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Libro electrónico1675 páginas12 horas

Mil

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Información de este libro electrónico

Mil
Es muy fcil poder decirlo, ms fcil es an pensarlo; Pero en el trabajo de hacerlo est el trance de revelarlo.
Mil: un nmero de tres ceros, en las cartas que le dan valor, contando en ellas los luceros del firmamento multicolor.
Mil: una palabra, tres letras, de mil pensamientos sinceros, bajo los abismos y enigmas, que una vida lleva a cuestas.
Mil: intenciones del corazn, que da a da, late y palpita, por una cancin, que es el son, de su exaltacin infinita.
Mil: ideas del sentimiento, de remolinos de mi mente: a veces van con sufrimientos, que arrastran a mi alma latente.
Mil: sueos, y mil espejismos, que nacen de la imaginacin, para dar cuentos y leyendas, que de mi pluma son ofrendas.
Mil: el nombre de mi poema, con el que llegu al nmero mil, que conmemora la produccin de letras de ensueos e ilusin.
Mil: formas de enorgullecerse, de darle las gracias al seor por la inspiracin y por el don, que dio a este humilde trovador.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento17 jun 2015
ISBN9781506503929
Mil

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    Mil - Felix Cantu Ortiz

    Copyright © 2015 por Félix Cantú Ortiz.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 03/06/2015

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Contents

    Mil

    A Rosy, mi musa y esposa:

    Prólogo

    Advertencia

    Primer Ciclo: Poemas místicos y espirituales

    A mis hermanos

    Adiestramiento

    A Jesucristo, mi Señor

    A la deriva

    Alegre dolor

    Aléjanos del Mal

    Al final la encontré

    Allí estás Tú…

    Alma al rescate

    Alma en libertad

    Alma prisionera

    Amigos de Jesús

    Ángel

    Ante los ojos del Señor

    Antipatía

    Aposento

    A tu diestra y voluntad

    Breve meditación sobre la Fe

    Caballero: A la Orden…

    Camina con Dios

    Caridad

    Clases del diablo a su nieto

    Compláceme, Dulce Señor Mío

    Compunción

    Confusión

    Consejos Divinos

    Contra diablo y pecado

    Cuándo, Padre Eterno, di cuándo

    Cúbreme con tu manto

    Dame confianza para creer en Ti

    Defectos de los demás

    Desde lo profundo

    Deudas pendientes

    Diálogo con la muerte

    Dime qué es el amor

    Dios mío, no te alejes

    Disertaciones sobre Fe, Ignorancia y Ciencia

    Distintivo

    Divina sabiduría

    Ejercicios para el alma

    Ego, personalidad y esencia

    El Amor Eterno

    El cambio

    El casamiento

    El dragón de mis pecados

    Elíxir de vida

    El llamado

    El mal

    El muerto y su alma

    El poder interior

    El Poeta de los Cielos

    El Reino de Dios

    El Sabio

    El Santo de la paz

    El túnel

    El vuelo

    En la puerta del Cielo

    En soledad y en el silencio

    Entre quehaceres y oración

    Errónea esperanza

    Fantasmas

    Generosidad

    Gracias a la vida

    Gracias Señor

    Hazme como a ellos

    Humildad

    Humildad y Sencillez

    Iniciación

    Infierno

    Intangible ego

    Jesucristo Guerrillero

    Juicio final

    Juicio

    Juicios ajenos

    Karma

    La guerra

    La guerra y la paz

    La ley del péndulo

    La Madre protectora

    La muerte y el juicio final

    La música del Cielo

    La semilla

    Las semillas del mal

    La Verdad

    La verdad de los sabios

    La voz interior

    Letanías por el afecto divino

    Llegar a viejo

    Los asaltos del Señor

    Los defectos de los demás

    Los Diez Mandamientos

    Introducción

    Primer Mandamiento: Amarás a Dios sobre todas las cosas

    Segundo Mandamiento: No tomarás el nombre del Señor Tu Dios en vano

    Tercer Mandamiento: Santificarás las Fiestas

    Cuarto Mandamiento: Honrarás a tu Padre y a tu Madre

    Quinto Mandamiento: No matarás

    Sexto Mandamiento: No fornicarás

    Séptimo Mandamiento: No robarás

    Octavo Mandamiento: No levantarás falsos testimonios

    Noveno Mandamiento: No desearás la mujer de tu prójimo

    Décimo Mandamiento: No codiciarás las cosas ajenas

    Un Mandamiento agregado: No adulterarás

    Lucifer

    Luz

    Matar dragones…

    Mi espíritu de luz

    Mis acompañantes

    No te alejes de mí

    Necesidad de Tu regazo

    Oración para adquirir Devoción

    Oración para evitar malos pensamientos

    Oración para soportar las tentaciones

    Oración por la Santidad

    Palabra de Cristo

    Paraíso perdido y recuperado

    Pasión

    Pecados Capitales

    Introducción

    La Soberbia

    La Avaricia

    La Envidia

    La Lujuria

    La Pereza

    La Gula

    La Ira

    Perfección

    Plegaria

    Perdón…

    Predisposición para llegar a Dios

    Presencia

    Quiero tener coraje

    Quisiera…

    Regalos Divinos

    Regresa a mí…

    Retírate de mí, Luzbel

    Riqueza

    Sacro Secreto

    San Jorge y el dragón

    Santidad

    Santificación

    Santos del Señor

    Santos Padres

    Señales de Virtud

    Señora Tentación

    Señor Jesucristo…

    Sexo místico

    Sólo Tú me fortaleces

    Soneto de la mala intención

    Súplica

    Sopor del alma

    Soy

    Súplica en una Confesión

    Te he perdido

    Temor

    Tentaciones

    Tentaciones de un alma cautiva

    Terror de llegar a la muerte

    Una dulce conjunción

    Un alma desorientada

    Una plegaria para quienes han robado nuestra paz

    Una probadita de Patria Celestial

    Un despertar cristalino

    Un soplo divinal

    Vacío en el alma

    Vanidad

    Verdadero hombre

    Vida del Cosmos

    Vida mortal y vida eterna

    ¿Vida o muerte?

    Visión de mis pecados

    Viva la paz

    Yo tengo un amigo

    Segundo Ciclo: Poemas para todo público

    Aborto

    Adiós juventud amada

    Adolescencia

    A Don Hilario

    A Don Miguel de Cervantes

    Al leer una poesía

    A los poetas

    Amantes distantes

    Amargura del Corazón

    Amigo ausente

    Amigo o enemigo

    Amigos inseparables

    Asesinos

    Aspirante a seminarista

    A un amigo poeta

    A un escritor de poemas

    Bruja

    Buenas intenciones

    Caminos…

    Cáncer

    Caballeros de mi reino

    Chingando al descubierto

    Cómo se ha de escribir

    Con los ojos llenos de llanto

    Corazón

    Corazón de roca

    Cuando un cirio se apaga

    Cumbre de las letras españolas…

    Curación

    De la brevedad de la vida

    Destino

    Destino, ay mi destino…

    Días de la semana

    Introducción

    Domingo

    Lunes

    Martes

    Miércoles

    Jueves

    Viernes

    Sábado

    Discordia

    Dolor

    El aprendiz de escritor

    El castillo

    El juego

    El juego de perder

    El juez

    El lado humano de la Historia

    El libro de mi vida

    El niño que llevo dentro

    El Padre Tiempo…

    El pasado

    El pensamiento

    El poeta

    El Poeta que dudaba de ser Poeta…

    El sueño de Rosalinda

    El Tiempo y los Amantes

    En los umbrales del pasado

    En un funeral

    Epitafio a Don Jacinto

    Eran cuatro del Siglo XX: Los Beatles

    Capítulo I. Antecedentes

    Capítulo II. La Revelación

    Capítulo III. La Influencia

    Capítulo IV. La Revolución

    Capítulo V. La Herencia

    Capítulo VI. El Final

    Errores de mi pasado

    Ese poeta

    Espejismos mentales

    Esperanza

    Éstas son mis tristezas

    Fantasía

    Fantasma

    Feliz Año Nuevo

    Feliz Navidad

    Genio, poeta y sabio

    Hechizo

    Hombre

    Homosexual

    Gotitas de vida

    He perdido mi alma

    Hogar, dulce hogar…

    Hombre de etiqueta

    Ilusión

    Ilusiones

    Ilusión (variación)

