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X de Sodoma: El Mundo Termina por Ti
X de Sodoma: El Mundo Termina por Ti
X de Sodoma: El Mundo Termina por Ti
Libro electrónico337 páginas5 horas

X de Sodoma: El Mundo Termina por Ti

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Información de este libro electrónico

El Imperio de Shaamairo atacó a Somorra sin piedad, matando cientos de terminantes y así destruyendo muchos mundos y sus habitantes. Al mismo tiempo La Unidad de Mundos comenzó a ser atacada por los Serafines; criaturas de esplendor flamígero que atacan a las poblaciones humanas queriendo erradicarlas por completo. Con el universo ante un profundo abismo de penumbra un nuevo tipo de terminante ha nacido; el terminante del universo. ¿Lograrán sobrevivir los humanos y los terminantes ante esta nueva prueba? ¿Habrá un nuevo mañana para los hijos de La Tierra? Sea testigo de la épica conclusión de la duología de X de Sodoma.

IdiomaEspañol
EditorialK.R. Columbus
Fecha de lanzamiento15 jun 2012
ISBN9781476253114
X de Sodoma: El Mundo Termina por Ti
Autor

K.R. Columbus

Born August 4, 1982 in Mayagüez, Puerto Rico, K.R.Columbus [Kemuel Ríos Colón] is a prolific Puerto Rican Science Fiction and Fantasy author, with more than twenty novels, and young adult books sold all around the world. With novels that have reached the top 50 charts in England and Australia. Before becoming a writer, he trained to be a sumo wrestler for four years. Currently lives in Puerto Rico reading good books, drinking coffee, enjoying rare music, and obscure Cinema. To contact the author – antiquarianage@gmail.com

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    X de Sodoma - K.R. Columbus

    X de Sodoma – El Mundo Termina por Ti

    Por Kemuel Ríos Colón

    Copyright 2012 Kemuel Ríos Colón

    Smashwords Edition

    This ebook is licensed for your personal enjoyment only. This ebook may not be re-sold or given away to other people. If you would like to share this book with another person, please purchase an additional copy for each recipient. If you’re reading this book and did not purchase it, or it was not purchased for your use only, then please return to Smashwords.com and purchase your own copy. Thank you for respecting the hard work of this author.

    Este libro está disponible en inglés bajo el titulo -

    Sodom’s X - The World Ends for You by K.R.Columbus.

    Otros libros por Kemuel Ríos Colón

    (Títulos y fechas pueden cambiar en cualquier momento)

    X de Sodoma (Duología)

    1 - Una canción para el Fin

    2 - El Mundo Termina por Ti

    Duología Completa

    Los Tesoros de Shamarkanda (Serie)

    1 - Vagantes a Shamarkanda (verano 2012)

    Aposento del Rey Montañés (Otoño 2012)

    Seremos Como Dioses (Serie)

    1er Testamento - Sueño Vestigial (invierno 2012)

    -Esta lista de música es para aquellos que deseen crear una banda sonora no oficial de la duología para su deleite personal. (Apoyen a los artistas y bandas que les gusten comprando sus álbumes y productos.)

