Fantasías Oscuras y Otras Historias

Por Joel Puga

Esta colección reúne cinco cuentos de fantasía.

El Último - Aterrorizado por la idea de la muerte, un hombre se deja contaminar por el vampirismo con el fin de prolongar su vida indefinidamente. Sin embargo, cuando las legiones del Cielo y el Infierno se enfrentan en la batalla definitiva, el hombre se convierte en el último ser humano sobre la faz de la Tierra. ¿Se dejará arrastrar sin ofrecer resistencia hacia uno de los reinos de la otra vida

Sasabonsam - Durante la Guerra de Guinea, un grupo de guerrilleros guineanos abaten a un avión portugués. Al investigar los escombros, descubren no sólo que el piloto sobrevivió, sino también que este no es humano. Intelectual, uno de los guerrilleros, se ve obligado a enfrentarse al monstruo, así como al tribalismo que infecta las mentes de sus compañeros.

El Castillo - Tomás recibe una invitación de última hora de su primo Miguel para la cena de Navidad. Pero los motivos de Miguel son más obscuros que Tomás podría haber imaginado.

Susana - Después de una vida corta y desagradable, Susana se enfrenta a la muerte. Recordando sus días en la tierra, tienta deducir para cual de los reinos de pos-muerte será enviada. Sin embargo, su destino final se revela sorprendente, en más de una manera.

Una Demanda Literaria - En su búsqueda por libros raros, Cirio encuentra la librería escurridiza de Mormont, cuya ubicación cambia regularmente, pero que se dice contener volúmenes casi imposibles de conseguir. Sin embargo, incluso después de todo lo que ha hecho para llegar allí ¿habrá Cirio completado su demanda?

• Idioma: Español
• Editorial: Joel Puga
• Fecha de lanzamiento: 20 jun 2015
• ISBN: 9781310963377

Joel Puga

Joel Puga nasceu na cidade portuguesa de Viana do Castelo em 1983. Entrou em contacto muito cedo com a fantasia e a ficção científica, principalmente graças a séries e filmes dobrados transmitidos por canais espanhóis. Assim que aprendeu a ler, enveredou pela literatura de género, começando a aventura com os livros de Júlio Verne. Foi nesta altura que produziu as suas primeiras histórias, geralmente passadas nos universos de outros autores, cuja leitura estava reservada a familiares e amigos.Em 2001, mudou-se para Braga para prosseguir os estudos, altura em que decidiu que a sua escrita devia ser mais do que um hobby privado. Isso valeu-lhe a publicação em várias antologias e fanzines portuguesas abordando diversos sub-géneros da ficção especulativa.Vive, hoje, em Braga, onde divide o seu tempo entre o emprego como engenheiro informático, a escrita e a leitura.Joel Puga was born in the Portuguese city of Viana do Castelo in 1983. Since an early age, he has been in contact with fantasy and science fiction, mainly thanks to dubbed films and TV shows transmitted by Spanish channels. As soon as he learned how to read, he got into genre literature; starting his adventure with Julio Verne’s books. It was during this time that he produced his first stories, generally using other author's universes as a backdrop, the reading of which was reserved to family and friends.In 2001, he moved to Braga to follow his studies, a time in which he decided his writings should be more than a private hobby. This granted him several publications in Portuguese anthologies and fanzines of various sub-genres of speculative fiction.Today, he lives in Braga, where he divides his time between his job as a computer engineer, as well as writing and reading.Joel Puga nació en la ciudad portuguesa de Viana do Castelo, en el año 1983. Desde muy temprana edad, mostró interés por la fantasía y la ciencia ficción sobre todo gracias al doblaje de películas y programas de televisión para canales españoles. Tan pronto como aprendió a leer, se sintió atraído por la literatura de género, iniciando esta fascinante aventura gracias a los libros de Julio Verne. Durante ese período, produjo sus primeras historias, las cuales, por lo general, estaban inspiradas en el universo de otros autores. La lectura de sus primeras obras quedaba reservada a familiares y amigos.En 2001, se trasladó a Braga para continuar con sus estudios. En esa época, decidió que sus escritos deberían ser algo más que un pasatiempo privado. Como consecuencia de esta decisión, publicó varias obras en antologías portuguesas y revistas de varios sub-géneros destinadas a fans (fanzines) de la ficción especulativa.En la actualidad reside en Braga, donde divide su tiempo entre su trabajo como ingeniero informático, y su pasión por la escritura y la lectura.

