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Memoria de crímenes: Literatura, medios audiovisuales y testimonios
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Libro electrónico680 páginas9 horas

Memoria de crímenes: Literatura, medios audiovisuales y testimonios

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A menudo las experiencias individuales de memoria y la conciencia histórica de un colectivo social tienden a difuminarse en el olvido o, por decisión deliberada de sistemas injustos, se quieren desconocer. Esas experiencias encuentran formas de representación en la literatura, los medios masivos de comunicación o la voz misma de los escritores que siempre les dan vida. Este libro recoge una selección de estudios que buscan establecer la relación entre los procesos individuales y colectivos de memoria histórica y la novela de crímenes contemporánea.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 ago 2017
ISBN9789586654524
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    Memoria de crímenes - Siglo del Hombre Editores

    Memoria de crímenes

    Literatura, medios audiovisuales y testimonios

    BIBLIOTECA UNIVERSITARIA

    Ciencias Sociales y Humanidades

    COLECCIÓN ESPACIOS

    Estudios Literarios

    Memoria de crímenes

    Literatura, medios audiovisuales y testimonios

    Gustavo Forero Quintero

    Editor académico

    Autores

    Catalina Acosta Díaz

    Esteban Arango

    Álvaro Baquero-Pecino

    Rodrigo Bastidas Pérez

    Simon Booker

    Mallory N. Craig-Kuhn

    Jorge Febles

    Lucía Feuillet

    José Gai

    David Knutson

    Fernando López

    Lorenzo Lunar

    Melanie McGrath

    Neele Meyer

    Rebeca Murga

    Inmaculada Pertusa

    Daniel Quirós

    Osvaldo Reyes

    Friedhelm Schmidt-Welle

    Lorenzo Silva

    Eduardo Soto Díaz

    Enrique Trujillo Gamboa

    Forero Quintero, Gustavo

    Memoria de crímenes. Literatura, medios audiovisuales y testimonios / Forero Quintero, Gustavo, Simón Booker, Lorenzo Silva et al.; compilador Gustavo Forero Quintero. – Bogotá: Siglo del Hombre Editores: Universidad de Antioquia: Fundación Universidad de Antioquia: Grupo Estudios Literarios GEL: Medellín Negro, 2017.

    448 páginas; 24 cm. – (Temas para el diálogo y el debate)

    1. Novela argentina 2. Novela negra 3. Testimonios - Novela 4. Materiales audiovisuales - Novela 5. Estudios literarios I. Booker, Simón, autor II. Silva, Lorenzo, 1966-    , autor III. Forero Quintero, Gustavo, compilador IV. Tít. V. Serie

    Co863.09 cd 21 ed.

    A1578191

    CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis-Ángel Arango

    © Gustavo Forero Quintero

    Primera edición, 2017

    © Siglo del Hombre Editores

    http://libreriasiglo.com

    © Universidad de Antioquia

    www.udea.edu.co

    © Fundación Universidad de Antioquia

    www.fundacionudea.com

    © Grupo de Estudios Literarios

    www.udea.edu.co/portal/udea/web/inicio/investigacion/grupos-investigacion/humanidades/estudios-literarios

    © Medellín Negro

    congresoliterioudea.blogspot.com.co

    Carátula

    Amarilys Quintero

    Armada electrónica

    Ángel David Reyes Durán

    ISBN: 978-958-665-451-7

    ISBN EPUB: 978-958-665-452-4

    ISBN PDF: 978-958-665-453-1

    Desarrollo ePub

    Lápiz Blanco S.A.S.

    Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.

    INTRODUCCIÓN

    Desde hace algunos años, la recuperación de la memoria histórica relacionada con la dilucidación de crímenes que afectan las bases de la convivencia de una comunidad y su valor a la hora de establecer responsables o una sanción acorde con la gravedad de sus conductas ha cobrado gran relevancia social. Comisiones o leyes como las creadas en España, Chile, Perú y Argentina a propósito de sus procesos democráticos, los acuerdos de paz logrados en Guatemala y El Salvador o el establecimiento de una corte especial para la reconciliación tras la eliminación del sistema de segregación racial establecido por décadas en Sudáfrica, entre otras experiencias, son una clara muestra de ello, pues resaltan el papel que la reconstrucción de la memoria cumple en el esclarecimiento de la verdad y en la búsqueda de una justicia restaurativa para las víctimas de los crímenes. La recuperación de la memoria, ya sea por vías oficiales o por vías particulares como la literatura o el arte audiovisual, constituye un supuesto fundamental para el restablecimiento de los derechos conculcados y por tanto para lograr un cambio social luego de hechos y aun de periodos de injusticia.

    En efecto, la Ley para la Promoción de la Unidad Nacional y la Reconciliación de 1995 (Truth and Reconciliation Commission) del Gobierno de Sudáfrica; la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de 2001 en Perú; y los acuerdos de paz en El Salvador y Guatemala, de 1992 y 1996 respectivamente, se suman a la Ley de Memoria Histórica del 2007 de España y al decreto de juzgamiento de las juntas militares y las organizaciones guerrilleras establecido por Raúl Alfonsín solo cinco días después de su asunción como presidente de Argentina en 1983. En desarrollo de este último se creó, entre otras instituciones, la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, Conadep, que, bajo la dirección del escritor Ernesto Sábato, produjo el histórico informe Nunca más, modelo para las democracias contemporáneas. Acaso la presencia de este escritor en la comisión ilustra más que en otros casos la relación trascendental entre literatura y política. En un sentido semejante, la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación de 1990 en Chile, con la presencia del historiador Gonzalo Vial Correa, produjo el Informe Rettig, que buscó el esclarecimiento global de la verdad sobre las graves violaciones a los derechos humanos cometidas entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990, durante la dictadura de Augusto Pinochet. La reconciliación de los ciudadanos sin perjuicio de los procedimientos judiciales a que pudieran dar lugar hechos ilegales se erige, entonces, como un objetivo imperioso para la fundación de democracias legítimas y respetuosas de los derechos humanos.

