Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Paraíso de Ilfin
Paraíso de Ilfin
Paraíso de Ilfin
Libro electrónico670 páginas8 horas

Paraíso de Ilfin

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Las almas antiguas se vuelven a despertar al destino cuando las naves espaciales de Ilfin y Glonu se lanzan a través de los espacios. A medida que una bola de fuego crece en el cielo, los maestros ignorantes buscan más esclavos.

Massin es el lugar de reunión para cada presagio de desastre.

En los pantanos debajo de la meseta, Lyra y Damin planean salvar a su civilización y sus familias, pero esto requerirá más que palabras para despertar a la gente de la complacencia. Se necesitan talentos especiales para incitar a la acción, talentos inherentes a las antiguas líneas de sangre de otro mundo.

Habilidades mágicas - los Talentos Ilfin.

Todos deben marchar a través de las vastas llanuras de las tierras altas del este y los mares del oeste para llegar a las poderosas montañas en el sur. Ahí podrán escapar de los fuegos; ahí se esconderán de los amos; ahí existe el aislamiento para comenzar una nueva civilización, libre del pasado, libre de la opresión.

Una multitud marchará hacia el Santuario, el paraíso más allá de las montañas del sur, un antiguo santuario, uno que sobrevivió a todos los impactos de los cielos y de todas las batallas entre los Ilfin y los Glonu de tiempos anteriores.

Un Elemental encontrará el santuario, un Guerrero protegerá a los desposeídos y un Demonio de la Marisma los guiará.

¿Los protegerá el Santuario?

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 oct 2021
ISBN9781547565351
Paraíso de Ilfin

Lee más de Elaina J. Davidson

Relacionado con Paraíso de Ilfin

Libros electrónicos relacionados

Fantasía para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Paraíso de Ilfin

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Paraíso de Ilfin - Elaina J. Davidson

    Un desafío crea nuevos mundos,

    ya sea dentro de ti o para que otros lo perciban.

    Este libro es, por lo tanto, para todos quienes reconocen

    este sentido de aventura en su interior.

    ¡Reconoce tu talento!

    Nota del Autor

    FINALES DE JULIO, 2015. Me encontré con un meme sobre el autor Stephen King, que dice: si escribes 300 palabras al día durante un año, al final de ese año tienes un libro, uno de alrededor de 110.000 palabras.

    Esto me sonó como una buena extensión de libro (amo las historias largas). Yo puedo hacer esto, me dije a mi misma, yo puedo escribir 300 palabras por día.

    Habiendo casi completado el experimento Justine’s Journal de 52 Semanas 500 Palabras, el concepto de episodio fue familiar para mí y la idea de un nuevo desafío se sintió bien. Disfruto esforzarme cuando se trata de escribir.

    Procedí a publicar episodios de 300 palabras casi diariamente en mi blog (Elaina’s Writing World), lo que sea que viniera a la mente. A veces la vida interfería con el proceso de escritura y, por lo tanto,  algunos días se perdían aquí y allá, aunque el desafío siempre se ponía al día, a menudo con más de un episodio combinado. No hubo planificación, sin trama, sin nombres de personajes ni ideas. Fue dirigido completamente por impulso. El primer episodio se inició desde una página en blanco, sin idea de si sería contemporáneo o algo más. Mientras el Pasado en Tercera Persona es mi elección usual para escribir, me encontré escribiendo esto en Presente Primera Persona. Imagínate.

    Inicialmente se desvió hacia la Fantasía pura– parece que la elección particular fue inevitable – y luego se cambió el enfoque a algo más de naturaleza de Ciencia Ficción.

    Mirando el libro terminado ahora, diría que es una combinación de Fantasía y Ciencia Ficción, con un poco del viejo mundo y un añadido de sobrenatural, junto también con una dosis de romance.

    El título del trabajo todo el tiempo fue The King’s Challenge y se mantuvo así hasta que los episodios estuvieron casi listos para recopilar, editar y nombrar. Cuando estuve cerca del final, el título Ilfin of Arc vino a mí; ¡un título más preciso!

    Después de reflexionar un poco sobre el proyecto, decidí que el Pasado en Tercera Persona era, de hecho, más adecuado para la historia en general, ya que permitía una mayor libertad en la descripción, así como la capacidad de insertar el punto de vista de los demás y sus procesos de pensamientos. El manuscrito también sumó algunas palabras extras a lo largo del camino; las 110.000 iniciales se volvieron un poco más, particularmente luego de añadir un Prólogo y un Epílogo.

    ¡Gracias a todos los que compartieron, que tuitearon y seguían volviendo por más! Cualquiera que quiera leer los episodios originales (lo que viene aquí, ha sido alterado para crear un flujo y continuidad, así como para llenar los agujeros inadvertidos de la trama), todavía están disponibles en mi blog. Algunos de ellos ahora me hacen sonrojar, porque hay grandes errores aquí y allá, pero como fueron escritos sobre la marcha, estoy segura que los pasarán de alto.

    Aquí, ahora, ta-da, está el libro terminado después de un año de 300 palabras por día.

    ¡Disfruten!

    Prólogo

    La Galaxia Halfin

    Sistema Solar Sigmore

    MAKARAN: Asentados durante la Época Laran

    Considerado en el presente como antiguo

    Lunas Gemelas, gravedad estándar

    Montañoso, 55% océano

    Civilización residente: Ilfin

    Todos los hombres y mujeres nacen con una habilidad sobrenatural

    No hay otros rasgos distintivos; color de cabello, ojos y piel son aleatorio

    Casa Gobernante: La Makar

    ––––––––

    Makaran es la sede de la Civilización

    Principio de Ilfin

    El Jardín del Palacio Makar

    FENN MORAVIN miró sobre su hombro izquierdo, seguro de que estaba siendo seguido.

    La estrella dorada de rango sobre los hombros de su uniforme sería obvia para observadores lejanos y cercanos, él maldijo en silencio, deseando haber elegido algo menos conspicuo para vestir en esta próxima reunión. Por otro lado, si era atrapado sin uniforme en el Jardín del Palacio, su falta de atuendo formal plantearía preguntas que no podría responder adecuadamente. Observadores o no, se esperaba que el General de Brigada deambulara vestido con su uniforme aquí; con suerte estos observadores asumirían que había ido a ver al rey.

