Caso de Combustión Espontánea

Por Özer Mumcu

     Alrededor de veinte minutos después de comenzar el vuelo, Ray se dio cuenta de que algo iba mal. Al principio, pensó que tenía un problema técnico. Sin embargo, solo le llevó unos segundos darse cuenta de que el problema no era causado por el avión, el clima ni ningún elemento externo.

     Parecía tener algún tipo de problema de salud. Pero no podía nombrarlo. Esto era diferente a todo lo que había experimentado antes. Primero, sintió una sensación inexplicable en su columna vertebral, subiendo hacia el cóccix. Luego, un calor intenso e imparable se extendió por todo su cuerpo. Puso sus manos regordetas en su pecho, tratando de desabrocharse la camisa. Sus ojos brillaron con preocupación. Instintivamente, buscó agua a su alrededor. Encontró. Al mismo tiempo, mirando su brazo, notó horrorizado que su piel se había vuelto roja y sus venas hinchadas comenzaban a fluir como ríos de fuego justo debajo de la superficie de su piel. Su respiración se aceleró desesperadamente. La cabina se había vuelto increíblemente caliente.

     Entonces sucedió. Ray Fisher empezó a arder gritando, sin ningún objeto como fósforos o ninguna sustancia inflamable como gasolina alrededor. Solo unos minutos después, el adinerado empresario quedó reducido a un puñado de cenizas.

• Idioma: Español
• Editorial: Özer Mumcu
• Fecha de lanzamiento: 25 dic 2023
• ISBN: 9798223591337

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Ozer MUMCU

Copyright © 2023 Ozer Mumcu

ACERCA DEL AUTOR

Özer Mumcu nació en Tekirdağ en 1980. Completó su educación primaria y secundaria en la Escuela Secundaria Anatolia de Tekirdağ y la Escuela Secundaria de Ciencias de Tekirdağ con una beca. Se graduó en Tecnología de Comunicación Electrónica de la Universidad de Trakya en 2003, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Namık Kemal, en el Departamento de Pintura en 2020, y obtuvo un certificado de formación pedagógica de la Universidad de Estambul en el mismo año. Completó su maestría en la Facultad de Bellas Artes de la NKU en 2022.

Desde sus años de secundaria, ha obtenido varios rankings y clasificaciones internacionales en torneos de ajedrez, en los que comenzó a participar como jugador con licencia.

Desde 2006, trabaja como traductor, entrenador de ajedrez y profesor de artes visuales en diversas instituciones.

INTRODUCCIÓN

En Sanliurfa, Turquía, el 12 de febrero de 2023, alrededor de las 3:45 a.m., un vehículo blindado negro se abrió paso por las calles de la ciudad infernal y se detuvo frente a los restos de lo que solía ser un edificio de apartamentos de cuatro pisos hasta hace una semana, que ahora no era más que un montón de piedras, arena y hierro.

¿Es este el lugar? Sí. Bien, entremos.

El hombre fornido, de barba de unos cuarenta años, y la mujer de treinta con largos cabellos rubios, bajaron del vehículo. Encendiendo sus linternas, examinaron los restos del edificio, primero superficialmente y luego con más cuidado. No tardaron mucho en encontrar lo que buscaban.

¿Está vivo? La mujer rubia rápidamente se quitó el guante de su mano derecha y presionó dos dedos contra el cuello de un niño de dos o tres años, cuya supervivencia no estaba clara a primera vista.

Por ahora, sí. Bien, apresurémonos...

El 6 de febrero de 2023, ocurrieron dos terremotos de magnitud 7.7 en el distrito de Pazarcık de Kahramanmaraş a las 04:17 y otro de magnitud 7.6 a las 13:24 del mismo día. Los terremotos se sintieron intensamente en las provincias circundantes, especialmente en Gaziantep, Hatay, Osmaniye, Adıyaman, Şanlıurfa, Diyarbakır, Malatya y Adana. Según declaraciones oficiales realizadas unos días después del evento, hubo más de cuatro mil réplicas. Además, según esas declaraciones, miles de edificios fueron completamente destruidos, decenas de miles de personas perdieron la vida y cientos de miles resultaron gravemente heridas.

