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Mis Apreciaciones Sobre Dios Y El Cosmos: Artificiosas E Ingeniosas Pretensiones Sobre Una Relación Entre Dios Y El Cosmos
Mis Apreciaciones Sobre Dios Y El Cosmos: Artificiosas E Ingeniosas Pretensiones Sobre Una Relación Entre Dios Y El Cosmos
Mis Apreciaciones Sobre Dios Y El Cosmos: Artificiosas E Ingeniosas Pretensiones Sobre Una Relación Entre Dios Y El Cosmos
Libro electrónico386 páginas6 horas

Mis Apreciaciones Sobre Dios Y El Cosmos: Artificiosas E Ingeniosas Pretensiones Sobre Una Relación Entre Dios Y El Cosmos

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Este libro no es un documento científico. Pero la
Ciencia ha servido en una generosa parte para
entender las ideas que se suscitaron durante los
análisis de las partes para poder escribirlo.

Este libro no es un documento religioso. Pero la
Religión ha ayudado a establecer ciertas bases para
facilitar muchos conceptos relacionados con los que
aquí se pretenden explicar.

Este libro no es un documento filosófico. Pero la
Filosofía ha ayudado con la Lógica para poder
reflexionar y explicar algunas bases involucradas
con la Ciencia y la Religión que aquí se abordan y se
hacen relacionar.

Este libro no es una guía espiritual. Por lo tanto,
este libro no será tomado en cuenta para ser
considerado seriamente para regir los pensamientos
y las vidas de nadie, sólo son escritos resultantes de
deducciones caprichosas y ficticias, de pensamientos
forzados y de intuición artificiosa nacida de, quizás
la pereza o del descanso en demasía, y el esfuerzo
de insistir en ciertos pensamientos, escudriñando un
poco más para ir descubriendo cosas aplicando la
intuición hasta un poco más allá de lo
acostumbrado, y nada más.

Este libro no es un manual para cambiar las ideas y
los pensamientos de las personas.
Independientemente de qué tipo de Religión
profesen, no es la base de ninguna ideología.

Los conceptos que se dan de Dios aquí, son
conceptos generales y por ningún motivo se
pretende fijarlos en la mente de nadie, ni cambiar la
idea de lo que ya está escrito en los libros que
ampara la Iglesia y la Fe Católica.

El que lea este libro, puede elegir si darle
importancia o no para su diario vivir y su propio
modo de pensar.

Tampoco es un manual de Astronomía ni de las
Ciencias de los Astros.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento26 mar 2020
ISBN9781506532011
Mis Apreciaciones Sobre Dios Y El Cosmos: Artificiosas E Ingeniosas Pretensiones Sobre Una Relación Entre Dios Y El Cosmos

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    Mis Apreciaciones Sobre Dios Y El Cosmos - Felix Cantu Ortiz

    Copyright © 2020 por Félix Cantú Ortiz.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: 2020905291

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 24/03/2020

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    808247

    Índice

    Aclaraciones

    Dedicatoria

    De Él es imposible esconderse

    Nostalgias

    La Profesión

    Balazos

    En coma, sueño o re alidad

    En la búsqueda de la Verdad

    ¿Qué hay en el Más Allá?

    Miedo a lo desconocido

    Somos dos en uno

    Alma de otra dimensión

    Suma de vacío más materia: Universo

    Universo, hombre y Dios

    E = m C2, equilibrio masa-energía

    Algunas conclusiones sobre lo ya visto

    Movimiento del Universo

    Vibraciones y Frecuencias

    Oración, Palabra y Pensamiento

    Los recintos de Dios

    Evolución y Energía Universal

    El Hijo de Dios

    La Tabla Periódica de los Elementos

    Alma y Espíritu Santo

    Conciencia Universal

    Las cosas siguen igual

    La desaparición

    Lo inesperado

    Epílogo

    Frases célebres de científicos y pensadores relacionadas con la Ciencia, el Universo y Dios

    Acerca del Autor

    Otras Obras del Autor

    Mi México querido...

    Aclaraciones

    Este libro no es un documento científico. Pero la

    Ciencia ha servido en una generosa parte para

    entender las ideas que se suscitaron durante los

    análisis de las partes para poder escribirlo.

    Este libro no es un documento religioso. Pero la

    Religión ha ayudado a establecer ciertas bases para

    facilitar muchos conceptos relacionados con los que

    aquí se pretenden explicar.