    Anthem of our Diying Day por Story of the Year -Tema de la Duología-

    Let the Flames Begin" por Paramore -Tema de los terminantes-

    Lonely in Gorgeous por Tommy heavenly6 -Tema de la fiesta de Julián-

    Animal Instinc por The Cranberries -Tema de Jonna-

    I'm with You por Avril Lavigne -Tema de Alaias-

    Fiction – (Dreams in Digital) por The Orgy -Tema de Julián-

    Arise por Flyleaf -Tema de Parini-

    We're not Alone por Coldrain -Tema de amor de Deria y Diuro-

    Taking Back Control por Sparta -Tema de Deria-

    In the Shadows por The Rasmus -Tema de Deliah-

    Pale por Within Temptation -Tema de Namay-

    Lying is the Most fun por Panic at the Disco! -Tema de amor de Jonna y Rongo-

    Famous Last Words por My Chemical Romance -Tema de Ícaro-

    If Only por Hoobastank -Tema de Rongo-

    Never Alone por BarlowGirl -Tema de amor de Namay y Deliah-

    Joga por Bjork –Tema de Diuro-

    Por Kemuel Ríos Colón

    -ILUSTRACIONES-

    Capitulo Uno

    -Parábolas para los Quebrantados-

    Hay cosas que nadie puede ver, y dolores que nadie puede sentir, excepto por los que lo sienten. Se los puedes murmurar al viento, o a aquellos que te rodean, esperando una respuesta que nunca vendrá. Estos sólo asienten y se mueven para hacerte ver que conocen tu doler. Pero sólo asienten y susurran en tu favor porque les agradas, sólo siguen el cause para tratar y hacerte sentir mejor, para volver a ver tu sonrisa. La sórdida verdad sobre lidiar con el dolor es que sólo tú lo puedes enfrentar, acompañado pero completamente solo. Sólo tú puedes enfrentar la oscuridad, sólo tú puedes darle cara a las quimeras y bestias que se esconden en l o profundo de la penumbra.

    -¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? Podríamos haber encontrado otra salida.- Preguntó Rongo a la penumbra; en sus manos está el huevo de terminación de Parini.

    Ningún terminante a regresado al alcanzar la forma de huevo alado. La verdad es que a nadie le importa, y estos son dejados a la deriva, perdidos en el espacio luego de que sus planetas son destruidos; flotantes recordatorios de una vida perdida en un juicio final. No importa lo que digan, no importa cuantas veces le dijeron que había perdido su cordura, Rongo decidió quedarse aquel huevo que alguna vez fue Parini.

    En la penumbra Rongo observa el huevo, su corazón palpitando con flamas de quemante añoro, lleno de sentimientos que no puede comprender. Nunca antes había sentido culpa al tener sexo, ahora ya han sido meses desde la última vez que estuvo con alguien. A veces ve a Jonna en la lejanía, lidiando con sus propios problemas, pero éste no se atreve a darle la cara después de lo transcurrido. Rongo sabe que en el momento que Parini destruyó su mundo y fue espiado, algo había pasado entre ellos tres. Aquello fue como si los ojos de Rongo hubieran sido abiertos por Parini y su acto. Sus deseos carnales todavía están ahí, sus necesidades y el llamado a completar el cometido de su religión. Sentir y probar la carne de otro individuo; todo en busca de placer espiritual.

    -Parini…ya no sé que hacer. Me siento distrofiado, me siento roto. Como si tú partir me hubiera fragmentado, ambos a mí como a mis creencias.

    Como tantas veces antes, el huevo sólo le contestó con brillantes luminosidades de color, con toques de colores sobresaturados y un número de sentimientos que no tenían comprensión. ¿Por qué? ¿Cuál es la razón para esta forma? ¿Hay alguna razón para esta metamorfosis? Rongo podía sentir todas estas peguntas dentro de si, pero él sabía que no existían respuestas para ninguna de aquellas. De pie en la penumbra de su cuarto, se mantuvo allí. Las luces coloreando su cara eran los extraños fragméntales de color saturado provenientes del huevo y nada más.

    Él siempre había sido pálido, tan pálido como cualquier otro terminante; todos ellos son pálidos de piel por naturaleza, y por la manera que han sido sus estilos de vida. Tocar el sol significa la muerte y el juicio final. Aunque pálido Rongo tiene una cierta calidez en su piel por sus ancestros y estirpe de sangre. Su gente vino del Mar Pacifico Sur hace cientos de años. El querer ver el sol está en su sangre. Hay un hecho que él nunca le a contado a nadie, ni siquiera a sus numerosos amantes. Cuando éste se encuentra solo le gusta observar el sol; video digital, viejas grabaciones, imágenes de partículas aceleradas; cualquier cosa que se parezca a la gran orbe de fuego. Pero ahora que a perdido a Parini éste se siente roto, su cuerpo sólo pide oscuridad y crepúsculo; el sentir que se esconde entre las esquinas del mundo.