    Ilusiones de Poeta

    Imagen de espejo

    Implacable vida

    Incógnita

    Irrealidad

    Juventud

    Juventud, mi tesoro

    La apariencia

    La crítica

    La Edad Media

    La especie humana

    La familia

    La felicidad

    La felicidad inducida

    La lámpara

    La mala intención

    La mejor cualidad del hombre

    Las cuatro estaciones

    Primavera

    Verano

    Otoño

    Invierno

    La vejez

    La vida breve

    Letras criminales

    Limbo

    Los cuatro elementos

    Introducción: Éter

    Agua

    Tierra

    Viento

    Fuego

    Los chismosos

    Los siete planetas místicos

    Los signos zodiacales

    Introducción

    Aries 21 de marzo a 20 de abril

    Tauro 21 de abril a 20 de mayo

    Géminis 22 de mayo a 21 de junio

    Cáncer 22 de junio a 23 de julio

    Leo 24 de julio a 22 de agosto

    Virgo 23 de agosto a 23 de septiembre

    Libra 24 de septiembre a 23 octubre

    Escorpión 24 de octubre a 22 de noviembre

    Sagitario 23 de noviembre a 22 de diciembre

    Capricornio 23 de diciembre a 20 de enero

    Acuario 21 de enero a 18 de febrero

    Piscis 19 de febrero a 20 de marzo

    Luna

    Magia

    Meses del Año

    Enero

    Febrero

    Marzo

    Abril

    Mayo

    Junio

    Julio

    Agosto

    Septiembre

    Octubre

    Noviembre

    Diciembre

    Fin de Año

    Mi amigo El Coqueto

    Mi más ferviente deseo

    Mi mejor amiga

    Mi México querido…

    Mi miedo al futuro

    Mi poema

    Miserables

    Miseria humana

    Mis libros predilectos

    Mis personajes, mis héroes

    Tarzán

    Súperman

    San Jorge

    Mi Papá

    Quino, mi primo

    Los Beatles

    Jesucristo

    Mis recuerdos

    Mi viejita

    Morir

    Muerto en vida

    Nacer

    Necesidades

    Noche

    Noche de amigos

    No habrá primaveras

    Nostalgia

    Nostalgia por un sueño

    Oda a la esperanza

    Oda a mi poesía

    Orígenes del hombre

    ¿Quién soy yo?

    Científicos y ciencia

    Ciencia contra Clero

    Confusos pensamientos y teoremas

    El Universo mismo lo dirá

    ¿El mismo hombre originó bestias?

    Las mutaciones

    Soy el motivo de la metamorfosis

    Paraíso perdido

    Pasión por leer, luego amar

    Pensamiento y corazón

    Personaje de un cuento

    Pertenencias terrenales

    Pesadilla

    Placer de la venganza

    Poesía

    Poesía

    Qué es la vida…

    Que quede todo en el olvido

    Querido Don Quijote…

    Qué será de mis sueños

    Quién eres, Muerte

    Resignación

    Respeto

    Retorno

    Sentimientos

    Sepulturero

    Ser o no ser feliz

    Sinceridad

    Sin respuesta

    Sombras del pasado

    Sueño nocturno

    Terror a oscuras

    Todo acaba en nada

    Todo pasa…

    Traición

    Tu mágica poesía

    Una apuesta

    Un año nuevo y lo mismo…

    Una visita familiar

    Un brindis de Año Nuevo

    Un poeta agradecido

    Un soneto para los muertos

    Un viejito

    Un visitante desconocido

    Vejez

    Vencedor y vencido

    Vida

    Vida germinal

    Viento de hadas

    Vino y alcohol

    Vivir

    Vivir la vida

    Vivir por vivir

    Y los Profetas hablaron

    Yo sólo quiero estar a tu lado

    Tercer Ciclo: Cuentos y leyendas

    Al cuidado del Príncipe

    Amor macabro

    Así es la vida

    ¿Cómo son tus sueños…?

    Coplas del abuelo Altamirano

    Coplas de los revolucionarios

    Coplas de una Tragedia

    Cuéntame acerca del dragón

    El accidente

    El jacal de Concha

    El jorobadito del pueblo

    El jorobadito huérfano

    El juicio de Dios

    El mago engañador

    El príncipe encantado

    El totonaca y su amo

    En defensa del reino

    Entre odio y pasión

    Historia de un breve amor

    Justina, Marquitos y la bruja

    Labios de carmín

    La guadaña de la muerte

    La hija del Presidente

    La leyenda de los decapitados

    La premonición

    La reina del bosque

    Las brujas de la montaña

    La sirena y el marinero

    Leyenda de tres amigos

    Leyenda de un gran amor

    Loco por el Diablo

    Los amantes

    Lo único que yo amaba

    Morir de esperanza

    Nombramiento de Caballero

    Recuperación inesperada

    Romance del duende enamorado

    Romance del ángel desahuciado

    Tiempos de romanticismo

    Una historia de infelicidad

    Una historia sin importancia

    La historia

    Descripción

    El baño

    La casa grande

    La jugada

    El suicidio

    La recuperación

    El final

    Los fantasmas

    Un hechizo de amor

    Un vano conjuro

    Yertos en batalla

    Cuarto Ciclo: De amor y para adultos

    Abandonado

    Acurrucada en mi pecho

    Advertencia

    Alcanzar una estrella

    Allí estaré siempre

    Allí estaré yo

    A mi disposición

    A M O R

    Amores como el vuestro

    Amor y odio

    Anhelo

    A pesar de la distancia

    Armonía

    Aunque me pegues

    Aunque no rime

    Aventura nocturna

    Aventura y gozo

    Barroca declaración

    Besos

    Besos perdidos

    Besos traviesos

    Capullo

    Carmín

    Casado accidentalmente

    Castigado por amor

    Cercanía

    ¿Cómo poder convencerte?

    Compláceme mujer

    Común contienda

    Conjugar desear con amar

    Contienda imparcial

    Coqueta

    Corazón domado

    Cuando el amor se va…

    Cuando me dejes de querer

    Dama enamorada

    De madrugada…

    Desenfrenada pasión

    Despertando calurosamente

    Devoradora

    Delirio del querer

    ¿De qué diablo estás hecha?

    Desdén

    Desesperado amor

    Despedida

    Destino a fuerzas

    Dime qué es ese sentimiento

    Di por qué

    Disculpas

    Dos corazones

    El amor es singular

    El bálsamo del amor

    El beso de la inocencia

    El cliente

    El consejo

    El delirio de Eulalio

    El despertar

    El desprecio

    El dilema

    El engaño

    El esclavo de su esclava

    El fuego y los amantes

    El juego del deseo

    Ella no es de mi propiedad

    El libro del amor

    El licántropo y la bruja

    El loco

    El maleficio

    El mar…

    El muerto

    El mundo por un beso

    El premio

    El regalo

    Embeleso de amor

    Embrujo en una noche otoñal

    Embeleso nocturno

    Encuentros de pasión

    En defensa de mi caballero

    En el pliegue de tu ojal

    En una mañana de otoño

    En una noche de luna

    Eres mi canción

    Eres sólo Amor

    Esas dulces diabluras

    Esclavo del deseo

    Esclavo resuelto

    Esos ojos

    Esperanza de ser amado

    Esta noche os quito lo santa

    Esta vez me tocó ganar

    Eterna pasión

    Excitación

    Éxtasis de deseo

    Extracto de tu amor

    Fantasma

    Filosofía para encontrar la felicidad

    Funda de mi espada

    Hacerlo o no hacerlo

    Hasta derretirme de amor

    Hasta que la fiebre haya cedido

    Hasta que salga el sol

    Hombre y mujer

    Hoy veré a mi amada

    Hoy será el día

    Idilio de Lorenzo y Severiana

    Igualdad de circunstancias

    Impedimentos

    Indigestión

    Ingrata

    Insistencia de amar

    Insistes en negarte

    Ingrato comportamiento

    Intruso destino

    Jugada equivocada

    La amada ausente

    La amada desahuciada

    La apuesta

    La bruja de mis sueños

    La carta

    La dama de seda

    La doncella recién casada

    La duda

    Ladrón de ilusiones

    La fórmula del amor

    La fuerza del deseo

    La gruta de Venus

    La miel del colibrí

    La mortaja

    La ofrenda

    La pena de matarte

    La primera vez

    Lenguaje de la piel

    Letras prohibidas

    Loco

    Loco de amor

    Locura por poseerte

    Los asaltos del amor

    Lujuria

    Magia de amar y ser amado

    ¿Me amas?

    Me duele el corazón

    Me embrujaste

    Me mata tu ausencia

    Mensaje Primaveral

    Mi amada Señora

    Mil noches de pasión

    Mi musa

    Mi musa, mi amante

    Mi soledad

    Mi verdad es vuestra verdad

    Montando a caballo

    Morir voluntariamente

    Mujer

    Nada nos podrá separar

    Necesito morir en segundos

    Noche de diversión

    No me hables de tal manera

    No es lo mismo pensarlo que sufrirlo

    Nuestra canción

    Nunca me abandonéis

    Obra maestra

    Olvido

    Os he amado siempre

    Pan

    Parece que no

    Pecado

    Pecados y castigos

    Perdóname

    Perdóname corazón

    Perene agonía

    Perseverancia

    Perversión

    Pesadilla

    Pétalos sobre tu cuerpo

    Placer

    Placer del cuerpo

    Podría decirte mil cosas más…

    Por fin juntos

    Premio o castigo

    Presencia macabra

    Prisioneros de amor

    Promiscuidad

    Propuestas

    ¿Qué más podría yo pedir?

