FLORENCIA LA REPÚBLICA DE DIOS
LA HISTORIA OFICIAL DEL PERÍODO MÁS BRILLANTE DE FLORENCIA FUE ESCRITA CURIOSAMENTE POR LA FAMILIA QUE PUSO FIN AL SISTEMA DE GOBIERNO COMUNAL, GRACIAS AL CUAL LA CIU-DAD DEL ARNO HABÍA BRILLADO CON LUZ PROPIA DURANTE EL BAJO ME-DIEVO, EN UNA ENCRUCIJADA DE CA-MINOS PROVIDENCIAL. A finales del siglo XV, los Médici, después de la muerte de Lorenzo el Magnífico en 1492, no pasaban por buenos momentos. El primogénito, Piero el Fatuo, era un personaje impopular, disoluto, inconstante, hedonista y dilapidador –que gastó la fortuna familiar por los amores de un palafrenero español–, de modo que fue expulsado cuando el rey francés Carlos VIII entró con sus tropas en Italia, reclamando viejos derechos dinásticos como heredero de los Anjou.
La alternativa tampoco gustó a los florentinos que comenzaron a escuchar el mantra casi hipnótico de un fraile de Ferrara que había llegado precedido por la fama de sus milagros y el acierto de sus profecías. La invasión de los franceses era el castigo divino anunciado por Dios, de modo que no había tiempo que perder para purificar la ciudad que había sido elegida para la Salvación, porque según Savonarola el fin del mundo estaba cerca.
Entonces comenzó su predicación.
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