    -¿Rongo?- Éste escuchó una voz afeminada proveniente de su espalda luego que su escotilla fuese abierta; penetrando sus aposentos con gentiles rallos de luz. -Necesitas comer algo. Si no sales de este cuarto ahora mismo tendré que llamar a los otros para que me ayuden a arrastrar tu gordo trasero al comedor.

    Rongo le ignoró con una cara corvina acompañada con sentimientos de abismo. Miró a Julián; Julián era hermoso, vestido con una peluca roja de pelo lacio que parecía fuego vivo, sus labios pintados color rosa y sus ojos un gradiente de diferentes colores. Si no le conocieras mejor podrías jurar que él es una chica.

    Rongo no tenía hambre. La verdad ni se acuerda de cuando fue la última vez que comió algo; pero en realidad no le importa. Estar confundido no es un sentimiento al que él está acostumbrado, y en verdad éste no quiere compartir su dolor con nadie. Este dolor le pertenece y es completamente suyo.

    -Julián por favor, largate de aquí.- Dijo Rongo, pero el otro joven sólo entró en sus aposentos y encendió las luces.

    Julián mira a Rongo detenidamente; éste estaba completamente desnudo y probablemente no había tomado un baño en días. Éste olfateó y sí, aquel cuarto no huele nada lindo. Una esquina está llena de papel toalla que Rongo ha utilizado para limpiarse después de masturbarse compulsivamente. Esto le hizo ver a Julián que por lo menos sus deseos sexuales no se han marchado; éstos sólo están cambiando de forma.

    -¡No! Serás más grande que yo, pero me preocupas. Actualmente no soy el único preocupado. Alaias ha estado preguntando por ti, él hasta vino aquí en el último ciclo. Estaba buscándote.

    -Él sólo quiere metérselo a alguien, en realidad no le importa.- Rongo dijo mientras se frota la frente. -En realidad no somos amigos, sólo nos follamos y eso ya se terminó.

    Julián miró a Rongo con sus labios fruncidos. -Estaré vestido como chica, y quizás siento las cosas como una chica, pero cariño todo lo que te puedo decir es que necesitas echarte un polvo con ganas. Quizás es mejor que le veas. Diviértete, y derrama la leche como se dice. Probablemente te ayudará a sentirte mejor.

    -Es que en realidad no comprendes, hay algo mal conmigo.-Rongo se agarra los cabellos casi al borde de la demencia.

    -Déjate el cabello, tú, Isleño come puercos, que no ves que lo vas a arruinar. Y con lo lindo que lo tienes, naturalmente lacio y sedoso; diablos creo que ni necesitas peinarlo…

    Rongo gruñe con rabia y camina en zancazos hacia una esquina del cuarto. -Julián… por favor, déjame solo.

    -Como ya te dije, no lo haré. Con facilidad Diuro puede venir aquí y jalarte bajo mi mando.

    -¡Diuro no es nada más que una marioneta! ¡No quiero tener nada que ver con ninguno de vosotros, por favor vete ya!

    Con un gran suspiro Julián caminó hacia él con delicada gracia. Sólo le tomó unos dos segundos presionar algunos lugares claves en el gordo cuello de Rongo, lugares conectados a su sistema nervioso. Rongo cayó al suelo de espaldas como un árbol caído y con esto Julián tocó un lugar de su blusa y pidió ayuda a Diuro. En sólo unos minutos el grande y torpe terminante estaba allí parada al lado de Julián mirando el cuerpo inerte de Rongo.

    -¿Seguro está bien?- Diuro pregunta tontamente.

    -Sí, sólo necesitamos ponerle algo de ropa de alguna manera. ¿Sabes dónde guarda su ropa?

    -¡Dios! Necesita un baño.- Exclamó Diuro al olfatear el crudo hedor a macho proveniente de Rongo. -Creo que tiene muchos pantalones de baño, esos tendrán que servir. Pero definitivamente tenemos que bañarlo.

    -Bueno cariño, tú lo harás.- Dijo Julián a Diuro con una sonrisa felina.

    -¿Yo? ¿Por qué yo? ¡Deria me va a matar!- Dijo Diuro; sus gordos labios totalmente gruñidos.