    Colombia no ha sido ajena a esa necesidad: cada vez más acciones mancomunadas de distintos sectores del país comprenden la importancia del tema de la memoria de crímenes cometidos en medio del conflicto armado. Desde 2011, el Centro Nacional de Memoria Histórica tiene como objeto reunir y recuperar material documental y testimonios orales relativos a las violaciones de que trata el artículo 147 de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras¹ para ponerlo a disposición de los ciudadanos, mediante actividades museísticas, pedagógicas y cuantas sean necesarias para proporcionar y enriquecer el conocimiento de la historia política y social de Colombia. A este propósito se ha sumado el trabajo de personas y asociaciones que también van tras el rescate de la memoria del país, que han dado como resultado, entre otros, el proyecto ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad y el informe general del Grupo de Memoria Histórica (con el apoyo de las víctimas y sus organizaciones, el Gobierno de Suiza, Cooperación Internacional y el Consejo Consultivo Internacional).

    En ese mismo orden de ideas, la instalación de una mesa de diálogos entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, confirma ese esfuerzo por seguir las pautas internacionales de contenido democrático en pro de la memoria y la justicia. En tal sentido, el 4 de junio de 2014, las partes acordaron en La Habana la creación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, lo que constituye otra esperanza para la memoria de lo ocurrido en los últimos años y la solución de conflictos sociales hacia el futuro. Así, tras el anuncio del Acuerdo de Paz el 23 de junio de 2016, se estableció, como señaló Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, la primera tarea de la memoria:

    [M]ostrar las dimensiones de lo que ha ocurrido y de lo que estamos resolviendo… [Q]uedan muchas otras tareas que se desatan después de la firma de los acuerdos. Ahí hay todavía muchas expectativas sociales de esclarecimiento. Es decir, el momento de la firma es un momento de identificación de las dimensiones del daño, del daño que queda por reparar, a pesar de que ya se ha venido haciendo mucho en todos los niveles: reparación económica, reparación simbólica, como hacen los informes del Centro Nacional de Memoria Histórica. Pero hay muchas comunidades que nunca tuvieron la oportunidad, precisamente por el contexto de guerra, de ponerse en estos escenarios para reclamar esclarecimiento y para reclamar las medidas que respondan a esas dimensiones de los daños que han sufrido.²

    Con un espíritu de evocación y responsabilidad semejante, entre el 22 y el 25 de septiembre de 2015 tuvo lugar el IX Encuentro Regional de la Red Latinoamericana de Sitios de Memoria Latinoamérica hace memoria: aportes de los sitios de memoria para la no repetición, organizado por el mismo Centro Nacional de Memoria Histórica en Bogotá. En él, cincuenta expertos de diez países (Argentina, Brasil, Chile, El Salvador, México, Perú, Uruguay, Paraguay, República Dominicana y Guatemala, entre otros) hablaron sobre verdad, memoria y justicia en el marco de conflictos o procesos violentos, con el propósito de crear una red de apoyo y visibilidad para los procesos de memoria en Colombia y aportar desde las experiencias vividas en el país su contribución en la consolidación de este tipo de escenarios en otros países latinoamericanos.³ Como consecuencia de gestiones como esta, se creó la Red Colombiana de Lugares de Memoria, con el objetivo de

    lograr una mayor articulación entre los lugares de memoria de nuestro país, tanto aquellos que ya están consolidados como los que inician su tarea de creación o consolidación, y propiciar un espacio que permita la elaboración de una propuesta de política pública sobre lugares de memoria en Colombia. Se busca que con esta política se reconozcan y acompañen y se garantice la sostenibilidad en el tiempo de los lugares e iniciativas de memoria territoriales que trabajan sobre el conflicto armado, los procesos de resistencia y la construcción de paz.

    Con semejantes propósitos, para la misma época, en convenio de cooperación entre la Deutsche Welle Akademie, de Alemania, y la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, de la cual depende el presente libro, se inició el proyecto Hacemos memoria. Estrategias para la formación de periodistas en memoria histórica, bajo el liderazgo de la profesora Patricia Nieto. Su propósito es capacitar y acompañar a los periodistas en ejercicio de las regiones de Antioquia en el cubrimiento del conflicto y la construcción de la memoria histórica local, sean sus medios prensa, radio, televisión o internet. En este acompañamiento, dicho proyecto promueve el acercamiento entre medios de comunicación y grupos sociales, como asociaciones de víctimas y colectivos juveniles, para que a través de la conceptualización y elaboración de contenidos periodísticos discutan y pongan en público los hechos pertenecientes a la memoria histórica del conflicto y las violaciones a los derechos humanos.

    Con ese mismo objetivo, el VI Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro, realizado entre los días 16 y 18 de septiembre de 2015, tuvo como propósito reflexionar en torno al tema de la memoria y su relación con la literatura de crímenes. Asuntos como el recuerdo, la justicia, la verdad, el olvido, la reparación como base para sanar heridas y la memoria reconciliadora y sus singulares manifestaciones en la novela de crímenes fueron objeto de análisis de escritores, académicos y asistentes a esa sexta versión del certamen, reunidos en Medellín, centro privilegiado de reflexión en torno al significado del crimen en las sociedades contemporáneas. De este modo, esa larga tradición mundial de reflexión sobre la cuestión de la memoria sirvió de inspiración para las discusiones del encuentro, en consonancia con el desarrollo del tema en el campo de la literatura de crímenes. Sobre la base de la experiencia política y social en algunos contextos contemporáneos, la historia y sobre todo la literatura habían demostrado con creces la importancia de esta relación.

    En tales términos, con el propósito de colaborar en los procesos de establecimiento de la memoria y búsqueda de justicia para las víctimas de los conflictos, este libro, Memoria de crímenes. Literatura, medios audiovisuales y testimonios, recoge una selección de las conferencias y ponencias presentadas en ese espacio del Congreso de 2015 relativas al tema y se enriquece con tres aportaciones más que llegaron luego del gran interés que este suscitó: las de los escritores Daniel Quirós y Osvaldo Reyes, y la del profesor Friedhelm Schmidt-Welle, que se sumaron a nuestro propósito epistemológico.

