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Leyendas Urbanas: Relatos Dominicanos
Leyendas Urbanas: Relatos Dominicanos
Leyendas Urbanas: Relatos Dominicanos
Libro electrónico138 páginas2 horas

Leyendas Urbanas: Relatos Dominicanos

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Este conjunto de historias cortas ha sido todo un desafío y un logro con satisfacción. Estos relatos cortos, con el tiempo se convirtieron en leyendas urbanas, es el rescatarlas de la tradición oral y plasmarlas por escrito, lo que motivó a redactar este libro. Ellas reflejan todas las creencias, aprehensiones y temores a lo desconocido. Las historias han sido enriquecidas para que las escenas muestren más detalles, que adecuen al lector para adentrarse dentro de la trama y ser más partícipe que espectador. Algunos de estos relatos son pesadillas que pueden perturbar su sueño.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 oct 2022
ISBN9798215358627
Leyendas Urbanas: Relatos Dominicanos

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    Leyendas Urbanas - Fernando Fernandez

    Introducción

    Lo que me motiva a recopilar estas historias, que con el tiempo se convirtieron en leyendas urbanas, es el rescatarlas de la tradición oral y plasmarlas en blanco y negro en un medio que las haga perdurar para las futuras generaciones, de este modo compartirlas con otras generaciones que lamentablemente perdieron el amor por las historias y que sus padres o antepasados dejaron morir la pasión por el contar historias.

    Estos cortos cuentos no pertenecen a ningún tiempo ni época, pero si a nuestra cultura, y reflejan todas las creencias, aprehensiones y temores a lo desconocido.

    Muchos de estos cuentos cortos estaban perdidos en mi memoria, en un lugar del cual estaban prácticamente desterradas. He tenido que hablar con familiares y amigos para refrescar algunos detalles de las mismas. A pesar de esto, he tratado de mantener su esencia tal como las recuerdo, solamente enriqueciendo la escena con detalles que me parecen adecuan al lector para adentrarse dentro de la trama y ser más partícipe que espectador. Sin duda alguna, estas historias brindan personalidad y profundidad a la cultura dominicana.

    He seleccionado trece relatos cortos y los he organizado de modo tal y cuál me han llegado a la mente; sin ningún criterio de prioridad o razón de peso para que los organice o clasifique. Me ayudaron mucho las historias que me contaba mi padre, Rafael, cuando yo era un niño. Es bueno resaltar que algunas historias son del ámbito castrense, ya que mi padre fue un Capitán de la fuerza aérea y un gallero activo. Las historias son leyendas y cuentos que se contaban en el pasado, los nombres utilizados aquí son ficticios y para nada corresponden a ninguna persona real. Así mismo estas historias son atemporales, yo he tratado de contarlas con fidelidad a la versión original como se me contó. Eso sí, he tratado de enriquecerlas, pero sin extenderlas demasiado, para no desnaturalizar la característica de historias cortas.

    Escribir un libro siempre implica dedicación y una que otra vez te llega la inspiración cuando duerme, de madrugada, una idea que te parece fantástica, debes decidir si esperar o levantarte y escribirlo. Lo que hago es escribir en mi celular unas notas y luego las desarrollo por el día. En este caso, de múltiples historias, me llegaron ideas mientras dormía. Arañazos me provoco una pesadilla, y detuve el manuscrito por alrededor de un mes; luego me decidí a continuar y lo terminé, no sin otras pesadillas de menor magnitud, y uno que otro escalofrío en tardes calurosas caribeñas. La historia parece que no quería ser contada. No soy supersticioso ni quiere crear una nube paranormal alrededor de esta historia, solamente describo lo que me contaron y los hechos relacionados con el desarrollo del manuscrito. Que conste que he escrito anteriormente sobre experiencias paranormales, demoníacas y horror, pero ninguna con una carga tan negativa como esta. La razón para tal reacción quizás se deba a que mi hermana me contó esta historia y tiene parte ficción y un lado de realidad dura que le toco vivir.