    -La puta no le importará. Si es que no te sientes lo suficiente hombre para bañarle, siempre puedo preguntarle a Alaias.- Dijo Julián al levantarse. -Muy pronto Rongo recobrará su conciencia y nos dará la cara con su usual dulce disposición.

    -Maldita sea, yo lo haré… No creo que ver a Alaias le ayude en lo mínimo. Si tan sólo Jonna viniese a verle.

    -¡Ese hijo de la gran puta!- Rongo se despertó, pero sólo pudiendo mover su cabeza. -¿Qué están haciendo ustedes ahora par de culos fisgones? ¿Y cómo me caí?

    Julián sólo sonrió. Con una movida de la cabeza hacia la pila de papel sucio y otra a Rongo, Diuro sacudió la cabeza mientras busca algo que ponerle al isleño. Presionando un lugar en la pared cristalina éste abrió el compartimiento de la ropa. Ahí estaba toda la ropa de Rongo en línea. Azul con rayitas, azul con círculos y azul con azul… Finalmente éste encontró un pantalón corto rojo y se lo lanzó a Julián, que en pase trató aquella cosa como si estuviera contaminada con bio-radiación.

    -Diuro…creo que vamos a necesitar más ayuda.- Julián dijo al pensar como iban a vestirlo y cargarlo hasta el área de los baños.

    -Llama a Alaias.- Diuro dijo finalmente al tomar una camiseta blanca para Rongo.

    -Por favor, no lo llamen. Mira, Julián…- Rongo mira directamente al delicado travestí. -Sólo arreglanme, y yo iré con ustedes con mis propias fuerzas.

    -Lo siento Rongo, pero no podemos. Hiciste ésta misma rutina hace una semana.- Dijo Julián momentos antes que todo el cuarto comenzara a temblar violentamente; las luces se apagaron por unos instantes.

    -Es él de nuevo…- Dijo Diuro mientras mira al techo. -No puedo decir nada de Jonna, tener que lidiar con todo esto no es fácil.

    -¡No lo menciones!- Gruñó Rongo casi llorando.

    -Está bien, no mencionaré a Jonna, pero no te dejaremos ir hasta que no estés limpio y hayas comido algo. Si no lo haces llamaremos a los parleros, y creeme que te harán comer si creen que estás en peligro.

    -No estoy en peligro…- Rongo se raspa la nariz, sus ojos mirando el huevo que descansa en una de las esquinas de su cuarto.

    Algo emitió un sonido agudo y breve y Julián contestó usando un comunicador que tenía escondido en su blusa. -¡Hola gordis!, soy yo Julie. Logré infiltrarme en la base secreta de Ron con la ayuda de Diuro y ambos hemos calmado el enemigo, pero necesitamos tu ayuda inmediata. No podemos cargarle; sabes que no soy tan fuerte como tú mi amor.

    -Estaré allí en unos cinco minutos linda-dinda- Contestó Alaias; su voz se escuchaba algo aturdida y con esto sabían que había estado durmiendo cuando Julián lo llamó.

    …………

    Todos los otros terminantes en su camino tuvieron que salirse del medio de la extraña procesión. Rongo estaba vestido con una camisa blanca y pantalones cortos, mientras tenía los pies descalzos. A un lado estaba Alaias sosteniéndolo mientras olfatea los fuertes olores a hombre que salen de Rongo, en la otra esquina Diuro trata de no olerlo. Frente a ellos Julián encabezaba aquella extraña procesión a través de los pasillos en forma de galería de compras que forman la base espacial que es Babilonia-Veda. Rongo gruñe en disgusto al sentir las intensas luces que le rodean en todas direcciones, luces que son amplificadas por las paredes cristalinas y por el mismo material con la que fueron construidas.