    De acuerdo con lo anterior, este libro se divide en tres partes que exponen variados aspectos del tema y, en particular, la relación entre la memoria y la literatura de crímenes. Así, la primera, El testimonio de los escritores y el origen de la memoria, incluye la perspectiva de escritores de los más variados orígenes sobre la memoria en sus contextos y su obra; la segunda, Crímenes en la literatura: una recuperación significativa de la historia, reúne los trabajos de profesores de distintas procedencias geográficas y académicas acerca de diferentes manifestaciones de la literatura de crímenes en este campo; y la tercera, Crímenes recobrados en los medios audiovisuales y la voz de los escritores, supone una reflexión original sobre lo que implica el registro de diversos enfoques de los crímenes o bien de los crímenes mismos en la televisión y el cine, y lo que involucra la memoria en la labor literaria de Melanie McGrath y José Gai, dos de los escritores invitados a la sexta edición del Congreso.

    La primera parte, El testimonio de los escritores y el origen de la memoria, inicia con una profunda reflexión en torno al proceso de recuperación de un pasado en la literatura, a cargo de la propia escritora inglesa Melanie McGrath, premio John Llewellyn Rhys en 1995 por su libro de no ficción Motel Nirvana (1996), que supone un ejercicio remarcable de esta experiencia vital. Así, en Arctic mysteries: Writing crime in the land of no forgetting, la autora afirma: This is why memory is often so unreliable and why, sometimes, we cannot tell the difference between events we have actually experienced and events we only think we’ve experienced. Particularly as we get older. Y, comparando la memoria occidental con la del pueblo inuit del Ártico, llega a esta sorprendente conclusión:

    Memory for the Inuit has never meant remembering in the way we are used to thinking of it, as if a series of memory trinkets was sitting in a drawer at the back of our brains waiting to be pulled out, but rather in a way much more akin to the manner in which we now know that the brain does it, by reconstructing the original event and re-experiencing it as though it were the original event.

    Por su parte, en Cuando el enemigo está dentro: el policía contra el criminal enquistado en el propio Estado. Una aproximación desde la historia y el presente de España, el escritor Lorenzo Silva, Premio Planeta 2012 por la novela La marca del meridiano, ofrece sus valiosas contribuciones en torno a la naturaleza de una institución que tradicionalmente ha tenido mucho que ver con el desarrollo de la historia nacional y su proceso de evolución hacia la democracia, un cuerpo policial que existe en España desde hace 171 años: la Guardia Civil. Este es precisamente el cuerpo policial al que pertenecen mis personajes, afirma el autor sintetizando el foco de su interés. Desde su punto de vista, se debe reconocer que esta Guardia tiene características loables en una democracia que ha cambiado radicalmente de sino en los últimos años:

    [E]n los últimos cinco años, desde el 15 de mayo de 2011, ha emergido en España una conciencia ciudadana de que el sistema estaba siendo, en cierto modo, manejado por sus clases dominantes en beneficio propio y de sus socios, en perjuicio de la población y, sobre todo, en perjuicio de la parte más humilde de esa población. Y eso no solo se tradujo en las concentraciones del 15 de mayo de 2011 en la Puerta del Sol, sino en las urnas y en que el partido del Gobierno de repente perdió tres millones de votos de unas elecciones a otras. Esto hace que quien está persiguiendo la causa de la justicia, quien tiene pruebas, quien sabe hacer su trabajo y quien sabe aplicar la ley sienta que no importa enfrentarse al poderoso si siente que tiene detrás el apoyo de los ciudadanos.

    En tercer lugar, el escritor argentino Fernando López, Premio Casa de las Américas por su novela Arde aún sobre los años (1985), ofrece un panorama de la literatura de la región cordobesa de su país. Así, en Espacios de memoria en la literatura del interior de Argentina: Córdoba, 1983-1998, analiza las novelas El derrumbe (1985), de Lucio Yudicello; Sagrada (1998), de Susana Melchionna; la mencionada Arde aún sobre los años (1985); y El mejor enemigo, Premio Latinoamericano de Narrativa de la Universidad de Colima (México), también de su autoría. Desde su punto de vista, estas novelas permiten demostrar que el

    cambio de paradigma entre las leyes de obediencia debida y punto final de los años ochenta del siglo XX, y la derogación de las mismas en 2006, se debió a la maduración política de una sociedad que había tolerado la permanencia de la última dictadura con su silencio y connivencia, cuando no con su activa participación denunciando militantes políticos y sociales sin importarles, o no previendo, las consecuencias de sus actos.

    Enseguida, José Gai, escritor, periodista, ilustrador y humorista gráfico chileno, autor de las novelas Las manos al fuego (2006) y Los Lambton (2009), habla del proceso nacional de consolidación de la democracia chilena luego de la dictadura en su artículo La memoria, acusada y acusadora. Aquí afirma:

    Es la memoria [la] que juega un papel activo. La memoria, que regresa para hacer que los personajes se enfrenten a su pasado y deban buscar en él las respuestas pendientes. El protagonista, que investiga y se convierte en un perseguidor, un acusador de ciertos personajes, pasa de pronto a ser acusado. La memoria devuelve el golpe y lo enfrenta a sus antiguas dudas, omisiones, pecados…

    Y en este mismo contexto nacional, para Eduardo Soto, en El golpe de Estado en Chile: los políticos no creyeron en las advertencias de los periodistas, es necesaria una tarea de reflexión sobre la credibilidad de los periodistas en la época del golpe de Estado de 1973: Los periodistas sabíamos que el tiempo era escaso, que la sedición estaba en marcha, que no era posible detenerla sin organizar un frente amplio que aglutinara no solo a los demócratas, sino a todos los ciudadanos que no aceptaban vivir en una dictadura, afirma, haciendo así una reconstrucción de hechos que bien se acompasa con lo planteado sobre la memoria por Gai.

    A continuación, la relación entre memoria y novela de crímenes en la historia de la isla de Cuba también tiene presencia en este libro. Así, se incluye el artículo República en negro: la huelga de los aprendices, un episodio negro que inaugura la república de Cuba, de Lorenzo Lunar, autor, entre otros textos, de Variaciones en negro (2003), antología del relato policial iberoamericano. Este escritor evoca un hecho histórico fundamental de esa historia que, desde su punto de vista, busca urgentemente a su escritor:

    El día 24 de noviembre de 1902 fue un día aciago para el pueblo de Cuba. Se iniciaba ese lunes sangriento una saga negra abundante en episodios criminales que se repetiría casi sin excepción. … Los dueños de las empresas extranjeras y los representantes de la oligarquía se acercaron a Estrada Palma para felicitarlo por las medidas adoptadas contra los huelguistas; el embajador de los Estados Unidos le presentó su beneplácito después de recibir el sangriento informe. Se inauguraba así nuestra república en negro.

