Alertas Laborales

Por Fernando Fernandez

"Alertas Laborales" le prepara para estar alerta con Integridad. Sumérjase en el mundo de las alertas laborales, donde el autor comparte valiosas ideas y estrategias prácticas para identificar y responder a diversos problemas en el lugar de trabajo. Desde dilemas éticos hasta comportamientos tóxicos, dota a los lectores de los conocimientos necesarios para fomentar un entorno de trabajo positivo y prosperar en medio de los desafíos.

Promueve la tolerancia cero enfrentándose a comportamientos inaceptables en el lugar de trabajo. Este revelador libro arroja luz sobre los comportamientos inaceptables que plagan los lugares de trabajo modernos y ofrece una guía completa para abordarlos y erradicarlos con eficacia. Con ejemplos de la vida real y consejos de expertos, los lectores aprenderán a crear una cultura de responsabilidad, respeto y profesionalidad.

Además, establece límites en el trabajo, enseña a identificar las señales de alarma y crea asertividad. Este libro empodera a los lectores para que descubran el arte de detectar las banderas rojas y la importancia de estar alerta en el lugar de trabajo. Desde cómo enfrentarse al acoso hasta cómo plantar cara a la discriminación, la autora ofrece consejos prácticos y estrategias para garantizar el bienestar personal y profesional.

"Alertas Laborales" permite estar alerta en el lugar de trabajo. Es una guía para reconocer y abordar las alertas en el lugar de trabajo. Al desvelar los peligros ocultos en el lugar de trabajo, este libro ayuda a los lectores a desarrollar un mayor sentido de la alerta. Destaca las señales de advertencia de prácticas poco éticas, discriminación y otras prácticas que no se deben tolerar.

• Idioma: Español
• Editorial: Fernando Fernandez
• Fecha de lanzamiento: 11 jun 2023
• ISBN: 9798223824251

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Introducción

Las alertas laborales se disparan cuando se es consciente de lo que está bien o mal.

Los empleados también notan las alertas laborales; por ejemplo, el ir a trabajar enfermo no es un signo de compromiso o responsabilidad; es más bien un acto de miedo debido a una cultura del trabajo que no es sana. No te enorgullezcas de arriesgar tu salud y tu vida por un trabajo que te sustituiría sin dudarlo en el primer minuto que faltes o en caso de necesitar reducir costes o nombrar a alguien nuevo. Jactarse de ser lo bastante testarudo como para actuar de forma tan tonta es admitir que una cultura laboral tóxica te ha envuelto.

No creas que tocar fondo es bueno, porque solo hay una forma de subir. A veces, puedes ir más profundo y experimentar cosas peores. No seas conformista.

Cuando los líderes de tu organización te pongan trabas en lugar de herramientas para mejorar tu trabajo, piénsatelo dos veces. Las empresas pierden excelentes trabajadores por mantener pésimos líderes al frente de sus operaciones, pero son los líderes que dirigen sus operaciones.

En este libro, he recopilado un conjunto de artículos publicados durante más de un año en las redes sociales, concretamente en LinkedIn, una plataforma de búsqueda de empleo profesional. He añadido algunas reflexiones y algunas anécdotas de mi experiencia laboral. Espero que disfruten de esta breve lectura.

I. Alertas Laborales

Las alertas en el trabajo pueden aparecer hasta en la entrevista de trabajo, y debes responder o te impondrán o te obligarán a realizar funciones y aceptar normas incompatibles con tu dignidad o con el trabajo que debes realizar. En la mayoría de los casos, están ocultas, y solo te das cuenta de ellas cuando ya estás trabajando, cuando descubres prácticas poco ortodoxas o abusivas, o prácticas que no están relacionadas con tus funciones o formación.

1) Somos una gran familia.

Cuando te dicen que en esta empresa somos una gran familia, no estás buscando una familia; estás buscando un equipo de trabajo. Normalmente, esto es para utilizarte y explotarte con amor. Formas parte de la gran familia de esta empresa. ¿Y eso en qué me beneficia?

2) El horario de trabajo.

Aquí hay una hora de inicio, ¡pero no de finalizar! Debes estar disponible a cualquier hora, incluidos fines de semana y festivos. No es esclavitud; es trabajo lo que buscas. Hay horarios establecidos para la atención al cliente y el trabajo interno, y no deben exceder lo establecido por la ley o el contrato de trabajo firmado, que siempre estará sujeto a la ley y no puede violarla de ninguna manera.

a) Las horas extras no pagadas es otra alarma.

Porque te digan que eres ejecutivo o tienes nivel directivo es una trampa que únicamente  deteriora tu salud, y supuestamente obtienes reconocimiento solamente cuando demuestras tu nivel de compromiso con la empresa.

b) No contestes a mensajes o llamadas fuera de horario.

Salvo que sea una urgencia; si no quieres, no tienes que explicar por qué. La situación urgente, importante o de emergencia en la oficina siempre existe debido a la procrastinación, los plazos poco realistas, la falta de personal o el personal ineficiente y el liderazgo deficiente, entre otros; sea lo que sea, puede esperar hasta mañana o el lunes.

