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¡Socorro! Me he quedado sin trabajo.
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Libro electrónico41 páginas28 minutos

¡Socorro! Me he quedado sin trabajo.

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Información de este libro electrónico

La mayor parte de nosotros nos sentimos orgullosos de nuestra profesión y nuestro trabajo. Necesitamos el trabajo para dar de comer a nuestra familia, pagar el alquiler, reparar el coche y permitirnos un capricho de vez en cuando. Establecemos un vínculo con la gente con la que trabajamos y generalmente sentimos que ese sitio es nuestra segunda casa. No ha de sorprendernos ya que la mayoría de nosotros se pasa un tercio de su vida en la oficina.

Por tanto, la perdida repentina de trabajo puede ser dolorosa, deprimente y, según el individuo y su situación económica, la entrada en una situación de emergencia. Para aquellos que viven al día, la pérdida de trabajo repentina podría suponer perder su hogar o no comer.

El objetivo de este libro es ayudarte a ti, un trabajador que recientemente ha visto como se terminaba su contrato o siente que el día está llegando, a encontrar las respuestas que necesitas para realizar la transición de un trabajo a otro de la manera más llevadera posible.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 oct 2016
ISBN9781507158197
¡Socorro! Me he quedado sin trabajo.

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    Vista previa del libro

    ¡Socorro! Me he quedado sin trabajo. - Richard G Lowe Jr

    ÍNDICE

    Introducción

    Quedarse sin trabajo

    El Último Día

    ¿De qué ayuda dispones?

    El Problema del Dinero

    INGRESOS

    Actualiza tu CV

    Actualiza o Mejora tu Perfil de LinkedIn

    Elimina tu Rastro en la Red

    ¡Utiliza tus Contactos!

    Mantén la Mente Ocupada

    Seguro Médico COBRA

    Conclusión

    Antes de que te vayas

    Sobre el autor

    Introducción

    Importante. No soy abogado ni contable. Presento en este libro unos cuantos consejos y recomendaciones, pero no soy de ninguna manera responsable de ningún efecto positivo o negativo si decides seguirlos. Como siempre, tú eres responsable de tus decisiones y de consultar a tus asesores.

    La mayor parte de nosotros nos sentimos orgullosos de nuestra profesión y nuestro trabajo. Necesitamos el trabajo para dar de comer a nuestra familia, pagar el alquiler, reparar el coche y permitirnos un capricho de vez en cuando. Establecemos un vínculo con la gente con la que trabajamos y generalmente sentimos que ese sitio es nuestra segunda casa. No ha de sorprendernos ya que la mayoría de nosotros se pasa un tercio de su vida en la oficina.

    Por tanto, la perdida repentina de trabajo puede ser dolorosa, deprimente y, según el individuo y su situación económica, la entrada en una situación de emergencia. Para aquellos que viven al día, la pérdida de trabajo repentina podría suponer perder su hogar o no comer.

    El proceso no siempre es llevado a cabo adecuadamente por los encargados. Normalmente tienen poca o ninguna preparación o entrenamiento; recursos humanos tienden a encubrir a la empresa y se centrar en documentos y procesos más que en el ser humano.

    Ciertas compañías son imperdonables a la hora de hablar de profesionalidad: envían correos electrónicos a sus empleados para hacer despidos en masa. Lo hacen así porque es sencillo, queda documentado y evitan así la desagradable conversación cara a cara con el empleado. Elimina asimismo de la empresa parte del efecto y sensaciones negativas que puede crear en el personal: el despido ha de ser simple, rápido y sin dolor. Hay una persona involucrada, la que está siendo despedida, y los encargados tienen que entender que lo que están haciendo afecta a su vida, su futuro y su familia.

    Hay encargados que esperan con ansia despachar a un empleado. Algunos se saldrán con la suya y conseguirán que los trabajadores se vayan antes de que se llegue al momento del despido.

    Independientemente de las circunstancias en las que te vayas de una empresa, de

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