    Y, en ese mismo contexto, que es el de los movimientos sociales de principios del siglo XX, cuando se fundaron la Confederación Obrera y el primer Partido Comunista de Cuba, en "Fantoches 1926, primera novela policial cubana: entre lo político y lo literario, Rebeca Murga, Premio Internacional de Relatos Policíacos de la Semana Negra de Gijón 2004, explica el complicado nacimiento de la primera publicación del género escrita a varias manos en la Isla. De este modo, afirma que algunos escritores cubanos —Carlos Loveira, Guillermo Martínez Márquez y Rubén Martínez Villena, entre otros—, llamados minoristas por su paradójica situación social, se dieron a la tarea de escribir esta novela en medio de la represión política y las circunstancias convulsas (durante la presidencia y dictadura del general Gerardo Machado y Morales) y hacer parte de lo que se definiría luego como la vanguardia cubana. Es así que entre lo literario y lo político se fue gestando cada capítulo de una novela que se ha considerado como la primera novela policial cubana, colectiva y por entregas", afirma.

    A continuación, en este mismo apartado de la visión de los escritores respecto de la relación entre memoria y crímenes, se incluye la contribución de Daniel Quirós, Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en el 2010 por su novela Verano rojo, quien nos ofrece su trabajo Más allá de la paz: literatura de crímenes en la Costa Rica contemporánea. Partiendo de la base de que [e]l primero de diciembre de 1948, después de una guerra civil de cuarenta y cuatro días, el Ejército fue abolido en Costa Rica, para el escritor tico el tópico de la paz con el que desde entonces se alude a su país tiende a dar una imagen parcial del sistema y de su literatura como ajenos al crimen. Así, afirma: [C]on Costa Rica, a veces siento que, para algunos, la paz y el imaginario de estabilidad democrática que la acompañan hacen curioso o hasta llegan a invalidar la relevancia contemporánea del género. Desde su punto de vista, es ese lado oscuro o contradictorio de la Costa Rica ‘globalizada’ de los últimos treinta años, que sirve como un motor para conectar el género policiaco con cuestionamientos más grandes de la realidad costarricense.

    Y, en el mismo contexto centroamericano, en Clave Eco: memorias del día en que Estados Unidos invadió Panamá, Osvaldo Reyes, autor de la novela de crímenes Sacrificio (2015), anuncia respecto de ese infausto miércoles 20 de diciembre de 1989 una clave para abrir la discusión: Clave Eco. Solo personal militar bajo órdenes operativas podía estar en la calle. En su análisis de esta operación militar en la ciudad de Panamá, sintetiza su visión de esta manera:

    [M]ucha gente murió. De ambos lados. Según los estimados más conservadores de la ONU, murieron más de 500 personas. Otros hablan de más de 3.500. Heridos, es imposible de determinar. Los informes oficiales del Ejército de Estados Unidos reportan 24 soldados muertos y 324 heridos. … Cada uno de esos muertos fue como una piedra lanzada a un estanque. Las repercusiones de su desaparición continúan extendiéndose hasta el infinito.

    A continuación, en la segunda parte de este libro, Crímenes en la literatura: una recuperación significativa de la historia, se recogen los trabajos de distintos académicos sobre la relación entre la memoria y la narración de crímenes. En primer lugar, en El policial de ciencia ficción en América Latina (la Historia según las memorias de silicio), el profesor colombiano Rodrigo Bastidas Pérez establece las características contemporáneas de lo que denomina policial de ciencia ficción como nueva forma de entender la Historia, planteado este a partir de su reflexión sobre los métodos tecnológicos de consignación de hechos: Hemos puesto nuestros recuerdos en chips de silicio y confiamos en que nuestra historia se almacena fielmente en objetos electrónicos. Entonces, no hay una variación de datos: la información es reproducible, tantas veces como se desee, de forma absoluta, total. No obstante, desde su punto de vista, [l]a mixtura entre el policial y la tecnología ha construido una larga tradición de textos en donde la ciencia ficción aparece como género constitutivo, es decir, con sus propias variaciones en torno a la realidad de los hechos. Las novelas Sueños digitales (2000), del escritor boliviano Edmundo Paz Soldán, Exquisito cadáver (2001), del portorriqueño Rafael Acevedo, y Synco (2008), del chileno Jorge Baradit, le permiten sustentar su visión.

    Por su parte, en "A Lupita le gustaba planchar, de Laura Esquivel: recuperando el pasado para rescatar el presente", Inmaculada Pertusa, catedrática de la Western Kentucky University, hace una interpretación singular de la historia mexicana a través de esta novela contemporánea. Así, en un momento dado afirma:

    [L]a reciente novela criminal A Lupita le gustaba planchar experimenta con un género que le ayuda a establecer una conexión directa con sus lectores a través de una historia reconocible, identificable y actual, donde aborda el tema de la corrupción política y policial, el abuso de privilegios y la lucha contra el narcomenudeo en la Ciudad de México de hoy en día.

    Esta relación entre la memoria de crímenes y la realidad tiene también su variación en otras novelas del continente centroamericano. Así, enseguida, Jorge Febles, profesor de la University of North Florida, que colaboró en los textos anteriores de esta colección (Novela negra y otros crímenes, de 2013, y Víctimas, novela y realidad del crimen, de 2014), nos ofrece este año su artículo "Recuperación histórica e invención de la memoria: la parodia de lo noir en El príncipe y la bella cubana, de Roberto G. Fernández. En este trabajo, el autor afirma: La obra toda del narrador cubanoestadounidense Roberto G. Fernández se apoya en un prurito inversivo de corte carnavalesco fundamentado en el afán por desmitificar humorísticamente una comunidad: esa que se ha producido en Miami a partir del triunfo de la Revolución cubana. De este modo, en el libro de Fernández, [s]e insinúa … un proyecto recuperador basado en el estudio por parte del autor implícito de un episodio de sobras conocido, al menos en España y en la Isla".