    Este libro no es un documento filosófico. Pero la

    Filosofía ha ayudado con la Lógica para poder

    reflexionar y explicar algunas bases involucradas

    con la Ciencia y la Religión que aquí se abordan y se

    hacen relacionar.

    Este libro no es una guía espiritual. Por lo tanto,

    este libro no será tomado en cuenta para ser

    considerado seriamente para regir los pensamientos

    y las vidas de nadie, sólo son escritos resultantes de

    deducciones caprichosas y ficticias, de pensamientos

    forzados y de intuición artificiosa nacida de, quizás

    la pereza o del descanso en demasía, y el esfuerzo

    de insistir en ciertos pensamientos, escudriñando un

    poco más para ir descubriendo cosas aplicando la

    intuición hasta un poco más allá de lo

    acostumbrado, y nada más.

    Este libro no es un manual para cambiar las ideas y

    los pensamientos de las personas.

    Independientemente de qué tipo de Religión

    profesen, no es la base de ninguna ideología.

    Los conceptos que se dan de Dios aquí, son

    conceptos generales y por ningún motivo se

    pretende fijarlos en la mente de nadie, ni cambiar la

    idea de lo que ya está escrito en los libros que

    ampara la Iglesia y la Fe Católica.

    El que lea este libro, puede elegir si darle

    importancia o no para su diario vivir y su propio

    modo de pensar.

    Tampoco es un manual de Astronomía ni de las

    Ciencias de los Astros.

    No es un libro de protesta ni es un libro de crítica.

    Dedicatoria

    M is reconocimientos, admiraciones y agradecimientos para los representantes de las religiones, para todos esos grandes pensadores, filósofos y científicos que nunca cesan en sus intentos por descubrir las verdades eternas; a todos ellos les dedico este librito, y para los dirigentes de toda agrupación humana, cuyo liderazgo es de gran responsabilidad para que se lleve a cabo un buen comportamiento entre las personas de todos los pueblos, y por ende, para el proceso evolutivo de nuestra especie en el Universo; también para los hombres de buena voluntad, para los que considerando del Creador la presencia, reparten bendiciones y con ello obtienen más que satisfacciones para su alma, alcanzando la alegría que esa calma les da, porque saben bien que está en el dar al prójimo la ayuda que necesita, y justo en la dádiva, se asienta que ya tienen el Cielo ganado.

    Para los jinetes y soldados de Dios, que son sus ángeles terrenales, o caballeros errantes, que estando en la Tierra, enfrentan guerras que impugnan a sus almas y en dos las divide esa parte anhelante que es de Dios, que los conforta, a sabiendas que esa parte que a Dios posee, es la parte que a la otra soporta y a fin de cuentas a su ser y espíritu reconforta; para los esforzados por la felicidad encontrar en este mundo, para los que lo han intentado y han caído pero que no se cansan de intentar...

    Especialmente para los que han querido decidirse pero no llegan a convencerse que Dios es el Único Camino.

    Y por último, para mis nietos Renatito, María Renée, Emma y Eduardito.

    De Él es imposible esconderse

    E s curioso observar que teniendo tanto que apreciar en el vasto Universo, o en el mundo donde estamos situados, o simplemente en nuestro propio interior, los hombres nos desubicamos y hasta podemos vivir toda una vida, esa vida que nos fue regalada, sin que nos demos cuenta de todas las grandezas y las maravillas que tenemos al alcance de nuestras manos, ante nuestra mirada, o simplemente en nuestra imaginación.

    Nos enfocamos simplemente a cumplir nuestras necesidades corporales intrínsecas, y a obedecer a determinadas estructuras mentales establecidas ya en nuestras vidas, e impuestas por sabrá Dios quién, pero que hacen que muchos, o la gran mayoría, nos desviemos por caminos que nos ciegan ante lo que verdaderamente vale la pena descubrir, sentir y apreciar…

    Es tan breve nuestra existencia, que en un abrir y cerrar de ojos, el tiempo ya se nos ha escapado. Lo peor de todo es que tan pronto como nos va llegando el tiempo de morir, es como nos damos cuenta que pasamos por aquí, y ni siquiera nos percatamos para qué hemos venido a hacer presencia en esta dimensión; ni supimos a qué veníamos y ni siquiera nos dimos cuenta de lo que verdaderamente debimos haber disfrutado. Estuvimos cegados y nunca echamos un vistazo para ver que había un poquito de Más Allá, y así, en la ausencia de lo que debimos haber descubierto, así simplemente fue que el tiempo rápidamente se pasó, se nos fue y ya no hay remedio.

