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Cómo Curar el Dolor de Espalda sin Fármacos: Remedios altamente efectivos para eliminar el dolor de espalda sin tener que recurrir a tratamientos costosos o fármacos
Cómo Curar el Dolor de Espalda sin Fármacos: Remedios altamente efectivos para eliminar el dolor de espalda sin tener que recurrir a tratamientos costosos o fármacos
Cómo Curar el Dolor de Espalda sin Fármacos: Remedios altamente efectivos para eliminar el dolor de espalda sin tener que recurrir a tratamientos costosos o fármacos
Libro electrónico116 páginas1 hora

Cómo Curar el Dolor de Espalda sin Fármacos: Remedios altamente efectivos para eliminar el dolor de espalda sin tener que recurrir a tratamientos costosos o fármacos

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¿Te gustaría librarte por completo del dolor de espalda sin tener que recurrir a medicamentos, cirugías o tratamientos complicados?

 

Años de investigación han revelado cómo el estrés y otros factores psicológicos pueden estar causando el dolor de espalda, y cómo se puede estar libre de dolor utilizando métodos naturales y de bajo costo.

 

En esta aclamada guía para superar el dolor de espalda descubrirás lo siguiente:

- Cómo identificar las causas más comunes del dolor de espalda y cómo identificar con precisión los problemas que están causando el tuyo.

- Una gran cantidad de recetas y métodos naturales de bajo costo y fáciles de seguir para aliviar el dolor de espalda.

- Pequeñas modificaciones a tus hábitos que reducirán drásticamente tus problemas de dolor de espalda.

 

Y mucho más...

IdiomaEspañol
EditorialShaun Davids
Fecha de lanzamiento15 ene 2021
ISBN9781393652953
Cómo Curar el Dolor de Espalda sin Fármacos: Remedios altamente efectivos para eliminar el dolor de espalda sin tener que recurrir a tratamientos costosos o fármacos

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    Cómo Curar el Dolor de Espalda sin Fármacos - Shaun Davids

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    Las causas del dolor de espalda

    El dolor de espalda puede suceder por muchas razones diferentes y sus causas pueden ser tan únicas como lo somos cada uno de nosotros. Conforme crecemos, nuestros huesos también crecen. En nuestras actividades diarias tenemos que movernos de maneras muy distintas, nuestra columna tiene que girar, doblarse, sostenernos, brindarnos apoyo y ayudarnos a levantar cargas pesadas o ligeras. Es muy susceptible a lesiones causadas por impactos, accidentes, una mala postura, estrés y por lesiones de los discos vertebrales, ligamentos y articulaciones.


    Además de todo eso hay problemas degenerativos relacionados con el envejecimiento y una gran variedad de enfermedades que pueden detonar el dolor de espalda.


    Una espalda saludable


    La columna vertebral es el principal soporte físico del cuerpo humano, es lo que nos brinda soporte, fuerza y flexibilidad para movernos, para estar de pie, sentados, acostados o en cualquier posición. La columna es una estructura muy compleja compuesta de varios huesos pequeños, llamados vértebras, separados por unos discos gelatinosos que absorben el impacto del movimiento o las cargas. Los ligamentos y los músculos, llamados tejido blando, que rodean los huesos son los que unen las vértebras y le dan fuerza a los discos y a las articulaciones; incluso podríamos decir que son como unas bisagras entre las vértebras, ya que les permiten moverse sin lesionarse.


    La columna vertebral, además de ser lo que nos sostiene, también sirve para proteger la médula ósea de cualquier tipo de daño. Ésta se encuentra rodeada por las vértebras, ya que estos huesos tienen forma particular que deja un espacio para que pase la médula. Es necesario proteger la médula ósea porque es el conjunto de nervios que luego se dividen y extienden por todo el cuerpo, y son éstos los que nos permiten sentir y recibir y mandar señales al cerebro sobre sensaciones y movimientos. Una lesión en los discos podría llegar a invadir el espacio de la médula y causar mucho dolor por la compresión de los nervios.


    Los 26 huesos vertebrales son fuertes y flexibles, a pesar de ser pequeños, y se pueden mover con facilidad. Para que se puedan estudiar más fácilmente, los médicos han dividido este conjunto de huesos en tres secciones. La zona del cuello es conocida como cervical y abarca las primeras siete vértebras de la columna que conectan con el cráneo. La zona del pecho se le conoce como torácica y consta de las doce vértebras que están a la altura de las costillas y se conectan con ellas. Las vértebras de la espalda baja se conocen como lumbares y son las cinco últimas vértebras antes de llegar a la pelvis.


    En estas tres secciones no se consideran las cinco vértebras fusionadas de la región pélvica, llamada región sacra, que terminan en el coxis, un legado primitivo de lo que sería una cola. Una espina dorsal saludable tiene una forma similar a la de una S, pero más alargada, con la curva, muy leve, en el cuello y en las caderas. La región sacra tiene una curva más pronunciada que le da forma al trasero y nos permite sentarnos cómodamente.


