La Estudiante

Por Elaina J. Davidson

El primer aislamiento ha terminado y las clases están por continuar, pero nada es como era.

Leanne piensa que sus estudios se volvieron anticuados para un mundo completamente cambiado, y decide hacer algo para ayudar a otros en cambio. Su amigo Alex tiene una aeronave y está súper decidido cuando ella sugiere ser voluntarios en Marruecos, y los llevará volando allí. 

Pronto, el cielo arriba y las arenas del Sahara debajo contarán su cuento.

• Idioma: Español
• Editorial: Elaina J. Davidson
• Fecha de lanzamiento: 14 nov 2022
• ISBN: 9781667407234

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Capítulo 1

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ONDAS EN LAS dunas doradas cuentan la historia del viento que había golpeado su tienda raída en la noche. Mientras ella trepaba el monolito que la había confrontado cuando la oscuridad cayó, sus huellas estropeaban los patrones perfectos que la naturaleza había creado, pero necesitaba ver que yacía del otro lado, y al diablo con el arte. Su respiración se entrecortaba, en parte por el ascenso, y en parte por la esperanza que todavía alimentaba, una esperanza que tal vez pronto estaría tan marcada como las líneas arremolinadas con las que se tropezó. La expectativa de la decepción hizo que su respiración se atascara repetidamente.

Los remolinos levantaban la fina arena que perturbaba en pequeños torbellinos, pero por lo demás el mundo estaba inmóvil, silencioso... Abandonado.

Cerrando los ojos mientras su línea de visión se nivelaba con la cima de la duna, se abalanzó hacia arriba los últimos dos incrementos que necesitaba, y luego se quedó allí, ojos cerrados.

Si no miraba, nada en su mundo cambiaba. Podía volver a bajar y caminar hacia el otro lado con la monotonía y desesperación a las que gradualmente se había acostumbrado.

Si miraba, o algo diferente esperaba su atención y por lo tanto una decisión, o el mar de arena sería como era ayer y el día antes de ayer. Esto último era la decepción que ella buscaba evitar.

Insostenible. No era una cobarde.

Abrió sus ojos.

Casi se rendía a la angustia total, ya que el mar sin agua se estiraba ante ella, como lo hacía ayer, y anteayer, y luego un destello capturó su atención y la estiró hacia adelante, lejos en la distancia. Allí estaba. La más tenue línea.

Diferencia.

El océano.

Cayó de rodillas, y sollozó de alivio.

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Doce días atrás

SUFICIENTE. Había literalmente tenido suficiente.

Leanne abofeteó su almohada mientras se daba vuelta. Enderezándose, empujó su edredón de rosas al pie de la cama y plantó sus pies en el piso