    Las paredes están construidas de diamantes al crudo, lijadas y suavizadas para tener formas simétricas, y coloreadas casi blancas con algún tipo de ácido. Toda la base es una obra de arte hecha por los parleros cientos de años atrás, mucho antes que la humanidad obtuviera el conocimiento del vuelo de aeroplanos y consecutivamente el de viajes estelares. Babilonia se supone es el ultimo bastión de protección ante el lado oscuro de la humanidad. Con la destrucción y renacimiento de YharrAVeda como un ser durmiente de fuego y agua se marcó el comienzo del fin. Después de todo, este asunto de los terminantes se supone sea una prueba; una prueba para la humanidad en su totalidad. ¿Había fallado la humanidad al destruir sus propios terminantes?, y así destruyendo cientos de mundos humanos y sus habitantes. Ahora mismo La Tierra yace en ruinas esperando su juicio final. El Imperio de Shaamairo quebrantó el balance y La Unidad de Mundos no hizo nada al respecto. Ahora la prueba comienza en su segunda y ultima etapa destructiva, con nuevas reglas y una prueba final para la humanidad y su progenie.

    -Por favor, llénenme de regreso a mi cuarto.- Rongo trató de moverse por si mismo pero se cayó al suelo dolorosamente.

    A su lado un niño se rió al ver el tronco de madera que es Rongo al caer, pero a la misma vez otros cerca de ellos le miran preocupados, preguntándose cuál es su problema.

    -Cállate…- Rongo balbucea. -Ayúdame a levantarme.

    Para su sorpresa el niño se le acercó y lo ayudó con la ayuda de Diuro y Alaias.

    -¿Te encuentras bien? Perdón por reírme de ti, a veces no puedo controlarlo.- Dijo el niño al tomar un paso hacia atrás, y pararse al lado de una niña de cabello rojo con ojos confundidos.

    Rongo observa a ambos y luego sonríe al ver el niño sostener cariñosamente la mano de la chica. Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos al mirar a Julián y a Diuro, para ver si ellos van a decir algo. Después de todo Rongo no está completamente en control en esta situación, por qué no dejarles contestar por él como si fuera un retardado subnormal. Pero ninguno de ellos contestó, se quedaron en silencio, ni siquiera Alaias dijo palabra alguna, sólo sonríe a Rongo con calidez.

    -Estoy bien, sólo estoy algo enfermo. No se preocupen por mí.- Rongo raspa su nariz al ver a la chica y el chico sonreír; ellos podían ver el dolor que se esconde en su interior.

    -Las cosas se pondrán mejor…- Dijo el niño como si contestara una pregunta que no fue musitada, pero para cuando esto sucedió ya sus ayudantes lo estaban cargando y jalando lo mejor que podían para que pueda tomar un baño y comer algo.

    (¿Es qué el dolor me ha tornado en escoria? No he ido a nadar desde que llegue aquí. Tampoco he tenido sexo.) Pensó Rongo al mirar las grandes ventanas de cemíca que dejan ver una exótica vista del espacio afuera de Babilonia; una danza de colores prismáticos y luces intensas.

    Eran los diamantes; estos rompen la luz y la tornan en diferentes tonalidades de color como si pasaran a través de un prisma magnificado. Rongo conocía que aquel campo de diamante y piedras preciosas esconde una trampa mortal, detrás de los diamantes más grandes se esconden cañones láser de alta intensidad. Estos al ser disparados son amplificados miles de veces por los diamantes y así tornándose en armas mortales.

    Sintiendo sus pies descalzos sobre la suave superficie del piso Rongo se sintió un poco mejor, pero esto se tornó en frío al tomar uno de los muchos elevadores que llevan a los niveles bajos en donde se encuentran los baños. Estando en los niveles más bajos, los baños tienen una tonalidad de luz tenue. La verdad del caso es que muy poca energía es utilizada para iluminación. Porque a todas horas las luces de los soles cercanos se filtra a través de las paredes de diamante y es amplificada por el contorno cristalino.

    -Tengo que regresar con Deria antes que se moleste.- Diuro dijo cuando llegaron a la entrada de los baños. -¿Supongo que pueden con él?

    -Estaremos bien. Después que tome un baño caliente sé que Rongo podrá caminar.- Alaias contestó al escuchar a Rongo gruñir.

    -Todavía estoy aquí, ¡santa tropa de idiotas!- Rongo refunfuñó mientras que se balancea contra la pared más cercana.