    El pabellón en el centro del estanque de lirios se sumergió en las sombra a medida que él se acercaba. En un momento, rayos de luz blanca lo bañaban en benevolencia y al siguiente se oscureció en columnas de espectros tenebrosos. Esto se debió simplemente a que las nubes cubrían el sol, pero se convirtió en un presagio para el soldado que marchaba rápidamente hacia el pabellón.

    Estaba a punto de traicionar a su rey, y en estos momentos de luz cambiante, le pareció como si su rey fuera consciente  de todas sus acciones y pensamientos.

    El hermano del rey, Lord Lorn Makar, descansaba sobre la banca de piedra bajo el tejado almenado del pabellón, mirándolo acercarse, con su largo cabello oscuro intrincadamente trenzado. Los finos cabellos en la nuca de Moravin se pusieron de punta. Este vigilante en particular era probablemente el hombre más peligroso en Makaran, más que cualquier otro posible testigo de su reunión clandestina. Este hombre estaba a punto de cambiar el destino de su mundo, su civilización y su historia, y lo haría sin una pizca de conciencia.

    El hermano del rey era un traidor también.

    Cuadrando sus hombros, Moravin entró al espacio oscuro. Lord Lorn.

    Siéntate, Fenn. Estamos bastante seguros. Mi hermano está con su nuevo médico. Lorn Makar agitó una mano delgada en el segundo banco de piedra; anillos ornamentados brillaban incluso en esta atmosfera sombría. Pensé que tu hijo se nos uniría.

    Moravin se sentó en el borde, como un soldado preparado para entrar en acción a la menor provocación. El estará aquí, afirmó, mirando hacia su izquierda, hacia la entrada militar en los Jardines.

    Esa entrada fortificada estaba situada en un nivel más bajo, más allá de un patio de reunión; todo lo que vio desde su posición fue la pretenciosa valla de hierro con una multitud de rosas trepadoras que casi la oscurecían. Él prefería la simplicidad, pero tenía que admitir que las espinas ahora escondidas en el denso follaje acobardarían a un intruso incauto. Los Jardines albergaban muchas defensas, la mayoría no tan obvias a primera vista.

    ¿Hay esperanza para una mejoría en la salud del rey? preguntó, un revoloteo de terror le hizo cosquillas en el estómago. Toda su estrategia se basaba en la enfermedad del rey.

    Lorn Makar le envió una azul mirada de parpados grandes. Si hubiera tal esperanza, ahora no nos reuniríamos. Levantó la vista. Ah, aquí viene nuestro santo sacerdote.

    Cuidadoso de mantener su expresión educada, Moravin envió una mirada rápida detrás de él. El Ultimo de la Fe, Holi Ker, recorrió el mismo camino a través de los arbustos que Moravin había franqueado hace unos momentos, pero estaba, en toda apariencia, mucho menos preocupado. Holi Ker deambulaba casualmente, sus manos entrelazadas, en una actitud de piedad. Moravin resopló. El hombre era un absoluto hipócrita.

    Saludos, dijo Ker en un tono suave cuando se unió a la pequeña reunión, dedicándole una pequeña sonrisa a cada uno.

    Lorn se enderezó. Déjanos llegar a eso. Puedes informar a tu hijo después, Fenn; no podemos esperar más.

    Moravin inclinó su cabeza cuando Holi Ker se sentó decorosamente a su lado, moviendo su túnica escarlata en pliegues de susurros de seda. La sibilancia hizo que los dientes de Moravin se apretaran. Estos hombres deberían poseer un plan férreo para derrocar al rey de Makaran o él los mataría. No confiaba en los dos hombres, entendiendo en la misma introspección, además, que lo matarían sin pensarlo un segundo; no había lealtad entre los traidores.

    Por las estrellas, Fenn, ¿te puedes calmar? Gruñó Holi Ker con su voz justa. No hay ventanas del Palacio sobre el Pabellón y esta región del Jardín es rara vez frecuentada. La gente es muy consciente de que los militares están cerca y por esto se mantienen alejados.

    Poniendo sus manos sobre sus rodillas, Moravin dijo, Caballeros, ¿cuál es su plan? Les daré mi juramento, si es que creo que esto funcionará, porque Makaran está en una encrucijada con el tiempo y necesitamos el ímpetu de un cambio total para entrar al futuro con fuerza. Fallamos ahí, en los espacios, debido a que cada batalla es lo mismo, así como lo es, cada próxima expectativa del rey Linus. Necesitamos algo nuevo, algo fuerte y algo inexpugnable para cambiar la forma en que somos considerados por nuestros enemigos. ¿Tienen algo así?

    Lord Lorn Makar sonrió y esto fue una fría mueca de intención Tenemos algo así, Brigadier. Asesinaremos a nuestro rey y mi hijo tomará su lugar.

    Moravin no movió ni un músculo. Finalmente entendió la extraña ‘enfermedad’ de Linus Makar, a la que ningún sanador en este mundo u otro había encontrado una cura. La sospecha ahora era un hecho. Lo que más le asombró, sin embargo, fue la indulgencia de Lorn Makar para cederle el puesto a su hijo Brant.

    Suspirando con impaciencia, Holi Ker se inclinó hacia él. "Fenn, ahora es el momento de dejar al soldado de lado. Escucha ahora. Tenemos la línea de sucesión en su lugar; tenemos los medios para terminar con el mando de nuestro actual rey, y tenemos la fe detrás de cada acción. Todo lo que necesitamos para ver esto hecho, es el poder del ejército y es ahí donde tú y  tu hijo se vuelven importantes."

    Lentamente Moravin inclinó su cabeza. Ya lo veo. ¿Qué hay del heredero declarado? El hijo de Linus, Enris, él tiene el derecho al trono.

