Aapenas cincuenta kilómetros de Rennes, tomando la carretera N24 que va hacia el este, llegaremos al que sin duda es uno de los lugares más mágicos y misteriosos de toda Europa, el bosque de Brocéliande, también conocido como La forêt de Paimpont. Justo en el corazón mismo de la floresta se yergue la que por mucho tiempo se ha creído que es la tumba del mago más famoso de todos los tiempos. Y no, no nos estamos refiriendo a Harry Potter, sino a Merlín: el vástago del diablo y de una mujer cristiana que decidió renunciar a su oscuro destino para convertirse en un faro de sabiduría de su época, además de actuar como mediador entre la dimensión de los seres feéricos y la nuestra.
LA DAMA DEL LAGO
A medida que nos vamos adentrando en la espesura, el ambiente va cambiando. El sonido del viento entre los árboles centenarios suena como una antigua y extraña canción. Como el Conjuro de la Creación que John Booman quiso incluir tan acertadamente en su obra cinematográfica Excálibur (1981) y que se escribe así: Anál nathrach. Orth´bháis´s bethad. Do chél dénmha. Tres frases en lengua gaélica cuya traducción podría ser: «El aliento del dragón. Encanto de la muerte y de la vida. El destino escrito está». En un recodo del camino asfaltado, discretas aunque bien señalizadas, se levantan dos losas de lo que antaño pudo haber sido un dolmen de tipo «tumba de corredor», datado en torno a unos cuatro mil años antes de Cristo, pero que la tradición popular convirtió en el lugar de descanso eterno del consejero del legendario rey Arturo y sus caballeros de la Tabla Redonda.
Desafortunadamente, aunque el tiempo no consiguió hacer mella en el monumento, la ambición de los ladrones de tumbas –que creían que en su interior se hallaba un tesoro físico en lugar de espiritual– devastaron los megalitos que no pudieron mover, dejando en pie únicamen-te dos pilares de roca maciza que parecen estar besándose el uno al otro. Dos losas que, por caprichos del destino, hoy representan a Merlín y a su amada Viviana, cuya tumba originalmente se encontraba anexa a la del mago pero que también fue víctima de la ignorancia y la avaricia humana.
Cuenta la leyenda que el fabuloso hechicero se enamoró perdidamente de la Dama del Lago –Viviana o Nimué–, la cual, al igual que Morgana, la hermana de Arturo, era discípula suya en las artes mágicas. No obstante, la ninfa, en lugar de entregarle su amor, cuando tuvo la oportunidad, lo encerró en una jaula de piedra –otras versiones afirman que fue en una gruta– de donde