    -Rongo, no tienes derecho ni de hablar hasta que no estés limpio y civilizado. Si sigues actuando como un niño espero estés preparado para ser tratado como tal.- Julián le contestó al sentarse en una banca cerca de la entrada a los baños. -Yo esperaré aquí, ustedes chicos sean chicos, y por amor de Dios riéguense bien.

    -Estás cordialmente invitado a lavarme las bolas Julián, con esas lindas uñas rojas que llevas.- Rongo se sonríe haciendo una mueca.

    Julián sonríe y luego se cruza las piernas como una verdadera dama. -Ves, ya estás mucho mejor.- Al escuchar esto Rongo gruñó nuevamente.

    En el momento que Alaias lo ayudó a entrar al baño y el hedor a orina y detergente llenó sus narices, Rongo miró a Alaias de ladito con sus ojos casi cerrados como si estuviese analizando algo. Miró al gordo mientras se pregunta la razón por qué está haciendo todo esto por él. Después de todo según se acuerda Alaias siempre había estado con él sólo por el sexo, o por lo menos eso era lo que él le dijo. De una relación como ésta no se puede esperar más.

    Cuando llegaron un pequeño robot de limpieza estaba limpiando el piso y cuando detectó que ellos estaban allí se escabulló escondiéndose en un pequeño agujero en la pared derecha. El baño estaba completamente vacío. La verdad es raro ver que alguien se esté bañando a estas horas del ciclo; la mayoría de los terminantes están jugando algo en la galería de juegos o en alguna lectura.

    -¡Eco!- Alaias dijo con una sonrisa al escuchar su voz reverberar.

    -Los acústicos aquí apestan culo… Somorra tenía mejores baños, mucho mejores para meter.- Rongo dijo al sentir al luz proveniente de todo.

    -Me hacía mucha falta esa parte de ti; estos últimos meses han sido difíciles para todos. Tantas cosas cambiaron.- Alaias se detuvo en el centro del cuarto de baño, una columna de luz estaba iluminando su cabeza, haciéndole ver casi angelical.

    -Últimamente todos extrañan lo que odiaban de mí; es tan difícil de creer.- Rongo le dijo a Alaias. -Y yo sé que es lo que tú quieres, quieres que me acerque a ti y que te haga mamar mi sucio pene. Con tan sólo un asentir de la cabeza no protestarás, porque quieres que me mejore.

    -Rongo…- Alaias dijo en protesta, pero él sabía muy bien que lo haría si esa fuese la manera para arreglar las cosas que estaban mal con su amigo y compañero de cama.

    -No comprendes, ninguno de ustedes comprende mi situación.- Rongo contestó con una voz rota, tan rota como su alma. -Parini me destruyó cuando…cuando…

    -Rongo, Parini ya no está, pero tú sí estás aquí. Yo estoy aquí. Jonna está aquí. Todos tus amigos están aquí, gente a la que una vez te tenían miedo, pero que ahora vienen en tu ayuda. ¿Qué no lo comprendes? La mayoría de nosotros le tememos a los que no tienen miedo, pero en lo más profundo de nuestras almas deseamos tu libertad y visión. La visión y la libertad de poder encontrar a Dios en el placer espiritual del sexo.- Alaias le dice a Rongo al mirarle directamente a los ojos.

    -El agua ya está manchada, y de esta copa ya el vino no fluirá. Porque mi corazón de corazones está roto…- Rongo musitó al bajarse los pantalones; su pene estaba rígido y cercenado con venas que marcan su rigidez.

    Rongo tocó la cara de Alaias con una mano temblante. Se sentía calida y fría al mismo tiempo, fría por el cuarto de baño y caliente por el fuego que corre dentro de su sangre; más caliente y rápida de lo habitual. Aquel toque significa muchas cosas, y aunque conocía muy bien que ya nunca sería igual que antes Alaias cayó sobre sus rodillas mirando a Rongo, admirando su brillantez, tomando en si el deseo y la añoranza que se esconde dentro de los confines de su dolor. El hedor y el sabor eran fuertes, pero sin importar lo colocó sobre las húmedas planicies de su lengua. Fue fuerte y desagradable sólo por unos instantes, y como si fuese bautizado con agua bendita el sabor cambió y el aroma se volvió una carnada para llevarlo dentro de si.