    Una pequeña risa estalló en Lorn. La frialdad en ésta puso al filo los dientes de Moravin. Enris está muerto, Fenn, ya sea si está enterrado o aun respirando. ¿Ese mundo retrasado en el que se desvaneció? Pronto también estará muerto. Los Glonu se movilizan para conquistarlo y los perseguiremos en el instante que ellos salgan a los cielos.

    Moravin miró a los dos hombres por turno. Un Sacerdote y un Alquimista pedían por el poder del ejército; ahora, se mencionaba un mundo lejano.

    Significaba guerra.

    Disfrutó la guerra. Prosperó en batalla.

    Acercándose más, el Brigadier murmuro, Cuéntame más.

    Parte I

    LYRA PARSE

    ––––––––

    La Galaxia Gilmiaes

    Sistema Solar FGS/423AZ

    MASSIN: asentados hace 22 000 años

    Estado de civilización adquirido 8 500 años después

    Una luna, Gravedad estándar

    Montañoso, 70% océano

    Ha sido invadido 7 veces

    El conocimiento de las invasiones se perdió

    No se tiene conocimiento de asentamientos restantes

    Gobernanza: Familias Nobles

    Capítulo 1

    La luz es Creación

    Creencia de Ilfin

    ––––––––

    Massin

    Ciudad de Normur

    LA EXTENSIÓN DE LUCES DE NORMUR removió a las estrellas de una vista clara y su ausencia en el domo de la noche entristeció a Lyra.

    De pie frente a la ventana que daba a una multitud de luces ámbar, ella anhelaba el campo, con sus lentejuelas plateadas y espirales cósmicas. Allá en el silencio, ella podía conocerse a sí misma; acá ella se sintió abandonada.

    El deber la convocó a esta muchedumbre. En algún lugar allá afuera, entre los muchos que encendían lámparas y linternas contra la oscuridad, ella encontraría a Damin. Él llegó a este lugar para perderse a sí mismo deliberadamente, pero el tiempo para este tipo de egoísmo ya había pasado. Damin necesitaba irse a casa, como ella necesitaba regresar ahí.

    Juntos, ellos querían convencer a sus familias y amigos y la comunidad en general a abandonar sus hogares, ya que no podía hacerlo sola. Ellos no la escucharon, porque desconfiaban de ella, pero al menos se reunirían para escuchar las palabras de Damin y ella podía hablar a través de él. Su problema ahora estaba en intentar convencerlo a él de sus palabras cuando lo encontrara.

    A la luz de las estrellas, espero que nuestros seres queridos escuchen. Nuestro tiempo es corto. Pronto incluso el escape será demasiado tarde. Pronto cada estrella que juramos será ocluida.

    Al oír el crujido de la puerta al abrirse detrás de ella, Lyra se volteó. El miedo inicial cedió rápidamente al alivio. Su comida había llevado.

    Caminando hacia adelante sobre una alfombra raída, buscó su cartera en su bolsillo interior. Sus enérgicas acciones asustaron al chico que entregaba la comida, porque este retrocedió rápidamente, con sus ojos marrones cada vez más grandes.

    Su madre siempre le advirtió que debía controlar sus movimientos, porque tendía a alarmar a la gente con su personalidad directa. ¡Demasiado como un hombre, Lyra, usa más tu feminidad! Ya piensan que eres extraña; no les des más razones para que susurren sobre ti a tus espaldas.

    Disminuyendo sus movimientos, Lyra sonrió al chico mientras le entregaba la moneda requerida, con una extra para él. El chico tragó saliva, asintió, y rápidamente se esfumó.

    Sacudiendo su cabeza y metiéndose el cabello oscuro detrás de las orejas, ella se sentó en la pequeña mesa de madera colocada en la esquina, recortando la mecha de la linterna para darle más brillo.

    Patatas cubiertas en especias, con una tajada de venado. A Damin le encantaría.

    ¿Cómo lo encontraría entre tanta gente? Aquí ella no solo estaba abandonada, sino también perdida.

    ––––––––

    Después de pasar la noche, inquieta, sobre una cama dura y soportando horas oscuras marcada con demasiados ruidos extraños, Lyra se levantó con la primera luz del amanecer. Estaba nublado, pero una campesina sabía cuándo llegaba el nuevo día.

    Volviendo a abrir las persianas que cerró contra la luz intrusiva de la ciudad por la noche, contempló un paisaje lúgubre. Se le ocurrió que los resplandores contra la oscuridad prestaban belleza a la ciudad, porque de día era espantosa. Edificios altos de muchos pisos creaban callejones de solo sombra, y la piedra gris y mugrienta poseía poco a modo de apelación. Los tejados estaban incrustados de décadas de mugre, todo color hace mucho fue limpiado por el clima y el tiempo. Humo entretejido desde las chimeneas para ahogar el oxígeno del aire.

    La extensión era incluso más grande  de lo que las luces le hacían creer. Un laberinto de callejones y calles se extendía frente a ella, y nunca había visto tantos edificios juntos en un solo espacio. ¿Cómo pudo tanta gente comer diariamente?

    Sería difícil encontrar a Damin en la cloaca de la humanidad, pero ella al menos tenía una pista sobre su potencial paradero.

    La posada que eligió para pasar la noche le fue recomendada por un viajero que encontró en la carretera hace cuatro días atrás. Gracias a las estrellas, porque al mirar hacia abajo se dio cuenta cuan problemático podría haber sido tomar decisiones informadas aquí. ¿Qué entendía ella acerca de las ciudades? ¿Dónde estaba segura y cuales áreas necesitaba evitar?

    El viajero que conoció era local de Normur, iba camino a Alarn, en el este, y estaba familiarizado con lo mejor y lo peor de la ciudad. Él le dijo que comenzara la búsqueda de alguien perdido en la región inferior. Aparentemente, todos los recién llegados aterrizaban aquí, debido a que el alquiler era barato, mientras un extraño esperaba alguna clase de empleo.

    Como llegar a la parte inferior, sin embargo, era otra cuestión. Si bien ella era consciente que estaba al pie de los acantilados que marcaban el fin de la meseta, como descender seguía siendo un misterio.