    Si le preguntamos a alguien ya avanzado en edad, que si se acuerda de su vida infantil, de su juventud, de lo que vivió en sus primeros años, lo más seguro es que ya ni siquiera lo tenga registrado en su memoria, y si intenta descubrir ese ambiguo pasado, te dirá que sólo le parece que fue ayer, porque esos años que vivió, se han pasado tan rápidamente que no se ha dado cuenta cuándo todo se pasó, cuándo todo se olvidó, y se fue para siempre de los registros de su vida en su propia memoria, de su propia mente, quedándole sólo un recuerdo, un vago vestigio de lo que fue. Y en el presente, sólo le queda lo que le resta por vivir, y me supongo que se ha de preguntar: ¿qué fue de mis años y de mis días, de mi pasado y de mis sueños y de mis ilusiones? ¿A dónde se ha ido tan rápidamente todo eso que ahora parece como un suspiro? ¿Qué hice en todo ese tiempo pasado? ¿Qué aprendí y para qué? ¿Qué es realmente lo que debería de haber hecho o aprendido? Nunca antes lo supe, ni ahora lo sé, y por lo visto, nunca lo sabré…

    Siempre me preguntaré por qué en todos los tiempos o épocas de la vida que uno vive, a unas cosas no se les da la importancia que tienen cuando en realidad la tienen, y por qué se les da tanta importancia a otras cosas cuando en realidad no la tienen. Puede ser que eso sea la razón por la que, al parecer, todo se pasa tan rápidamente, sin darnos cuenta de los verdaderos motivos por los que debemos de disfrutar nuestra vida, nuestra existencia en este Universo físico, y poder ser felices, que yo me supongo que eso es a lo que venimos. ¿Pero quién lo puede atestiguar?

    Por lo menos ya hubo un gran pensador del Siglo XX, que una vez publicó en una canción:

    "La vida es aquello que te sucede, mientras estás ocupado haciendo otros planes…"¹

    Y mucho antes que éste, hubo otro que manifestó al final del primer acto de su libro La Vida es Sueño ² lo siguiente:

    SEGISMUNDO:

    Es verdad; pues reprimamos

    esta fiera condición,

    esta furia, esta ambición,

    por si alguna vez soñamos;

    y sí haremos, pues estamos

    en mundo tan singular,

    que el vivir sólo es soñar;

    y la experiencia me enseña

    que el hombre que vive, sueña

    lo que es, hasta despertar.

    Sueña el rey que es rey, y vive

    con este engaño mandando,

    disponiendo y gobernando;

    y este aplauso, que recibe

    prestado, en el viento escribe,

    y en cenizas le convierte

    la muerte, ¡desdicha fuerte!

    ¡Que hay quien intente reinar,

    viendo que ha de despertar

    en el sueño de la muerte!

    Sueña el rico en su riqueza,

    que más cuidados le ofrece;

    sueña el pobre que padece

    su miseria y su pobreza;

    sueña el que a medrar empieza,

    sueña el que afana y pretende,

    sueña el que agravia y ofende,

    y en el mundo, en conclusión,

    todos sueñan lo que son,

    aunque ninguno lo entiende.

    Yo sueño que estoy aquí

    de estas prisiones cargado,

    y soñé que en otro estado

    más lisonjero me vi.

    ¿Qué es la vida? Un frenesí.

    ¿Qué es la vida? Una ilusión,

    una sombra, una ficción,

    y el mayor bien es pequeño;

    que toda la vida es sueño,

    y los sueños, sueños son.

    ¿Bajo qué condiciones y circunstancias de vida habremos de vivir cada uno de nosotros para respetar, cuidar y perpetuar las bondades de este mundo que nos fue designado como nuestro único hogar? Parece ser que aunque muchos sepamos cómo debemos de actuar, en las manos de muy pocos está el tomar las decisiones para contestar a esta pregunta, y a muchas otras más, que son quienes dictan y predicen nuestros destinos y nos condicionan nuestra libertad.

    ¿De qué forma han de vibrar el cuerpo humano y su alma junto a los gozos o lamentos de los demás cuerpos y almas de la misma especie? ¿Cómo influyen los pensamientos particulares de una persona y sus intenciones, en las vibraciones generales de la especie humana?