    Qué más te podría yo dar

    Quintillas de Amor

    Quisiera dibujarte

    Recuerdos de un Amor

    Remembranzas de ti

    Retrato

    Romboide pasión

    Satisfacción

    Seducción lírica

    Sentimientos de amor

    Serás…

    Servidumbre humana

    Si la noche de anoche volviera

    Sinfonía barroca

    Si pudiera conmigo tenerte

    Sirena o mujer

    Sirve más vino, Cantinero

    Si supieras que soy tuyo

    Soneto de amor

    Soneto del informe

    Soneto para un pecado

    Soy lo que quieras

    Sueño de perderte

    Sueño erótico

    Suplicio de amor

    Te amo de noche

    Teatro para adultos

    Te fuiste

    Temor de amar

    Torneo del amor

    Tu abandono

    Tu cuerpo…

    Tu esencia

    Una lección de amor

    Un amor en silencio

    Un amor puro

    Un beso

    Un poema en las lejanías

    Un poema de una bruja y un vampiro

    Un regalo para ti

    Un solterón empedernido

    Utopía

    Un Sí esperado

    Un sueño hecho realidad

    Virgen

    Viviendo de un recuerdo

    Volverte a amar

    Vuelve a mí

    Vuestra alma, mi tesoro

    ¿Ya te he dicho que soy tuyo?

    Y de que me has de querer…

    Yo cultivo mis amores

    Quinto Ciclo: Sueños y fantasías

    La fantasía

    Fantasía de sueños eróticos

    Fantasía o realidad

    Fantasías, sueños e ilusiones

    Sueño #1

    Sueño #2

    Sueño #3

    Sueño #4 Cantar del Caballero Mundamor

    Sueño #5 Romance del escudero

    Sueño #6

    Sueño #7

    Sueño #8

    Sueño #9

    Sueño #10

    Sueño #11

    Vida de sueños

    Sexto Ciclo: Poemas para niños

    Agua de lluvia

    Barquitos y soldaditos

    Caballito de palo

    Carta a Diosito

    Dos cisnes enamorados

    El elefante

    El niño travieso

    El vestido de Quince Años

    Estrellita

    La hermana de mi maestra

    La hormiguita

    La mariposa

    La montaña escondida

    Los bigotes de Don Faustino

    Mamita de mi alma

    Manitas de abuelita

    Mis amiguitos

    Mi caballito tordillo

    Mis matitas

    Patitos al baño

    Travesura

    Tres caballitos perdidos

    Una burrita coqueta

    Séptimo Ciclo: Poemas familiares y del pueblo

    Acerca de mi amada

    A la salida de la escuela

    Al Santo de mi devoción

    A Mamá

    A mi difunta madre

    A mi Doctor

    A mi nieto

    A mi Padre (Para Rogelio Ortiz Rdz., finado)

    A Rosy.

    A Rosy..

    A Rosy…

    A Rosy….

    A un árbol caído

    A un padre desaparecido

    Bendecido por Dios

    Carta a mi esposa

    Carta a mi Papá

    Querido Papá:

    Cicatrices

    ¿Cómo era tu Papá…?

    Cuéntame un cuento, Abuelito

    Días vestidos de fiesta

    El cantar de mi sendero

    El equipaje

    El ferrocarril

    El invierno de mi vida

    En la búsqueda de mi nieto

    Hoy no fui a trabajar

    Hoy se casa la niña

    La maletita

    La novia

    Las verbenas

    Madre mía

    Manos arrugadas

    Memorias de mi abuela

    Mi Bebé

    Mi viejo barrio

    Palabras de despedida a mi madre

    Para la que se fue, Mamá…

    Para una persona especial

    Qué bellos tiempos

    Recuerdos de mi Madre

    Testigo de Amor

    Testimonio de un pueblo

    Un bulto de recuerdos

    Un diáfano envejecer (Para mi nieta)

    Un gusanito poeta

    Un regalo del Cielo (Emma)

    Yo y mi poesía

    Acerca del Autor

    Otras Obras del Autor

    Mil

    Es muy fácil poder decirlo,

    Más fácil es aún pensarlo;

    Pero en el trabajo de hacerlo

    Está el trance de revelarlo.

    Mil: Un número de tres ceros,

    En las cartas que le dan valor,

    Contando en ellas los luceros,

    Del firmamento multicolor.

    Mil: Una palabra, tres letras,

    De mil pensamientos sinceros,

    Bajo los abismos y enigmas,

    Que una vida lleva a cuestas.

    Mil: Intenciones del corazón,

    Que día a día, late y palpita,

    Por una canción, que es el son,

    De su exaltación infinita.

    Mil: Ideas del sentimiento,

    De remolinos de mi mente:

    A veces van con sufrimientos,

    Que arrastran a mi alma latente.

    Mil: Sueños, y mil espejismos,

    Que nacen de la imaginación,

    Para dar cuentos y leyendas,

    Que de mi pluma son ofrendas.

    Mil: El nombre de mi poema,

    Con el que llegué al número Mil,

    Que conmemora la producción

    De letras de ensueños e ilusión.

    Mil: Formas de enorgullecerse,

    De darle las gracias al Señor

    Por la inspiración y por el don,

    Que dio a este humilde trovador.

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    A Rosy, mi musa y esposa:

    Ilusión, entrega, canción,

    Poema, tentación, y adulación.

    Prólogo

    Parte de mi ser les dejo en este libro

    Y parte de mi vida reflejan estas letras;

    Parte de mis sueños esconden las estrofas,

    Parte de mis anhelos aquí se manifiestan,

    Se forjan, se preñan, nacen y mueren,

    En el hilar y deshilar de estos poemas.

    Poemas que pretende el viento llevarse,

    Poemas que un alma afligida dictó,

    A la mano obediente que los escribió,

    Con tinta sangre, sacada de un corazón.

    Herido aquél, por una sutil oración,

    Que abrió la cuenca por donde brotó,

    La roja tinta que al papel manchó.

    Poemas del alma con versos dorados,

    Poemas con armonías de celestes cielos,

    Que los cupidos alegremente engalanaron,

    En este humilde legado que contarles desea,

    Un motivo, una historia, o una quimera,

    Proveniente de aquel pecho que encarcela,

    A tan noble corazón, con cuya intención,

    Un homenaje aquí ha decidido ofrecerles,

    Que en forma de libro se escribiera…

    Advertencia

    Un par de avisos quisiera yo decir,

    Que incumben de este libro la integridad,

    Para que el lector sepa con propiedad,

    La procedencia y origen de cada renglón,

    De cada estrofa, coma, punto y terminación,

    Y además, de dónde viene la inspiración.

    Yo simplemente escribo lo que se me dicta,

    Y eso, verán que no viene de mis sienes,

    Porque a bien de lo que aquí transmito,

    Pudieran pensar que yo fuera un santo,

    Mas no soy ni santo, ni justo, ni beato,

    Ni hombre puro que llene almacenes

    De indulgencias compradas o ganadas,

    Por cada bien, o por oraciones realizadas,

    Yo simplemente soy un perdido pecador,

    Un hombre, que es como todos,

    Digamos que simplemente soy un vividor,

    Injusto como todos, comúnmente, sin valor.

    Pero digo que en algunos momentos

    Obtenga de Dios el fervor y hasta el favor,

    Para hacer lo que a veces hago y escribo.

    Y si piadoso escribo, que es cosa de santos,

    Es sólo un reflejo de Dios, simplemente,

    Que invade mis sienes, corazón y mente.

    Aparte que de lo escrito, la mayor parte,

    Es inspirado por ciertas lecciones leídas

    Y por mí meditadas, de otros autores,

    Sobre todo piadosos, digamos, Santos,

    Que un día inflamaron mi alma,

    Y a seguir una vida santa me incitaron,

    Sin que lo pudiera yo lograr, pero eso sí,

    Me quedó la hermosa nostalgia de seguir,

    De esos caminos caminar, y desde entonces,

    Los estudio, los medito y más los aprecio,

    Aunque a cada paso vuelva yo a pecar.

    Intento, de mis vastas ideas, hacer poesía,

    Que muy bien a mí, me ayuda y me guía,

    Y aunque vuelva a pecar y a caer,

    No importa, no desmayo, ni me quedo

    En hoyos que no me permitan seguir.

    Siempre tengo en Dios la esperanza,

    Que un día me sacará de este lodo,

    Y dará a mi alma las alas que requiere,

    Para volar hacia las alturas ansiadas,

    A donde toda alma quiere un día llegar.

    Una buena parte de estos escritos,

    Vienen a ser como una antología,

    De muchos poemas que el mismo autor

    Recopiló de sus otros ya escritos libros,

    Que en total ya son como cinco.

    Pero sólo se extrajeron de todos ellos

    Los que propiamente mejores son,

    Que bien se acomodan a esta edición,

    Agregando alguna que otra meditación,

    Que tanta falta hace para enmendar

    Uno o más pensamientos torcidos

    Que a veces hace falta enderezar.

    Doy el aviso de mis primeros MIL,

    Que en esta edición, ni son todos,

    Ni son los MIL, sólo son los mejores

    Del mejor dictamen de la gran selección.

    Sin más avisos que dar, ni agregar,

    Sólo me resta con el alma bendecirlos

    E instarlos a leer, meditar y aprender,

    Que el mejor beneficio para un alma,

    Es estar en los caminos del Señor.

