La FRIA y dura realidad sobre el HIELO
EXISTE UNA BUENA PROBABILIDAD de que tengas una bolsa de hielo en el congelador. Y cuando sientas dolor de espalda o tengas la rodilla hinchada, lo apliques. Te han dicho que ponerte hielo reduce la inflamación, acelera la sanación y te ayuda a recuperarte de entrenamientos fuertes que acaban con tu cuerpo.
También has visto a los mejores atletas del mundo hacerlo. Hay fotos de LeBron James con las rodillas envueltas en paquetes de hielo y los pies metidos en una cubeta helada, y muchas fotos de Michael Jordan haciendo lo mismo tiempo atrás. Tiger Woods solía hablar de baños de hielo en su regreso al Campeonato de la PGA. El mariscal de campo de los Jefes de Kansas City, Patrick Mahomes, apareció recientemente en un comercial de DirecTV sentado en una tina de hielo.
Piensas que estás haciendo lo correcto, como todos esos profesionales. Pero han pasado más de 50 años desde que el legendario pitcher de los Dodgers de Los Ángeles, Sady Koufax, apareció en una fotografía de Sports Illustrated en 1965 con el brazo izquierdo sumergido en una cubeta de hielo, un momento icónico en los deportes. Desde entonces, ninguna investigación publicada o analizada por otros científicos ha demostrado decisivamente que el hielo sea benéfico para el proceso de sanación. De hecho, muchos estudios han
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