    Es seguro que hay algún regalo para los que tienen buena voluntad, ¿y será igual para los que no la tienen…? Debe de haber una buena respuesta de parte del Universo cuando una persona lanza buenos pensamientos, digamos que lance muy buenos deseos, o tiene muy buenas intenciones hacia sus semejantes. Así como los pensamientos vibran en ciertas frecuencias, ¿serán estas frecuencias particularmente conjugadas, aceptadas y aprobadas por las frecuencias similares universales? Sabemos que la raza humana, como especie vibra a ciertas frecuencias, como también otras especies lo hacen a sus especiales frecuencias, pues el conjunto de átomos que constituyen cualquier objeto, animal, planta, persona, mundo, etc., al estar en constante vibración produce una nota clave individual, muy particular que representa su frecuencia, luego el conjunto de notas individuales de cada objeto, animal, planta etc., forman la nota clave de una especie, y esto es la frecuencia de su especie, y así mismo, el conjunto de todas esas notas clave, forman las vibraciones de todo el planeta, y lo lógico es pensar que estas frecuencias estén en equilibrio con las vibraciones del Universo, porque si no fuera así, entonces dicha especie o especies tendríamos serios problemas para subsistir dentro del dominio de aquellas frecuencias que no aceptan nuestras vibraciones. Seguramente debe de influir el hecho de que la frecuencia general de una especie sea aceptada en las vibraciones eternas del Universo para que siga en su proceso evolutivo, o si no, que definitivamente desaparezca, al igual que como han desaparecido otras especies en la antigüedad y que seguramente sufrieron esta triste desventura.

    La suposición de destruirse a sí mismos solamente compete a las especies cuyas frecuencias son tales que no compaginan con las frecuencias generales del Universo, y como ya lo dijimos, algunas especies ya han desaparecido, y lo más seguro es que sea por estas razones. No tan alejado de estas suertes anda el hombre, que en su afán de ambiciones por saber y por tener más, se ufana en destruir; pero este destruir es en un futuro muy próximo, ni más ni menos que su propia autodestrucción, lo cual va de la mano con la destrucción de su hogar habitación que es este planeta Tierra en el que vive, y a juzgar por su comportamiento, no parecen importarle las consecuencias. Y me supongo que así seguirá, destruyendo, y destruyéndose a sí mismo hasta que realmente termine con todo, y acabe por auto aniquilarse pues la humanidad se encuentra realmente en grave peligro gracias a los vicios, odios, venganzas, resentimientos etc., que rápidamente se apoderan de la mente de los hombres, y las luchas y las guerras, son los trofeos de este desequilibrio. Por otra parte, cada día aparecen nuevas enfermedades, virus, bacterias y grandes epidemias, más miseria y más plagas que se agigantan, y ésas asfixian la decadente humanidad. Lo que pasa es que La Naturaleza se está rebelando contra su maldad. Las vibraciones tan negativas que la humanidad en general ha estado lanzando al Universo, creo que ya se le están regresando. Pues está muy claro que el que siembra meteoros y relámpagos, no tiene más remedio que cosechar malos tiempos y muy tormentosos. Como dice el dicho: Ojo por ojo y diente por diente, lo cual es la Ley del Talión y se cumple en todo el Universo y en todos los tiempos

    Como datos extras, mencionemos que en 1992, un grupo bastante grande de científicos de alto renombre, la mayoría de ellos ganadores de un Premio Nobel, redactaron un claro mensaje dedicado a todos los habitantes del planeta. Las acciones perversas y malsanas de los humanos provocan daños irreversibles en nuestro planeta Tierra y, a menos que se tomen medidas urgentes, no nos lo salvaremos, y por ende, nosotros los humanos tampoco nos salvaremos. El mundo ya no puede sostenernos por sí solo, se nos muere… Necesita nuestra ayuda. La población mundial para entonces era de 5.4 mil millones. Para el 2018, la población aumentó a 7.6 mil millones, como se ve, el crecimiento de la población mundial en tan sólo esos 26 años ha sido bastante grande, aumentó 41% de lo que ya existía hasta el año de 1992. Existe una medición conocida como el Día del Exceso Terrestre, el cual señala en qué día del un año consumiremos en su totalidad los recursos que el mundo puede proveer de manera natural en un año. Esa fecha llegó el día 1 de agosto, faltando 5 meses para terminar el año. Esto quiere decir que necesitaríamos un 70% más de productividad de este planeta para sostener el estilo de vida que se llevaba hasta ese momento. Bajo estas circunstancias y ante lo alarmante de estos resultados, una vez más, 15 mil científicos se reunieron en el año 2017 para mandarnos una segunda advertencia al respecto. Los problemas más preocupantes son la disminución de la capa de ozono, la disminución en la disponibilidad de agua dulce, la reducción bastante grande de la vida marina, las zonas oceánicas muertas, las enormes pérdidas forestales por incendios y la tala desmesurada de árboles, y por lo mismo, la destrucción de la biodiversidad, la constante inestabilidad de las capas internas del subsuelo terrenal, el cambio climático y el constante crecimiento poblacional. Es preciso e indiscutible estar conscientes de estos problemas y es necesario que pongamos cada quién un poco de nosotros mismos para cooperar y tratar de evitar todos estos problemas que nos atacan muy cercanamente y que están acabando con nuestro hogar.