    Y de nuevo, en lo que atañe a la historia chilena de la que hablan los escritores Gai y Soto, en el siguiente texto, Variantes de la memoria: dos casos del relato policial de los años noventa del siglo XX en Chile, la profesora colombiana Catalina Acosta Díaz, estudiante de la maestría en Literaturas Española y Latinoamericana en la Universidad de Buenos Aires, señala:

    El seguimiento de las narrativas de Díaz Eterovic y Ampuero permite explorar elaboraciones del pasado bajo el orden de lo literario, o sea, el distanciamiento que permite una estructura narrativa cambiante de acuerdo con la yuxtaposición de géneros como estrategia para denunciar el accionar entre lo institucional y lo marginal bajo la triada crimen, verdad, justicia y, por extensión, bajo la lectura del concepto memoria.

    El interés por la literatura chilena tuvo sin duda un espacio significativo en el Congreso de 2015, pues este se desarrolló en el marco de la Fiesta del Libro y la Cultura de la ciudad que este año contó con Santiago como ciudad invitada. En este mismo sentido, el profesor Enrique Trujillo Gamboa, becario de la Comunidad Andina de Naciones, magíster en Estudios Culturales por la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador, presenta en este libro su trabajo "Estrella distante, de Roberto Bolaño: (des)memoria y feminicidio en el Chile de Pinochet". En este artículo, el autor hace un acercamiento a la historia de la dictadura en el país austral que sirve de referencia para el continente entero. Desde su punto de vista,

    no es la novela de Bolaño un reportaje de la Historia, un testimonio o un reflejo del periodo de represión política y social ejercida por las fuerzas militares en Chile, sino la reelaboración de algunos de los discursos que hicieron posible ese periodo y atravesaron y atraviesan lo que podríamos denominar la incesante búsqueda de la democracia en América Latina.

    Lo anterior da pie a otro artículo relativo a la novela de crímenes del Cono Sur. Así, en lo que corresponde al género en Argentina, tan importante para el continente entero, resulta de gran importancia y pertinencia el trabajo de la profesora Lucía Feuillet, becaria de posgrado del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Conicet, de su país. A partir de la propuesta marxista sobre la utilidad del crimen, en "La memoria como anticipación del futuro y el delito productivo en Los tigres de la memoria, de Juan Carlos Martelli", la autora hace una reflexión prospectiva de la historia nacional bajo la lúcida guía de una novela de crímenes del periodo anterior a la dictadura. Para esto, toma como base tal obra, ganadora del Premio Sudamericana-La Opinión en 1973 con un jurado de lujo (Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti, Rodolfo Walsh y Augusto Roa Bastos). Sobre ella, afirma:

    Los tigres de la memoria recupera una memoria —en el sentido de ruptura temporal— del terror futuro desde la perspectiva de los vencidos, mediada por un narrador que se asocia, hacia el final, a la rebeldía de las generaciones que lo suceden en contra del poderoso Estado militar, cómplice del narcotráfico.

    En este mismo apartado, y con el ánimo de dar al lector una breve visión de la literatura vinculada con la memoria desde otras perspectivas epistemológicas o en otros contextos culturales diferentes al latinoamericano, se incluye el trabajo de Friedhelm Schmidt-Welle, investigador en Literatura y Estudios Culturales en el Instituto Ibero-Americano de Berlín, Huellas del pasado: memoria, represión y olvido. La representación del mal de Alzheimer en cuatro novelas negras. Aquí, el académico expone una perspectiva muy original sobre el tema del mal de Alzheimer en cuatro novelas negras, dos de ellas europeas y otras dos latinoamericanas: El hombre inquieto (2009), del escritor sueco Henning Mankell; El segundo deseo (2006), del chileno Ramón Díaz Eterovic; Ley garrote (2007), del mexicano Joaquín Guerrero-Casasola y Gómez (justamente el ganador de nuestro Concurso de Novela de Crímenes Medellín Negro 2016); y Qué pequeño es el mundo (2001), del suizo Martin Suter. Tomando como base las investigaciones recientes de las neurociencias, Schmidt-Welle ofrece reflexiones relevantes como: Uno de los pocos casos en que la literatura no se limita a la representación del sistema de la memoria episódica-autobiográfica es la demencia, y en especial el mal de Alzheimer. La recreación de este mal en las novelas analizadas le permite al crítico ofrecer otra imagen de lo que se concibe como la memoria.

    A continuación, se presenta el trabajo "La memoria histórica en dos novelas contemporáneas sobre la guerra civil española: Midnight in Europe, de Alan Furst, y Ayer no más, de Andrés Trapiello, de Esteban Arango, filólogo e investigador de la Universidad de Antioquia en el campo de la novela de crímenes. Sobre la base de las teorías formales de Mijaíl Bajtín, el autor hace una evaluación significativa de los procesos de investigación de lo que constituye la memoria histórica en España. De esta manera, afirma respecto de las novelas estudiadas: [E]stos modelos corresponden con dos formas distintas de registrar la historia. … dos modelos divergentes en la tipología bajtiniana. En primer lugar, se observa que recrear la historia es una actividad muy diferente de la de someterla a discusión". Desde el punto de vista de este autor,

    [l]a construcción de una memoria histórica resulta una tarea problemática en la actualidad debido a dos hechos respectivamente: en primer lugar, experimentar la historia ya no es suficiente; también hay que pensarla, analizarla y evaluarla. Y en segundo lugar, al ser la memoria una cuestión individual, su construcción social debe ser plural, por lo que debe tener como fundamento el diálogo, y esto implica una gran dosis de tolerancia.

