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¡Sí! a La Vida
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Libro electrónico150 páginas2 horas

¡Sí! a La Vida

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Información de este libro electrónico

Luego de completar sus estudios Universitarios en 1996, ngel Morn se ha desempeado como ejecutivo en distintos Pases de Latinoamrica en el sector energtico.
A lo largo de su carrera ha realizado varias especialidades en el rea de las Finanzas y Negocios en pases como Venezuela y Argentina.
En los ltimos aos ha querido explorar de cerca los conceptos relacionados con el Liderazgo y el Coaching en las organizaciones.
Esta inquietud lo llevo a encontrarse con la Logoterapia inspirada y fundada por el Doctor Viktor Frankl.
Radicado en Mxico, decide comenzar a escribir una serie de relatos basados en experiencias reales donde plantea refl exiones sobre la bsqueda del xito y el propsito en nuestra vida diaria bajo el aire renovado del Liderazgo y Coaching.
Un libro lleno de signifi cado y motivacin para todo aquel que busque superarse a si mismo e inspirar a otros al cambio y el pleno manejo de situaciones difciles.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento31 ene 2014
ISBN9781463377823
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    ¡Sí! a La Vida - Ángel Morán

    Copyright © 2014 por Ángel Morán.

    El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2014901505

    ISBN:   Tapa Dura                978-1-4633-7783-0

    Tapa Blanda            978-1-4633-7784-7

                 Libro Electrónico   978-1-4633-7782-3

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 28/01/2014

    Para realizar pedidos de este libro, contacte con:

    Palibrio LLC

    1663 Liberty Drive, Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    508584

    ÍNDICE

    Prólogo

    CAPÍTULO 1   UN CAMINO CON SENTIDO: SANTIAGO DE COMPOSTELA-ESPAÑA

    CAPÍTULO 2   MISIÓN MONARCA: EL ROSARIO, MICHOACÁN

    CAPÍTULO 3   TRIÁNGULO DE FUEGO. BEIJING; SHANGHÁI; XI’AN — CHINA

    CAPÍTULO 4   LA MONTAÑA MÁGICA. MACHU PICCHU; CUZCO — PERÚ

    La vida sigue a pesar de…

    Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos y a partir de este momento es prohibido llorarlos.

    ¡Que se callen los redobles en todos los campanarios!

    Los que mueren por la vida, Alí Primera

    A la preciosa existencia de mis Padres,

    un regalo providencial de esta encarnación

    PRÓLOGO

    Hay quienes describen la vida como un tránsito fugaz de los seres humanos en el espacio y tiempo de una comunidad. Esto puede hacernos pensar en la posibilidad de no interesarnos por la breve existencia. Sin embargo, desde tiempos pasados, personas notables, filósofos y científicos se han hecho las mismas preguntas: ¿por qué existo?, ¿cuál es mi misión?, ¿hay vida después de la muerte?, así como otras interrogantes a las cuales cada religión o cultura ha dado la respuesta que más encaja dentro de sus doctrinas.

    ¡Sí! a la vida no pretende ser un libro que intente resolver estas interrogantes, por el contrario, en lo personal creo que cualquier respuesta de eruditos o teólogos puede ser correcta dependiendo de la ley y la fe en la que sea interpretada. Este escrito nos habla del aquí y del ahora, de lo que en la práctica es la persona, y éste no es más que un ser que se relaciona y que se une a otro a través de la comunicación que proporciona el lenguaje, la necesidad, la corporalidad y mayormente, la colaboración. Este esfuerzo colaborativo no es más que la potencialidad de las personas para acordar de manera consciente una o varias actividades, que individual o grupalmente, nos permite existir. Ya desde tiempos remotos, las mujeres recolectaban y los hombres cazaban sus presas para luego concluir en un esfuerzo colaborativo que mantenía viva a la tribu.

    La humanidad ha despertado a la consciencia y, obviamente, ya no somos tribus con necesidades básicas como las de nuestros ancestros. El individuo se ha vuelto complejo, pues no trata solamente de cubrir sus necesidades elementales: mientras más tiene, más desea; puede ser dinero o sabiduría, entonces se percibe que los valores que hemos decidido alcanzar son ilimitados y que una vida no es suficiente para tener lo máximo que queremos, y si es así ¿qué queda entonces? Queda la breve vida que se esfuerza por conquistar la cima material o, por el contrario, la existencia que se dedica a la construcción del ser inacabado de la persona.

    Cuando hablamos de la vida se percibe la fuerza vital apoderada, no sólo de la persona, sino de todo los que nos rodea: plantas, animales y ¡hasta objetos a nivel atómico!, todos están llenos de vida. La física cuántica nos ha revelado que nada en el universo se escapa de su composición atómica y que cada elemento a nuestro alrededor vibra con una energía que puede ser muy fuerte o sutil. Somos parte de esa fuerza vital y en el rompecabezas de la vida, tú y yo tenemos una pieza por agregar sin la cual el rompecabezas del universo no estaría completo. De nosotros depende qué tan estelar o significante sea esa pieza.

    Alguien puede pensar en este momento que ciertamente el poder material es el que nos convierte en piezas importantes de la existencia de las personas. Con esto puede que vengan a la memoria el nombre de personas importantes, santos, héroes y políticos, personas que durante su existencia fueron parte aguas de generaciones enteras.

