Alma Cuerpo Boleros

Por Roberto Vidal

alma cuerpo boleros es la acumulacin de aos de sueos, vida, trova, buenas y malas compaas, vinos, amores, desengaos, cigarrillos, alegras, malas y buenas noches, boleros, locuras y corduras.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 9 may 2011
• ISBN: 9781617647598

Roberto Vidal

Roberto Vidal. Ciudad de la Habana, Cuba, 1969. Actualmente reside en Miami, Florida, EUA.

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Copyright © 2011 por Roberto Vidal.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso: 2011928749

ISBN:                 Tapa Blanda                                 978-1-6176-4760-4

                           Libro Electrónico                         978-1-6176-4759-8

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Índice

ALMA

Contar culpas

Sinónimos

Madrugada de Lunes

Tu fantasma y yo

Mujer

Mi ambigüedad

Mariposa chiquilla

Cortas proposiciones

S.O.S.

Oda profunda

Historia difícil

Círculo cerrado

Lucía

Poema a deshoras.

Claustrofobia

Desespero irreparable

Confesonario

Mi problema

Historia repetida

Tu partida

Sueños

Pronta partida

Mala vida

Todo por un día.

CUERPO

Otro Septiembre más.

Peña de Yoya.

Suicidio de estrellas

Disgustos

Testamento sin bienes

Miami

Subproducto inacabado

Ceremonia cíclica.

Quejas

Autocríticas sin comas

Dicotomía taciturna

Casa de Cambio.

La escalera

Incomprensión provocada

Tiempo de reparaciones

Hablando con Tristán

Arlequín versus Yo

Oraciones trucadas.

Bares de Almas

Morral de lastres

Hipnosis Surrealista

Cansancio acumulado

Estado de ánimo

Sermón de siglo XXI

Cronología de un desastre

TRILOGIA ATREVIDA

El Cortejo

Cruzadas

Armisticio.

BOLEROS

Bolero

Anhelos

Mi Maldición

Odio, Amor y Placer

Giros

Razones

Culpable de amarla

Atrévase a atreverse

Sin miedo a vivir

Maldigo mi suerte

Reencuentro

Solo ruego volver

Mujer de hielo

Milagro perfecto

Utopía de un sueño.

Papeles de amor

Gitana

Tómame más

Perdón sin rencor

A puro amor

Ambigüedad de dios

A mis padres: Vilma y Roberto.

A mis hermanas: Maribel y María Victoria.

A mis sobrinos: Christian, Salin y Antonio.

A mi familia.

A Harry Moore.

A Cuba.

A mis Amigas y Amigos.

A Marcos y Janelis. Gracias por su complicidad.

A mi bella e inclaudicable Musa.

ALMA

Contar culpas

He conciliado cientos de sueños;

he cambiado mis almohadas cuando no han funcionado;

he tomado licores olvidadizos, para obviar malos tiempos;

he recurrido a brebajes de inciensos mal olientes, por el solo hecho de apaciguar dolores;

he comido en mesas de cuentos imposibles, con platos no recuperables;

he escuchado tangos, boleros y rocanroles que me han dolido hasta las ansias;

he sucumbido en drogas que solo recuperan silencios;

he luchado con psicólogos nostálgicos y ya idos;

he cambiado puertos por nostalgias;

he recorrido malos caminos y hasta algunos buenos, siendo al final mi vida;

he tomado tanto alcohol, que solo he logrado que mis bares me cierren;

he sido expulsado de lugares improbables;

he amado y también no lo he hecho;

he sido yo muchas veces y en otras he robado espacios;

he consumido tanta mierda, que hasta veces me ha hecho daño;

he perdido tanto tiempo y quién sabe si he ganado alguno;

he sido crédulo, más la mayoría insípido;

he cocinado ríos y han parido mares;

he sido yo y me jode que no he sabido cuando no lo he logrado;

he engañado tanto, que puede ser que me esté engañando ahora mismo;

sin más les presento: ese he sido Yo.

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Sinónimos

Aguanto que el miedo y el dolor invadan mis venas sin vacilar.

Que las tormentas fracturen mis huesos y despeguen mi cáscara.

Que la lluvia se niegue a penetrar el halo de furias que bojea mi cuerpo.

Que tus dudas se vuelvan enfermizas y que contagien las mías.

Haciéndolas letales.

Admito que las estrellas irradien toda su energía. Apagándome las guías.

Que el mar se retire de mi orilla hacia otros puertos y que se retracte siempre de retornar.

Que el frío punzante y el calor sofocante me torturen a intervalos cortos, repetidos, constantes.

Que la gravedad se arrepienta de atracciones incomprendidas e innecesarias.

Soporto que los solsticios sean de primavera y otoño y que los equinoccios no sean reconocidos.

Que la soledad no renuncie a desliarse de mis manos, para que no se sientan solas.

Que los pétalos abandonen las rosas y que las espinas pululen a su merced.

Que estas piernas no soporten el peso de su barro y que de cortes amotinados se curta mi tez.

Resisto que la distancia entre tu y yo sea inmensa, mas no infinita.

Que me troquelen en cada poro, las incalculables mentiras paridas por mi sien.

Que el norte vaya