    Hoy necesita hablar con la gente o llegaría, exactamente, a ninguna parte. Esperaba no asustarlos antes de que alguien estuviera preparado para hablar con ella, porque necesitaba un guía.

    La mayoría de la gente desconfiaba de una chica con personalidad, pero les aterrorizaba una de un ojo azul y uno verde.

    ––––––––

    El chico que le había entregado la comida se sentó en el escalón exterior, empapándose del calor de un nuevo día, cuando Lyra dejó la posada.

    Él le sonrió, lo que fue un cambio notable de su reacción anterior. Viendo que su coraje se renovaba, le preguntó si sabía cómo llegar e ingresar a la ciudad inferior.

    Después de mirar primero un ojo y luego el otro, él preguntó, ¿Por qué quieres ir ahí? La gente es asesinada allí. Luego miró la bolsa colgada desde los hombros, cargada hacia adelante contra su estómago.

    El viajero le sugirió que lo hiciera así. Más seguro, él dijo. ¿Una mujer sola? Los carteristas podrían limpiarte por la espalda. Era un equipo decente, de cuero de calidad y cierres brillantes. Su hermano menor lo hizo para ella y sugirió que lo usara. Resistente a la intemperie, dijo, y lo suficientemente fuerte como para hacer frente a cualquier viaje.

    Ella aún estaba sorprendida por esa declaración de adulto; era como si Horin hubiera visto más de la vida que ella, cuando él nunca se había aventurado más allá de los límites de su comunidad.

    Claramente, este pilluelo de ciudad se dio cuenta que su bolsa poseía valor y, obviamente, ahora preguntaba por qué necesitaba entrar a la ciudad inferior. En su mente ella tenía una moneda; por qué dejar la posada a no ser que fuera para tomar sus viajes otra vez, lo que seguramente no podría tener nada que ver con lo que esperaba al pie de la meseta.

    Estoy buscando a alguien, le dijo Lyra.

    El chico asintió como si fuera el sabio más grande de la vida Puedo llevarte, dijo. Una plata para mis problemas.

    La frase sonaba como algo que él escuchó que alguien más usaba, porque era demasiado  maduro. Lyra le sonrió, le gustaba. Él le recordaba a Horin. Dos Bronce, uno ahora y otro cuando lleguemos.

    Entornó los ojos contra la luz gris, debatiéndolo. Bien, murmuró finalmente y tendió su mano.

    Suprimiendo una risa, ella encontró un bronce y se lo tendió. ¿Cuál es tu nombre?

    Attis, murmuró mientras se ponía de pie para estirarse y bostezar.

    Estaba desaliñado en el sentido de que su ropa necesitaba remendarse, pero estaba limpio y bien alimentado. Trabajar en una posada tenía sus ventajas, claramente. Quizás él era el hijo del dueño. El cabello rojizo desordenado era una maraña de enredos que ella deseaba poner en orden, como lo hacía con Horin, y los ojos marrones estaban llenos de malicia.

    Vamos dijo él y caminó en la calle adoquinada.

    Lyra lo siguió.

    Las calles de Normur reclamaban sus pies.

    Capítulo 2

    Atacar siempre desde terreno elevado

    Manual de Guerra Glonu

    ––––––––

    LAS CALLES SE HUNDÍAN cuesta abajo desde la carretera que Lyra usó para ingresar a Normur.

    Donde ellos vivían como civilización era una meseta, y Normur se posó al final de este terreno elevado. La mayor parte de la ciudad estaba agazapada, a salvo de las tierras bajas, pero la expansión del tiempo y la gente había superado lo que fue históricamente decretado como límites de la ciudad. Normur descendió a las marismas de las tierras bajas.

    Su primera visión de las luces en la noche había revelado simplemente la ciudad superior. El verdadero tamaño de Normur, como un combinado superior e inferior, fue descubierto a medida que descendían por caminos sinuosos. El esfuerzo que debió haber tomado tallar este camino en los acantilados la sorprendió. Se preguntó cómo los primeros residentes inferiores escalaban las alturas. ¿Cuántos murieron antes de que se hiciera un camino?

    Attis no pareció sorprendido o molesto por la ruta. Era un niño de ciudad, y poco lo sorprendía.

    Ella le preguntó en un momento si oía noticias de otras ciudades, de un desastre inminente, y él simplemente se encogió de hombros, alegando que todas las ciudades cuentan la misma historia. Algo siempre estaba yendo mal en alguna parte, nada nuevo, lo mismo de siempre.

    Sería difícil convencer a alguien que el desastre estaba a la vista, comprendió. Nadie se preocupaba si vivían o morían; la vida y la muerte eran una realidad diaria. Definitivamente necesitaba a Damin para ayudarla, por lo menos, a salvar a sus seres queridos en casa.

    Una curiosa falta de organización acerca de lo que quedaba atrás fue evidente, como si la ciudad creciera acorde a las necesidades, no por planificación. Sin duda esta era la forma de hacerlo, aunque llamar a esta región inferior ‘ciudad’ sería confundirla. La parte inferior era más un asentamiento extenso. No había edificios altos, marismas y senderos se tejían a través de asuntos de madera con ventanas y tejados que emulaban casas, mientras nubes de insectos acusaban cada espacio habitable.

    ¿A quién estas buscando?, preguntó Attis.

    Era ágil y saltó las curvas repentinas en el camino para aterrizar en las secciones inferiores y Lyra, por lo tanto, casi corría para seguirle el paso.

    Sin aliento, ella respondió, Damin Mur.

    Nunca oí hablar de él, el chico se encogió de hombros despectivamente. ¿Por qué está aquí él? Normur es el final del camino. No hay otro lugar para ir a partir aquí.

    Al menos que regreses, Lyra murmuró, pero él no la escuchó. Más alto, dijo, El buscaba aprender un oficio.

    ¿Aquí? Attis era claramente incrédulo. Tú no vienes a aprender cosas aquí. Tú vienes sabiendo cosas y esperando hacer una fortuna.

    Su declaración la llenó de ansiedad. Si el chico tenía razón, seguramente Damin se habría dado cuenta rápidamente del estado del asunto; ¿por qué él se quedaba si no había nada en Normur para él? Prometió volver cuando estuviera calificado.