    Primer Ciclo:

    Poemas místicos y espirituales

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    A mis hermanos

    Cuán importante es La Vida Interior,

    Y cuán importante de Dios la presencia,

    Que sin duda para un alma no hay esencia,

    Más sublime que encontrar El Amor.

    El Amor de Dios es la llama que aviva,

    Los corazones de cada uno de sus hijos;

    Es el Consuelo, la Piedad, es la Caridad,

    Que a las almas engrandece y da vitalidad.

    Estas poesías son gotas de sangre vertidas,

    En la pureza de las páginas de este ciclo,

    Que vibra y palpita como un solo corazón,

    Que Dios mueve, y anima, y da inspiración.

    Esta sección es como una flama encendida,

    Que alumbrará a cierta alma necesitada,

    Desubicada y perdida en la selva del desamor,

    Que busca esperanza y consuelo en El Salvador.

    Al escudriñar de esta sección, las páginas,

    Abre pues, de tu propio corazón, las puertas,

    Para sembrar en sus adentros, las palabras…

    Que buena cosecha se da de buenas siembras.

    Agradecido estoy que puedas mi letras leer;

    Satisfecho estaré por lo que te puedan enseñar,

    Aunque siendo yo insensato, injusto y pecador,

    Sin Divina Inspiración, nada te podría ofrecer.

    Verano del 2013

    Adiestramiento

    Mucha gente ha pensado,

    Que acercarse a Dios es pesado,

    Como un camino en la vida,

    Que difícil se puede recorrer.

    Pero yo digo que el león,

    No siempre es como lo pintan,

    Que no es el proceso tan socarrón,

    Como ellos se han dado a pensar.

    Lo que les pasa en el intentar,

    Es que nunca pretenden caer,

    Como si fueran ya una perfección,

    Que nomás se encamina en subir.

    Y de esa manera no funciona,

    Ya que el sentido de progresar,

    Consiste en caer y volverse a levantar,

    Como niño que empieza a caminar.

    La verdad es que Dios todo lo ve,

    Y seguro ve cuando la gente cae,

    Pero también ve cuando seguir desean,

    Y una nueva oportunidad le piden.

    En la que seguro volverán a caer,

    Y sin decepcionarse adelante seguirán.

    Y en la medida que se avance,

    Dios les manda una afrenta mayor.

    Cosa que ellos cuenta no se dan,

    Y aunque con mayor dificultad,

    Dios sabe que a intentarlo irán,

    También sabe, que pueden declinar.

    A mayor sea el grado de dificultad,

    Es más fácil caer que en el anterior,

    Por eso es preciso continuar y entrenar.

    Y aquí la pregunta es: ¿cómo entrenar?

    El entrenamiento es siempre: intentar,

    Volviendo a caer, y adelante pasar,

    Que en eso consiste el grado de avance,

    Precisamente como un juego jugar.

    Hay que comprender que en este juego

    Los primeros pasos se han de dar,

    Y al principio no se ha de esperar ser,

    El que ya lo puede todo sin batallar.

    Por eso el alma necesita entrenar,

    Y poco a poco, al cabo del tiempo,

    Sus jugadas en este juego mejorarán,

    Y ya adiestrada, se podrá controlar.

    Un buen día sin darte cuenta,

    Estarás más alto de donde estás,

    Y Dios será el único que lo sabrá,

    Mas tú, sólo querrás perseverar.

    Por nuestra humana naturaleza,

    Dios sabe bien que somos débiles,

    Tan débiles como una seca hoja,

    Que el viento arrastra y despoja.

    Mas no por ello nos evita mejorar,

    Sino que al ver nuestra fragilidad,

    Nuestro esfuerzo, más amor nos da,

    Y de más protección nos proveerá.

    Y en esto está esto del jugar,

    Sin aplicar reglas para poder crecer.

    Así como un poema has de aprender,

    Así aprendes en tu vida a mejorar.

    Y en el intento y la perseverancia,

    Seguro que Dios en ti se va a fijar,

    Para darte mejor oportunidad,

    De que te vengas a Él a acercar.

    De esta manera, no te preocupes,

    Sobre algún procedimiento a seguir,

    Simplemente has de quererlo, y hacerlo,

    Que en el iniciar está el continuar.

    A Jesucristo, mi Señor

    No me importa mi cruel pasado,

    Qué me importa lo que de mí dirán,

    Nada me importa en realidad,

    Mas tu palabra y tu Santo Verso…

    Los que llegan al fondo de mi alma,

    Y sin importar críticas, allí están,

    Mi corazón los añora y los anhela,

    Mi mente baila a ritmo de tu amor…

    Mi cuerpo vibra cuando mi respuesta,

    Encuentro en tu Recitar Bendito,

    Donde sé que para mí, dispuesto estás,

    Con caricias que a mi alma proveerás…

    A esta alma que enterneces, lo repito,

    Cuando me meces en tu Pasión…

    Gracias Señor Mío, muchas gracias,

    Gracias por tanto cántico regalar…

    Muchas gracias de todo corazón…

    A la deriva

    Hoy es un día como los demás,

    Parece que todo está sosegado,

    El sol brilla, con un brillo falaz.

    Parece que Dios está de mi lado,

    Así me dejo llevar muy confiado,

    Pues siento una interminable paz

    Sin darme cuenta, como torbellino,

    Cuando menos lo haya yo pensado,

    Mi mente divaga por otro camino.

    Mi pensamiento ha sido asaltado,

    No sé cuándo, ni cómo, ni por qué,

    Por otro pensamiento clandestino.

    Yo no acierto a saber en este juego,

    Que en el momento menos indicado,

    Con un diablo, de repente dialogo.

    En tanto se adueña de mi mente,

    Y yo sin saber, ni poderme percatar,

    Si eso es la perdición, o es un deleite.

    Me lleva mientras la vista me ciega,

    Y me abriga, y me da comodidad,

    Me convence, confianza me entrega.

    Máxime cuando ya me tiene robado,

    Aún así, mi alma estar perdida niega,

    Y sin saberlo, está al borde del pecado.

    Mi alma no ha aprendido una cosa:

    Que día y noche, y en todo momento,

    Esté al tanto de sugerencia asquerosa.

    Pues el diablo no duerme, ni se cansa,

    Y sutilmente se acomoda en mi mente,

    Dándome siempre confort y confianza.

    Y en dándome confidencia y desahogo,

    Fácilmente encamina mis pensamientos,

    Al mar de deleite, donde presto me ahogo.

    Y ya zanjada esa insulsa compostura,

    De mi mente confiada, pero ya perdida,

    En los placeres encuentra su aventura.

    Mas el placer de la aventura, poco dura:

    De descompostura, presto pasa el tiempo,

    Mi alma queda hundida en desventura.

    Bajo pena de ser nuevamente castigada,

    Mi alma escondida de Dios y su mirada,

    De Vida Santa no quiere saber nada.

    Abusando en su estado de aislamiento,

    Aprovecha toda ocasión para pecar,

    Derrumbando de su castillo el cimiento.

    Pero ese momento, adecuadamente llega,

    En que mi alma se percata de su soledad,

    De su monstruosidad y de su vaciedad.

    Ya he llorado, he sufrido, he implorado,

    El perdón por todo lo que he abusado,

    Por todo lo que a Dios he ofendido…

    Que el sufrimiento me sirva de lección,

    Tengo pues, mucho camino que andar,

    Y con la misma regla, mucho que rezar.

    Y principalmente andar sin confiar,

    Y dormido o despierto alerta estar,

    Que el diablo nunca va a descansar.

    Alegre dolor

    Y a como se me pida actúo,

    Tanto de día como de noche,

    Para que tú veas que siempre,

    Estaré sonriéndole a la gente.

    Esta sonrisa no me opaca,

    Mis deslices e incongruencias,

    A como me parezca y plazca,

    Que mi mente haga enmienda.

    Pero sonrisa siempre muestro,

    Y como la mazorca amarilla

    Cuando pierde sus dientes,

    Su amplia sonrisa más brilla.

    Y no porque le cause dolor,

    Aunque el dolor sí lo siente,

    Pero al perder diente y diente,

    Sonrisas sin dolor consiente.

    Y a como a mí me parezca,

    O a como yo tenga en mente,

    El dolor puede ser prudente,

    Aunque de dolor muera la gente.

    Dolor físico es fácil controlar,

    O una pastilla o una inyección,

    Pero ante un dolor del alma,

    El cuerpo se viene a inclinar.

    El dolor es como un testigo

    De lo que uno puede aguantar,

    Y entre mayor sea el sufrir,

    Más el alma se ha de curtir.

    Es como el hierro al fuego,

    Entre más golpes aguanta

    Y a más calor se someta,

    Un mejor acero así se forja.

    Puede que hechizos consienta,

    Magia a punta de consejos,

    A ver si agarro compostura,

    Y poner orden a estos amasijos.

    Ay pobre de mi corazón…

    Que en la vida hay que sufrir,

    Y entre más se pueda aguantar,

    Tanto más se ha de triunfar.