    Si nos ponemos a pensar en el breve tiempo en que el hombre ha habitado la Tierra, sean 50 mil, o a lo más unos 100 mil años, o lo que sea, no representa un número de años considerable como para haber realizado por completo su evolución, ésta apenas está en pañales, y el hombre no tiene ni siquiera la más remota idea de cuál sería la base principal para el desarrollo de su propia conciencia, y lo peor de todo sería que nunca se diera cuenta de esto. Es todo un misterio para la Ciencia, que de repente haya aparecido la raza humana en un planeta habitable y adecuado para la vida, y de buenas a primeras, en tan poco tiempo, y sin saber por qué, haya querido y decidido aniquilarse a sí misma, como lo está haciendo, precisamente desde que apareció.

    Es entonces de suponerse que no le haya gustado al hombre que lo hayan creado, o haber aparecido en la Tierra y evolucionar, o ¿es acaso que por tener libre albedrío, o por saberse superior a las demás criaturas, se sintió un dios y al sentirse superior, pretendiese dominar a todo cuanto existe?

    Estos conceptos han aumentado su grado de interacción con el hombre cada vez más, a medida que aumenta su tiempo de estancia en este plantea: las guerras, crímenes, delincuencia, la destrucción, la barbarie la violencia y los problemas propios del planeta, parecen ser los parámetros que definen la frecuencia de nuestra especie, frente a las vibraciones del Universo, de manera que esta discrepancia nos ayuda a que pronto se avecine la autodestrucción de nosotros mismos como especie. Las actitudes negativas y las negras emociones hacen que las vibraciones que genera el espíritu de toda persona, y en conjunto, de toda una especie sean rechazadas por la fuerza universal, de la frecuencia del Cosmos, y la respuesta, o la contra-frecuencia definitivamente nos llegará en el momento justo y adecuado, y nos desaparecerá del plano de lo real.

    Los fatuos sueños de poder y gloria por los que el hombre siempre lucha, se esfuman si con tan sólo un vistazo que se le eche al Universo, nos damos cuenta que somos infinitamente pequeños e insignificantes que no nos podríamos contar como algo; y además, que nuestra duración aquí es tan poca, pero tan infinitamente breve, que puede considerarse insignificante ante la mega inmensidad de las medidas de tiempos y la eternidad del Universo. En verdad, el hombre ante la majestuosidad y la magnificencia de las dimensiones y existencia de Universo, no debería de contarse como ente, y en un momento determinado de esta eternidad, el hombre definitivamente podría decirse que nunca existió, tan sólo se presentó en la Tierra como parte de un experimento quizá, el cual nunca logró desarrollarse, y finalmente murió la especie, aniquilada por sí misma. Debería de considerarse la estadía del hombre aquí en la Tierra como una ilusión. Y sin embargo, por allí anda el hombre en sus jactancias de ser un dios, si ni siquiera tiene conciencia, y ni siquiera ha podido desarrollarse ni evolucionar en el escasísimo tiempo que lleva en esta Tierra.

    La acumulación de tantas riquezas, bienes, y otras pertenencias por el hombre, sustituye a su vaciedad de alma, su falta de seguridad y de fe por lo desconocido ante Lo que es Eterno.