    Eso fue hace cinco años.

    Attis se detuvo en el camino para mirarla Tal vez está muerto.

    Ella se dio cuenta que el muchacho intentaba prepararla, ya que la muerte tenía que ser algo familiar para un habitante de la ciudad, particularmente de Normur. Sus palabras, ofrecidas en silencio y con compasión, llenaron a Lyra de rabia, a pesar, de entender el punto del chico.

    Su madre le dijo algo similar cuando se fue de casa, también tratando de prepararla para lo peor, pero se negó a creer que Damin se hubiera ido para siempre. Él no podía estar muerto. Ella sabría si fuera así. Mientras tragaba su ira, se preguntó si lo sabría. Tal vez Damin había cambiado tanto aquí, que la conexión que ello alguna vez tuvieron, ya no existía.

    Si él está muerto, necesito confirmarlo, le dijo al niño, e incluso sus oídos percibieron cuán difícil era decir esas palabras.

    Attis hizo una mueca, pero asintió y se volvió, para tomar el camino de nuevo. Sobre su huesudo hombro lanzó, Te llevaré primero a la Casa Muerta. Ellos mantienen registros allí. Si su nombre no está en la lista... Se encogió de hombros y se sacudió su cabello rojizo como si se avergonzara.

    La acción causó que Lyra sonriera. Él era solo un niño y no merecía su enojo. ¿Los registros son precisos?

    Su gesto de respuesta fue afirmativo.

    Franquearon más caminos sinuosos, hasta que el suelo se niveló en una serie de sendas de madera que cruzaban la húmeda llanura.

    Esto fue de hecho la marisma. En días pasados, muchos se perdieron en los pantanos, y por esto el territorio habitable fue decretado como finalizado donde la meseta terminaba. Parecía, sin embargo, que cuando demasiados buscaban su fortuna en el mismo lugar, las leyes de la tierra y la lógica ya no se aplicaban.

    Poniendo sus pies cuidadosamente sobre las tablas podridas, Lyra se preguntó que sucedió durante la estación de lluvias. ¿Seguramente la ciudad inferior se inundó? Las islas que emergían de la creciente humedad estaban atestadas con edificios y cada uno parecía espectacularmente inseguro. Atestados de personas. Había una clara sensación de desesperación en el lugar.

    Attis giró rápidamente a su izquierda para seguir otro camino a través de la marisma.

    Delante, un edificio de piedra se alzaba, el único en medio de una marisma de madera.

    ––––––––

    Sin duda, la piedra de la que se construyó la Casa Muerta estaba destinada a mantener el olor contenido.

    Los cuerpos en un ambiente húmedo no se mantenían íntegros por mucho tiempo y la madera retuvo el olor a descomposición mucho después que los cuerpos se movieron. Esas piedras, sin embargo, estaban saturadas con el deterioro de los años y Lyra se ahogaba repetidamente a medida que se acercaban a la entrada.

    Attis la miró. La Casa Muerta es el único edificio que sobrevive al agua todo el tiempo.

    Ella no podía entender el por qué. La isla en la que se ubicaba, era húmeda y baja. Sentía como si todo simplemente se hundiera bajo la superficie sin aviso. Tal vez los cimientos se sentaron en tierra más sólida.

    Ingresaron juntos, y Lyra agradeció a las estrellas que no había cuerpos. Lo que había, era un anciano sin cabello en su cabeza, inclinado sobre un libro, en la penumbra, garabateando afanosamente. Manchas de la edad adornaban sus manos arrugadas y las pecas se arrastraban por su cuero cabelludo.

    Sin levantar la vista, él dijo, Lleva el cuerpo de vuelta.

    Lyra aclaró su garganta. Deseo darle una mirada a su lista.

    El hombre bajo su lápiz grueso. Las listas son privadas, gruñó, mirando hacia arriba. Tú quieres ver, vas a.... Se detuvo allí cuando notó sus ojos. ¿Y quién eres tú? preguntó más calmado.

    Mi nombre es Lyra Parse y yo...

    La interrumpió. ¿De dónde eres?

    He venido desde Grenmassin para encontrar a alguien.

    Grenmassin, ¿la comuna agrícola? Estas fuera de tu alcance aquí, niña. El anciano comenzó a ojear páginas, mirando abajo. Sin embargo, cuando preguntan un ojo azul y uno verde, es nuestra tarea revelarlo. ¿Es por esto que alguien te envió, no?, ¿A quién estas buscando?

    Sus palabras asombraron a Lyra, pero escogió estudiarlas más tarde. Necesitaba revelar lo que él sabía. Se llama Damin Mur.

    Una mano retorcida se elevó para arañar una cabeza sin cabello. Él no está en mi libro.

    Su aliento casi deja su cuerpo eternamente. Porque ¿tú sabes que él está vivo?

    El viejo asintió. Se puso de pie lenta y cuidadosamente, consciente de su envejecido cuerpo, y dejó su libro, moviendo un vestido raído alrededor de su delgado marco. Ella tenía la sensación de que apartarse de su libro era un evento inusual para él, ya que le dio al tomo una buena mirada mientras rodeaba su cicatrizada mesa para aproximarse, como si le preocupara que desapareciera repentinamente en el éter, mientras no estuviera bajo su mirada y su mano.

    Niña, le dijo, No busco saber quién eres, pero debo advertirte. Mucha gente es cautelosa de los dos ojos y se mantendrán al margen de ti, incluso algunos te ayudarán. Más buscarán matarte, por miedo, es mejor hacerlo de esta forma. Mientras algunos son conscientes de tus dones, te lo digo, si insistes en adentrarte más en la marisma, esconde tu rostro.

    ¿Dones?

    Su aliento era agrio, y le revolvió el estómago, pero como él estaba siendo amable en lugar de crítico, no permitió que su disgusto interior se notara. Te escucho y gracias, pero debo encontrar a Damin. ¿Qué sabes de él?

