El Reino Del Señor Oscuro Al Desnudo
()
Información de este libro electrónico
"El Reino Del Señor Oscuro Al Desnudo" es el noveno libro de la cautivadora serie "La Gran Cruzada Universal" escrita por Felipe Chavarro Polanía. Sumergiéndose en un mundo medieval de fantasía, este libro lleva a los lectores a un reino asolado por la oscuridad y la opresión, donde los destinos de los protagonistas se entrelazan en una lucha desesperada por liberar su reino de las garras del Señor Oscuro.
En este emocionante capítulo final de la serie, los personajes a los que hemos seguido a lo largo de los ocho libros anteriores se enfrentan al mayor desafío de sus vidas: enfrentarse al Señor Oscuro, un ser maligno que ha gobernado con mano de hierro y magia oscura. Con el telón de fondo de una tierra plagada de sombras y peligros, los héroes deben reunir todas sus fuerzas para despojar al Señor Oscuro de su poder y devolver la luz y la esperanza a su reino.
En "El Reino Del Señor Oscuro Al Desnudo", los personajes se ven inmersos en una odisea repleta de giros inesperados, lealtades cuestionadas y alianzas imprevistas. A medida que se desenmascaran secretos oscuros y se exploran los rincones más profundos del reino, los protagonistas descubren que la verdadera lucha no es solo contra el Señor Oscuro, sino también contra sus propias dudas y miedos internos.
A lo largo de esta narrativa envolvente, Felipe Chavarro Polanía teje una historia de valentía, redención y sacrificio. Los personajes deben enfrentar sus propias debilidades mientras se unen para desafiar el dominio del Señor Oscuro. Las batallas épicas y los momentos de tensión mantienen a los lectores al borde de sus asientos, mientras los héroes luchan no solo por el futuro de su reino, sino también por su propia transformación y el renacimiento de la esperanza en un mundo oscurecido por la tiranía.
Prepárate para sumergirte en este emocionante desenlace de "La Gran Cruzada Universal", donde la magia, la intriga y la determinación convergen en un emocionante cuento de oscuridad y luz en un reino medieval lleno de maravillas y desafíos.
Lee más de Felipe Chavarro Polanía
Conducta cristiana Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Fe Que Agrada A Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Verdadera Paz en Cristo: Descansando en la Promesa Celestial Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Buena Nueva Explicada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Futuro de la Humanidad: El Impacto de la Tecnología en la Sociedad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Gran Cruzada Universal: Una Saga Del Poder de Cristo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Camino Hacia la Sanación: Descubriendo el Perdón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con El Reino Del Señor Oscuro Al Desnudo
Libros electrónicos relacionados
Las Ardientes Lágrimas de Morlak: Guerra de los Doce, #3 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFantasías Sueltas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa traición del Alur (La ilusión del destino I) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHéroes de la Antigüedad (Edición en Español) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Fantasías Oscuras y Otras Historias Calificación: 1 de 5 estrellas1/5La corona del verdadero hijo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesÁngel De Alas Negras: El Cristal Del Corazón Guardián, 7º Libro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGemagrís Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAgua Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Caballero de Luz. Hania Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos hijos del cielo: El principio de la tormenta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHeraldos del bien y del mal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTorre de ruina: Volumen I: Pandemonio - Más Allá - Saga de un calabozo oscuro de LitRPG, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl filo de los bendecidos I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSub Sole: Lectura escolar/ enseñanza media Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl rey leproso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBögart Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesConan el cimerio - El pueblo del círculo negro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Falso Profeta: La Serie Stonegate Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa reina elfa de Shannara: Las crónicas de Shannara - Libro 6 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl príncipe de nada, I: En el principio fue la oscuridad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCazadores de Demonios: Los Ángeles Caídos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Horab: El Regreso del Heredero, #3 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Flor de Jade II (El Círculo se Abre) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Intérprete De Hernán Cortés: El Regalo De Centla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl poder del destino: Crónicas de la bruja 2 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesXuthal del Crepúsculo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlma: Memorias de Harleck Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn la sangre Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Cristianismo para usted