3) Debes saber trabajar bajo presión (sé tu propio psicólogo).

Si el entorno de trabajo de esa empresa es bajo presión y te exigen que sepas manejar el estrés, hay cosas que debes comprobar:

a) Esta empresa necesita más empleados para hacer el trabajo.

b) Los empleados necesitan ser más eficientes. Establezca un programa de mejora de la productividad y forme al personal en sus funciones.

c) Haga un seguimiento con evaluaciones periódicas del rendimiento.

d) Cree un POA (Plan Operativo Anual).

Hay que gestionar bien el estrés, ¡pero yo no soy psicólogo!

e) Identifique cualquier nivel de toxicidad en el entorno laboral que pueda aumentar el estrés de los empleados, incluido el tipo de liderazgo empleado por los directivos de la empresa. Un estilo autoritario y excesivamente controlador suele generar un entorno de este tipo.

4) Confianza.

Tenga cuidado en quién confía. En el lugar de trabajo, hay muchas personas que son como Judas, comen contigo, te saludan con besos y abrazos y, cuando menos te lo esperas, te apuñalan por la espalda. Muchos de ellos solamente hablan contigo para saber lo que piensas y haces y para informar de las noticias a tus superiores. A veces, tergiversan o sacan de contexto palabras y frases para justificar su espionaje o su inteligencia avanzada. ¿Con qué fines? Para eliminarte como competencia, para serrucharte el palo, es decir, para quitarte el puesto.

a) Envidia y ambiente de trabajo tóxico.

Cuando los demás empleados te envidian y, aunque no les has hecho nada, siempre buscan la forma de echarte la culpa de todo: no les dijiste, no les informaste por correo electrónico de tales cosas, ocultaste información que les impedía trabajar con eficiencia, tu brillante idea fue un fracaso total. En resumen, hasta la caída del Imperio Romano se te atribuye a ti. El envidioso no solamente ambiciona todo lo tuyo, sino que desea que pierdas lo que tienes -tu carisma, personalidad, posición, vehículo, estabilidad emocional y pareja-, sino también lo que tienes porque le irrita la facilidad con la que lo has obtenido, cómo te trata la gente, cómo asciendes en la empresa o cualquier nimiedad que ni siquiera merece la pena, como una silla nueva, un escritorio de caoba, una alfombra, un cuadro, un guardarropa o una librería.

6) Trabajar en equipo y ayudarse mutuamente.

El trabajo en equipo es esencial para alcanzar las metas y objetivos de una empresa. Sin embargo, cuando hay que hacer el trabajo de otra u otras personas, las cosas cambian.

a) Cuando varias personas realizan las mismas funciones y tu puesto difiere del de la persona encargada de dichas tareas, el solapamiento de funciones provoca conflictos laborales y celos: me va a quitar el trabajo, no me lo merezco.

b) Cuando realizas trabajos no cualificados o no relacionados con tus funciones simplemente para colaborar o a petición de tu superior, le das motivos para creer que eres un vago, que tienes tiempo libre, que tus funciones son pocas, fáciles o que cualquiera puede hacerlas; no cree que eres eficiente y organizado, que sabes realizar tus funciones, que puedes cumplir los plazos, ejecutar lo presupuestado, y que puedes alcanzar tus objetivos. También crea la impresión de ser tan dócil, servicial o incondicional con tu superior que harías cualquier cosa por conservar tu puesto o conseguir un ascenso.

c) Ten en cuenta que los aduladores, los amigos y otras hierbas aromáticas únicamente son útiles si estás en posición de mangonearles, ayudarles o simplemente conseguir algo de ellos.

7) Discriminación.

Cuando exigen buena apariencia, una edad entre 18 y 35 años, entre otros. La discriminación por el aspecto físico es habitual y debería estar prohibida, por eso muchas personas en los países desarrollados no incluyen fotos en los currículos para evitar la discriminación por el aspecto físico, el color, la raza o los rasgos. La discriminación por edad, o edadismo, es muy frecuente y dolorosa. Las personas que envejecen con experiencia y dignidad también tienen derecho a un trabajo digno. Otra forma de discriminación por edad es contra los jóvenes. Deben haber tenido experiencia a una edad temprana. Es absurdo pretender que alguien de entre 18 y 25 años se licencie con un máster y tenga de 5 a 10 años de experiencia. Sobre todo cuando tienen un máster de dos años a nivel internacional. Los requisitos de algunas empresas son irrisorios en comparación con lo que ofrecen; se niegan a revelar la cuantía salarial o el rango del puesto, las prestaciones complementarias o cualquier otra información sobre la remuneración como si fuera un secreto de Estado. La transparencia debe ser una calle de doble sentido. Los mercados laborales de cada país son diferentes. No deben existir otras formas de discriminación, como la xenofobia, el racismo o el rechazo a personas con condiciones especiales. Algunas empresas contratan a personas de estos colectivos para exhibirlas como trofeos.

8) Incoherencia.

a) Quieren que