    Que la voluntad se forja

    Sonriéndole al dolor,

    Viendo la vida pasar,

    Y la frente en alto llevar.

    Aléjanos del Mal

    Dios nos proteja y bendiga a todos,

    Para poder sobresalir y sobrevivir,

    En estas maniobras tan peligrosas…

    En estos días sin el color de las rosas,

    Sin sus aromas, sin sus fragancias,

    Parece todo oscuro, mas no lo es.

    ¡Que nos proteja con su manto celestial!

    ¡Que nos señale con su dedo el camino!

    ¡Que nos mande un luminoso destino!

    Que con su luz blanca, dorada y violeta,

    Nos cubra y nos proteja de los peligros,

    Iniciando desde la A, hasta X, Y, y Z.

    Luz que tenemos que seguir para salvar,

    Nuestro planeta y nuestra humanidad,

    Y no ser aniquilados para siempre jamás.

    Permitidnos pues, Señor, Padre Celestial,

    Confiar en vuestro amparo y protección,

    Y desafiar la oscuridad y la maldad…

    Llegar a un final feliz en estas suertes,

    Bajo vuestro consejo y Santa Gracia…

    No permitáis a demonios destruir el plan.

    Señor, sé parte de nosotros en esta empresa,

    Proteged y velad por nuestras intenciones,

    Señor Santo, Santo, y siempre Santo…

    Te pedimos que nuestras almas y sus almas,

    Se conjuguen siempre en buenas vibraciones…

    Por los siglos de los siglos… ¡Amén…!

    Al final la encontré

    Llegué a los tiempos en que vivo

    De mis recuerdos y mis soledades,

    Y pues, ya qué remedio me queda,

    Si mi mente solita se empeñaba,

    En pensar patrañas y barbaridades.

    Pero una cosa me quedaba por hacer,

    Y ahora que me veo a mí mismo,

    Ay Diosito, por las que yo pasé…

    Quitar lo que me quería corromper.

    Veía oscura mi mente y corazón.

    Iba al Padrecito y me daba solución,

    Diciendo: no hay mejor que la Oración,

    Y lo hacía, y he llegado muy lejos,

    Pero a medida que avanzo un poco,

    Mayor negrura se me mete al coco…

    Al saber que en este corazón loco,

    Y luchar contra la propia razón,

    Como que me da mucha comezón,

    Y distrae y desmotiva a mi mente,

    Todo aquello que digo que me atrae,

    Y acaba ella por desobedecerme.

    Mas buscaba cómo quitarme la mugre,

    Que me traía como pendenciero…

    Mi historia es la de un hombre tripón,

    Cuya vida ha sido y corrido sin razón,

    Y con razón buscando una felicidad,

    Que desde niño creía que encontraría,

    Mas al no encontrar la dichosa fortuna,

    Pensé que la encontraría al casarme,

    Por lo que busqué de mujer hacerme,

    Encontré la que mejor eso podía darme,

    Y de repente, ella a mejor vida pasó,

    Y el tiempo necesario realmente no duró

    Para saber si yo encontré o no encontré

    Lo que en el matrimonio esperé.

    Y luego al Padrecito de nuevo consulto

    Que dónde la felicidad puedo encontrar,

    Sin obtener respuesta a mi afrenta.

    Luego, busco en mil libros la razón,

    De esa sinrazón de mi existencia,

    Y encuentro que al fin de la cuenta,

    La felicidad se encuentra donde nadie

    Ha de preocuparse por encontrarla,

    Y por eso, al no saber encontrarla,

    Nadie intenta ni siquiera buscarla,

    Que es muy adentro de sí mismos.

    De lo cual no entendí ni un comino,

    Así que decido seguir mi camino,

    Intentando nuevas formas de vivir,

    Para luego volver a intentar,

    Lo que siempre me logró persuadir.

    Y verá Usted que de pronto decido,

    Ser noble amante de mil mujeres,

    Que al pasar del tiempo no las pido,

    Sino que solitas ellas vienen y buscan,

    La manera de conmigo enredarse,

    Pero como yo ya no pienso casarme

    Pues fui casado sin encontrar lo buscado,

    A un arreglo con todas ellas llegaba:

    Mi huella en su vientre no dejaría,

    Pues de hacerlo, encargo me encubriría,

    Y pues, la felicidad que yo buscaba

    No era cosa de encontrar donde no estaba,

    Por eso buscaba nuevas formas de hallarla,

    Total si la felicidad habría que buscar,

    A echarle el entusiasmo y a disfrutar.

    Y así la vida se me pasó insistiendo,

    En nuevas maneras de encontrarla,

    Y si no la hallaba, otra forma intentaba.

    Al fin llegué a los tiempos en que vivo

    De mis recuerdos y mis soledades,

    Sí, pues ya que remedio me queda,

    Si mi mente solita se había perdido

    En pensar argucias y atrocidades,

    Cuando en realidad la felicidad buscada,

    Es tan simple y tan sencilla de hallar,

    Que en todo la puedes disfrutar,

    Cada momento vivido será especial,

    Irrepetible y a manera de en él obtener

    Un mundo que tu interior ha de saciar.

    Si con tan sólo una flor observar,

    Si a los cielos y nubes has de mirar,

    Con tan sólo un vaso de agua tomar,

    Y a Dios en cada cosa agradecer,

    Para que sus santos beneficios Él te dé.

    Y así fue como realmente la encontré…

    Desde hace algún tiempo para acá

    He sido más feliz que en todo mi vivir,

    Pues me pasé buscando lo que de repente

    Hallé, y me colmó, y mi vida transformó.

    Y no puedo decir que: Ya para qué…

    Porque lo poquito que tengo y disfruto

    Vale más que todo lo que en vano viví…

    Allí estás Tú…

    Allá, donde las águilas anidan,

    En lo alto de aquel risco montañoso,

    Donde los colores y las nubes del ocaso,

    Transforman la mirada en embeleso…

    Allá, en el oscuro y azul reposo,

    De las profundas aguas del mar,

    Donde el silencio tiene su reino,

    Y entona notas de un antiguo cantar…

    En el misterioso y ardiente desierto,

    Donde la vida mil seres han pregonado,

    Bajo el sustento del calor de la arena,

    Polvo de oro que el tiempo ha formado…

    En las noches pobladas de luceros,

    Iluminados por la luna plateada,

    Que pretende ser del cielo robada,

    Por dos angelillos de ella enamorados…

    Allá en los montes, allá en los prados,

    En un amanecer primaveral,

    Donde el sol con sus rayos dorados,

    Ilumina el curso del manantial…

    En los capullos de aquellas flores,

    Que al abrir y regalar sus candores,

    Sus aromas, sus fragancias y encantos,

    Excitan la mirada de castos amores…

    En un recuerdo ya adormecido,

    Acomodado por los años del pasado,

    Ilusionado en un rinconcito del corazón

    Del viejo, cuya juventud ya se ha ido…

    En una furtiva y triste lágrima,

    Derramada por un corazón agradecido,

    Que franco y sincero, quiso amar,

    Y quizás amó, pero sin ser amado…

    Detrás de aquella pálida sombra,

    Arrastrada por un triste pordiosero,

    Que pide en cada puerta limosna,

    Con su mirada puesta en el cielo…

    En las moradas de un alma pura,

    Que brilla tan serena como la luna,

    Detrás de lo que siempre encuentra,

    Y lo que encuentra en ella perdura…

    En el que sueña dormido o despierto,

    En un suspiro o en un pensamiento,

    En un simple deseo sin razonamiento,

    En la esperanza de un nacimiento…

    En el camino del hombre entusiasta,

    Que por encontrar la felicidad prometida,

    Recorre con ojos cerrados, sin claudicar,

    Del primero hasta el séptimo cielo…

    En la luz, detrás de la oscuridad,

    En la calma, detrás de la tormenta,

    En el Cielo, que envuelve la Tierra,

    En el Más Allá, y en todo lugar…

    Allí estás siempre Tú, Mi Señor…

    Sin dudarlo, sin poder esconderme,

    No hay nada fuera de tus dominios…

    Allí estás Tú, Mi Señor…

    Alma al rescate

    Sea pues inculpado tal momento,

    No sólo en el que buscáis reacomodo,

    Que habrá otros de sutileza y rescoldo,

    En que tendréis vuestro castigo merecido.

    Que como viento a la espuma del mar,

    A vuestra piel presto habrá de llegar,

    Suave pero punzante, sutil y sangrante,

    Y clavarse en vuestro silencio delirante.

    Sin palabras, sin rumores, ni estandartes,

    Entrará y de color rojo y negro manchará

    Vuestros sentimientos, por magias o artes,

    A cada tinte, oración por rezar se tendrá.

    Mas ni aún así lograréis detener el proceso,

    De castigo que tendréis por bien merecido,

    Por andanzas mundanales sin receso,

    Mientras vuestro corazón anduvo perdido.

    Vuestra ausente alma reanuda su búsqueda,

    Tras perder la pista en fallidas andanzas,

    Y sin más pretexto que vuestro argumento,

    Con el que osares saltar la voz de mando.