    Attis, ella se dio cuenta, permaneció en la puerta como si la protegiera de oyentes. El chico, si eso era lo que estaba haciendo, era sabio, más allá de sus años.

    Damin Mur, tiene un precio por su cabeza, niña. Allá arriba... El anciano hizo un gesto en dirección a la ciudad superior. ... lo llaman el Demonio de la Marisma.

    Cuando Attis jadeó, ella entendió que la noticia no era buena. El chico no conocía a Damin Mur por su nombre, pero si conocía al Demonio de la Marisma."

    ¿Qué significa eso? preguntó, tragando saliva.

    Damin es el líder clandestino, un revolucionario que aviva a otros a revelarse contra las autoridades. La marisma lo oculta, porque muchos están de acuerdo en que Normur necesita un cambio. Si tú entras preguntando por él, perderás la cabeza. ¿Por qué lo buscas?

    Ella sintió la necesidad de sentarse. Ninguna fuerza permaneció en sus piernas. Él es mi prometido.

    El viejo la miró. Damin Mur le ha dado la espalda a todos los asuntos relacionados con tú Grenmassin. Lo mejor para ti sería abandonar este lugar. Hoy mismo.

    Ella no podía irse; esto no era solamente por su futuro. Y si Damin le había dado la espalda, quería leer esa verdad en sus ojos.

    El día era cálido a pesar de la penumbra, aunque la humedad que subía del pantano creaba una sensación de humedad pegajosa.

    A pesar del calor, Lyra buscó en su bolsa su capa, para arrojársela sobre su oscuro vestido de viaje, aunque vestido era inexacto. La túnica se dividía en el frente para permitir pantalones. La capa era para ocultar su rostro, como se lo sugirieron.

    ¿Por qué la gente desconfiaba de ojos diferentes? Ella nació de esa manera; no había nada especial acerca de ella.

    Ciertamente nadie necesita temerme. ¿Qué quería decir el anciano cuando hablaba de dones? ¿Lo ve como lo dijo su Madre?

    Era verdad, incluso de vuelta en el somnoliento Grenmassin, la gente cruzaba al otro lado de la calle si la notaban acercarse. Esa cautela y miedo era la razón por la que no habían escuchado sus advertencias hasta ahora. Era injusto, porque no había pedido que sus ojos tuvieran diferentes colores, y sin embargo no podía alterar la mentalidad de las personas que había conocido toda su vida. Extraños, por lo tanto, serían mucho más difíciles de convencer.

    Tomando aliento, le preguntó a Attis si él la llevaría más lejos. Él la había traído hasta la ciudad inferior y, por lo tanto, su trato estaba cumplido.

    Le tomó una eternidad responder. Primero la miró por un largo tiempo, sin pestañear, y entonces estudió al anciano una vez más detrás de su importante libro. Ella no sabía lo que Attis percibía del anciano, por que mantenía su enfoque en el niño, necesitaba hacerle entender que él podía confiar en ella. Ella tenía la clara impresión de que Attis sabía algo adicional acerca de la situación del Demonio de la Marisma.

    Eventualmente Attis sacudió afirmativamente su cabeza.

    Deseó de inmediato preguntarle por qué lo haría, dado los peligros, pero él la tomó de la mano y la llevo hacia el oscuro día. Ella envió un rápido saludo al anciano y se fue con Attis. El viejo no respondió.

    Después de llevarla rápidamente a través de los pasillos que franquearon antes, se detuvo en una encrucijada de madera y soltó su mano.

    Quiero ver al Demonio de la Marisma. Susurró.

    Inmediatamente Lyra se preguntó si ahora podría confiar en Attis. Quizás el llevaría noticias sobre la localización de Damin de vuelta a las autoridades en la Normur superior. Quizás esto fue una mala idea.

    Lyra, dijo Juro por la vida de mi hermana menor, que no le diré a nadie.

    Las palabras del chico la hicieron temblar, porque se hizo más claro que algo más estaba obrando aquí.

    Capítulo 3

    El descontento se engendra en tierras húmedas

    Creencia de Ilfin

    ––––––––

    MÁS ADENTRO, el suelo firme aumentó.

    En algunas áreas, los pasillos de madera se rindieron a los caminos de grava. También hubo más hogares, algunos de esos asuntos de madera desvencijados alcanzaron los tres pisos. Se tambaleaban alarmantemente y Lyra se apresuró a pasar. Attis no parecía molesto en absoluto.

    La gente estaba simplemente en todas partes. El ruido era sorprendente para alguien acostumbrado al silencio de la naturaleza. Todos necesitaban gritar, ya sea saludando a otro, convocando a un niño o compartiendo un jugoso fragmento de un chisme. Por las estrellas. Sin embargo, nadie parecía escuchar u oír, y por lo tanto, el nivel del sonido aumentaba cada vez más.

    Heces eran arrojadas a la marisma. Los olores comenzaban a alterar la mente, y Lyra estaba más que agradecida de su capucha; nadie podía leer el disgusto en su cara.

    El mayor número de gente se congregaba, aparentemente, sobre un afloramiento rocoso. Situado bastante adentro, también era la única parte de la ciudad inferior que sobrevivió a la inundación anual, según Attis. Esto, y la Casa Muerta.

    Cuando se acercaron, los pasillos se convirtieron en una serie de escalones.

    En el momento en que pisaron terreno llano, un hombre atrapó a Attis en silencio, mientras que otro agarró a Lyra por atrás. Attis pateó y se agitó violentamente, pero el hombre grande, desaliñado, lo levantó y se lo llevó cargado sobre su hombro carnoso. Lyra gritó, pero una mano se cerró sobre su boca y fue rápidamente forzada a caminar hacia adelante.

    Gritos de insulto les llegaban desde todos lados del camino rocoso. Definitivamente no eran bienvenidos. Este afloramiento era innegablemente vigilante ante los extraños.

    Después de una eternidad de movimientos descontrolados, el captor empujó a Lyra dentro de un edificio de dos pisos; una mezcla de madera, barro y vidrios rotos. Attis fue arrojado a través de la puerta, después de ella. Se derrumbaron juntos en el piso sucio. Lyra notó sangre seca bajo sus manos y se estremeció.