Según algunas especulaciones, las cifras oficiales no reflejaban la realidad y la cantidad de víctimas realmente alcanzó cientos de miles. Algunos teóricos de la conspiración afirmaron que no era posible que dos terremotos de esta intensidad ocurrieran en pocas horas entre sí y que había elementos poco naturales involucrados.

De una forma u otra, se había producido uno de los mayores desastres del siglo. En cuestión de horas, ocho provincias fueron prácticamente borradas del mapa.

La escena que surgió después del terremoto reveló dolorosamente la magnitud de la destrucción. Barrios convertidos en montones de escombros testificaban el poder despiadado de la naturaleza.

La pérdida de vidas era abrumadora. La gravedad del trauma experimentado se podía leer en los rostros de los sobrevivientes. No solo se llevó vidas humanas el terremoto, sino que también desgarró el tejido de la sociedad, exponiendo la fragilidad incluso de las regiones más desarrolladas y preparadas.

En el período posterior al terremoto, aquellos que fueron desplazados de sus hogares tuvieron que enfrentarse a una realidad desoladora. Se instalaron refugios temporales para dar cabida a aquellos que quedaron sin hogar. Las necesidades humanas más básicas se convirtieron en lujos. Estaba claro que las heridas infligidas por el desastre iban más allá de los destrozos visibles.

Los servicios de emergencia, agencias gubernamentales y voluntarios respondieron al incidente. Las capacidades de los hospitales existentes no eran suficientes para brindar atención médica a todos los heridos. Por esta razón, se establecieron rápidamente centros de tratamiento de emergencia, tratando de hacer frente a la afluencia de heridos. Equipos de búsqueda y rescate lucharon intensamente para sacar a los sobrevivientes de entre los escombros.

En semejante atmósfera, ni el vehículo blindado con matrícula extranjera ni los pequeños niños secuestrados por dos individuos vestidos de negro que bajaron del vehículo llamaron la atención de nadie...

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Aeropuerto Internacional de Baltimore,

Washington,

22 de junio de 2023

Ray Fisher, el jefe del grupo mediático Dreamgates Pictures, ha estado utilizando su jet privado Eclipse 500 desde hace dos años de vez en cuando, simplemente para hacer turismo.

Ese día, Fisher estaba más ansioso que nunca por despegar en su jet privado, que esperaba en la sección noreste del Aeropuerto de Baltimore, operada por SRF y reservada para aviones privados de ciertas personas. Por la mañana temprano, mientras el sol comenzaba a esparcir sus brillantes rayos a lo largo de la pista, Ray Fisher se acercó a su avión con pasos orgullosos. En su opinión, este jet privado de última generación era una maravilla de la aviación moderna. No exageraba. El fuselaje fluido del avión, decorado con el logotipo de la empresa propietaria, le daba a Ray una sensación de poder y grandeza.

El adinerado empresario, que tiene más de sesenta años, visualizó el cuerpo perfecto de Megan Cole, con quien estuvo la noche anterior, mientras abordaba su avión. Sonrió para sí mismo. El adinerado magnate de los medios tenía una vida empresarial ocupada y compleja, que abarcaba la gestión de redes de televisión, estaciones de radio, editoriales y plataformas digitales. Su vida profesional requería constantes reuniones con ejecutivos de alto perfil, establecer asociaciones comerciales, discutir contenido y dar forma a las identidades de las marcas para mantenerse en la cima de la competencia. Este tipo de vida era poco saludable en todos los sentidos de la palabra y sería agotadora si no fuera por algunas de las bendiciones que proporcionaba.

