un objetivo en la mente. Vengarse. Está determinada a mostrarle a Ethan y a su mejor amigo Trey, conocidos por romper el corazón de cada mujer con la que salían, lo que se siente al ser tratado con insignificancia.

    Sólo hay un problema... Ivy no es la única que ha cambiado.

    Ahora los dos bomberos, Ethan y Trey han cambiado. Ya no son los atletas arrogantes que solían ser, sino hombres sexys y cariñosos quienes genuinamente están buscando a una mujer con quien compartir sus vidas. Y ambos han puesto sus miradas en Ivy. Aunque la antigua Ivy hubiera pasado días atormentándose sobre que muchacho guapo quería, ya no era el caso, Ivy sabe que...

    ¡Les quiere a los dos!

    Prólogo

    Hace 15 meses

    Ivy

    Yo puedo hacer esto. Puedo hacerlo, repetía Ivy Sullivan una y otra vez mientras se miraba en el espejo de su dormitorio.

    Estaba tan nerviosa que tenía el estómago revuelto y se asustó pensando que podría estar enferma. Aunque su estómago no tenía mucho para sacar, había estado tan nerviosa que no había sido capaz de comer durante todo el día. Eran nervios, nada más. Una vez le hubiera dicho a su hermanastro cómo se sentía y que eso era lo que había todo se normalizaría. El le diría que amaba su espalda y luego continuarían como pareja. Evidentemente, que todo el asunto causaría algunos inconvenientes, pero sus padres sólo habían estado casados un par de años, para ella, no era el suficiente tiempo como para considerarle un hermano verdadero, más bien un compañero de piso. Había reproducido la escena mentalmente un millón de veces durante el último mes y nunca terminaba mal.

    Pero los años de inseguridad y la falta de confianza eran sus feroces enemigos y querían que se quedara en su habitación, cerró la puerta y siguió fingiendo que se conformaba con que fuera su amigo. Pero eso era mentira y no podía vivir con ella como aliada por más tiempo.

    Por lo menos mañana me voy a la universidad, pensó, si él no siente lo mismo no tendré que volver a verle. O por lo menos no durante un tiempo.

    Le dio un nuevo retoque a su apariencia. Había pasado casi una hora preparándose, asegurándose de que su maquillaje estaba impecable y que en su cabello castaño rojizo brillante y no había ni un sólo cabello fuera de lugar. Había buscado el vestido perfecto en todas las tiendas de Portland, Maine. Aunque el que eligió no era perfecto, le favorecía mucho porque le realzaba la figura.

    Normalmente ella solía llevar jerséis y camisetas dos tallas mayores de lo que necesitaba para disimular su gordura, pero realmente nunca lo consiguió. Sin embargo, este vestido era bonito, realmente la hacía parecer como si tuviera cintura, y acentuaba su figura en todos los lugares necesarios. Era una chica que había luchado toda su vida con un problema de sobrepeso, por lo general pesaba entre 80 y 120 libras más de lo que su peso ideal indicaba, sentirse bella y deseable era a menudo difícil de conseguir. Sin embargo, esta era una de las primeras veces en su vida que realmente se sentía hermosa, se sentía como si fuera a tener la oportunidad con el capitán del equipo de fútbol quien le había robado el corazón sin saberlo y  se quedó dormida en el pasillo.

    Quien sabe...

    Inspiró profundamente, y expiró lentamente y asintió. Era ahora o nunca. Salió de su habitación y cruzó el pasillo. Se oía una música débil de Linkin Park que provenía de la habitación de Ethan. Era una grupo que al él le encantaba y siempre lo ponía especialmente  cuando estaba de buen humor.

    Estaba de buen humor, era una ventaja.

    Ivy llamó a la puerta, esperó un minuto y luego abrió asomando su cabeza. ¡Hola Ethan!, ¿estás ocupado?

    Ethan levantó la vista de su ordenador portátil y la miró, mientras sólo silencio, luego giró su silla y le sonrió. En realidad, no. ¿Qué ocurre? Él era guapísimo, todo lo suyo era perfecto mentalmente para ella. Todo, desde la forma en que sus ojos azules brillaban cuando se reía hasta lo bien que la podía hacer sentir simplemente estando cerca de él.

    Podría aplastarme, agregó ella silenciosamente.

    Abrió la puerta completamente y entró, para después cerrarla. Lo último que quería era que alguien - es decir, uno de sus padres - oyera lo que quería decir.

    ¡Ey, te ves increíble!, dijo Ethan, añadiendo un silbido. Tienes algún plan importante para tu última noche aquí?

    El rubor calentó sus mejillas. No. De hecho, quería hablar contigo. le dijo mientras le arrugaba la nariz. Es un poco importante.

    El señaló la cama. Siéntate. Hablémoslo. ¿Qué te preocupa? dijo mientras se reclinó en la silla en la que estaba sentado y acomodó su manos en la nuca  entrelazando sus dedos. Sabes que yo voy a echarte realmente de menos cuando no estés  aquí.

    Ivy le regaló una sonrisa. Fue una declaración alentadora.

    Tengo algo que decir y voy a decirlo, ¿de acuerdo?