    ¿Dónde se localiza el dolor?


    El dolor es una función natural del cuerpo humano que tiene como propósito alertarnos de un daño físico inmediato. También puede ser una señal de que algo no está funcionando correctamente, como sería el dolor de cabeza o de estómago.

    Todas esas sensaciones llegan al cerebro gracias a los nervios y a la médula espinal dentro de la columna.


    Los problemas de espalda pueden ser muy engañosos porque no siempre se siente el dolor en la espalda. A veces se puede sentir en la entrepierna, en una pierna, en los pies, en el estómago o incluso en el tobillo. Esto se debe a que hay una estimulación de la médula espinal por la lesión en la columna, que podría decirle al cerebro que el dolor pertenece a la zona que se conecta con esos nervios de la médula, como serían los nervios de una pierna o de un pie.


    Donde sea que se sienta el dolor, puede ser desde una pequeña molestia hasta un dolor agonizante, también se puede sentir como si te clavaran agujas o como un cosquilleo, una sensación de adormecimiento, una sensación de calor o mucho ardor. Aun así, el dolor, por lo general, se siente en el centro de la espalda o en la espalda baja.


    Los problemas a largo plazo en la espalda baja, en la zona lumbar, son mucho más comunes que aquellos en las otras zonas de la espalda, pero es muy raro que una lesión en la espalda se manifieste de forma aislada. Es decir que el dolor puede abarcar diferentes partes y la lesión puede perjudicar otras partes de la columna, en especial si no recibe tratamiento. El dolor en cualquier parte de la columna vertebral se puede propagar hacia arriba o hacia abajo.


    El estrés y la tensión


    Los músculos, los ligamentos y las articulaciones se pueden lastimar en una caída, en un accidente, por un movimiento repentino, por tener mucho estrés o por una mala postura y músculos débiles. La mayoría de las lesiones en la espalda no son ocasionadas por una lesión en el hueso, sino que se deben a una lesión en el tejido blando (los ligamentos y los músculos) que rodean la articulación.


    Un movimiento repentino o tener más estrés del que estás acostumbrado, puede lesionar las fibras musculares o estirar demasiado los ligamentos hasta el punto de ser doloroso, ambas partes son las que sostienen y rodean los discos vertebrales que sirven como amortiguamiento entre las vértebras. El dolor crónico durante mucho tiempo no suele ser causado por tensión en los músculos, ya que ese suele curarse en cuestión de semanas. Conforme el cuerpo envejece, se van dando problemas degenerativos en la columna vertebral, pero el estrés y las lesiones pueden acelerar el desgaste del tejido blando por las fuerzas excesivas y constantes que tienen que aguantar.


    Lesiones en los discos intervertebrales


    Los discos intervertebrales proporcionan un amortiguamiento flexible entre cada hueso de la columna vertebral y se encuentran anclados firmemente a las vértebras en su parte superior e inferior.


    Están compuestos de un anillo fibroso que protege y evita que se salga su contenido, el núcleo pulposo. Ellos ayudan a repartir las cargas que soporta la espalda para que no se concentren y dañen a un solo disco. Pueden aplanarse, doblar y girar gracias a su composición como gelatinosa. Es como poner una goma plástica entre dos objetos que, sin ella, estarían chocando y raspando. Cuando uno de estos discos sufre una lesión es cuando se siente un horrible dolor.


    El desgaste natural por el uso y la tensión, combinados con un traumatismo repentino, pueden ocasionar la ruptura de un disco intervertebral, haciendo que el fluido gelatinoso que se encuentra en su interior se derrame hacia afuera, causando una hinchazón muy dolorosa, que incluso podría atravesar un ligamento que haya sido lesionado anteriormente y comprimir los nervios de la médula. Esto es a lo que se refiere el término hernia discal. El dolor repentino y agudo puede inmovilizarte en el momento, pero el derrame del disco que lleva a ese dolor sucede de forma paulatina.

    En estos casos es cuando el disco pierde la habilidad de amortiguar los impactos. También pueden estar degenerados por el uso o una enfermedad, lo que no permitirá un movimiento adecuado de la columna y causará dolor. Un colapso discal es cuando el disco intervertebral está aplastado, lo que significa que no amortigua bien y el movimiento será limitado. La protrusión de disco es similar a la hernia, excepto que no hay un derrame del contenido del disco, aunque igualmente puede causar compresión del nervio y mucho dolor.


    Cuando una persona sufre de una hernia de disco, tienes síntomas como cansancio y un dolor constante, aunque no tan fuerte. A veces se siente después de realizar un esfuerzo, pero se quita después de descansar un momento. Un disco herniado puede impedir que las vértebras se alinean de la forma correcta cuando estás realizando tus actividades diarias. Para evitar

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