    Ellos no tenían verdaderos sentimientos entre si, sólo el comprendimiento que había un vacío al cual llenar que había estado allí desde nacer. Tal y como Rongo, Alaias tuvo que sufrir para ser la persona que ahora es, y en Rongo encontró un santuario a salvo en el cual podía olvidar el dolor y las cosas de su pasado que le atormentan. Tenían mucho más en común de lo que piensan y conocen. A veces no es necesario el amor para llenar el vacío de una necesidad, para completar el sentir del calor entre dos cuerpos que se complementan con placer. Después de todo, el amor es una sentir que te llena de tal manera que el sexo se torna algo secundario. No todos a los que conoces están destinados para ser tu alma gemela, algunos están allí para darte su compañía durante las interminables noches del por siempre, para esperar por aquel momento cuando la verdadera luz se asome en el horizonte.

    -¡Oh!, maldito, bendito y santo placer que es delicia y sortilegio.- Rongo dijo mientras se deja entrar profundamente en la boca de Alaias. -Sufro por ser débil. Cómo poder…cómo…

    Sintiendo calientes lágrimas caer sobre su frente Alaias mira a Rongo desde abajo. Rongo estaba llorando, disfrutando y doliendo a la vez. Viendo esto entendió lo que Rongo mencionó de estar roto. Su rostro ya no tenía la dicha o el propósito divino de antes; en aquellos momentos allí sólo pudo ver penitencia y expiación por algún acto al que había cometido. ¿Pero qué es ese acto? Rongo era una persona inocente, tan inocente como Parini. ¿Puedes culpar a tus padres por la manera que fuiste criado?, por criarte a odiar a los homosexuales, o no tener ninguna inhibición en el sexo. Cuando finalmente llegas al mundo real tienes que enfrentar tu verdadero ser, y como fuiste criado. Rongo y Parini habían enfrentado la verdad de quienes eran en un momento frío y cortante que los dejó rotos y en pedazos. Aquel había sido un enfrentamiento entre el hielo y el fuego de dos almas, el problema que el hielo escondía una llama ardiente que evaporó el agua que quedó hasta que solamente rocas quebrantadas fue lo único que quedó de aquel encuentro.

    Deteniéndose Alaias se paró del suelo sin dejar de mirar los ojos de Rongo.

    -Puedo parar; no te quiero hacer sufrir.- Al Alaias decir esto Rongo le miró como una bestia salvaje sin parpadear.

    -No existe el placer sin el dolor.- Éste dijo luego de besar a Alaias por un tiempo prolongado; intercambiando saliva, sabor y deseo.

    Con lágrimas surcándole la cara desde sus ojos Rongo golpeó un botón en la pared que hizo que el cuarto cayera en penumbra. Todo era visible como reflexiones de luz contra espejos, pero no tan brillante como antes. Se acercó a Alaias y le bajó los pantalones por detrás mientras se posiciona para penetrarle. Alaias cerró sus ojos al sentir que Rongo le penetraba lentamente con un continuo impulso, y luego se quedó adentro, sintiendo el calor y el abrigo de su aposento. Sintiendo las lágrimas de Rongo sobre su espalda Alaias le dejó entrar profundo en él mientras usa sus manos para darse soporte contra la pared. Rongo le tomó salvajemente, hambriento por calor, pero de ninguna manera sus lágrimas pararon.

    Sintiendo que estaba cerca de llegar a su momento de venirse Rongo se puso más cerca del cuerpo de Alaias; poniendo su panza y pecho contra su espalda, a tal punto que podían escuchar sus respiraciones. Con una rígida mano agarró el mojado miembro de Alaias y lo masturba mientras le penetra. Rongo gruñó al sentir el ano de su compañero contraerse alrededor de su pene cuando estaba cerca de venirse y a la vez este mismo auge le hizo alcanzar el suyo dentro de él. Con sus deseos ya gastados y calmados

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