Ocho decisiones sanadoras (Life's Healing Choices): Liberese de sus heridas, complejos, y habitos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mentiras que creemos sobre Dios (Lies We Believe About God Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un año con Dios: 365 devocionales para inspirar tu vida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Demonología: Guía de Todo lo que Querías Saber Acerca de los Demonios y Entidades Malignas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La oración: Experimentando asombro e intimidad con Dios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Filosofía del rey Salomón Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Dios no tiene favoritos, tiene íntimos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lecturas matutinas: 365 lecturas diarias Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Desafío del Amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Guía esencial de la Biblia: Caminando a través de los 66 libros de la biblia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Usos y costumbres de los Judíos en los tiempos de Cristo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las oraciones mas poderosas del mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Comentario de los salmos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Orando la Biblia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El secreto de Salomón / Solomon's Secret: Encuentre la sabiduría para manejar sus finanzas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Santa Biblia Reina Valera 1909 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Te costará todo: Lo que Jesús demanda de ti Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Oraciones poderosas, resultados sobrenaturales: Cómo orar como Moisés, Elías, Ana, y otros héroes de la Biblia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una mujer sabia: Principios para vivir como Dios lo diseñó Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Jesús de Nazaret: Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cartas del Diablo a Su Sobrino Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Limpia tu mente Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Enciende tu cerebro: La clave para la felicidad, la manera de pensar y la salud Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Cómo ordeno mi vida? Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un año en los Salmos: 365 devocionales para animar tu vida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El hombre espiritual Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo leer tu Biblia: Guía de interpretación de literatura bíblica Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Devocional en un año: Los lenguajes del amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Ayuno - Una Cita con Dios: El poder espiritual y los grandes beneficios del ayuno Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para El Reino Del Señor Oscuro Al Desnudo
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El Reino Del Señor Oscuro Al Desnudo - Felipe Chavarro Polanía
EL DESAFÍO DE LOS HEROES
—-¡DEBERÍAMOS OCULTARNOS ya!——instó Kadmiel mientras los recodos y los escondrijos se tornaban más y más tenebrosos y los pasos de los caídos resonaban cada vez más cerca.
——¡Los demás ya se ocultaron ¡-—le insistía Kadmiel al anciano, mientras sostenía la saeta que se le había clavado en su pierna izquierda, y tras aguantar su respiración por un momento, la rompió cuidadosamente sosteniendo el astil para evitar que la punta le desgarrara su pierna. Repentinamente, la noche que se había llenado con los ecos de la gran avanzadilla de los gigantes, se vio acompañada con el sonido sordo del astil que se rompió, y un grito amortiguado de dolor resonó en aquella noche.
—-¿Tienes miedo a la muerte?—-contestó finalmente Elhanán a los reclamos del joven. Sin duda, no había mordido aquel viejo anzuelo del temor a la muerte. Era ya un anciano de días y había sido probado en el fragor de muchas batallas.
—-¡Los muertos en cristo resucitaran primero!—-contestó Kadmiel.
Elhanán percibió la tensión en torno a la boca del joven y el miedo apenas contenido en los ojos escondidos bajo la gruesa capucha negra de la capa que el joven había osado arrebatarle a uno de los Guiborin. Aunque Kadmiel llevaba varios inviernos luchando en compañía de los más poderosos siervos del Cristo , en una batalla sin cuartel contra las fuerzas de las tinieblas, no estaba acostumbrado a que se le presentara el plato del martirio de manera tan cercana a como se le había presentado a su señor y Rey. Ciertamente, el morir por la causa de Cristo, era un honor insigne, pero también era cierto que su alma se exacerbaba dentro de su pellejo herido al ver que solo eran dos combatientes y que no tenían esperanzas de salir airosos ante aquella avanzadilla de los caídos. Casi se podía palpar en él una tensión demasiado parecida al miedo.
