La historia que hay detrás del invitado de hoy es apasionante: ha sido piloto de pruebas y formó parte de un programa secreto de control armamentístico en la URSS. Esa participación fue, quizás, el pasaporte que le hizo esquivar la muerte.
El día en el que el tristemente famoso reactor número cuatro de la central nuclear de Chernobyl saltó por los aires, sus jefes decidieron que era más importante que siguiera el desarrollo del programa que participar en las labores de contención de la radiación. No pasó lo mismo con otros compañeros suyos que sí fueron. Muchos cayeron enfermos y otros tantos se quedaron por el camino.
Leo Novikov es piloto e ingeniero aeronáutico y participó como probador en el desarrollo de un helicóptero icónico, el Kamov KA-32. Llegó a España a finales de los 90 para presentar la máquina que luego revolucionó el ataque a los incendios forestales y enamoró a tantos. Por el camino, él también se enamoró del país y se quedó a vivir en Alicante.
Desde que el Ka-32 empezó a volar en España se ha convertido en un auténtico caballo ganador contra los incendios gracias a su robustez, potencia y cualidades inigualables, que le permiten volar cuando otros no pueden y lanzar hasta 5000 litros de agua.
Leo, ahora ya jubilado, es un hombre humilde, tranquilo, sabio y respetado por todos. La suya es, además, una historia de amor en toda regla: amor a una amistad, a una mujer, a una profesión y a un helicóptero.
Con él hablaremos de las virtudes que tiene que tener un buen piloto, descubriremos las personas que le han marcado a lo largo de su carrera y aprenderemos que, quizás, el miedo no sea tan malo.