    Sobre la historia del gallo pinto debo advertir que no soy partidario de las peleas de gallo, por la crueldad animal que implica; sin embargo, en mi país son legales y tienen su público.

    Espero que las disfruten y compartan con sus familiares y amigos.

    I. Arañazos

    La casa número 63 tenía una planta de higüero en el patio, también otra de piñones y algunas variedades frutales. Era una casa relativamente nueva. En la habitación de la niña se percibía a veces una diferencia de temperatura que no ocurría en otra parte de la casa, era quizás un par de grados menor, lo atribuimos en principio a la ventilación y los árboles cercanos.

    Pocos días después de mudarnos en esta casa, la niña Ana Maria se quejaba de escuchar ruidos por la noche. Su madre no le hacía caso y decía que eran cosas de niños. Sus recurrentes pesadillas y gritos repentinos se habían convertido en una rutina odiosa para ella. ¿Qué te pasa? No puedo dormir. Vuelve a tratar, cariño. Contando ovejitas como en el cuento, trataba de conciliar el sueño, dando vueltas y entre el calor de la habitación y el pasar de las horas, quedaba rendida. Sin embargo, sentía la presencia de algo o alguien a su lado. Percibía que la observaban, que era algo maligno. Escuchaba las uñas de una bestia, rasgando las paredes, los alrededores de su colchón y llegaban hasta su cabeza, su cara; y al despertar, sentía que no podía mover sus piernas, estaba completamente paralizada, trataba, empujaba, quería gritar, pero su voz no salía, estaba atragantada con su propia saliva. Luego de mucho esfuerzo, un grito ensordecedor despertaba a todos. ¿Qué paso, Anita? Entre sollozos, le decía a su mamá, que había estado inmóvil a la merced de quien había estado mirándola, la controlaba y no podía hacer nada. La madre la abrazo y la llevo a dormir con ella. El padre la miro y le dijo a la madre, No la acostumbres a dormir entre nosotros, ya está grandecita y debe aprender a no ser cobarde.

    Por la mañana todos actuaron como si nada hubiera ocurrido, todo parecía estar de maravilla. La niña se prepara para ir a la escuela. La madre está preocupada por estos episodios de histeria y temor sin control. Le puede ocasionar daños mentales, afectar su corazón y no dormir bien, es perjudicial, sobre todo a tan temprana edad. Si tienes razón, deberíamos buscar ayuda profesional para ella. Pero eso es caro, y ni siquiera tenemos recursos suficientes para criarlos. De todos modos, le preguntaré a la psicóloga de la escuela, si me puede recomendar algo.

    Al llegar a la escuela, Esther, la mamá de Ana Maria, se dirige a la oficina de orientación. Allí charla amablemente con la psicóloga escolar, Jatnna. Luego de escucharla, Jatnna le dice, Las víctimas de la parálisis de sueño, viven esta experiencia como un sueño sin poder despertar de este. Pero están en un espectro del sueño ligero, mucho antes del REM. Esther le dice que la niña alega haber visto algo demoníaco. ¿Ha tenido pesadillas? Si constantemente y me ha comentado de un ser con la forma femenina, horripilante y con los cabellos largos y descuidados, como si hubiese salido de una fosa. Solamente hablar de ello me da escalofríos; no puedo imaginarme lo que ella siente cuando le ocurren estos episodios. Debe llevarla a un psicólogo clínico para que profundice más en que está disparando tales sueños, si se trata de alguna patología o problema psicosomático. Todo comenzó cuando nos mudamos a la casa actual hace algunos meses. Pues por ahí debería comenzar a hurgar. Muchas gracias por su tiempo. Me alegro de haberle por lo menos servido de guía. Pero es algo que me da mucha pena por su niña, que es tan tierna. Esther se va con la información de la psicóloga clínica que le recomendó la orientadora de la escuela. Esta puede ser una buena ayuda para Anita.