    Yo no puedo imaginarme ni comprender ni aceptar, que al parecer, muchos hombres no hayan tenido por un instante en sus vidas el aviso de su corazón de por qué estamos aquí en este mundo, y a quién nos debemos; y más aún, a dónde iremos cuando muramos, y qué tipo de equipaje y cuánto necesitamos para hacer tal viaje; si se necesita o no se necesita dinero o algún tipo de preparación, porque de verdad, en el corazón sabemos que hay un orden natural de la vida, algo más soberano que sobrepasa cualquier regla o ley humana que pudiera subordinarnos, y tal orden natural o universal, precisamente pudiera llamarse Dios. Y aunque para los escépticos no fuera así, se siente que es la presencia eterna del Todo, del Cosmos, lo que nos guía en el mismo sentido y al mismo tiempo que guía todas las corrientes del espacio y del tiempo. Llámese a todo esto la Divina Providencia o el Espíritu Santo, o bien, Orden de la Fuerza Vital…

    Sencillamente no puedo creer que multitud de hombres no hayan sentido alguna vez en su vida esta presencia oculta y misteriosa. Y si lo hubieran sentido, a la sazón, entonces sí lo saben… ¿Qué es pues, lo que ha ocurrido en sus mentes…? Porque al parecer se han reducido a un mundo infinitamente pequeño donde lo más importante para ellos es simplemente Nada, pues no le abrieron el corazón a aquello que quizás sintieron en aquellos preciosos momentos, y que es el pasaporte para lo Eterno, lo Infinito, para llegar al Todo… Me pregunto, ¿cómo pudieron despreciar todo eso…?

    Nuestro pequeño planeta que de la nada está colgado, que no se cansa en su eterno recorrer, a sí mismo girando y vueltas dando alrededor del que con su luz, lo ha guiado, año tras año en el vasto espacio viajando, es el hogar del arco iris de un atardecer, es el hogar de la fragancia de todas las rosas, de la luz plateada al anochecer, donde las estrellas brillantes y hermosas, regalan sueños y ofrecen mil promesas. Es el hogar del agua de tibios manantiales y de todos los nobles animales que en el cielo, en la tierra y en el mar dan sus bondades a aquél, que sobre ellos es, y será el Rey, de todas las especies. Lugar que nos haya sido regalado de entre todo el inmenso Universo, al menos de lo hasta ahora conocido, nuestro planeta es el único poblado. El hombre ha de sentirse agradecido si por donde quiera que se le vea, su hermosura resalta en todo el paisaje, si ves la lluvia, el cielo o el mar, una simple flor, un atardecer, o la desnudez de una mujer al amanecer.

    ¿Cómo podría mancillarte? ¿Cómo podría destrozarte? ¿Cómo osaría destruirte o ultrajarte si eres tan sensible, como para maltratarte?

    En ti me siento tan seguro y protegido cuando mis pies sobre ti planto y acomodo, pero me siento miedoso y desprotegido al verte solitario, en el vasto infinito inmerso como un granito de arena en la nada de la inmensa oscuridad. ¿Quién podría saber que allí estás e identificarte, escondido en el cielo estrellado sin final, entre la inmensa oscuridad de las tinieblas? ¿Cómo hacerle saber a los habitantes del Universo que ese granito de arena es mío, y que no debe de ser atacado ni destruirse porque es demasiado frágil y tan sensible que fácilmente puede ser demolido, y yo lo amo.

    Y sin embargo, allí vivimos, allí tenemos nuestro hogar todos los que humanos nos podamos llamar. Pero precisamente los humanos han comenzado con tu destrucción, sin esperar a que seas atacado desde fuera, aquí los hombres te dividieron en naciones, y a los habitantes de cada una de las naciones, unos cuántos nos han dividido los corazones… Nuestro nido y apacible casita universal, se ha convertido en un asqueroso lugar, en donde tener más se convirtiera en obsesiones, donde los hombres sólo buscan posesiones. Y pensar que es el mismo lugar donde vivimos los que amamos, sin importar creencia, filosofía y religión, padres, hijos, hermanos, conocidos y parientes, sin excepción, pero todos sujetos a nuestros gobernantes. Aquí, cada persona, cada madre, y padre, hijos esperanzados, trabajadores, labradores y pensadores, sacerdotes, líderes, gente justa y pecadores, en esta insignificancia de planeta, todos cabemos. ¿Por qué tantos malentendidos e impaciencias? ¿Por qué entre unos y otros por matarse van tan aprisa? ¿Por qué tanto el odio y tanta sangre derramada? ¿Para qué tantas guerras, para conseguir nada? ¿Para qué las injurias, por un grano de arena? En esto se ha convertido nuestro hogar, el granito de arena, perdido en un inmenso mar, insignificante destello, que desde lejos no alcana a percibir. ¿Y es allí, donde se ha de apostar y trabajar duro para ganar un pedazo de pan? Falsedades, angustias, ambiciones, destrucción, odios, intrigas, envidias, crimen, desilusión, malentendidos, impaciencias y presunción, dolor y tormento, llanto, penas y desazón… Todo eso, a cambio de un engaño, de una falsa ilusión…

