LOS TEMPLARIOS DEL GRIAL
Según el poeta francés del siglo XII Jean Bodel, el universo literario de la Alta y Baja Edad Media se divide en tres grandes ciclos literarios. Por una parte está la Materia de Roma, cuyas obras están inspiradas sobre todo en la mitología grecorromana, centrándose en héroes como Aquiles, Alejandro Magno, Hércules o Julio César. En la Materia de Francia, por otro lado, vemos una clara influencia del pensamiento mágico celta, aderezado además por los mitos nórdicos y egipcios, los cuales pretendían ser preservados para las generaciones futuras circunscribiéndolos dentro de la tradición judeocristiana. Sus obras se basan sobre todo en la figura de Carlomagno.
Por último, la Materia de Bretaña dio a luz a un nuevo prototipo de héroe, el cual debía ser redimido del pecado a través de la búsqueda de objetos sagrados y de lugares maravillosos capaces de obrar ese cambio sustancial en la psique del protagonista. El héroe además era acompañado por personajes que lo conducían, durante los diferentes lances del camino, hacia la perfección o hacia la ruina, dependiendo de las decisiones que fuera capaz de tomar, así como de aquello que estuviera dispuesto a sacrificar en pos de alcanzar la santidad propia de un caballero perfecto. No obstante, la auténtica proeza de los narradores medievales, incluso en las obras anónimas que refieren el ideal de caballería, era la de insertar hechos históricos y personajes históricos dentro de una trama de ficción. Este es el caso del ciclo artúrico y de los poemas del Grial.
El hito de las cruzadas sentó las bases de un nuevo ciclo literario en donde Jerusalén era vista como el reino mágico del Grial
EL AUTÉNTICO REY ARTURO
El hito de las cruzadas, sobre todo de la primera, disparó la creatividad de los poetas y dramaturgos europeos para sentar las bases de un nuevo ciclo literario que exaltaba el ánimo de toda la cristiandad, donde Jerusalén era vista como el reino mágico del Grial, el cual únicamente un caballero perfecto podría liberar de las manos de los musulmanes., donde tuvo a bien recopilar las biografías de todos los reyes de Britania para presentarnos al hijo de Uther Pendragon, el rey Arturo, y a su consejero, el celebérrimo mago Merlín.