    ¿Fue aquí donde ellos mataban y torturaban gente?

    La penumbra interior impidió un examen más profundo y tal vez fue lo mejor. Olía fatal también.

    Quítenle la capucha, ordenó una voz desde más atrás, en la penumbra.

    Alguien sacó la cara de Lyra desde su escondite y su torturador le sostuvo la cabeza bruscamente, en lo alto, desde su oscuro cabello.

    Un siseo sonó. "¿Lyra?"

    Un hombre emergió desde las sombras para agacharse ante ella. Gesticuló y el patán detrás de ella le soltó el cabello.

    Lyra, ¿qué estás haciendo aquí?

    Presionándose, para incorporarse en sus rodillas, ella lo miró. Damin, me alegro de verte. Que inesperado; pensé que tardaría más en encontrarte.

    Murmurando en voz baja, él se levantó. Tú y el chico estaban haciendo preguntas sobre mí. Lo siento, pero necesitábamos saber por qué. Su tono era frío.

    Al menos él tenía la sensación de no ofrecer una mano amiga, sin duda sabiendo que probablemente la mordería. ¿Puedo levantarme? Preguntó ella, la furia causaba que su voz temblara.

    Un músculo hizo tictac en su mandíbula, pero él asintió.

    Cuando ella se puso lentamente de pie, lo estudió.

    El cabello de Damin estaba desordenado como siempre, aunque no tan limpio como recordaba. Los ojos azules aún poseían el poder de atravesar grandes distancias, notó. Siempre sentía como si Damin mirara, tanto a través, como a ella. De vuelta en Grenmassin, su vista siempre fue una ventaja en la cacería. Estaba un poco más delgado, y sospechaba que eso era porque el billete aquí era escaso. Estaba más bronceado de lo que ella había visto en él en casa, y vestía colores del bosque, lo que lo ayudaría cuando se moviera furtivamente a través de la marisma. Él aparentaba ser sigiloso, este Damin era alguien a quien Lyra no conocía. Ella apartó la mirada, antes de querer golpearlo. Estaba tan enojada. Attis, murmuró, ven aquí.

    El chico se escabulló inmediatamente a su lado, sus ojos marrones, grandes como monedas de oro. Él se aferró a su capa y ella lo sostuvo. El chico no merece tal trato.

    Desafortunadamente él sabe demasiado ahora.

    Attis tragó saliva y se estremeció con miedo.

    Si lo tocas, te juró que te mataré, advirtió.

    Se hizo un largo silencio antes que Damin gesticulara para que los dos hombres que los trajeron se fueran. Esperó a que se fueran antes de decir, "Si me vuelves a hablar de esta manera nuevamente, ellos te matarán. Cuida tus palabras en esta cloaca, Lyra."

    Jadeando, ella lo miró. ¡Haré lo que me parezca mejor!

    ¡Entonces alguien te cortará la garganta!

    En esto, escuchó el temor por ella, y por esto, ella se retiró. Hasta que entendiera la dinámica del lugar, se preocuparía por sus palabras. Esperaba que su paciencia se aferrara a esto.

    El chico no recibirá daño, continuó Damin después de un tiempo, pero no se puede ir de aquí.

    ¡Esto no es bueno! ¿Qué estás haciendo, por las estrellas? ¿Dónde está el Damin que conocí en casa? Bueno, fue mucho medir sus palabras.

    Él se inclinó, sus mejillas enrojecidas por la furia interna. ¡Ten cuidado! Maldita sea, no quiero sacarte fuera del tojo.

    Lyra contuvo el aliento, verificó su respuesta instantánea al desafío, que usualmente implicaba decir algo de lo que se lamentaría después. En su lugar, asintió. Bien.

    Algo grande viene. Tú lo sabes, por eso viniste a buscarme. Debemos ser prudentes, Lyra.

    Definitivamente estaba ocurriendo algo de lo que ella no estaba al tanto, pero ahora no era el momento de lidiar con esto. Ignorando, por lo tanto, la declaración de Damin, Lyra abordó lo que sucedía con Attis. El chico no merecía estar en esta situación.

    Déjalo ir, Damin. Yo respondo por él, y además, estará demasiado asustado para decir algo. Por favor, déjalo ir.

    ¡Puedo ser tu intermediario! Attis dijo repentinamente. Soltó su agarre de la capa de Lyra, para pararse frente a Damin. Señor, Señor Demonio, ¡lo juro, queremos que cambie las cosas! Puedo escuchar cosas allá arriba y luego bajar y decírselas, y no se lo diré a nadie más.

    Damin miró hacia abajo, hacia el niño, antes de levantar su mirada hacia Lyra. ¿Cuánto tiempo hace que lo conoces?

    Desde anoche, respondió, con la esperanza floreciendo dentro de ella. Ya confío en él, y tú lo harás si le das una oportunidad. Damin, él tiene una hermanita a la que cuida.

    Damin parpadeó. Él también tenía una hermanita a la que debía cuidar. Siri le dio a Lyra todos sus ahorros, para ayudarla a gestionar el viaje a Normur, de hecho. Ella extrañaba a su hermano.

    Sabes que Siri esperaría esto de ti.

    Sus mejillas se tensaron y luego asintió hacia el chico. Bien, será como tú dices. Alguien te estará vigilando. Te sugiero que mantengas tu palabra.

    Attis saltó en su lugar, lleno de alegría. Su impulsiva aventura ahora lo había compensado con un estatus. Había llegado ante el infame Demonio de la Marisma y vivió para contar la historia.

    Sacudiendo su cabeza, Lyra esperaba que el chico estuviera bien. Rezó para que no le hablara a la persona equivocada sobre su aventura. Attis, vuelve con tu hermana ahora, dijo y le entregó su segundo cobre. Inclinándose, le susurró, Ve ahora, rápidamente.

    Sus ojos se agrandaron otra vez y bajó su cabeza. Él no era estúpido; sabía que su vida permanecía en liquidación. Tomando la moneda, salió corriendo.