Sin embargo, aunque Elhanán compartía aquel sentimiento ¿y quien no? Al ver aquella multitud de espantos que se acercaba con un ánimo resuelto a destruirlos, llevaba muchos años enfrentando a las tinieblas, y, al haber madurado a causa de una miríada de tribulaciones, su carne y sus pasiones desmedidas habían cedido hasta el punto de darle la capacidad de menospreciar su vida hasta la muerte y de no aferrarse a nada de este mundo, si de seguir los designios del Cristo se trataba
. De seguro, si esto no fuera así, le sucedería como a la mayoría de los hombres, que tan pronto caían presas de las pasiones que residían en sus almas renegadas, eran embargados por un deseo demencial por conservar sus vidas. Sin duda, este sentido, al que muchos lo llamaban naturalmente como el deseo de preservación
, se convertía en un sentimiento enajenado por el amor a este mundo, y llevaba a los hombres a poner su integridad y su honor sobre la mesa, y negociarlos si era necesario incluso con el mismo Diablo. Ahora a diferencia del joven, Elhanán era ya un veterano de más de cien expediciones, y la interminable extensión de espantos que se acercaban sobre los tejados y plazas de lo que los habitantes de Shakaj llamaban ciudad no le resultaba aterradora. ¡Claro! ¡Hasta aquella noche!
Aquella noche había algo diferente. La oscuridad tenía un matiz que le estremecía hasta los tuétanos. Las tinieblas impenetrables de la ciudad, que ahora no contaba ni siquiera con una antorcha encendida, le perturbaban; Esto sucedió tan pronto los habitantes de la Ciudad a causa del temor de lo que sucedía, se aseguraron de apagar toda luz que alumbrara sus aposentos, pues creían que así los espantos no notarían su presencia
. Ahora en cambio la ciudad se había llenado con ecos y luces mortecinas de miles de ojos sombríos, y el resplandor azulado de unas antorchas azuzadas por un fuego que no era de este mundo. Fue en ese momento que Elhanán sintió que desde que los Refaím habían invadido la ciudad, cada día había sido peor que el anterior, pero aquel era el peor de todos. Soplaba un viento fuerte y penetrante que hacía que todo a su paso se estremeciera. Durante todo aquel día el anciano se había sentido como observado y cercado por la muerte, con una sensación de que su alma finalmente dejaría aquel tabernáculo viejo y se remontaría como las águilas para emprender su último vuelo, triunfante hacia una ciudadela cuyos cimientos jamás envejecerían. Kadmiel en cambio, sentía que algo muy malo, y ciertamente peor que la muerte estaba por suceder. De pronto, todo el escenario cambió. Los ecos de los pasos cesaron, y la respiración horrenda de los espantos se desvaneció de improvisto. Las horrendas antorchas se apagaron como por un fuerte viento.
Las hojas que el viento había hecho caer de los árboles durante todo aquel día comenzaron a pasar susurrantes junto a ellos, y un hedor de muerte llenó todos los rincones de la ciudad.
—-¡En guardia muchacho! ¡prepárate para la batalla más cruel que jamás hayas librado! ¡Es hora de avanzar y no retroceder! ¡Si luchamos hasta el final, seremos como quienes vencen guardando las obras del Cristo hasta el Fin! Solo así nuestro señor nos dará autoridad sobre las naciones, y las regiremos con vara de hierro, y serán quebradas como vasija de alfarero, pues nuestro Cristo las ha recibido de su padre!——La sonrisa de Elhanán no podía ser más confiada.
Y ya no hubo más que hablar. La orden estaba dada, y el honor obligaba a Kadmiel a obedecerla. Kadmiel abrió la marcha con un ánimo pronto para escabullirse y salir de aquel recodo, pues al estar rodeados serian blanco fácil desde las techumbres; por ello eligió con cautela el camino entre una plaza cerrada muy cerca del escondite de sus camaradas, "con el fin de despistar a sus enemigos. Caía la noche. El cielo oscuro como un paño de crin se volvió de un tono rojizo, el color de la sangre seca, y se fue iluminando hasta volverse color escarlata. Empezaron a aparecer las estrellas y una superluna que parecía haber sido teñida con sangre de lobo; estaban presenciando para colmo un eclipse lunar jamás antes visto en toda aquella región. A pesar de todo, Kadmiel agradeció a Dios por la luz en su fuero interno.