    Ethan frunció el ceño e inclinó su silla hacia adelante mirándola fijamente. ¡Ah!. Correcto. Me puedes explicar todo, ya lo sabes. Él le tomó sus manos temblorosas en las suyas y le sonrió de manera tranquilizadora. Venga. ¿que pasa?

    ¡Hazlo!. Simplemente hazlo. Como si fuera una tirita. ¡Arañazo y cura inmediata!

    Te amo Ethan, dijo ella, sin ser capaz de mirarle a los ojos mientras se declaraba.

    Pasaron unos segundos, tal vez minutos. No podía asegurarlo, parecía una eternidad. Cuando no pudo soportar la espera , le miró a los ojos que albergaban una mezcla de confusión e incredulidad.

    ¿Ethan?

    Lentamente retiró sus manos de ella y se incorporó en su silla. No lo entiendo. Sus ojos se centraron en un punto por encima del hombro izquierdo de ella. Más tarde hacia el suelo, entre sus pies. Y posteriormente hacia abajo en lo que parecía ser una pelusa en su camiseta. Miró a todas partes pero no a ella. En el millón de escenarios que había previsto, éste en concreto no aparecía. El hecho de que él hubiera retirado las manos de las suyas ya delataba algo desfavorable.

    Te amo. Estoy enamorada de ti, Ethan. Y a decir verdad, desde hace tiempo. Ella lo miró, esperanzada. El sólo necesitaba tiempo para poder digerir la información. Todavía no la había rechazado, todavía había esperanza.

    Se incorporó bruscamente,  y su silla hacia se fue dando tumbos hacia atrás, metió la mano entre su pelo. No parecía darse cuenta que ahora la pelota estaba en su tejado. No entiendo lo que esperas que diga ahora, Ivy. Él comenzó a pasearse, iba y venía. ¿Qué se supone que debo decir al respecto?

    Ella se mordió el labio inferior y se encogió de hombros. ¿Tu me amas también?

    El se detuvo y se paró delante de ella. Sí.

    Su corazón se disparó.

    Como amigo. Y como mi hermanastra .

    Su corazón chocó con su estómago. Pero...

    Nunca te he considerado de otra manera, Ivy.

    Yo solo...

    Dio una pequeña sacudida con su cabeza, y mientras atrapaba su mirada por primera vez desde la declaración, dijo: Lo siento, Ivy.

    Un sollozo atrapado en la garganta y ojos llenos de lágrimas. Saltó de la cama y se marchó pasando por su lado. Cuando él la agarró de la mano ella se la apartó, salió de la habitación y corrió por el pasillo rumbo hacía el santuario de su habitación. Tan pronto como cerró a cal y canto la puerta dio rienda suelta a lágrimas y sollozos. Comenzó prácticamente a arrancarse el vestido de color carmesí del cuerpo y lo amontonó en un rincón, sin importarle que costase lo que había ganado en tres semanas trabajando como barista en la cafetería local. Nunca más se lo pondría, ¿qué más daba?.

    Mientras yacía acurrucada en bola sobre su cama albergaba la esperanza de que Ethan cambiaría de opinión y vendría a decirle, que se había equivocado y que él también la amaba realmente. Pero no ocurrió. Ella se marchó a la mañana siguiente sin decir una sola palabra.

    Capítulo 1

    ~ El Presente ~

    Ivy

    No puedo creerlo, Ivy. O sea... ¡Vaya!.

    Ivy vió los ojos azules de su mejor amiga, Cassidy Reynolds, reflejados en el gran espejo situado detrás de la puerta de su armario y sonrió. Volvió a enfocar su atención en el reflejo y su sonrisa se agrandó mirando a la hermosa chica de ojos verdes que la miraba. Ciento veinte libras, dijo, más para si misma que para Cassidy. Cuando llegó a casa y vio todas sus fotos de cuando pesaba doscientas cuarenta libras se quedó realmente impactada al ver cuanto peso había perdido; apenas podía creer que ella habia sido esa chica.

    Ciento veinte libras. Ese es mi peso actual. Increíble, ¿no?

    Es una locura. De verdad que lo es, confirmó Cassidy.

    Lo era. Fue toda su vida la chica gorda. En la escuela siempre fue la amiga gorda que esperaba de pie y veía a todas sus amigas teniendo citas y novios mientras ella se quedaba en casa los fines de semana, esperando poder llegar a ser una de esas chicas lindas, como su rubia y despampanante bombón y mejor amiga, Cassidy. La primaria había sido una pesadilla, se habían burlado de ella sin compasión, la secundaria fue marginalmente mejor. Cuando se acordaba, aún sentía dolor – por eso lo evitaba. Por lo menos, lo intentaba.

    Creo que necesitamos salir para que te vean. Quince meses sin ti ha sido demasiado tiempo sin mi mejor amiga.

    Ivy se sintió tentada, pero esta noche estaba de misión. Se giró y miró a su amiga. Lo siento mucho Cassidy, de veras lo lamento. Es que yo... después de lo que pasó... necesitaba alejarme y luego cuando empecé a perder peso no quería regresar hasta que fuese yo de nuevo ... dijo mientras arrugaba su nariz y acomodaba su cabello caoba por encima de su hombro. ¿Lo entiendes?

    Cassidy se levantó de la cama doble de Ivy y caminó para darle a su amiga un reconfortante abrazo. "Lo entiendo. Pero lo que no entiendo es porque le querías después

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