    Posteriormente, Neele Meyer, estudiante del doctorado en Humanidades y Estudios Culturales de la Ludwig-Maximilians-Universität München, nos ofrece una perspectiva muy interesante sobre la novela negra en la India, antigua y moderna, en su texto La novela negra en la India: ¿un género apropiado como espacio de memoria?. Aunque la autora señala aquí que [a]spectos de memoria o de identidad, así como el cuestionamiento de la historia oficial —temas tan dominantes en la novela poscolonial de la India— en principio no destacan en las novelas negras actuales del subcontinente, algunos textos contemporáneos y excepcionales atraen sobremanera y ameritan un análisis en este campo:

    En Juegos sagrados (2006) [de Vikram Chandra, traducido al español], la inclusión de una multitud de protagonistas, tramas, escenarios y voces alternativas sirve también para presentar contra-historias y para plantear cuestiones sobre el carácter construido de cualquier versión de memoria o historia oficial.

    Para seguir con un panorama del género en otros contextos distintos al latinoamericano, en esta segunda parte dedicada a los trabajos académicos sobre la novela de crímenes presento mi artículo "Meurtres pour mémoire, de Didier Daeninckx: la masacre de los argelinos en 1961 y la impunidad en Francia. Tomando como base esa novela de 1983, hago una interpretación de la obra de este escritor galo en función de su perspectiva crítica de la historia de Francia, entendida esta en términos oficiales. Así, expongo que el espejo retrovisor" propuesto en Meurtres pour mémoire permite denunciar lo que puede denominarse la impunidad en el sistema, pues compara la contemporaneidad discursiva del relato con el pasado de Francia en tal clave de comprensión. Este ejercicio crítico permite entender desde otra perspectiva —la literaria— la trascendencia de los discursos nacionales a la hora de establecer imágenes falsas de la memoria.

    Luego, en la tercera parte de este libro, Crímenes recobrados en los medios audiovisuales y la voz de los escritores, presentamos, en primer lugar, la interesante contribución del novelista y guionista inglés Simon Booker, Unreliable memories and crime writing for TV. Booker es autor, entre otras muchas producciones, de siete obras dramáticas para BBC Radio y en esta notable reflexión sobre la confiabilidad de la memoria, señala:

    There is a big difference, of course, between our memory playing tricks on us and the way we play tricks on our memory, especially our collective memory. When it comes to writing about the past, especially in British crime writing, I think it is fair to say that we often portray the past as we would like to think of it, rather than as it actually was. There are many exceptions of course, but they are not the focus of our discussion today.

    Seguidamente, en Sicaresca, memoria traumática y globalización en el cine de España y Latinoamérica, Álvaro Baquero-Pecino, profesor asistente de Español de The City University of New York-College of Staten Island, analiza "un grupo de películas que tematizan la figura de asesinos a sueldo adultos, como Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (Agustín Díaz Yanes, 1995), Amores perros (Alejandro González Iñárritu, 2000), O homem do ano (José Henrique Fonseca, 2003) y Rosario Tijeras (Emilio Maillé, 2005)". Sobre tal corpus, señala:

    En estos cuatro largometrajes … se establece una compleja relación con las narrativas de trauma cuyo análisis ayuda a entender de manera más profunda el alcance y la configuración de las dinámicas globalizadoras, en correspondencia con las representaciones del negocio del crimen en general y de los asesinatos por encargo en particular.

    Posteriormente, para dejar al lector en compañía de la voz misma de los escritores, transcritas en exclusiva para este libro, incluimos la conversación de David Knutson, profesor de Lengua, Cultura y Literatura Españolas del Departamento de Lenguas Modernas de la Xavier University, en Cincinnati, Ohio, y Mallory N. Craig-Kuhn, magíster en Literatura por la Universidad de Antioquia, con la escritora Melanie McGrath. En este espacio, titulado para la ocasión Crime on the terrain, la escritora afirma uno de los propósitos de su novela The Long Exile (2006), que podría servir de valiosa pauta para escritores noveles:

    [O]ne of the reasons for writing in the crime idiom, for me, is to reach a wider audience and maybe throw some light on a few colonial ideas about the Arctic which still prevail. An awful lot of the literature of the Arctic is effectively a rehearsal of the colonial story of the escapades of white adventurers.

    Esto sobre la base de que

    [t]he Arctic is a really contested space at the moment. It’s a global barometer for future resource wars and geopolitical contests. The Russian Navy have put a flag on the bottom of the Arctic Ocean, the Norwegians have a claim, and the Canadian Navy routinely patrol the area. So I think my goal is to give people in the South a proper sense of the Arctic as it is in the 21st century.

    Finalmente, se incluye en este tercer apartado del libro mi entrevista a José Gai, titulada José Gai y la narrativa que se interroga sobre el nuevo Chile. Aquí, entre otras cosas, el escritor afirma respecto del panorama de la literatura chilena contemporánea:

    Terminada la dictadura, las editoriales se volvieron hacia escritores que tuvieran relatos sobre ese pasado inmediato y su proyección hacia ese presente, de fines de los años ochenta, comienzos de los noventa del siglo pasado. Surgió entonces una narrativa que se dedicó a interrogarse sobre el nuevo Chile que teníamos: una sociedad abiertamente capitalista, individualista, que evitaba mirar su pasado reciente. Se la llamó como la generación de la Nueva Narrativa, aunque a sus representantes más conocidos nunca les acomodó el nombre o el ser presentados como integrantes de un colectivo.

    Desde tales perspectivas, con este volumen Memoria de crímenes. Literatura, medios audiovisuales y testimonios nos sumamos a la lucha mundial por recobrar la historia y, sobre todo, la memoria individual y colectiva respecto de ciertos sucesos criminales que han dejado su impronta en nuestra cultura. Esto con el fin de contribuir en ese proceso de establecer la verdad, buscar justicia, evitar la repetición y colaborar acaso, de algún modo, en el proceso de reparación de los perjuicios que causan los crímenes en las distintas ­sociedades. Acaso la lectura de la cuestión de la memoria desde la literatura ayude a adelantar estas tareas urgentes para la sociedad.

    A menudo las experiencias individuales de memoria y la conciencia histórica de un colectivo social tienden a difuminarse en el olvido, o por decisión deliberada de sistemas injustos se quieren desconocer. Esas experiencias encuentran formas de representación en la literatura, los medios masivos de comunicación o la voz misma de los escritores que siempre les dan vida.