    Sesenta, setenta años, ochenta quizás… ¿Tan breve es la vida que nos regalan? ¿Cómo salvarme de los demás? ¿A dónde ir a buscar un nuevo lugar, si éste, es el que puede mi vida albergar? Es único, no parece que exista otro igual a donde yo me pueda mudar, o huir de los de mi misma especie, de mi hermandad. ¿Y a quién ayuda podré siquiera pedir, y poderme de mis propios hermanos salvar? ¿Cómo eliminar la presunción humana que nos gobierna? No hay más, aquí es el único lugar donde podemos perdonar y donde nos pueden prometer solamente una única oportunidad más de amar… Y lo desperdiciamos…

    En este libro encontraremos un pequeño análisis, aunque no muy bien versado en las ciencias, ni muy extenso, y muy a mi manera, surgido pues, de sueños, de imaginación, de intuición y de breves meditaciones, para sacar conclusiones y respuestas adecuadas a mis necesidades, quizás justas para estas preguntas que en realidad no nada más yo, sino todos nos hacemos, pero que nadie, y mejor diríamos que no todos sabemos responder, quizá por las vanas necesidades y todas las vanidades, las prisas, por la falsa felicidad presente, y por las ambiciones que se anteponen a nuestras buenas intenciones y a nuestra buena voluntad, las hacemos a un lado, nos olvidamos de eso y de todas sus profundidades, de todo aquello que a nuestras almas pudiera acariciar, y dedicamos nuestra vida, nuestro tiempo y nuestra completa atención a las cosas que nos mueven a vivir una vida más cómoda, pero prácticamente superflua, que para la mayoría es necesaria e importante, bajo el mando de la estructura de los siguientes dos conceptos:

    Quiero esforzarme menos que los demás

    y

    Quiero tener más que los demás.

    Esto parece el retrato de una realidad que vive el mundo actualmente, y por esta triste y fragilísima realidad nos enfrentamos a los problemas gigantescos que actualmente se tienen. Aunque la verdad más cruda es que estos problemas siempre han existido y desgraciadamente es el mal, o mejor dicho la enfermedad, que yo considero innecesaria, pero que ha padecido en su recorrer por este mundo, toda la especie humana.

    En fin, démosle un vistazo al siguiente escrito, que pudiera ayudarnos a reacomodar y a balancear nuestro centro de masa, pues generalmente no nos damos cuenta que dentro de nosotros tenemos al medidor y al juez de nuestras acciones, que ya sabemos que es nuestra propia conciencia, y que puesta en el lugar donde debe de estar, debería de reacomodar nuestra vida, nuestra existencia y nuestros pensamientos, para después, haciendo caso al diagnóstico que esta balanza nos dicta, seamos los dueños de unas decisiones justas y adecuadas para el provecho de nosotros mismos, y por consecuencia, de nuestra especie, en el preciso ahora, y en el inmediato porvenir…

    Debemos recordar que en el corazón debe uno saber por intuición, que siempre hay un camino mejor. No hay quién no pudiera notarlo, pues el corazón, la mente y nuestro espíritu nos hablan de eso en la soledad y en el silencio. No nos podemos engañar.

    Nuestras inquietudes siempre serán la clave para inclinarnos a caminar hacia esa ruta diferente, la cual, siempre estará dividida en una bifurcación hacia dos caminos, uno milagroso que es el que te dicta la conciencia, y el otro que no es el milagroso, es el que te dictan tus deseos y tus emociones. A todos nos pasa lo mismo, todos somos iguales y no lo podemos negar, porque provenimos de donde mismo, nos abraza el mismo cielo, aspiramos y bebemos del mismo néctar que nos proporciona el aire y de la misma agua que nos procura la vida, y nos movemos bajo el mismo Orden Universal. Lo que quiere decir que todos, sin excepción, estamos envueltos por la presencia cósmica, por ese halo invisible que envuelve toda criatura y todo objeto, por más ínfimamente pequeño y minúsculo que sea, hasta el más grande y titánico que exista en ese grandioso Universo; envueltos en su divino e imponente manto, bajo sus rayos universales, sin podernos esconder, y todos somos atraídos por su llamado, queramos o no, y creámoslo o no, todo y todos formamos parte de lo mismo, sin excepción. Estamos contenidos y somos una parte del Todo.