    ¡Déjenlo ir! Gritó Damin, en favor de los hombres afuera.

    Lyra casi se derrumbó aliviada.

    Damin la atravesó con esa intenta mirada azul que poseía. Este no es un lugar para una dama.

    Bueno, otra cosa. Por las estrellas, tengo la intención de averiguar exactamente qué está pasando aquí.

    Capítulo 4

    Secretos y túneles debe haber

    Políticas Glonu

    ––––––––

    LA SEGUNDA NOCHE DE LYRA en Normur no fue tan confortable como la primera.

    La habitación que se le asignó tenía huecos en el entablado, que permitía que el aire frío nocturno entrara, y esta vez las luces de la ciudad no estaban tan distantes. Ella vio fuego en todos lados, usado para alumbrar, calentar y cocinar, y esto la horrorizó. Una chispa, y la ciudad inferior estaría en llamas.

    Una cama abultada que poseía ropa de cama mohosa. Estremeciéndose de disgusto, dejó su capa sobre ella, pero no pudo dormir de todas formas.

    Mirando a la noche llena de desesperación, ella entendió que la forma de vida allí debía cambiar, si la gente quería sobrevivir con dignidad.

    Vio por qué necesitaban un líder.

    ¿Por qué debía ser Damin, sin embargo?

    Damin le dijo que asegurara la puerta, diciendo que tenía que salir y no podría cuidar de ella. Se preguntó que estaría haciendo y también pensó, por qué, él se mostraba reticente al respecto. Ella ya no conocía a este hombre, uno de cinco años de experiencia adicional, del que no tenía idea. De alguna manera ella tenía que romper el escudo que él puso alrededor de sus emociones. Necesitaba ganarse su confianza.

    Él debe ganarse la mía también.

    No había nada para comer y su estómago se encogía de hambre. Esto también le reveló cuan fácil sería llevar al pueblo a la revolución.

    Sin embargo, había algo más peligroso acercándose. Pensó en salvar a toda la gente de Grenmassin, familia, amigos y todos los demás, pero era cierto que todos pronto se convertirían en esclavos de la desesperación, aquí, allá, en todas partes. Quizás por esto se había quedado Damin, habiéndolo comprendido. Quizás el cambio debía comenzar en Normur, donde muchas voces podían gritar lo suficientemente alto, para que las personas aisladas pudieran escuchar la advertencia.

    Quizás debía escucharlo, antes de juzgar su ausencia continua.

    Cuando el amanecer se acercaba alumbrando el cielo, ella se acostó sobre su capa y se acurrucó con frío y hambrienta. En un estado de sueño, comenzó gradualmente a percatarse de una conmoción, y alguien llamó a su puerta solo unos momentos después. Damin exigía entrar, en un tono ronco. En un instante, abrió para él.

    Él tropezó, cubierto de sangre.

    ¡Cierra! jadeó, cayendo de rodillas.

    Lo hizo rápidamente, a pesar de darle una mano y de su ansiedad interior. Arrodillándose entonces, intentó determinar las heridas de Damin. Cómo las recibió, era irrelevante en este momento. Dime donde estas herido.

    Tomando aire rápidamente, el meneó su cabeza, incapaz de hablar. Eventualmente dijo No es mi sangre. Se levantó con algo de inestabilidad. No podemos quedarnos aquí. Se movió rápidamente a la ventana pequeña, miró hacia abajo. Empaca, Lyra. Nos vamos.

    ¿Qué pasó? exigió.

    Luego. Necesitamos desaparecer ¡Muévete, Lyra! Ya estaría escondido si no hubiera pensado en ti. ¡Muévete!

    Rápidamente ordenó su capa dentro de la bolsa, y se colgó el recipiente en sus hombros. Uniéndose a Damin en la ventana, ella también miró hacia abajo. No había nada a la vista, solo sombras.

    Ellos vienen, susurró. Silencio ahora. Haz lo que yo hago.

    Trepó al alféizar y se escurrió por la abertura sin vidrio para columpiarse en una antigua rejilla unida al edificio. No parecía muy firme, pero Damin bajó de todos modos. Lyra lo siguió con su corazón palpitando violentamente en su garganta, ignorando el sonido de desgarro, mientras su vestido se rasgaba repetidamente en el descenso.

    Ellos se apretaron juntos en las sombras abajo, y escucharon. La noche no estaba completamente en silencio, pero ambos fueron conscientes de pasos cautelosos que se acercaban, a pesar de los gruñidos y ronquidos que impregnaban la noche justo antes del amanecer.

    Damin señaló en la dirección opuesta. Corriendo en cuclillas, desapareció en los árboles de allá. Nuevamente ella lo siguió, su corazón latió en un nuevo y rápido ritmo. Este tipo de peligro no era familiar. Ella prefería enfrentar a los jabalíes salvajes en casa.

    Damin levantó una trampilla cubierta de hojas y entró sigilosamente, haciéndole señas. Ella pensó en ratas, pero entró, en silencio.

    En la oscuridad de abajo, Damin la llevó con urgencia a lo largo de un túnel de escape, como el que uno lee en las historias de aventura, y apestaba a barro de marisma. No había ratas, pero había cosas reptantes. Lyra no podía verlos, pero si oírlos. Gracias a las malditas estrellas que no podía verlos.

    Damin contaba silenciosamente. Abruptamente se detuvo y se lanzó hacia arriba para abrir otra trampilla. Subiendo, se inclinó para sacar a Lyra.

    Nunca el aire libre fue tan bien recibido.

    ¿Tienes monedas?  Nos dirigimos a Normur superior.

    Ella asintió. Attis puede ayudar.

    Mostró una sonrisa. Parece que el chico tiene uso después de todo.

    ––––––––

    El viaje de regreso a la ciudad superior fue una eternidad de correr y esconderse.

    A pesar del sonido de personas que peleaban, reían, hacían el amor y gritaban, sus pasos en los pasillos de madera fueron como truenos en los oídos de Lyra. En todo momento ella esperaba ser interceptada. Peor aún, era la expectativa de un cuchillo en su espalda.

    La urgencia de Damin puso

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1