o era la primera vez que el coronel del ejército ucraniano Ruslan Klohak tenía un despertar difícil. Los amaneceres complicados eran los habituales desde el arranque de la invasión. Sin embargo, aquella mañana, a la crudeza se unió una cadena de desdichas. Había perdido su alianza, lo que conllevaría, cuando todo acabara, dar explicaciones a su mujer. Había saltado la hebilla del cinturón y, para colmo, el vehículo militar que debiera haberlo recogido no aparecía. Decidió que tampoco era tanta la distancia para ir caminando al subterráneo Centro de Recepción y Expedición de Donaciones Extranjeras para la Guerra.
EL VERDÍN
Sep 23, 2022
3 minutos
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