—-¡Los hemos perdido! ¡No nos pudieron seguir el paso! –JA-—-Dijo Elhanán cuando la luna se posó en el Cielo.
—-¡Ya estamos rodeados!——replicó Kadmiel.
El temor le había vuelto insolente.
—-¡Espera, y no te impacientes!-—Elhanán a pesar de todo se molestó en responder.
En algún lugar de la ciudadela, un lobo aulló.
Kadmiel se detuvo repentinamente, y se ocultó justo al lado de una gran fuente situada en todo el centro de la plaza.
—-¿Por qué te detienes?——preguntó Elhanán.
—-¡Los hombres lobo nos están siguiendo! ¡No tiene caso seguir avanzando si nos seguimos moviendo los hombres lobo nos alcanzarán! ¡prefiero luchar con cualquier enemigo a quien no deba respetar su vida!——dijo Kadmiel resignado.
Elhanán se detuvo un instante, mirando hacia los cuatro flancos con un gesto reflexivo. El viento gélido soplaba entre los escondrijos y desembocaba como un remolino en la plaza.
Al fin, completamente resignados vieron de nuevo antorchas azuladas que les cerraban el paso desde todos los recodos que desembocaban en la plaza en donde se encontraban. ¡Estaban rodeados! Ahora en las techumbres se proyectaban las sombras de seres gigantes y sombríos que comenzaron a precipitarse en picado hacia el empedrado de la plaza. Los enemigos estaban abarrotados, y nuestros héroes no tenían oportunidad alguna contra ellos.
Al ver que no había esperanza para ellos, Kadmiel desenvainó su espada larga. Esta vez, la empuñadura refulgía con el brillo del oro recién sacado del horno y la luz de la luna parecía correr por el acero pulido de sus siete hojas. Su arma era magnifica, forjada por los Tuaregs, y a pesar de haber destruido a tantos enemigos; estaba nueva. Elhanán al verla pensó que el muchacho era inexperto en la lucha y que jamás la había blandido. Los enemigos se fueron abalanzando contra ellos como una tempestad, y Kadmiel blandió su espada con gran ira, y partió en dos; uno, dos, tres enemigos que se le acercaron. Elhanán recuperó su confianza en el muchacho y desenvainó dos espadas largas, y chocó su espalda contra la de Kadmiel y le dijo:
—-¡Resistamos hasta el amanecer! Con la luz serán ellos quienes tendrán que ocultarse.—-.
Los enemigos siguieron llegando con violencia y nuestros héroes lucharon como los Malajim, desmembrando a filo de espada todo espectro que se movía. Las antorchas azuladas y la marcha incesante que las acompañaba desde todos los recodos, comenzaron a cerrarse, acercándose cada vez más hacia nuestros héroes. Finalmente después de una espera larga y extenuante, entre gritos y alaridos, cortes de espada, y enemigos sin cabeza que se precipitaban al suelo tan pronto se acercaban a nuestros viajeros, un cuerno espantoso sonó en la plaza. El rumor de las hojas, el gélido discurrir del viento, el ulular lejano de muchos búhos y el aullido de cientos de lobos se comenzaron a juntar cercando a nuestros viajeros con un sentimiento de impotencia. Ahora, tras aquel espantoso eco que produjo el cuerno, unos cuarenta enemigos; altos, escandalosamente corpulentos y horrendos, les cerraron el paso con unos escudos de bronce bruñido. ¡Ahora no podían escapar! Ni a diestra ni a siniestra podrían moverse.
¡Estaban rodeados! Sin espacio para moverse y ahora si sus enemigos decidían usar sus lanzas contra ellos, jamás tendrían oportunidad de