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El Rumiante Habitual
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El Rumiante Habitual
Libro electrónico100 páginas1 hora

El Rumiante Habitual

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El rumiante habitual es una novela corta con un lenguaje asequible y ameno son expuestos muchos flagelos que afectan a nuestra sociedad actual, como la pederastia, la impunidad, la guerra, la corrupción o la prostitución. El autor invita al lector a reflexionar acerca de los diferentes acontecimientos cotidianos que tienen como raíz algún trasfondo psicológico, a veces imperceptibles, con los que habitualmente convivimos limitándonos a rumiar nuestras desdichas sin intentar darles solución.

También acerca al lector a otros temas que han acompañado al ser humano durante toda la vida, por ejemplo, la infidelidad, el matriarcado, sin dejar pasar por alto, temas sensibles como las religiones o la superficialidad y el estado hipnótico que ejercen los medios de comunicación sobre nuestras mentes y, por ende, sobre nuestras decisiones.
Pero no todo es negativo en esta interesante historia, también hacen presencia el amor de pareja sincero, el amor fraternal, el valor de la amistad, en fin..., que han quedado pocas manifestaciones de los seres humanos que no aparezcan en esta obra, que no solo resulta entretenida, sino instructiva también.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 oct 2020
ISBN9781005801557
El Rumiante Habitual
Autor

Richard Drayfuss

Physician, writer, and researcher.

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    El Rumiante Habitual - Richard Drayfuss

    EL RUMIANTE HABITUAL

    Published by RICHARD DRAYFUSS

    Copyright © 2018 RICHARD DRAYFUSS

    Primera edición electrónica agosto 2021.

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    Capítulo I.

    El ambiente citadino

    Es hora de Esto es guerrear, el programa televisivo que más espectadores tiene en el sector popular y convertido en referente cultural del momento. Todos se mueven al son de la música y la competencia delirante del programa.

    Un delirio epidémico, al extremo de que los televidentes y espectadores repiten sin cesar cada comportamiento de sus protagonistas llenos de silicona y anabólicos sintéticos.

    Ya no hay otra realidad más que esta. Los autómatas están eufóricos de ilusión y fantasean con llegar a emular a sus héroes; su referente de ideal del yo soy, en realidad, son ellos: los vacíos de conocimiento, los vacíos de alma, los sintéticos por antonomasia.

    La vacuidad toma forma en el espacio de la inconsciencia; con un salario de diez mil dólares mensuales, nada despreciable en un mundo donde nadie gana más de doscientos dólares al mes, donde el empleo es escaso, donde la violencia estalla en un sinfín de noticieros sanguinolentos.

    Mientras tanto, en el set de Esto es guerrear y entre el bullicio, luces, algarabía y música estridente, unos amigos se despachan a su antojo en medio del griterío:

    — ¡Melissa mi amor!, siempre tú en mi corazón y en mi… —. Con más razón, grita Jorge.

    — ¿Es que acaso tu mujer no…? —pregunta Pedro.

    —Me gustan las mujeres, ¿es que a ti no…? —responde Jorge.

    —La verdad, ¡todas están buenazas!, pero…—dice Pedro

    — ¡Cálmate, tío, porque te van a sacar! —dice Pedro.

    — ¿Estás loco? ¿Sabes cuántas horas de cola he tenido que hacer para entrar al set?

    —Entonces compórtate, hombre, si haces escándalo te van echar.

    — ¡Pero mira, huevón…! ¡Tremendas piernas! ¡Mira ese culo! Si me la ganara solo una noche, ¡la destrozaría!

    El amigo lo miró con una mirada de desaprobación.

    — ¡Cállate, pendejo!, que ya comienza el concurso.

    La inseguridad ciudadana llena el noticiero del momento, pero están felices, perdidos en su espectáculo, no se topan con la realidad de la explotación y de su reacción inmediata en algunos sectores.

    Es que ellos no ven este programa, prefieren un enlatado americano tipo Cara Cortada. Me refiero a los amigos de lo ajeno, al delincuente común, el protagonista de los noticieros de sangre, el que vende su bolsita de pasta básica, cocaína o un paco de marihuana al habitual consumidor de droga.

    Y no faltan los grandes narcotraficantes que endulzan el ambiente político como principales patrocinadores de las campañas políticas; siempre y cuando puedan disfrutar de los beneficios del tráfico con impunidad, con complicidad de la vista gorda de la policía, tan gorda como sus bolsillos llenos de coima; con anuencia de fiscales y jueces del partido de turno. En última instancia, como salvavidas, los beneficios penitenciarios y la amnistía presidencial en caso la Justicia hagan su aparición con el periodista dominical del momento.

    En este mundo de irreflexivos, no falta el tema de la corrupción en el gobierno de turno, todos se aventuran a conjeturar dónde el nuevo presidente y su séquito de políticos corruptos guardan sus dineros mal habidos; solo aparecen pequeñas cuentas, nada significantes, en un mundo donde estamos habituados a escuchar que se roban sumas astronómicas por encima de los nueve dígitos, como las que se llevó un nipón disfrazado de connacional y sus socios, con documento nacional de identidad y todo; pero con ciudadanía en el país del sol naciente.

    Así transcurre el día habitual de los zombis, mal de muchos, consuelo de tontos, dicen.

    La nimiedad no tiene mayor relevancia en los eventos del momento, la mierda tiene que resaltar para que pueda sobrevivir el escándalo mediático, por eso sobreviven los programas de mayor rating televisivo; nada sorprende al público más que el seguimiento que los medios de comunicación hacen de sus habituales héroes: las andadas de Alejandra y Mario, la botella de agua de Milete para sus encuentros ocasionales, el útero de Joanna posthisterectomía, la prominente cabeza de Matías, el nuevo "partenaire" de Melisa, el nuevo paso de baile de China, los episodios psicóticos de Nicola postestosterona intramuscular, la sonrisa seductora de Angie diciendo que le va mejor con el empresario chinito, el aventajado de

    Guti enviando las habituales fotos de su miembro viril a sus fans, Sheila adornando al torero español, el español diciendo en los medios que ella es una buena persona; y es que en casa de herrero, cuchillo de palo o… ¿un karma habitual?: Si no te llevas la cola, los cuernos de seguro, sí.

    Las chicas haciendo pública la minusvalía genital de Joshua; Joshua diciendo que denunciará a las que descubrieron su pequeñez; en el mundo de Guti la poquedad es un delito imperdonable y es que, en la contienda de cobras y leones, todos ganan, también los irreflexivos, salvo algunas excepciones, mientras que los protagonistas, se llevan el reconocimiento del populacho, el billete y la atención de los medios en una retroalimentación que beneficia a ambos. El autómata se lleva su fantasía, la que necesita para poder sobrevivir ante los embates de una realidad dura en la que el gobierno de turno y los que fabricaron este engendro de ilusiones adormecen la violencia reactiva del populacho para sustraerles su dinero, su trabajo, sus derechos, su vida y hacer de este mundo de idiotas un lugar más llevadero y, lógico, no falta el curita que distrae y apunta al WhatsApp como culpable de todas las infidelidades de sus feligreses; también forman parte del detrás de bambalinas, allí donde el poder se sostiene manipulando y promoviendo el cretinismo.

    En el salón arzobispal se reúne el Cardenal de la ciudad de Los Reyes con un cura acusado

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