    Errores… Busco eliminar a golpe de fuete,

    Mas vuelvo a ver los mismos horrores.

    Os tendréis que someter, una y otra vez,

    Hasta que el blanco borre lo negro del alma.

    Y aún así, pobre alma, tendréis que seguir,

    Insistid, hasta que de fuerzas desfallezcáis,

    Aunque de los suelos os tenga que recoger,

    Aún así, seguid, que apenas comenzáis.

    Pensad cómo os habríais de librar,

    Si estuviereis colgado de cuerdas al cuello,

    Y con el balanceo de vuestro propio peso,

    Angustia y desesperación sin alcanzar resuello.

    Golpe bien certero y bien dado os aseguro,

    Y así sin otro menester hasta el amanecer,

    Después, desubicado y ya inconsciente,

    En vuestro lecho os depositaré seguramente.

    Y con gran cuidado os pintaré de rojo,

    Lo que queda dentro de vuestro corazón,

    Os pondré suave seda para cubrirlo,

    Y os daré dulces besos para reanimarlo.

    Esta alma sobre vos de nuevo se posará,

    Ya os ha encontrado para daros calor.

    Revivid bajo la influencia de mi protección,

    Reanudad, para encontrar el camino…

    Es el mayor placer que podréis tener…

    Recordad que a pesar de mil errores os amo.

    Alma en libertad

    Vengo de una tierra profanada,

    Mi alma está en pedazos, maltratada,

    Con mirada turbia hacia cielo dirigida.

    Para mi desgracia, el cielo está nublado.

    Embistiendo ante el fuego eterno,

    Soy aquél que de azul su vida espera,

    Lleva en su alma la responsabilidad,

    Cosechada tan sólo de lo que siembra.

    El renacimiento de un nuevo entorno,

    Está encargado de mi propio futuro,

    Con los reflejos de ideas adquiridas,

    Que asiento en mis adentros prohibidos.

    Si soy amigo de Dios de los Cielos,

    Quizás amigo de diablos en Infiernos,

    Es porque el poder está en mis manos,

    Que a golpe y espada, hube forjado.

    Soy el mago que soy, y yo me quiero,

    Siempre niego, y vuelvo a renegar,

    Todo aquello que aseverar no quiero,

    Pero que no soy bueno, nunca asevero.

    Todo ello se ha fugado con mi voluntad,

    Así pues zanjada esa descompostura,

    De ésta, mi mente audaz y desalmada,

    Os digo y repito que yo nunca me acuso.

    Esto me da confianza y libre albedrío,

    Para hacer y liberarme propiamente,

    Bajo amparo de no tener resentimiento,

    Por lo que creo que, vos me habéis culpado.

    Soy espejo de quien a sí mismo se ama,

    Y en mi vida todo así ha funcionado,

    Sin pasado, en el presente he perdonado,

    Y he quedado por tanto, libre de pecado.

    El reflejo de la luz del sol ya me tocó,

    Y mi cuerpo, a mi alma al fin obedeció,

    Indeleblemente se aprobó mi absolución,

    Con sólo auto aprobación, y aceptación.

    Al fin estoy, libre de todo aislamiento,

    Y al fin estoy, sano de todo sufrimiento

    Mi alma va a donde quiere pertenecer,

    Y parece que vivir o morir, es lo mismo.

    Alma prisionera

    Tengo dinero y no necesito más.

    Unos dicen con mucha claridad,

    Que es más fácil dar que recibir,

    Para poder a alguien hacer feliz…

    Otros dicen que no es tan fácil dar.

    El dinero es un señor poderoso,

    Que pone a los hombres a prueba,

    Para forjar sus cabidas espirituales,

    Tanto de piedad como de caridad.

    La misericordia es un divino don,

    Que sólo se gana con la oración,

    Pidiendo desde el fondo del alma,

    Con todas las fuerzas del corazón.

    Pero para poder pedir esta gracia,

    El corazón deberá estar sin cadenas,

    Mas el encadenamiento lo adquiere,

    Al obedecer a ese dios que no es Dios.

    El dinero y las posesiones apresan,

    Las almas de los cándidos hombres,

    Y ni ser felices, ni libres los dejan,

    Ni les permiten volar a los pobres.

    Cuando sus almas están prisioneras,

    En vida son entidades ya muertas,

    Enredadas en sus propias cadenas,

    Y sin poder volar a otras alturas.

    No piden a Dios por sí mismas…

    ¿Para qué?, su dios les da ganancias,

    Olvidándose del Dios verdadero,

    Que ofrece las ganancias del Cielo.

    No creo que Dios piense dos veces,

    Cuando le pide un hombre piadoso,

    Con el alma, hacerse misericordioso,

    Porque de su piedad, su hambre crece.

    Por eso es que, en la Biblia se dice,

    "Un camello pasa más fácilmente,

    Por el diminuto ojo de una aguja,

    Que entrar al Cielo el rico arrogante."

    De los hombres que dinero tienen,

    Dios los escoge en su gran mayoría,

    Dada sus cualidades y experiencias,

    Para convertirse en Ángeles un día.

    Él les ve infinidad de facultades

    Para repartir aquí entre los hombres.

    Mas, antes de convertirlos en Ángeles,

    Los pone bajo una máxima prueba…

    Ésta, es la prueba que difícilmente,

    Cualquier humano pudiera pasar:

    El orgullo de tener dinero y poder,

    Y con ello oprimir a la demás gente.

    Porque el hombre, al dueño sentirse,

    Del gran poder que Dios le otorga,

    De inmediato de eso se esclaviza,

    Haciendo dios, al que no es su Dios.

    Lucifer sucumbió ante tal prueba,

    Y así, casi todo hombre sucumbe,

    En lugar de en Ángel convertirse,

    Al infierno va, después de morirse.

    Cuando actúan como Dios lo espera,

    Tendrán en los Cielos una puerta,

    Que Dios les abre, sin darse cuenta,

    Por haber pasado feliz la prueba.

    He aquí, que un alma prisionera,

    Es aquélla, que con su oro ella espera,

    Que la Virgen le mande sus perlas,

    Para acumularlas en su billetera.

    Amigos de Jesús

    Sólo se vive una vez,

    Por eso hay que bien pensar

    La manera de cómo vivir.

    Vivir… Sí, para disfrutar,

    Para ver tus días pasar

    Viviendo pleno y feliz.

    Vivir… ¿De qué serviría,

    Si tu vida es infeliz,

    Sin saber que esa cuestión

    Proviene del odio y rencor

    Que anidan en tu corazón?

    Esas semillas sembradas,

    Que germinan y retoñan

    Que dan fruta podrida,

    Alimentan a tu conciencia,

    Y sin que te des cuenta,

    Al cabo, pronto hacen de ti,

    Un esclavo en vida, muerto,

    Que se mueve a su merced;

    El monigote con cuerdas

    Que es movido a su voluntad.

    ¿Y a dónde fue la belleza?

    ¿A dónde de Dios la bondad?

    ¿Y todo lo que Él nos dio?

    ¿Dónde quedó lo trascendental?

    ¿Y dónde lo maravilloso?

    Aunque todo tienes a tu lado,

    Pero como estás cegado,

    Nada lo podrás disfrutar…

    Y así, tu vida ha de pasar,

    Rechazando toda claridad.

    Bien sabes que has de morir

    Mas no sabes cuándo ha de ser,

    Ni si es mañana, o es después.

    ¿Para qué vivir por vivir?

    Descubre lo maravilloso,

    Mira lo que no puedes ver,

    Tan sólo perdonando el error

    Y limpiando todo tu interior,

    Que Dios te presta valor,

    Para quitar tu odio y rencor,

    Sólo así tu vista se aclara,

    Así darás a Dios la cara…

    Primero verás el amor,

    Después verás su resplandor.

    Olvida la preocupación,

    Y hazte como un chiquillo

    Que en manos de sus padres

    Deja su incierta obligación,

    Y vive el hoy y el mañana

    Tras los brincos de una rana

    O de una avispa al zigzaguear.

    Así tú deberías actuar

    Viviendo a disponibilidad

    De las manos del Señor

    Confiando en su plena bondad,

    Sin pasado y sin futuro,

    Sin nada de qué preocuparte,

    Jugando, comiendo y soñando

    Y mil veces al día riéndote…

    Fuera envidias y soberbias,

    Fuera rencores y opresiones,

    Y esas cosas que esclavizan.

    Actúa y como niño hazte,

    A tus enemigos bendice,

    Y de tus amigos no te olvides,

    Que entre ellos estamos dos,

    Jesucristo, Tu Salvador,

    Y yo, tu humilde servidor.

    Ángel

    Añoro tu lánguido canto, tu danza,

    Pensar que sólo tú y yo existíamos,

    Y hoy, todo me apena, y me cansa.

    Esta miseria mía que no acaba,

    Este fardo de esperanzas muertas,

    Este aliento, que ya no dice nada.

    El tiempo todo maneja a su antojo:

    El ayer, el hoy, mañana y siempre,

    Un día bonanza, otro un crucifijo.

