El beso

Por Gustavo Adolfo Bécquer

"El Beso" de Gustavo Adolfo Bécquer: Poesía que Enciende las Llamas del Amor. Adéntrate en un mundo donde las palabras son pinceladas de pasión, y la poesía es el lienzo que captura el más sublime de los sentimientos: el amor. "El Beso" de Gustavo Adolfo Bécquer es un poema que late con la fuerza de corazones enamorados y que despierta en tu interior la chispa de la pasión.

En cada verso, Bécquer nos invita a un baile íntimo, donde el amor se convierte en el principal protagonista. Con maestría, plantea un diálogo entre almas que anhelan unir sus destinos en un beso, un gesto que simboliza el fuego ardente del amor compartido.

Cada estrofa es un susurro al alma, una melodía que acaricia tus sentidos y te lleva por el torbellino emocional de un encuentro apasionado. La poesía se convierte en un refugio donde los enamorados se encuentran y se funden en la danza eterna del amor.

En la quietud de la lectura, sentirás la calidez de un beso, la electricidad de la piel que se eriza ante la cercanía del ser amado. Bécquer, con su poesía, te lleva a un lugar donde el tiempo se detiene y solo existe el presente, el momento mágico del encuentro.

"El Beso" es más que un poema; es una experiencia que resuena en el corazón de todos aquellos que han sentido el amor en su forma más pura y apasionada. Prepárate para sentir la magia de las palabras que se entrelazan y para ser transportado a un universo donde el amor es la fuerza que todo lo conquista. ¡Un poema que despertará tus sentidos y te hará suspirar de emoción!

• Idioma: Español
• Editorial: Cervantes Digital
• Fecha de lanzamiento: 22 mar 2023
• ISBN: 9791222085739

Vista previa del libro

I

Cuando una parte del ejército francés se apoderó a principios de este siglo de la histórica Toledo, sus jefes, que no ignoraban el peligro a que se exponían en las poblaciones españolas diseminándose en alojamientos separados, comenzaron por habilitar para cuarteles los más grandes y mejores edificios de la ciudad.

Después de ocupado el suntuoso alcázar de Carlos V, echose mano de la casa de Consejos; y cuando ésta no pudo contener más gente comenzaron a invadir el asilo de las comunidades religiosas, acabando a la postre por transformar en cuadras hasta las iglesias consagradas al culto. En esta conformidad se encontraban las cosas en la población donde tuvo lugar el suceso que voy a referir, cuando una noche, ya a hora bastante avanzada, envueltos en sus oscuros capotes de guerra y ensordeciendo las estrechas y solitarias calles que conducen desde la Puerta del Sol a Zocodover, con el choque de sus armas y el ruidoso golpear de los cascos de sus corceles, que sacaban chispas de los pedernales, entraron en la ciudad hasta unos cien dragones de aquellos altos, arrogantes y fornidos, de que todavía nos hablan con admiración nuestras abuelas.

Mandaba la fuerza un oficial bastante joven, el cual iba como a distancia de unos treinta pasos de su gente hablando a media voz con otro, también militar a lo que podía colegirse por su traje. éste, que caminaba a pie delante de su