    ***

    Memoria de crímenes. Literatura, medios audiovisuales y testimonios hace parte de Medellín Negro, proyecto académico de la Universidad de Antioquia derivado del proyecto de investigación La anomia en la novela de crímenes, financiado por esta Universidad y del cual soy director. Tomando como eje articulador la novela de crímenes, este texto y el proyecto que lo cobija tienen como propósito fortalecer un espacio de discusión interdisciplinaria en torno al significado del crimen en las sociedades contemporáneas.

    El proyecto Medellín Negro pretende, además, consolidar la Red Internacional de Eventos Negros, RIEN, vinculando el Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro con certámenes semejantes de todo el mundo, para que, desde la ciudad de Medellín, se establezcan lazos entre académicos, escritores, investigadores, grupos de investigación y, en general, personas o entidades dedicadas o interesadas en el estudio de la narración de crímenes. Bajo este presupuesto, en el año 2015 en particular, en el espacio del Congreso contamos con la participación de los escritores Fernando López, director del encuentro de literatura negra y policial Córdoba Mata, y Lorenzo Silva, comisario de Getafe Negro, festival de novela policiaca de la Comunidad de Madrid, de quienes incluimos aquí su trabajo.

    Memoria de crímenes. Literatura, medios audiovisuales y testimonios se suma así a las publicaciones anteriores del proyecto Medellín Negro de la Universidad de Antioquia. Juntos consolidan la colección Medellín Negro, que ya tiene en su haber los libros Crimen y control social. Enfoques desde la literatura (Medellín: Universidad de Antioquia, 2012), Trece formas de entender la novela negra. La voz de los creadores y la crítica literaria (Bogotá: Planeta, 2012), Novela negra y otros crímenes. La visión de escritores y críticos (Bogotá: Planeta, 2013), Víctimas, novela y realidad del crimen (Bogotá: Planeta, 2014) y Fronteras del crimen. Globalización y literatura (Bogotá: Planeta, 2015), todos ellos derivados de los congresos internacionales de literatura Medellín Negro que se han realizado ininterrumpidamente desde 2010, y de los cuales he sido editor académico, así como mis textos La anomia en la novela de crímenes en Colombia (Bogotá: Siglo del Hombre, 2012) y La novela de crímenes en América Latina: un espacio de anomia social (Bogotá: Siglo del Hombre Editores, 2017), fruto de las investigaciones sobre el tema. La consolidación de esta colección de reflexión teórica sobre el género marcha al mismo ritmo que la serie de narrativa Medellín Negro, que cuenta con los relatos Los cautivos del Fuerte Apache y Año Nuevo (Bogotá: Ediciones B, 2012), de Julio Alberto Balcázar Centeno e Inés Lucía Blackie, respectivamente; los relatos Después de Isabel, el infierno y ¿Alguien ha visto el entierro de un chino? (Bogotá: Ediciones B, 2012), de Emilio Restrepo; Desaparición (Bogotá: Ediciones B, 2012), novela de mi autoría; Aves hambrientas (Bogotá: Ediciones B, 2013), de Luis Alejandro Vinatea Arana, Premio del Concurso de Novela de Crímenes Medellín Negro 2013; Finales para Aluna (Bogotá: Ediciones B, 2013), novela de Selnich Vivas; Toda la ceguera del mundo (Bogotá: Ediciones B, 2014), de Néstor Ponce; La ropa del muerto (Bogotá: Planeta, 2014), de Fabio J. Lannutti, y Resnik, de Pablo Yoiris (Bogotá: Planeta, 2015), novelas estas últimas ganadoras de las cuarta y quinta versión del Concurso de Novela de Crímenes Medellín Negro. A esta lista se suman las novelas El tren de la ausencia, de Joaquín Guerrero-Casasola y Gómez, y Xerira. La doble espiral, de Francisco José Restrepo Vargas, premios del Concurso de Novela de Crímenes Medellín Negro 2016 y 2017.

    Agradezco a la Alcaldía de Medellín su apoyo anual al Congreso Internacional de Literatura. Su interés en este espacio implica el reconocimiento a toda una labor de investigación y creación en el campo de la novela de crímenes de gran impacto social. A Juan Diego Mejía, director de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, espacio en el que se incluye el Congreso, y a las personas que desde el comité académico de la Fiesta permitieron consolidar este trabajo. En especial a Yésica Prado Quintero, jefa de programación de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, y a sus auxiliares. Su diligencia en la coordinación del evento para la asistencia de los escritores y académicos al VI Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro 2015 permitió la conformación de este volumen.

    Asimismo, agradezco a Luis Fernando Múnera, director ejecutivo de la Fundación Universidad de Antioquia, y al rector de la Universidad de Antioquia, Mauricio Alviar Ramírez, por su decidido apoyo a este proyecto. Gracias a su impulso, la Universidad de Antioquia y Medellín tienden a convertirse en un referente obligado para las reflexiones sobre el significado del crimen en las democracias contemporáneas. A las vicerrectorías de la Universidad: a la de Docencia, por asegurar cada año la asistencia de un público de estudiantes y docentes al Congreso; a la de Investigación, por su apoyo al proyecto de investigación que sustenta esta experiencia académica (gracias a la estrategia de sostenibilidad 2014-2015 del Grupo Estudios Literarios, GEL) y al evento a través del fondo correspondiente; y a la de Extensión, que impulsa las acciones necesarias para lograr la proyección y el impacto del proyecto en la sociedad.

    Agradezco, también, al decano de la Facultad de Comunicaciones, luego Secretario General de la Universidad, David Hernández García, por su constante colaboración, no solo en la publicación de este libro y los libros de la serie Medellín Negro, sino también en la celebración anual del Congreso y la culminación de cada una de las actividades conexas a este, que constituyen el proyecto académico Medellín Negro (el encuentro de escritores locales, la muestra de cine o las tertulias y los conversatorios). Sin su constante empeño, este no se hubiera consolidado en los últimos años y obtenido el impacto nacional e internacional que posee.

