Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El Cuento de Los Dos Padres: Líneas de Sangre, #3
El Cuento de Los Dos Padres: Líneas de Sangre, #3
El Cuento de Los Dos Padres: Líneas de Sangre, #3
Libro electrónico75 páginas1 hora

El Cuento de Los Dos Padres: Líneas de Sangre, #3

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Haber nacido con un destino no garantiza que tu vivirás lo suficiente como para cumplirlo. Killian DeBrujin podría morir mientras perseguía el suyo.

Después de perder a sus padres, Killian es forzado a ser el Alfa, un rol para cual estaba destinado desde hace tiempo. Después de un juego de venganza que salió mal, el futuro se ve poco prometedor.

Además, para complicar las cosas, el apocalipsis desparece a la humanidad, el no tiene otra opción si no dar un paso y crear un lugar donde su manada de lobos se sienta segura y cuidada.

Pero Killian no es el único Alfa entre ellos.

Muchos cocineros para una cocina nunca sale bien, y cuando las tensiones suben, Killian se arma para una batalla entre los Alfas para ver quien saldrá por encima para ser el verdadero líder.

Una batalla que muy probablemente termine en muerte.

Volumen 3 de la Serie de Líneas de Sangre.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 sept 2022
ISBN9798201586348
El Cuento de Los Dos Padres: Líneas de Sangre, #3
Autor

Emily S Hurricane

Emily hails from rural Nova Scotia, curled up on a tree stump with a bubblegum pink notebook and a steaming mug of dark roast coffee. She's a thirtysomething mom of two humans and a furbaby. Her lumbersexual husband doesn’t actually work in lumber anymore, but he still wears the plaid and the beard. She's an established self-published author, freelance editor, and ghostwriter. Her books range in genre from Romance and Erotica to Horror and Paranormal, and everything in between. When she's not writing and/or momming, she's sipping espresso, crocheting, and listening to audiobooks. 

Autores relacionados

Relacionado con El Cuento de Los Dos Padres

Títulos en esta serie (6)

Ver más

Libros electrónicos relacionados

Distopías para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para El Cuento de Los Dos Padres

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El Cuento de Los Dos Padres - Emily S Hurricane

    CAPÍTULO 1

    GARRAS DE HIELO

    Killian se sentó en su cama, una delgada capa de sudor pegada a su cuerpo como si fuera una armadura babosa. Su corazón empezó a corren, un dolor agudo atravesando sus costillas como si dos manos estuvieran tratando de abrirlas en pedazos. Él se apretó el pecho, rascando su piel en pánico.

    ¿Qué demonios me está sucediendo? Él quería gritar las palabras, pero un grito inteligible salió de su garganta.

    - ¿Killian? - Chera jadeó, el sueño todavía grueso en su voz confundida mientras se sentaba en la cama, agarrando los hombros de Killian con preocupación. - ¿Qué está pasando? -

    Él no podía responderle, él no podía hacer nada – Sus pulmones llenos y su corazón se sentía como si explotara, pegándole dentro de su caja torácica. El trató de poner sus piernas fuera por el lado de la cama, pero eran como plomo, y el colapsó en un montón de extremidades.

    - ¡Killian! - Chera gritó, y después se puso las manos sobre su boca mientras la piel de Killian se rizaba bajo la luz de la luna. Sus ojos se abrieron con miedo y ella se arrastró hacia atrás en la cama, presionándose en la esquina mientras la espina de Killian se enrollaba, amenazando con cambiar pero quedando a medias como si estuviera en un limbo.

    Su madre, Ella, entró de repente en la habitación, y se abalanzó a través de la cama, agarrando la muñeca de Chera fuertemente.

    - ¡Fuera! - Ella lloró, casi arrancando el brazo de la chica de su cuenca mientras la arrastra por la cama, - ¡Vete a casa! -

    La pobre chica sollozó mientras se dirigía a la puerta, pausando brevemente en el marco de la puerta mientras Ella agarraba los hombros de su hijo.

    - ¿Estará el…?

    - ¡Vete! - Ella le gritó, y jaló a Killian contra su pecho mientras la muchacha salía volando de la casa. Ella se meció hacia delante y hacia atrás, agarrando a su hijo que estaba convulsionando, susurrando algo, siseando algo que no parecían palabras y que a lo mejor eran sonidos para calmarlo, esa cosa que las madres hacen cuando están tratando de demostrarte que ella están ahí, que están ahí para ti y que te aman y que solo quieren quitarle el dolor, que todo lo que siempre han querido para ti es tu felicidad y amor y una vida y que ellas están ahí para abrazarte y traerte de alguna manera comodidad, de alguna manera…

    - ¿Mamá? - Killian dijo ásperamente. Su garganta se sentía como papel lijado, y el gruñó mientras él se raspaba con su lengua las encías, tosiendo.

    -Shh, bebé, está bien, - Ella susurró.

    La bendición de un trapo húmedo presionó contra su frente, y una pajilla abrió sus labios resecos. El succionó y bebió profundamente, disfrutando la sensación del líquido nutriéndolo. Saciado finalmente el gruñó y se sentó, mirando a su madre con un corazón pesado.

    -Papá, - Él dijo simplemente.

    Ella asintió la cabeza. Aun con la luz tenue de su lampara que estaba en su mesa de noche, había bolsas grandes debajo de sus ojos. Su piel pálida, ella presionó sus labios en una delgada línea mientras recorría con una temblorosa mano las mejillas de Killian.

    Él se tragó el nudo que tenía en la garganta, apretando su quijada. Él tenía que ser fuerte por ella. Él tendría que ser fuerte por todos, pronto.

    - ¿Cuánto tiempo? - El preguntó, su voz saliendo un octavo más alto de lo que él quería.

    Ella presionó sus manos a los lados de la cara de Killian. -Yo no creo que sea mucho. Tu padre y yo estuvimos unidos por mucho tiempo. Él era un verdadero alfa, como tú. Su atracción es…bueno, nuestro lazo es fuerte. Estoy luchando con todo lo que tengo. - Ella se humedeció los labios, y para el no pasó por desapercibido como le temblaba el labio inferior, aunque él nunca se lo hubiese dicho. -Yo no sé qué sucedió. El murió rápidamente, eso es algo que sí sé. Es una bendición para él, pero una sorpresa para nosotros que quedamos atrás. Por más que sienta duelo por ti, teniendo que perder a tus padres de esta manera…por lo menos nuestro lazo está arrastrándome hacia la puerta de la muerte más lento para poder despedirme de ti-

    Él no dijo nada. No sabía que podía decir. ¿Adiós, Mamá? No parecía lo suficientemente bueno. Nada sería por siempre lo suficientemente bueno.

    -Ellos se están uniendo a ti, ahora. - Ella dijo. -Todo sucedió tan rápido…Yo sé que fue doloroso. Pero lo peor ya ha sucedido. Y tú tienes la manada. Cuida de ellos, Killian, y ellos cuidaran de ti. Tu naciste para esto. -

    El asintió, con un espasmo de su cabeza, todavía no confiaba en sí mismo para hablar.

    -Te amo, corazón. - Ella se inclinó hacia adelante y presionó sus labios sobre la frente de Killian.

    Fue la última cosa que le diría.

    Killian caminó en el centro del sito – La garra de le hielo de la manada – y se paró sobre el centro del círculo natural. Era luna llena esa noche, una burla de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1