Él y Megan se conocieron en una de sus reuniones habituales hace unos seis meses y estuvieron juntos esa misma noche. Desde ese día, lo repitieron a intervalos regulares.

Hacía casi ocho años que Fisher perdió a su primera esposa, Bridget, a causa del cáncer. Su actual esposa, Tabitha, comenzó a trabajar para Ray mientras Bridget aún estaba sana y apoyó a Ray en todo mientras tenía dificultades después de que la enfermedad de Bridget se volviera grave. Su relación comenzó a expandirse más allá de una relación profesional mientras Bridget aún estaba viva, resultando en que se casaran tres meses después de la muerte de Bridget.

Pero después de ocho años, Ray no podía ver ninguna similitud entre la mujer comprensiva y abnegada que una vez conoció y la Tabitha que tenía ahora. Sobre Tabitha, que la insultaba en cada oportunidad, hablaba mal de su 'marido' de un lado a otro, y mentía todo el tiempo, ahora lamentaba no haber escuchado las advertencias de Kyla antes de casarse con ella. Cuando su hija Kyla, que tenía veinte años en ese momento, le dijo que el problema de la mujer era el dinero, Ray la reprendió.

Ahora, perseguía a otra joven hermosa para llenar el vacío que quedó dentro de él después de la muerte de Bridget y para reparar su ego destrozado.

Ray Fisher abordó su avión, equipado con sistemas de aviónica de última generación. Al entrar en el lujoso interior, admiró los suntuosos muebles y los elaborados detalles. No estaba seguro de si la admiración que sentía era por el avión o por él mismo.

Se dirigió a la cabina de mando y se instaló emocionado en el asiento del piloto. Después de la última vuelta de control y las aprobaciones de control de tráfico aéreo, Ray dirigió el Eclipse 500 hacia la pista. Los motores cobraron vida, el avión avanzó por la pista, lentamente y luego acelerando, y las ruedas se desconectaron elegantemente del suelo.

Alrededor de veinte minutos después de comenzar el vuelo, Ray se dio cuenta de que algo iba mal. Al principio, pensó que tenía un problema técnico. Sin embargo, solo le llevó unos segundos darse cuenta de que el problema no era causado por el avión, el clima ni ningún elemento externo.

Parecía tener algún tipo de problema de salud. Pero no podía nombrarlo. Esto era diferente a todo lo que había experimentado antes. Primero, sintió una sensación inexplicable en su columna vertebral, subiendo hacia el cóccix. Luego, un calor intenso e imparable se extendió por todo su cuerpo. Puso sus manos regordetas en su pecho, tratando de desabrocharse la camisa. Sus ojos brillaron con preocupación. Instintivamente, buscó agua a su alrededor. Encontró. Al mismo tiempo, mirando su brazo, notó horrorizado que su piel se había vuelto roja y sus venas hinchadas comenzaban a fluir como ríos de fuego justo debajo de la superficie de su piel. Su respiración se aceleró desesperadamente. La cabina se había vuelto increíblemente caliente.

Entonces sucedió. Ray Fisher empezó a arder gritando, sin ningún objeto como fósforos o ninguna sustancia inflamable como gasolina alrededor. Solo unos minutos después, el adinerado empresario quedó reducido a un puñado de cenizas.

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CAPÍTULO 1

El Dr. Aldric Köhler, un hombre apuesto en contraste con su profesión, caminaba por el amplio pasillo de cristal para regresar a su trabajo después de un rápido tentempié en su hora de almuerzo. El padre de Köhler, el Prof. Heinrich Köhler, quien falleció hace unos años, fue uno de los cofundadores de Asklepios & Company y uno de los científicos más importantes. Gracias a la visión y valentía del padre de Köhler y sus amigos, Asklepios & Company fue fundada en el siglo II. Desde la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, la industria médica no solo logró sobrevivir en un entorno competitivo cada vez más tenso, sino que también estaba dando pasos decisivos hacia convertirse en