    Ofrezco, asimismo, mi reconocimiento a cada uno de los autores de los textos que creyeron en esta difícil labor de publicar un libro conjunto. A través suyo se establece el vínculo entre la Universidad de Antioquia, la comunidad medellinense y colombiana con los escritores, representantes a su vez de países como Chile, Inglaterra, España, Cuba, Argentina, Panamá o Costa Rica, y los académicos invitados, procedentes de las siguientes instituciones o entidades: The City University of New York-College of Staten Island, revista Cuadernos del GESCAL, Xavier University, de Cincinnati, Comunidad Andina de Naciones, Instituto Ibero-Americano de Berlín, Western ­Kentucky University, University of Iowa, Conicet, Ludwig-Maximilians-Universität München y Universidad de los Andes.

    A la escritora Melanie McGrath, en particular, le manifiesto mi gratitud por publicar la reseña relativa a la ciudad de Medellín, al Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro de 2015 y a mi trabajo, en The Guardian. Entre otras cosas, en dicho texto señala:

    Forero traces the roots of the police procedural to an Enlightenment consensus that rational institutions are more likely to deliver justice. In Colombia, he argues, such rational structures exist only in name. In a country where there are no consistent legal consequences for committing crime, reliable institutional frameworks give way to something more diffuse and fragmentary. Western-style whodunnits and police procedurals, relying as they do on solving clues by rational inquiry, work less well when the system itself is a puzzle.

    Un comentario que, más allá de honrar mi nombre, resalta la labor del proyecto Medellín Negro con todos sus encuentros, libros y actividades alternas.

    Agradezco igualmente a Camilo Andrés Cerpa de la Puente, magíster en Literatura Colombiana por la Universidad de Antioquia, quien ayudó a coordinar el VI Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro y cuya asistencia editorial hizo posible esta compilación; a Mallory N. Craig-Kuhn, por su apoyo en las gestiones propias de la organización del evento, sobre todo en la coordinación de la visita de los escritores Melanie McGrath y Simon Booker a Colombia; y a Yeimy Lorena Espinal, comunicadora social del Congreso, quien aseguró los resultados del certamen coordinando la presencia de invitados y ponentes. A Santiago Guiral Paniagua, estudiante del pregrado en Letras: Filología Hispánica, por su acompañamiento tecnológico al Congreso y, en particular, por la transcripción de la conferencia del escritor Lorenzo Silva y la entrevista al escritor José Gai.

    A mi esposa, Ángela María Ramírez Zapata, magíster en Literatura y candidata a doctora por la Universidad de Salamanca, le ofrezco todo mi reconocimiento por la revisión cuidadosa de los textos incluidos en este libro y su generosidad de siempre en el trabajo que implica la culminación de esta labor. Sin su ayuda este, como otros frutos de mi trabajo, no hubiera sido posible.

    A todas las personas que participaron de este proyecto, que son muchas más, les ofrezco mi sentida gratitud. Quisiera mencionarlas a todas, pero a falta de espacio escrito lo haré personalmente con todo el cariño.

    Gustavo Forero Quintero

    Universidad de Antioquia

    Notas

    ¹ Sobre el que se habló en el libro Víctimas, novela y realidad del crimen, publicado en 2015 tras la realización del V Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro.

    ² Información relativa a este tema puede encontrarse en la página web del Centro de Memoria Histórica, particularmente en: La memoria una aliada para la paz. Centro de Memoria Histórica 23 jun. 2016. Web. 25 jun. 2016. .

    ³ IX Encuentro ‘Latinoamérica hace memoria: aportes de los sitios de memoria para la no repetición’. Corporación Sí Paz 22 de sep. 2015. Web. 25 jun. 2016. .

    ⁴ Más información en: Colombia, epicentro de la memoria y la paz. Centro de Memoria Histórica 24 sep. 2015. Web. 25 jun. 2016. .

    Will crime writers be the victims of the clean-up of Colombia’s second city?. The Guardian 13 nov. 2015. Web. 2 jun. 2016. .

    Primera parte

    EL TESTIMONIO DE LOS ESCRITORES Y EL ORIGEN DE LA MEMORIA

    ARCTIC MYSTERIES: WRITING CRIME IN THE LAND OF NO FORGETTING

    Melanie McGrath

    My name is Melanie McGrath. I am a journalist and crime writer based in London. Depending on which way you look at it, I have the good luck or misfortune to find your continent more interesting than my own. So I travel a lot to the Americas, where memory is often thought to lie more lightly on the land than in Europe. I did spend a few years in Nicaragua but mostly I’m to be found in the North. And by that I mean the Arctic. I’ve been lucky enough to travel to Alaska in the West and to the Queen Elizabeth Islands in Arctic Canada.

    The North American Arctic is the setting for my series of crime novels. Two of the three novels in the series are set in the fictional settlement of Autisaq, which is loosely based on Grise Fiord on Ellesmere Island. It’s an inhospitable place, but people live there. And they die there, too.

    The reliability of memory and the way it can be manipulated plays a huge role in my books, but it’s not the kind of memory that most of us are likely to be familiar with. My characters are mainly Inuit or part Inuit and they have very different ideas about remembrance from those of people further south. Importantly, for my work in crime fiction, theirs is not the kind of memory recognized by the Canadian criminal justice system. The differences in the two approaches are part of what creates dramatic tension in my work. So, I’ll discuss how Inuit memory differs from what we might, as shorthand, think of as Western ideas about memory and how I use it in my work.

    First, I want to share a little history involving another travelling Brit. The year is 1576, and Martin Frobisher is sailing in a wooden ship around the Eastern Arctic Archipelago in what is now Canada to look for the fabled Northwest Passage from Europe through the Americas to the great trading nations of China and India. So far as we know, Frobisher is the first European since the Vikings to sail this far North. The expedition was a failure, though Frobisher didn’t characterize it that way. Inuit captured five of his men, who were never heard from again, and he didn’t find the Northwest Passage. The expedition returned to England carrying a dark rock in which glittered crystals of what he thought was gold but which turned out to be worthless iron pyrite or ‘fool’s gold’. None of this stopped Frobisher from trying again, however. Fuelled by the same combination of greed, lust for adventure, vanity and ambition which drove other European explorers to the Americas around the same time, Frobisher returned to the Arctic and hauled many more tons of dark rock and an Inuit or two back to England. The rock turned out to be as worthless as the first lot, and the Inuit soon died of Western diseases. Disheartened,

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