    Martirios que se abrieron camino

    Bajo una pálida y temerosa sombra,

    Escondida detrás de una palabra.

    Disfrutaba siempre de tu compañía…

    Nadie lo supo, a nadie interesaba,

    Hasta que te fuiste un nublado día…

    Te alejaste de mi seno, te escapaste,

    Para ya jamás a mi hogar regresar,

    Éramos dos, luego triste me dejaste.

    Te busqué… Ya no más te encontré,

    ¿A dónde te podrías haber metido?

    ¿Cómo pude yo así haber terminado?

    Hoy solitario, me siento desamparado,

    Ya no tengo el consuelo que me dabas,

    Estoy muerto en vida, y abrumado.

    Regresa a mí, luz de mi oscuridad,

    Ven a mí, bienestar de mis mañanas,

    Mi Ángel, cachito de divinidad.

    Ante los ojos del Señor

    ¿Es que no veo lo que realmente soy?

    Si es que me abandono a mis fuerzas,

    No soy nada, y soy sólo flaquezas:

    Un grano de arena perdido en el mar.

    Soy una diminuta basura en el aire,

    Que menea a capricho y ha de domar,

    Sin voluntad, y sin derecho de hablar,

    Y despreciado, soy visto con desaire.

    Pero mi vanidad me ve como señor;

    Como un señor de mucha reputación,

    Que aunque siendo polvo y cenizas,

    Mi altivez mira en mí, una posición.

    Posición que me enaltece y embrutece,

    Me hace crecer mis vicios y vanidades,

    Con lo que crece en mí todo pecado,

    Que me hace vivir siempre engañado.

    ¿Será que no conozco a mi corazón?

    ¿Será que no me doy cuenta quién soy?

    ¿Qué me mantiene tan cegado sin ver

    Que no veo realmente a dónde voy?

    Puedo engañar fácilmente a los demás,

    A aquéllos que son a mí, muy iguales,

    Mas no engaño a Portentos Celestiales;

    Ante Dios no puedo ponerme antifaz.

    Él lo ve todo, y nadie lo puede engañar,

    Sabe que no soy más que polvo y ceniza,

    Y por más que ante Él me ponderare,

    Mi testimonio no lo podría contradecir.

    Y mira que Dios es pura Misericordia,

    Y mira que he intentado varias veces,

    Acercarme, y sólo encuentro discordia:

    Mis defectos me alejan de su custodia.

    ¿Cómo acercarme a ti para redimirme?

    ¿Cómo clamar para que puedas ayudarme,

    Si se pone un velo delante de mi alma

    Y no me deja verte, ni puedo consolarme?

    "Hijo mío, mil consejos te puedo dar…

    Recuerda que soy todo Misericordia,

    Recuerda que soy todo Bondad y Piedad,

    Por la puerta abierta Yo he de entrar…

    Estás cegado por tu soberbia y vanidad,

    Para acercarte a mí habrás de humillarte,

    Tus estimaciones hundirlas en la miseria,

    Acobarda a tus sentidos y a tu voluntad.

    Pídeme desde el fondo de tu corazón,

    Y libre de todo peso que te evite volar,

    Pídeme que entre en tus pensamientos,

    Pídeme que haga en ti una renovación.

    Te miraré y te aseguro que al momento,

    Tu conciencia en mi seno descansará,

    Te haré fuerte y un gozo nuevo te llenará,

    Y tus bajezas despreciarás y olvidarás.

    Sé que mil necesidades te agobian,

    Y en un mar de graves peligros te mueves,

    Humíllate, y confiésame que me necesitas,

    Llora frente a mí, y mi ayuda reclama.

    Mi amor gratuito se anticipa a socorrerte,

    Y te guardará de muy graves peligros,

    Liberándote de males innumerables,

    Los cuales, amaste desordenadamente.

    Haré por ti mucho más de lo que mereces,

    Y te daré mucho más de lo que esperes,

    Y aunque seas indigno de todo bien,

    Mi infinita bondad te llenará con creces.

    Vuélvete a mí, con mucha humildad,

    Y encontrarás salud, virtud y fortaleza,

    Mas si vienes con pecados y decadencias,

    Encontrarás en mí, ignorancia y frialdad.

    Aquí estaré siempre para consolarte,

    Aquí estaré siempre para fortalecerte,

    Aquí estaré siempre para alimentarte,

    Aquí estaré siempre para amarte…"

    Antipatía

    No podrás ver que soy la ocasión

    De eso mismo que yo he de culpar,

    Si mil defectos podré encontrar

    Al patrocinar tu atribución.

    Nunca aprendiste bien la lección,

    Que tus defectos no hay que ubicar

    En los andares de un centenar,

    Ni en cantares de otro corazón.

    Hay mucha virtud en malvados,

    Como maldad hay en virtuosos,

    Que a malvado y virtuoso, miente.

    Soy injusto con mi prójimo,

    Odio o rencor es sinónimo,

    Que amarga la suya, y mi mente.

    Aposento

    ¿Y yo soy el poseedor de esta casa

    Ruinosa, desbaratada y maltratada?

    No es una casa como cualquiera,

    Es la casa de mi alma y mis quimeras.

    Si te invito a entrar en ella, te niegas,

    Te ofendes, y a mí me desesperas.

    ¿Quién podrá ayudarme a limpiarla?

    ¿A quién clamaré para repararla?

    Sabes que hablo de mis pecados…

    Has remitido la impiedad de mi corazón,

    Y he de contender a juicio contigo…

    ¿Contigo que eres la Pura Verdad?

    Eso es engañarme a mí mismo,

    Es engañar a mi propia iniquidad.

    Y si has de mirar la iniquidad,

    ¿Quién de todos sobrevivirá?

    Me río de mí, y del hombre que soy:

    Tierra, vaciedad, ceniza y suciedad,

    Pero que clamo a tu misericordia…

    Y no te rías, como yo me río de mí.

    Al contrario, vuélvete hacia mí,

    Y ten compasión de mis pecados,

    Que no sé cómo he llegado hasta aquí.

    Tú así lo has dispuesto y convenido.

    Limpia pues, Señor, esta casa ruinosa,

    Esta casa desbaratada y maltratada,

    Para que puedas entrar en ella,

    Y te enorgullezcas de mi morada.

    A tu diestra y voluntad

    Escucharé lo que en mí habla El Señor,

    Que sorprendido por sus dádivas estoy.

    Elegido me siento por tantas promesas

    De las cuales, no encuentro semejanzas,

    En las villas de donde presumo que soy,

    Pues soy de las tierras llanas de pasión;

    Soy de tierras que prometen, y engañan;

    De tierras que dicen que dan, y quitan,

    Pero de tu boca recibo paz y consolación,

    Que fluyen en mis sueños, y en mi mente,

    En mis pensamientos, sangre y corazón.

    Bienaventurados los oídos que se nutren,

    Con los raudales de divinas inspiraciones,

    Que tu Gracia y Misericordia proveen,

    Con que bebe y se alimenta mi voluntad.

    Inspiraciones que me engendran valentía,

    Para seguir avanzando en mi dura porfía,

    Sin mutarme a murmuraciones mundanas,

    Que me hacen caer y tan presto desmerecer.

    Bienaventurados los oídos que escuchan

    Esa verdad que enseña desde el interior,

    Sea por sobre esfuerzos o por arremetidas

    Pues mi condición de caballero andante,

    Ha sido siempre de dar e ir hacia adelante,

    En prepararse cada día más y más recibir,

    Las dádivas, gracias y secretos celestiales,

    Mas siempre en mi camino hay malandrines,

    Que bastantes cosas cuentan y me corrompen,

    Sustancias del pensamiento que me estorban

    Que por hacer caso y perder mi compostura,

    Mi juicio se entorpece, y en todo, desmerece,

    Creándome una conciencia de merecer castigo,

    Que yo mismo me impongo, a consecuencias,

    De los delitos que me doy cuenta que cometo,

    Y me impongo, tanto cuanto más haya pecado,

    Pensando siempre en lo que ya hube hecho,

    Y en lo que por ende, sin duda, me toca recibir.

    Y que si no decido de buena gana mi castigo,

    A la par castigo recibo a la venia de su merced,

    Que castigo breve no merezco por bravucón,

    Sino duro, fuerte, violento, con sermón y tesón.

    ¡Oh alma, cierra las puertas de tu sensualidad!

    ¿Qué es todo lo temporal, sino puro engaño?

    ¿Y de qué me valdría apreciar todas las criaturas

    Si fuere desamparado de la estima del Criador?

    Pues caigo en la ofensa al saber que el objeto

    De mis dulzuras, es el objeto de mis desventuras,

    Pues bien, y a bien os dejo mi cuerpo y voluntad,

    Señor, Para que hagáis con ellos lo que queráis,

    Que en mala tierra, ni la hiedra habrá de crecer,

    Mas si es Tu Voluntad, hasta habrá de florecer.

    Breve meditación sobre la Fe

    ¿Qué suertes seguirán más adelante?

    ¿Habrá un Más Allá verdaderamente?

    ¿Quién será el que sepa la verdad?