    Independientemente de las minúsculas y separadas creencias tan insignificantes de cada una de las mentes humanas y los edictos de tantas religiones, que unas dicen unas cosas y las otras dicen otras tantas, unos aceptan La Verdad, y otros la disimulan, he allí la gran diferencia entre los elementos componentes de una misma especie, a cuyos miembros individualmente se les dio libre albedrío.

    Si te preguntas que cuál es la mejor Religión en el planeta, que cuál es la correcta, no importa cuál elijas. No importa de qué Religión seamos cada quién, porque las religiones vienen y van y a través de los años son cambiantes. El budismo no ha estado aquí desde siempre, el catolicismo no ha estado aquí desde siempre, y todas son y dan curso de cómo hacerse una persona más iluminada. Generalmente por las religiones existen contiendas entre los hombres: una religión contra la otra, creyendo que cada una de ellas es la que tiene la razón. Al Todo, al Universo, al Cosmos, a Dios, al Espíritu Santo no les importa si uno es protestante, budista o judío. Cada uno somos un reflejo, una faceta del Todo. Ojalá que todas las religiones se respetaran entre sí, porque se asume que la finalidad es el vivir y el dejar vivir. Cada religión tiene una visión distinta, pero para el Gran Todo, para Dios, todas se suman para el mismo resultado. Las gentes pueden hacer cosas terribles debido a la ignorancia o a carencias, pero ningún alma es mala, de eso debemos de estar bien confiados. Lo que la gente busca lo sustenta el amor y lo que a la gente altera y distorsiona siempre será la falta de amor.

    El infinito y eterno Todo se refleja en cada uno de nosotros, en nuestras mentes, como una fuente de inspiración y de introspección; como la fuente de todo saber, de nuestro propio entusiasmo e intuición… Allí se encuentra el calor interno del fuego que abrasa nuestro espíritu y es siempre el amor que abraza nuestra vida y nuestro caminar por esta Tierra, es el objeto para identificar la piedad y el amor.

    Sabiendo que, tal vez, podamos hacer explotar al planeta cincuenta veces, o quinientas veces más, hemos llegado a darnos cuenta que ahora, estamos todos juntos aquí. Por un tiempo tuvieron que seguir haciendo estallar más bombas para hacérnoslo ver. Entonces comenzamos a decir que ya es suficiente, que ya no se necesitan bombas, porque nosotros somos de la parte del Todo que se está volviendo consciente. Tenemos que apoyar con todas nuestras fuerzas y no dejarnos deprimir o descorazonar. La Tierra está en un proceso de amansarse y nosotros somos elementos de nuestro planeta. Ayudemos en vez de destruir.

    El Todo intrínsecamente le da un orden perfecto al Universo y le infunde un cierto tipo de vida. Son cosas que nosotros jamás entenderemos; sin embargo, esta vida que se infunde en todo lugar del Universo, a nosotros nos involucra haciéndonos parte de Él, el que por medio de nuestros ojos nos permite ver las bellezas que observamos, y metido en nuestros frágiles sentimientos, deposita la gracia que Él mismo nos regala y que invade nuestros cuerpos y almas, gracia que al invadir nuestros corazones se transforma en la misericordia que sentimos por todas las criaturas de este mundo, tanto semejantes a nosotros, como por los más pequeños de todas las especies.

    A través de tu mente, de tu alma y de tus cinco sentidos, la Luz Universal brilla en tu conciencia, mostrándote siempre que el Todo mismo está dentro y fuera de ti, es un Universo de Luz increíble, y debido a esta maravilla, no necesitamos comunicarnos con Dios, porque Él ya está comunicándose con nosotros a cada instante, y esta comunicación hace que de Él sea imposible esconderse porque Él está en todas partes… Allá donde las águilas anidan en lo alto de aquel risco montañoso, donde los colores y las nubes del ocaso, transforman la mirada en un embeleso… Allá, en el oscuro y azul reposo de las profundas aguas del mar, donde el silencio tiene su reino y entona notas de un antiguo cantar…

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