    La buena noticia es que no hace falta emular a estas personalidades y, que muchas veces, la vida de éstas tuvo menos sentido que la tuya; y es que decir a la vida es abrazar todo los que nos pasa. Lo que nos gusta y no, con la intención de disfrutar o aprender según sea el caso. El sentido de la vida será, por tanto, proporcional a lo que tanto abraces, a las cosas que te suceden diariamente.

    Algunas culturas no occidentales suelen promover el equilibrio de los sentimientos con la finalidad de aprovecharlos. Así pues, reír es grandioso pero hacerlo desmedidamente puede enfermarte. La ira es furia pero en su grado correcto se convierte en una energía avasallante que ayuda a conquistar metas. Desde ese equilibrio de los sentimientos nace lo que llamo el sentido de la vida y cómo éste nos ayuda a entender porqué nos suceden las cosas sin necesidad de culpar a otros, sino buscar nuestro porcentaje de responsabilidad en cada cosa conveniente o inconveniente.

    Finalmente el volcar sentimientos, herir o elevar nuestras acciones sólo puede reflejarse a través del contacto con los demás. Te imaginas náufrago en una isla, la soledad nos haría reflexionar sobre la ausencia de aquel con el que podemos relacionarnos.

    En Europa Occidental estudios formales indican que la longeva vida que ciertos pueblos tienen en la región se debe a las culturas de acompañamiento. Hay ciertos casos, por ejemplo: los ancianos que se reúnen con frecuencia a tomar un buen oporto y a jugar naipes parecieran vivir más y mejor que aquellos que no comparten con otros amigos.

    La diferencia entre uno y otro grupo es clara: el sentido de la vida está concentrado en cuánto tiempo compartes, habitas y ayudas al otro, no a ti mismo. A la larga todos los dones, todo el dinero, toda tu riqueza e inteligencia tendrá que ser utilizada en los demás para que puedas ser reconocido por los grupos que te rodean, mejor aún, para que tu existencia tenga valía.

    Menudo reto al que se enfrenta la persona, sin embargo está, al mismo tiempo, la maravillosa oportunidad de dar la cara al otro, ayudarle y hacerse su amigo para vivir con plenitud. Este texto trata de eso: de viajes y personajes reales a través de eventos y culturas, donde ésto se pone de manifiesto. En lo particular, cada vez que leo alguno de los relatos, reflexiono y entiendo que sin los demás a mí alrededor mi vida no es de gran cuantía y que la búsqueda del otro es parte de la solución.

    Sé que disfrutarán de la lectura, pues estoy convencido de que no podemos abandonar la pelea de reencontrarnos como personas, con la fraternidad de caminar juntos, con la alegría de decirle sí a la vida.

    CAPÍTULO 1

    UN CAMINO CON SENTIDO: SANTIAGO DE COMPOSTELA-ESPAÑA

    Tenedlo presente, hermanos míos queridos,

    que cada uno sea diligente para escuchar y

    tardo para hablar, tardo para la ira.

    Santiago 1:19

    La ruta del milenio: el campo de estrellas

    Santiago el mayor, hermano de San Juan Evangelista, viajó tras la muerte de Jesús a la provincia Romana de Hispania en la península Ibérica (hoy conocida como España). Luego de establecerse cerca de aquel lugar conocido como El campo de estrellas o Compostela, erige una pequeña ermita donde funda la primera iglesia primitiva de entonces y con ello lleva a tierras ibéricas el mensaje del Salvador Judío.

    Cuando escuchaba la historia de Santiago me imaginaba mi vida como el camino del apóstol. Santiago retrata gráficamente en su camino el Sentido de la existencia. Análogamente al igual que en la vida, el camino a veces se torna pedregoso y difícil de andar, hay días de Sol y también obscuridad, asaltantes a la vera pero también conseguimos personajes a lo largo de nuestro transito dispuestos a ayudarnos y acompañarnos.

    Caminar una de las rutas de Santiago fue para mí una hermosa reflexión donde podía evidenciar de forma tangible el Sentido de la vida de las personas pero sobretodo vivir mi propio sentido lleno de sensaciones reales, duras y placidas pero finalmente motivantes.

    En mi camino a Santiago pude escuchar muchas leyendas sobre la vida que el apóstol cristiano llevase en tierras ibéricas. Se cuenta que sus primeros bautizados eran paganos provenientes de las islas de Britania, de origen Celta y cabelleras rojas. Estos conversos fueron atraídos por el poderoso mensaje de Santiago y los prodigios que realizaba entre ellos, pues a los enfermos sanaba, a los muertos resucitaba y otros tantos milagros que daban cuenta del poder de aquel hombre que predicaba la palabra del rabino judío llamado Jesús y su nuevo reino de amor y justicia.

    Los ritos paganos practicados por los celtas de entonces de alguna forma fueron compartidos por Santiago, quien al igual que Pablo en Grecia y Roma, forman parte del corolario cristiano de aquellos pueblos ancestrales que llevaron la doctrina a tierras españolas. En este sentido, Santiago no olvidaba su tierra y algunos caminantes hablan de su inquietud por volver a Jerusalén a reunirse con sus hermanos. Los cronistas del lugar hablan en sus escritos de los varios viajes que haría a Tierra Santa y de donde muchos judíos cristianos provendrían, escapando de la persecución del sanedrín Judío y las autoridades romanas de entonces.

    También concuerdan en que aproximadamente en el año 42 d. C., Santiago fue decapitado por orden de Herodes Agripa. Luego de esto, según los relatos, sus restos fueron llevados a Compostela donde permanecieron en el anonimato por más de 800 años.

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