Airgam Girl
Susana fue una niña muy guapa hasta el día que se le cayó un ojo.
A los ocho años, nueve meses y seis días de existencia, se metió en su cuarto de juegos y ya salió tuerta.
Ni su madre ni Susana se dieron cuenta hasta que Javiera la sentó a la mesa de la cocina para ponerle la coliflor y el huevo frito. La niña no paraba de rascarse ese lado de la cara y mamá le gritó que no frotara tan fuerte, que se iba a quedar sin ojo, estúpida.
Cuando Susana retiró su mano, allí solo había una cuenca vacía. Como si alguien hubiera extraído limpiamente el globo ocular de su estuche de carne.
–¡¿Qué has hecho, desgraciada?!
Y Susana miraba a su madre con el ojo que le quedaba, azul y precioso, si no
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