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Momentos antes la habitación estaba a oscuras, pero ahora ya no. Una luz roja atravesaba las ventanas virada al sur, pintando con sangre todo aquello que tocaba. Otra luz, esta vez dorada, entraba a través de las ventanas al norte, transformando cortinas y muebles en oro, como si fueran objeto del toque de Midas.

Desafiando todas las leyes cromáticas, una línea negra aparecía en el punto donde las dos luces se encontraban, el centro de la habitación. Bajo ella, sentado en un sillón de cuero, descansaba el BarónEkkehard. El Baróntenía los ojos fijos en la chimenea, aunque ésta no hubiese visto una lumbre ardiente en más de cinco siglos.

Recordaba el día que descubrió la verdad sobre el Cielo y el Infierno, cuando, en esa misma sala y usando una bola de cristal, un viejo mago le mostró los dos posibles destinos a los que cada hombre tiene que enfrentarse tras su muerte.

El Infierno no le gustó. El exceso de luz y calor siempre le habían molestado sobre manera, por no hablar de la total y completa anarquía reinante, y de los tormentos que el Cornudo infligía a todo el que iba a parar allí.

Sin embargo, el Cielo no era mucho mejor. Un reino excesivamente tranquilo, dónde imperaba las normas en un intento de reprimir la individualidad y crear una igualdad artificial e imposible.

Entonces, Ekkehard decidió que haría todo lo posible por permanecer en la Tierra. El mago le dijo que buscara a un hombre sobre el cual había oído muchos rumores, ya que él podría ayudarle. No obstante, le advirtió sobre el Armagedón: el día en el que todos los seres sin excepción serían llevados a uno de los reinos de la otra vida. El barón, no prestó mucha atención a este último consejo. Después de todo, esa fatalidad quedaba todavía muy lejos.

Ekkehard se llevó a la boca una taza de Burdeos, el único vino que sus papilas gustativas, debilitadas a largo de los siglos, eran capaces de saborear.

Entonces recordó su viaje a Transilvania, y todas las aventuras y desventuras que vivió. Allí se había topado con el hombre del cual hablaba el mago, si es que aquella criatura podría llamarse hombre. Era una cosa deforme y jorobada, calva y con la piel de color púrpura. Sólo unas pocas palabras perceptibles salieron de su boca, una boca llena de dientes torcidos y faltantes, y en la cual destacaban dos caninos largos.

Ekkehard comprendió por qué aquel hombre presentaba semejante aspecto cuando vio su refugio, que no era otra cosa que una cueva perdida en el medio del bosque entre los Cárpatos. En aquella cueva no había muebles ni herramientas, ni ningún otro signo de civilización pero, sin embargo, estaba llena de huesos y cadáveres de animales cuya sangre había sido drenada.

Con mucho esfuerzo, el Barónfue capaz de conseguir que la criatura lo mordiera sin beber de su sangre. El mordisco fue suficiente para transmitir una enfermedad que le convertiría en un muerto viviente eterno, capaz de resistir en esta Tierra hasta el fin de los tiempos.

Ekkehard se levantó del sillón y ajustó las placas de su antigua armadura, la cual había conservado en perfecto estado pensando, precisamente, en aquel momento. Con calma, caminó hacia la chimenea y se hizo con la espada que descansaba sobre ella.

Las imágenes de los siglos siguientes a su transformación cruzaron su mente. Siendo prácticamente inmortal y viendo el Armagedón muy lejano, se dedicó a lo que más amaba: la guerra. Tras dejar su castillo al cuidado de sus siervos mortales, participó en todas las guerras en las que tuvo ocasión: las guerras turcas, la guerra anglo-española, la Guerra de la Independencia, las guerras napoleónicas, la Guerra de Crimea, y muchas otras. En ellas también tuvo la oportunidad de saciar la sed que hostiga a todos los miembros de