    Esther lleva a Ana Maria a la psicóloga clínica y terapeuta familiar, Stephany. Comienza a relatarle la historia. Mientras todo eso pasa, va consumiendo la energía de la niña. Aunque ella es muy reservada y únicamente habla de los eventos paranormales y pesadillas en el momento en que se despierta, yo sé que esto le está perturbando y la ha hecho más reservada, temerosa y tímida. La profesional le pregunta, ¿Tiene algún problema respiratorio u otro trastorno de salud? En casos extremos, de acuerdo con quienes estudian los trastornos del sueño, puede llegar a darle un paro al corazón a la víctima e incluso matarla por la succión energética ocasionada, dejando a la víctima débil o con problemas de memoria y le será difícil recordar las experiencias vividas durante tales eventos. No me asuste. ¿Qué debo hacer? Usted está haciendo lo correcto. Si es creyente le sugiero que busque ayuda espiritual, esto puede ser positivo para traer apoyo de gente buena.

    Si usted y su esposo lo aprueban, me gustaría hacerle una sesión de hipnoterapia para ver que está causando ese comportamiento y alteraciones repentinas. Yo estoy de acuerdo, le preguntaré a Albert y le dejo saber para coordinar la próxima cita. Claro, me informa de cualquier evento fuera de lo normal. Seguro.

    Al llegar a la casa, Albert recibe los detalles de la visita a la terapeuta. ¿Qué quieres hacer Esther? No estoy segura aun. Yo te apoyo en lo que tú decidas. Gracias. Creo que debemos llevar la niña a la terapia para ver si mejora su situación. Estoy de acuerdo. Debemos tratar todo lo que podamos por el bienestar de la niña.

    La sesión de hipnoterapia comenzó bastante bien, Anita le describía a la terapeuta lo que comenzó a ver y sentir en la nueva casa. Una mujer fea, un monstruo con ojos color miel o café claro que cambian a rojo por momentos, con un vestido de ramitos, harapiento y mugroso, voz profunda que solo emitía gemidos, animales o gritos de bestia que la asustaban bastante, tenía la piel arrugada y escamosa, las uñas superlargas y sucias con las que arañaba las paredes y hacía mucho ruido alrededor de la niña, y en ocasiones le arañaba la cabeza o el cuello. La mujer en cuestión tenía un collar con un dije. La niña sentía que esa mujer había sufrido mucho y estaba atada de alguna forma a ese lugar, a un dolor, algo terrible que había sucedido allí, la ataba al mundo mortal para poder seguir apoderándose de más víctimas para expresar su dolor. La usaba como canal de comunicación o de descarga. Estás en mi casa, vete, déjame! Tranquila, relájate y despertarás sin recordar nada de lo que hablamos. Te sentirás descansada y aliviada.

    La psicóloga le preguntó a la madre si alguien más había tenido algún evento paranormal en la casa. A lo que esta le dijo que nadie aparte de la niña. ¿Es la casa de su propiedad? No, la hemos rentado hace poco. ¿Considerarían mudarse a otro sitio? Podríamos, pero es un alquiler muy barato y nos queda cómodo para el transporte público e ir al trabajo. Deberían de considerarlo por su niña. Claro, lo haremos.

    Siguiendo los consejos de la psicóloga, Esther visita al padre Gregorio, para solicitarle ayuda por la situación que está viviendo su niña. Entiendo y creo que puedo ayudarte, hija. Una manifestación de cualquier criatura sobrenatural, como para referirse a un tipo específico, ella, es de preocupación. Puede ser un espíritu al que se le arrebató algo en esta vida, una muerte súbita, asuntos inconclusos; o quizás una entidad demoníaca, responsable de la desgracia, la posesión y las enfermedades. Sin embargo, una niña bondadosa, solidaria y benévola no debería estar pasando por esto. Mire una foto de los arañazos que tiene Anita en la espalda. El padre observa la foto y le dice, Parece una figura geométrica. Si, ¿sabe que significa? Es un pentagrama. Me gustaría verla en persona, esto es más

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