    ¿A dónde las almas irán a refugiarse?

    ¿Quién será el que habrá de responder?

    ¿Es nuestra alma la que vida nos da?

    ¿Qué daño hace pensar en estar amparado?

    Espíritu, alma, halo de vida, ¿es similar?

    ¿Cuál será el fin de todas las cosas…?

    Mil preguntas más quedan por hacer,

    La gente habla y habla, pero miedo tiene,

    De lo que no sabe, y de lo que nos viene.

    Dicen que la Eternidad es un misterio,

    Otros dicen que al salir de esta existencia,

    Allá te reciben en las moradas eternas,

    Pues aquí no hay permanente domicilio.

    Dicen que la tierra que tienes para vivir,

    En breve a alguien le habrá de servir.

    Todo lo que terrenal pudiste procurar,

    Cuando mueras, no te lo podrás llevar.

    Dicen que las almas de nuestros cuerpos,

    De algún lugar debieron haber venido,

    Y del cuerpo se alejan cuando mueres,

    Yéndose al lugar de donde procedieron.

    Oh, aquellos locos y de corazones duros,

    Hondamente se envuelven en sí mismos,

    Pensando sólo en las prosaicas cosas,

    Y se olvidan de aquello que vida les da.

    Si te sientes seguro sin pensar en nada,

    Más seguro estarás pensando en el amparo,

    Pues más vale estar a algo bien sujetado,

    Porque del Más Allá, nadie sabe nada.

    Si el hombre quisiera ser más espiritual,

    Olvidarse algo de su condición mundana,

    Tanto más amarga se le haría esta vida:

    Vería más clara la corrupción humana.

    ¡Oh, ignorante y miserable iracundo!

    Miedo tienes al rostro de hombre airado,

    Miedo tienes ante la oscuridad profunda,

    Imagina tu miedo, al estar moribundo…

    Las respuestas de estas preguntas,

    Se encuentran dentro del pensamiento,

    Y como las personas somos distintas,

    Cada quien piensa según su juramento.

    Pero sin duda todo tiene un origen,

    Al menos eso nadie lo puede dudar…

    No creo que alguien llegase a pensar,

    Que todo en la vida fue casualidad.

    Hay algunas versiones, que infundadas,

    Pretenden hacer creer a la raza humana,

    Cada una a su manera, cuál es su origen,

    Aunque la verdad esté aún muy lejana.

    ¿Creerás que salimos de una explosión,

    Que a través de miles de millones de años,

    Las condiciones sólo se dieron sin razón,

    En el planeta, y aparecieron los rebaños?

    ¿Somos acaso un experimento planeado

    Por seres que en un momento determinado,

    Nos dejaron justo en el planeta apropiado,

    Para ver si al tiempo, hemos desarrollado?

    Quien sabe cuál será la verdad de todo…

    Pero seguro, nunca vamos a llegar a nada,

    Mas, en el desarrollo de nuestro acomodo,

    Pensando uno siempre encuentra el modo.

    Uno piensa solamente lo que le amolda,

    Aquello que nos da facilidad y confianza,

    Lo que quita el miedo en las andanzas,

    Aterradoras, de un Más Allá desconocido.

    La verdad pura es que lo que está aparte

    Del alcance de nuestros cinco sentidos,

    Ya forma parte de un misterio constante,

    Y sus conceptos a todos nos confunden…

    Nociones así como Dios, espíritu y alma,

    Más Allá, limbo, cielo, éter, eternidad,

    Vida después de la vida, infierno, karma,

    Juicio final, séptimo cielo, inmortalidad…

    Nuestra mente da para creer mucho más,

    Nuestra mente puede hacer, idear y crear,

    El pensamiento es un distinto universo

    Que a cada quién lo hace más audaz…

    El pensamiento vuela, no tiene límites,

    Llega hasta donde se le permita llegar,

    Pero una cosa debemos de considerar:

    La Fe es el arma que lo va a ayudar…

    La Fe es creer en algo fervientemente,

    Que la mente creó, sin saber que existe;

    La Fe es una realidad muy convincente,

    Y ella, seguir adelante siempre te permite.

    Por medio de La Fe tienes la esperanza,

    De encontrar lo que sin Fe no se encuentra;

    Por medio de La Fe seguro has de llegar,

    A lugares donde nunca habías llegado…

    Puedes creer en lo que nadie ha creído,

    Puedes hacer lo que nadie ha realizado,

    Puedes sacar los miedos que te espantan,

    Y acurrucarte en las puertas de tu Cielo…

    Una de las versiones, sobre lo que buscamos,

    Que de todas, parece la más adecuada,

    Es agregar a tu Fe el concepto de Dios,

    Claramente ten la confianza acomodada.

    Con una Fe firme y sencilla, acércate,

    Y a lo profundo con reverencia, allégate;

    Seguro es que lo que no puedes entender,

    Puesta tu Fe en Dios, ya lo entenderás.

    Y si esto hicieras, dime, ¿qué perderías?

    Si las consecuencias resultaran favorables,

    Entonces siempre ganarías, y si no,

    Igualmente, nada de lo tuyo perderías.

    Recuerda esto: Dios no te engaña,

    Sino el que se cree demasiadamente.

    La Fe verdadera no puede ser engañada,

    La Fe verdadera obrará secretamente.

    Para que llegue al Más Allá la ciencia,

    Millones de años, tendrían que pasar…

    Para que la razón nos dé explicación,

    Una eternidad, tendríamos qué vivir…

    Enciérrate en la ciencia y en la razón,

    Y no saldrás de los límites de los sentidos,

    Que sólo ven la dimensión que pueden ver,

    Sin entender lo que La Fe puede conocer.

    No deberá quebrantar tu Fe la razón,

    No irá delante de ella un discurso natural.

    Hace cosas grandes en el cielo y en la tierra

    El Dios eterno inmenso de poder inmortal.

    ¡Y su obra, sólo con Fe, se ha de revelar!

    Caballero: A la Orden…

    La Caballería…

    Y toda la Orden completa,

    La habrás de tomar

    Con tus dedos índice y pulgar,

    Por parecer el hecho de tal supuesto,

    Un proceder elegantemente varonil.

    Medido con la misma caña,

    Con que se ajustan

    Todas las grandezas

    Perfumadas y coronadas

    Con el laurel de la victoria.

    En que el gremio de Caballeros

    De los pies hasta la cabeza

    Puedan soportar su suerte

    Con el arma más grande empuñada,

    Por caballero cabal y decidido

    De porte célibe y virginal,

    Con pensamientos al aire,

    Acariciadores de afrentas,

    De tantas formas y tamaños,

    Variedades y contiendas,

    Y de hercúleos y fuertes brazos,

    Que más que para seducir,

    Son tu fortaleza y portentos

    De ésa, tu idílica imagen.

    Pues a tamaño y cabal caballero

    Como lo eres tú,

    ¿Qué de pechos y qué de damiselas,

    Puede a ti perturbar la atención,

    Más que el sentir de tus dedos índice y pulgar,

    Que entre sí se juegan por pelear la ocasión de tocar,

    Y volver a tocar la esencia de tan gran mandato,

    Que no es más que la delicia complaciente,

    De tus más íntimos deseos espirituales,

    Que caballero tal,

    Aprecia en sus pensamientos?

    Impaciente como el fuego

    Por consumir el alimento que lo produce,

    Insiste contra el pecado irreverente,

    Que soslaya la ocasión súbita

    A cada momento, para perderse,

    En lo oscuro del deseo carnal,

    Con aquello que alimenta

    Su más negra necesidad…

    En la intención de tumbarle

    Trabajo tan dedicado,

    Que con tal argumento

    Venga a ser derrumbado,

    De ésos, tus dedos dedicados,

    Y esforzados a tan sabia,

    Recta y piadosa actividad…

    Camina con Dios

    Camina suave, plácido y lento,

    Tomad las cosas despacio y con calma,

    No apresuréis del vivir vuestro motivo.

    No os adelantéis en las intenciones,

    Que Dios os tiene marcado el camino,

    Sólo engrandece vuestra fe y confianza.

    Que nada a vuestra alma acose,

    Cerrad los ojos y mirad con el alma,

    Que Dios os dará serenidad y calma.

    Caridad

    Si Dios pusiera sus ojos en mi persona,

    No vería mi exterior, ni lo que procura,

    Pero sí vería mis intenciones ocultas,

    De mi propio corazón, la verdad pura…

    Y mucho hace aquél que bien ama.

    Aquél que bien ama, todo lo hace bien.

    Hace bien el que sirve bien al común bien

    Que el que a su voluntad egoísta sirve bien.

    Pues una vez dijo la Madre Teresa,

    "Que el que no vive para servir,

    Es seguro que no sirve para vivir."

    Lo cual para la Caridad, es una promesa.

    La Caridad no es lo que el amor propio,

    Que amor propio es la voluntad propia,

    La inclinación hacia la naturaleza propia,

    La esperanza de una recompensa propia.

    La Caridad no tiene envidia, ni voluntad,

    Sólo busca glorificar en Dios sus obras,

    No ama ni siquiera un gusto en particular,

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