A LOS QUE ESTUDIAN, EL MERCADO LES AYUDA
Reciclarse o morir. O mejor dicho, transformarse profesionalmente será algo bastante común en un mundo en constante -y rápido- cambio. Ya se viene hablando desde hace tiempo del upskilling -adquirir nuevas competencias a las que ya tiene una persona trabajadora para resultar mejor cualificada- y del reskilling -formase en algo distinto para adaptarse a un nuevo puesto de trabajo, que puede ser en la misma empresa-. La consultora McKinsey y el World Economic Forum estiman que un 40% de los profesionales tendrán que cambiar sus capacidades en los próximos 5 años. Esto viene a traducirse en la necesidad de la formación permanente. Una vida de aprendizaje continuo para estar siempre al día.
Esta tendencia a la formación constante tiene que ver sobre todo con el impacto de la digitalización en las organizaciones y la necesidad de formarse en tecnologías como el big data, la inteligencia artificial, la visualización de datos, la industria conectada o el internet of things, entre otros, según nos cuenta Ramón Gurriarán, director de Postgrado y Executive Education de EOl-Escuela de Organización Industrial: “La ingente cantidad de datos que se producen y la creciente capacidad de procesamiento de éstos hace que las empresas encuentren en estos una fuente para mejorar sus procesos de negocio. A partir de ahí, es necesario que cada vez sea necesaria una mayor cualificación de los profesionales y eso se obtiene con la formación”, cuenta el experto.
Se calcula que el 80% de los jóvenes de entre 20 y 30 años se emplearán en profesiones recién nacidas o que aún no se
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