Incidencia de la lógica del cambio en la viabilidad organizacional: Conceptos de transmisión y distribución. Modelación de líneas y redes

Por Jairo González Peñarete

La habilidad de las empresas para lograr su viabilidad organizacional se fundamenta en los cambios requeridos y la capacidad gerencial y organizativa para enfrentar las actuales y futuras turbulencias del entorno. En esta obra se pretende demostrar que a través de la relación de la metáfora de la lógica del cambio, propuesta por Gareth Morgan, y la visión de la viabilidad organizacional, desarrollada por Jorge Etkin, es posible construir un escenario favorable para lograr una gestión empresarial exitosa.

• Idioma: Español
• Editorial: Universidad Distrital Francisco José de Caldas
• Fecha de lanzamiento: 19 jul 2020
• ISBN: 9789587874518

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La viabilidad organizacional

Gobernabilidad y gestión estratégica de la organización en un sistema dinámico y complejo

Siempre he creído que la gestión estratégica es una competencia y responsabilidad gerencial básica para la gobernabilidad de las organizaciones. Gobernabilidad que debe garantizar la interacción sostenible de la organización con su entorno, lo cual implica una interpretación de temas relevantes, como, por ejemplo, el desarrollo sostenible, la complejidad dinámica de la realidad del sistema organizacional, la cultura, el aprendizaje y el cambio organizacional o la gestión de conocimiento con valor, entre otros.

La dirección organizacional (gobernabilidad y gestión), antes de asegurar efectividad en las decisiones (eficacia y eficiencia), debe propiciar la creación de redes conversacionales (propuestas por cibernético Fernando Flores¹, como, por ejemplo, la capacidad de acción) que permiten el flujo de información, el diálogo, la comunicación, el aprendizaje y la construcción de conocimiento útil.

Las organizaciones, cualquiera que sea su naturaleza —empresas, fábricas, supermercados, negocios, hospitales, universidades y demás entidades públicas y privadas—, enfrentan entornos dinámicos e inciertos en su propósito de entregar bienes o servicios y participar en el mercado, de modo que deben desarrollar ingentes esfuerzos por cumplir su misión, realizar sus aspiraciones y lograr sus objetivos.

Ahora bien, el entorno les exige responsabilidad social empresarial y creación del valor compartido (rentabilidad económica y social), de acuerdo con la naturaleza de sus negocios.

Es una exigencia ética que la dirección de una empresa debe cumplir con eficacia, voluntad política y aptitudes en una realidad compleja, en la cual la organización debe comportarse como un sistema sociotécnico complejo y adaptativo.

Esto significa que no es suficiente distinguir los objetivos apropiados y diseñar el mejor plan estratégico a fin de lograrlo con eficacia. Se requiere, sobre todo, un nivel de viabilidad que garantice los procesos y los recursos internos para mantener relaciones sostenibles que sustenten el plan estratégico e integren con la eficiencia del plan operacional hacia la concreción de las decisiones, de forma que estas consoliden la misión y cristalicen la visión organizacional. Esto no sería posible sin el aporte del potencial humano que realice su trabajo en un clima organizacional y condiciones de salud ocupacional acordes con la dignidad humana.

De esta manera, la toma decisiones estratégicas para el logro de los objetivos no garantiza por sí sola la sostenibilidad de las organizaciones en el mercado. Se requiere un grado de viabilidad fundamentada en sus procesos y relaciones internas, es decir, en ciertos niveles de autosostenibilidad. En el interior de las organizaciones debe existir una dinámica de fuerzas que se oriente a los objetivos, en diversos sentidos, lo que implica que las organizaciones se comporten como sistemas que se construyen en la medida que crecen y afrontan la incertidumbre del entorno. Con respecto a lo anterior, el profesor Jorge Etkin (2009, p. 31) señala:

En un entorno complejo e incierto, los controles pierden sentido y la cuestión ya no es manejar sino aprender a navegar y mantener el rumbo posible. El concepto de estrategia tiene que atenuar su carácter anticipador de futuros y articularse más estrechamente con la idea de la contingencia.

El comportamiento de las organizaciones como sistemas sociotécnicos complejos y adaptativos conduce a interpretar y construir la realidad a través de modelos que la representen de manera apropiada. Esto significa también tener una visión más amplia y comprensiva de la organización y su entorno, lo que conforma un sistema complejo.

El profesor Jorge Etkin (2009, p. 32) asegura:

La visión sobre la organización no la considera como un mecanismo (programado) o un organismo (natural), sino un sistema complejo de base social política y técnica. Complejo porque en el sistema opera en múltiples lógicas y diversidad de fuerzas que no se conjugan en un todo armónico o estable. Complejo también porque el sistema tiene un diseño y acuerdos constitutivos, pero además presenta la capacidad de redefinir y adaptar esos esquemas a través de la reflexión y los procesos de aprendizaje. Sus cambios no siempre resultan de la autoridad o la decisión política, sino del diálogo, el debate y la interacción social cotidiana [cursivas añadidas].

A fin de comprender mejor esta sustentación certera de visión organizacional del profesor Etkin es necesario un cambio de enfoque en la manera de pensar. Peter Senge (1992) lo denomina metanoia, que se traduce como un desplazamiento mental o un tránsito de una perspectiva a otra.

Sin embargo, el significado más profundo de metanoia es aprendizaje, que es un decisivo desplazamiento, un tránsito mental o un cambio de nuestros modelos mentales sobre la realidad. Comprender la realidad compleja de las organizaciones nos ubica, como lo señala Senge (1992, p. 24), en el,

[…] verdadero aprendizaje que llega al corazón de lo que significa el ser humano. A través de este aprendizaje ampliamos nuestra capacidad para crear, para formar parte del proceso generativo de la vida. Este es el significado básico de la organización inteligente, una organización que aprende y continuamente expande su capacidad para crear su futuro.

La organización inteligente es una organización viable, un sistema complejo de base social política y técnica con capacidad de reflexión y aprendizaje que no se agota en la capacidad de sobrevivir, lo cual es importante y necesario (aprendizaje adaptativo) pero no suficiente.

La organización inteligente y viable requiere conjugar el aprendizaje adaptativo con el aprendizaje generativo, un aprendizaje que aumenta la capacidad creativa. Peter Senge fundamenta en el aprendizaje generativo las cinco disciplinas de la organización inteligente que consagra en su libro La quinta disciplina (1992), también conocida como disciplina de pensamiento sistémico.

La gobernabilidad de las organizaciones, entendida como la capacidad gerencial para garantizar la interacción sostenible de la organización con su entorno, cobra un nuevo significado con el concepto de autorganización. Me refiero al alcance que le da a ese concepto Beer (1997) en sus investigaciones sobre cibernética organizacional. La autoorganización es la autonomía en el diseño organizacional y la creación de la mejor estructura posible en el interior de la organización, a fin de responder a la dinámica del entorno. En otros términos, es una interpretación de la realidad interna y externa de la organización cuyo propósito es mantener armonía y equilibrio en sus relaciones y preservar la viabilidad